El Hilo de Ariadna de mis Pensamientos


(Añadí algo más de texto en el escrito anterior.)

Me resulta arduo tratar de pensar y desarrollar el escrito que tiene que ser la conclusión e ideas finales dentro del tema “Etiquetar e interpretar”. En realidad es una conclusión final a muchos años de pensar e investigar sobre ello, en donde por medio me he ido encontrando con distintos conceptos que maneja la ciencia, que me daban la razón. Claro, que la ciencia tiene muchas lecturas, teorías e hipótesis del mismo tema. En ese caso yo me he centrado en lo que daba la razón a todas mis intuiciones, sobre qué es ese ser que tomamos como un yo, que se iniciaron hace por lo menos diez años.

No quería haber escrito nada de lo mostrado en las entradas sobre “etiquetar e interpretar”, porque como quien dice todo se concluía por sí mismo. El problema es que no soy capaz de pensar en todos los datos en conjunto—que tengo que poner en tal escrito final—, y a la vez con la dificultad añadida que ciertos conceptos los he olvidado y no sé en qué escritos hablo de ellos. El último año de las entradas —alrededor de 80— en el blog, se me han olvidado. O sea, que si no hubiera escrito, daría igual que lo hubiera pensado o no, pues no lo habría retenido en la memoria. Estoy buscando dónde hablo de unos temas y otros, y me leo como si no hubiera sido yo el que lo hubiera escrito. A veces me asombro a mí mismo de algunas entradas, por cómo los hilo y mantengo la narrativa de principio a fin, sin aparentemente perderme. Excepto en algunas en los que se intuye que navego por ellos totalmente a la deriva. Quizás cada vez más.

Al parecer ahora soy incapaz de integrar todas las ideas y conceptos a la vez. He creado un laberinto de escritos e ideas, he llegado al final, pero se ha roto el hilo y ya no puedo volver hacia atrás sin perderme. Releerme al completo es muy trabajoso y pesaroso, porque me encuentro con fallos en la escritura que me ponen nervioso, pues implica repasar todo el escrito y corregirlo. Como sea.

Estos son los conceptos principales:

● Identidad narrativa, lo que nos contamos a nosotros mismo sobre nuestra vida y cómo somos (que a la vez viene dado por cómo nos ven y nos adaptamos a nuestro medio. Tal concepto siempre ha existido en la cultura china bajo el concepto 臉面, face, cara o en occidente: máscara, que engloba ideas como prestigio, reputación u honor).

● Esta propiedad, al parecer viene dada, por el “trabajo sobre el yo” (working self de Martin A. Conway), un proceso interno, como agente, que trata de reajustar constantemente nuestra propia identidad en cada momento (no tiene una entrada en la Wikipedia, lo trata algo donde remite el enlace).

● Pero como la ciencia no unifica sus ideas, donde varios investigadores desarrollan sus propias teorías, también existe el concepto de “sistema de auto-memoria“, idea similar, sino igual que la anterior (como el concepto previo, no tiene una entrada en la Wikipedia, lo trata algo donde remite el enlace).

● Aristóteles usaba el concepto de entendimiento agente (o intelecto activo), que tantos quebraderos ha dado durante la historia de la filosofía, pues implicaba un agente como no-ser (no siendo ser si no en tanto que pensando en un tema), que emergía durante la cognición, que ahora trataba de esto, ahora de aquello (como estructura), sin que ahí radicara una esencia de ser (significados), con lo cual no podía sobrevivir y por ello no era lo que el cristianismo consideraba el alma. En la actualidad hay dos conceptos similares, la “síntesis creativa” y más recientemente la “síntesis prefrontal“, todas estas teorías tratan de “apresar” lo inapresable, lo que podemos considerar el yo, esa percepción que todos tenemos de un aparente agente al mando (sentido de agencia) del cerebro y nuestras vidas.

● ¿Qué es ese torbellino de cháchara interior que va y viene, y en donde en una de sus formas es la autoconciencia? La ciencia, como empírica, no trata sobre ella porque es inaprensible. Tampoco vale de mucho tratar de hallar sus correlatos neuronales, pues depende del modo de tal proceso, no es lo mismo la rumia más o menos inconsciente, que pensar en algo concreto, y que eso concreto sean imágenes o palabras. Me encontré que recientemente alguien había hecho un tema sobre esto, “The voices within” (voces dentro) de Charles Fernyhough y lo he traducido en automático, y lo estoy leyendo. No espero una “solución al dilema”, pero sí información concreta de vanguardia.

● La cuestión sobre todo esto es que aunque alguien lo lograse explicar, tal explicación sería tan larga que de nuevo se volvería inaprensible, o en realidad en ningún momento se volvería aprensible, al no poderla “sujetar” a una idea simple (ese es el porqué del etiquetador: ser reduccionista). Con lo que tal capacidad o ente siempre portará esa magia de lo inaccesible e inaprensible. No deja de ser paradójico, pues a tal ente yo lo he llamado el etiquetador (quizás sea un concepto demasiado reduccionista), donde él mismo no tiene la capacidad de autoetiquetarse.

● En los últimos escritos, los “etiquetados” como “Etiquetar e Interpretar”, rebajo tal ser a la identidad social (de interés la teoría del “yo del espejo“, como creemos que nos ven), que a la vez está unida a la memoria a largo plazo que tenemos de nosotros mismos, la autobiográfica, esa que va hilando (actualizando) momento a momento el “trabajo sobre el yo”, o el “sistema de auto-memoria”, o el “entendimiento agente”, o como se quiera llamar a ese “hilador” de la realidad, donde unas veces hila su propia identidad, y otras hace sumas, o se imagina conversaciones con alguien, o recrear una escena del pasado, o trata de crear una canción o un poema… El caso es que esa idea ya venía del año pasado, cuando traté sobre la “teoría tri-trasversal” (y dos), donde la gráfica que adapté por aquel entonces, de tal teoría, ya trabajaba con las tres partes principales del cerebro, 1. tronco encefálico como memoria implícita, 2. sistema límbico como memoria episódica (donde en una de sus formas es la autobiográfica) y 3. corteza prefrontal, razón o memoria declarativa. Sobre lo que el cerebro “da vueltas”, su eje, es lo que ya sabe o tiene como memoria a largo plazo, pues el cerebro trata de ir más rápido en su cognición por medio de contar con lo que sabe (codificación predictiva), que sólo cuestiona si el exterior le “dice que su mapa mental está “mal”, equivocado. Como principalmente la vida de todo humano es ese tejemaneje, en su realidad en medio de lo social, ese es el eje que “teje y desteje”: su ser o identidad social. Aunque para las personas solitarias, pensadoras o creativas ese eje será seguramente sus ideas o creaciones (Hegel también comparaba la dialéctica del ser a través de tejer y destejer, a través del mito de Penélope, la esposa de Ulises).

A tener en cuenta que la memoria de nuestro pasado es toda la memoria episódica (más antigua a nivel evolutivo, la tiene todo animal complejo), pero la que maneja la identidad narrativa o ese “trabajo sobre el yo” o “sistema de auto-memoria” es la autobiográfica, que se “alimenta” al recordar nuestro pasado, o cuando tales vivencias se las contamos a otras personas (por ello a través de la palabra o el “etiquetador”). Lo cual “deforma” o puede reconstruir tales vivencias. Por otro lado nos hace ver que hay una “barrera” entre estos dos tipos de memorias, donde algunos recuerdos pueden quedar “encerrados” o bloqueados por los mecanismos de defensa del cerebro más antiguo, el que busca la estabilidad del sistema y no le importa el “engaño”, y en donde por ello tal lado no es moral, sino un simple mecanismo más, entre otros, de la búsqueda de lo homeostático.

Uno de los últimos conceptos es el de etiquetado, que además se analiza en la hipótesis léxica, que además ambas quedan corroboradas bajo la teoría de la falsación del etiquetado, donde un daño en el cerebro hace que todo estos procesos trabajen de forma menos acertada o conveniente. Esta última teoría legitima una idea que yo he manejado desde hace décadas, de que el prefrontal sobre todo está “dedicado” a poner en duda al propio cerebro profundo, cuando este encuentra que su mapa interno no coincide con la realidad, o cuando hay información que lo falsea parcialmente, o tal nueva información pueda crear ambigüedad en sus creencias (en lo que cree saber). Bajo tal capacidad, y bajo mi punto de vista, el prefrontal sobre todo se dedica a verificar lo que el cerebro sabe con respecto a cada información nueva. Es por todo ello que nunca me convenció que la “razón” se pueda reducir a lo que hace el prefrontal, y es por ello que no sea el “verdadero” propósito de la complejidad del cerebro humano la razón (como así creen los racionalistas o el pensamiento occidental), donde su “labor” principal” es la creación de una identidad social, identidad que uno mismo toma como su yo, o como ese agente al mando.

En el modelo practopoiético el tercer ciclo, el de la toma de conciencia, es lento, no puede ser el núcleo del cerebro.

Algunos de estos temas los traté en los siguientes escritos:

Actualizarse y Adedum.
La Máquina Autorreferencialy dos. Trabajo sobre el yo y sistema de auto-memoria (SMS)
Devaneos XIV – Las Metáforas de la Viday dos.

Algunas ideas que he ido sacando del libro “The voices within”. "El habla interna parpadea a través de nuestras mentes diez veces más rápido que el habla ordinaria", según el autor. Al parecer los niños de poca edad no tienen una voz interior, lo que pone en jaque la idea de la teoría bicameral. El desarrollo de un niño desde que nace es más o menos el desarrollo del humano durante la evolución. En ese caso el humano primero sólo hablaba y más tarde interiorizó esa voz, para más tarde tener la capacidad de pensar con palabras sin gesticular (sin voz). La voz interna, al parecer, reafirma o hace de retroalimentación positiva, pues los deportistas que se hablan a sí mismos son más efectivos que los que no lo hacen. Volviendo a los niños, la teoría bicameral se puede mantener, puesto que algunos niños se crean amigos imaginarios, en ese caso no está claro si es un proceso por el que pasó la humanidad, o sólo por el que pasan algunas personas.

¿Ya me he centrado un poco?, no lo tengo claro. Ahora sólo hace falta que un día me levante con fuerza y mucho ánimo. Algunas personas van demasiado alineadas al clima, ahora han bajado las temperaturas y lo mismo mi energía y ánimo. De momento comparto el libro mencionado y otros dos (igualmente traducidos en automático, leerlos posiciona al que lo haga sobre otros que no tendrán la oportunidad de hacerlo; todo lo que se lea antes de los treinta se mantendrá mejor en la memoria). Los otros dos son “Sinceridad y autenticidad” de Lionel Trilling y “Locura y modernidad” de Louis A. Sass (del que ya he hablado con respecto a que la modernidad implica nuevos y un mayor nivel de trastornos mentales). Descargar.


El siguiente vídeo muestra que los animales no son tan instintivos. Tienen comportamientos que parece muy “libres”, como el caso del león (minuto 7:00) que defiende a una cría, que debería de ser una presa, del ataque de una leona, porque parece haberse encariñado de tal cría (está cortado, no se sabe qué pasa después).

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