Creando un Pobre – Teoría Tri-Trasversal de la Mente




El propósito de la psicología es darnos una
idea completamente diferente de las
cosas que mejor conocemos.
❞ Paul Valéry
La historia puede que no se repita, pero rima.❞ Mark Twain
Desafortunadamente, soy lo que soy.❞ David Byrnes


Tenía un escrito a medias sobre este mismo tema, pero he optado por darle otro enfoque más sencillo, en donde además comparto todo los escritos de referencia en formato PDF con un índice, que implica una sugerencia del orden en el que han de ser leídos. En ese caso podía haber unido todos los archivos en un solo PDF, pero he preferido dejarlos separados, pues así es más práctico y deja opción para que otra persona les dé otro orden.

(No voy a poner muchos enlaces, y todo concepto que esté en negrita es que se encuentra entre los documentos a bajar. Todos los gráficos en este escrito se han sacado de los escritos adjuntos, y sólo los he traducido.)

Tales documentos tratan sobre el tema de la cognición. El cómo el cerebro genera una acción (en términos muy generales, reflexionar o el soliloquio son igualmente acciones). Este modelo, esquema o escenario de la manera de trabajar del cerebro, o la mente, explica tanto el por qué ocurre el Alzheimer (y cómo se inicia), cómo el por qué se cae en sesgos, como así, y por otro lado, el cómo hay dos tipologías humanas (a grandes rasgos) que son las que se reflejan en el experimento de las golosinas, al que he hecho referencia en el escrito anterior. Mi postulado es que al estar dentro de un sistema jerárquico, con su propia estructura y reglas, y aunque un cerebro nazca con posibilidades para ser “inteligente”, ciertos cambios (adaptación al sistema), que han de producir cambios epigenéticos, que se expresen unos genes frente a otros, baste para “truncar” (debilitar, que sea más torpe…) este mecanismo básico de la cognición, en donde su “talón de Aquiles” es la memoria de trabajo. De esta manera, si el 20% ha de tener el poder y las riquezas sobre el resto del 80% del resto de los humanos (principio de Pareto, similar al porcentaje que sale a colación en el experimento de la golosina), algún cambio epigenético crea alguna modificación en el puente que une el prefrontal y el hipocampo (corteza entorrinal), para ser más “torpe” a nivel intelectual. En esto también repercute una alimentación más pobre, un ambiente más estresante, un peor acceso a la sanidad, y una educación más mediocre.

En la búsqueda y “afinación” de este modelo de la cognición, además, se encuentran las personas que tratan de llegar a una inteligencia artificial, pues al comprender la cognición humana se intenta extrapolar tales conocimientos para el desarrollo de lo que ha de ser una inteligencia artificial. En ese caso, se supone, que si se comprende la estructura de la mente humana, llevando tal armazón a una IA, ella misma aprenderá por sí sola (aprendizaje automático), tal como lo hace nuestra mente.

Cómo he dicho escritos atrás, todo sigue una estructura narrativa: 1.deseo (inicio), 2. qué hacer (camino) 3. llegar a meta o a la realización del deseo. Deseo en este caso igualmente puede ser tomado como propósito, si estoy hablando con otra persona puedo tener el propósito de escucharlo o de dar mi opinión, donde ambos son el inicio. Esta base sale a relucir en el efecto “pasar por la puerta“, en donde al salir de una habitación a otra, he incluso cambiar de pantalla o programa del ordenador, el cerebro puede llegar a olvidar porqué ha ido a esa habitación. Al parecer hay un relé, que reinicia (borra) o prepara al sistema para un nuevo episodio, una nueva narrativa, cuando en realidad el “primer capítulo”, o el propósito, proviene de la anterior habitación y no debería borrarlo. ¿Por qué?, sobre el 90% o más, del tiempo evolutivo no habitábamos viviendas, y en la naturaleza no existen tantos umbrales, tantos cambios de escenarios.  Sólo había una trama, como quien dice. Podía ser así al cruzar un río, o llegar a lo alto de una montaña, para bajarla al otro lado. Cruzar el río o subir la montaña eran esos umbrales, pero no son tan “repentinos” como el cruzar una puerta. (trato de no alargarme, pero se me hace imposible… ¡todo requiere ser explicado, si se quiere que funcione el escrito, la “historia”!).

Cómo he tratado de hacer ver, la gran diferencia del cerebro humano, sobre el resto, es la capacidad de crear subtramas, tratando de no perder de vista la principal. Ponía el ejemplo de un depredador, que volvía a su zona de dormir, que es ir de A a B, pero que por el camino se acerca al río a beber, donde esta subtrama es A1, B1. En realidad no me convence que sea así. Puede que A sea el lugar en el que se encuentra y B sea el río, y al “cerrar” la trama cree un nuevo ir de A a B, de ir a al lugar habitual para dormir. En ese caso, ya en lo humano, cuando por ejemplo vemos una película, hay una trama principal y subtramas, e incluso subtramas de la trama secundaria. Los cuentos más infantiles carecen de subtramas, luego es algo que se desarrolla, aunque vengamos con tal estructura de nacimiento. El detonante es la palabra, puesto que el cerebro se “sirve” de esta como etiquetas, como hitos de referencia, para seguir las subtramas. El nombre del personaje, o mismamente el personaje que representa (el malo), son “hitos” de referencia para cada trama y subtrama. Esto de nuevo nos lleva al esencialismo del cerebro, a la necesidad del cerebro de “tratar” con entes definibles conceptualmente…, frente a lo abstracto. Desde siempre se ha tomado a las personas sordas (mudas, como se decía antes) como más torpes intelectualmente; sobre todo si ni siquiera se les enseñaba a leer. Otro caso son los niños ferales. Si se les “recupera” a una edad muy avanzada ya no tendrán las mismas capacidades cognitivas que la media.

Mi concepto de “pregunta abierta” se ve reforzado por todas estas lecturas, pues el cerebro, al trabajar con la estructura narrativa, no da por cerrado aquello que no ha tenido un final… ¡lo que explica mucho sobre la cuestión de l@s exnovi@s!, sobre todo cuando nos han dejado.



Al ahondar en este tema, ya tratando de ir al origen de la hipótesis del área global de trabajo, llegué a que el cerebro puede ser tomado como un sistema adaptativo, donde a la vez esto me llevó al concepto de practopoyesis ("es una referencia a una jerarquía de mecanismos de adaptación"; no sé si en tales palabras, como en autopoiesis, la i ha de ser griega o latina, me atengo a mantenerlas como las encuentro), en donde en su base se encuentra la ley de la adaptación, que dice:

Esto apoya mi idea a que la sociedad al estar en un sistema complejo, los problemas de una minoría no “obliga” o coacciona a que el sistema cambie. Esto sólo ocurre cuando tal sistema va llegando al “borde del caos“, cuando los agentes del sistema son mayoría, que haría que tal sistema se viniese abajo. El “pobre” aislado aguantará “mecha” hasta que no esté en una mayoría de pobres.



El concepto de “borde del caos” da la razón a lo que tantas veces digo sobre que la vida, como sistema, tiene como base el control del caos, y que de esta forma tanto el cerebro como el yo tienen la misma base. Para el cerebro es preferible una “mentira” tranquilizadora, que dé orden a su vida, que una verdad que lo altere o lo destruya. La identidad narrativa, con el bucle episódico, esta atravesado de tal regla de los sistemas adaptativos.

Una pequeña introducción a este sistema y subsistemas. La siguiente gráfica en su esquema, llamado tri-trasversal, muestra el proceso en tres fases de cualquier cognición o acción cerebral. No sé por qué están a la inversa la columna de la derecha y la de la izquierda, aún no he leído su documento (de más de 60 páginas), pues abajo a la izquierda están los impulsos (deseos, propósitos), mientras que la columna de la derecha muestra arriba las acciones, que implican a la memoria implícita. El concepto anapoiesis (¿anapoyesis?) hace referencia a la predicción de la memoria, de partir de su propio mapa interno y verificar diferencias (lo raro, lo nuevo), es extrapolable al control de errores, en tanto que “error” es lo no esperado del exterior, con respecto al mapa interior, papel que lo hace la corteza cingulada anterior.

Un pequeño ensayo de todo este proceso parte de entender que el cerebro “entra en un bucle” de prueba y error sobre qué hacer. Cada ensayo (palabra más americana) implica un ítem en la memoria a corto plazo, o de trabajo, en el área global de trabajo, que retiene aquel que pueda ser el más válido. Como he dicho en otros escritos, cada sentido trata de ocupar el área de trabajo, pero tal “espacio”, ese que es el supuesto 7 +/-2 de datos a guardar, limita qué mantener. Si dos sentidos entran en competencia, esto se entiende por interferencia. Ocurre igualmente cuando los ítem superan el límite de siete. En ese caso el cerebro recurre a la fragmentación, en donde “desintegra” la información, tratando a la vez de reducirla a una información más manejable y corta. Eso es lo que hacemos con los números de los móviles al reducirlos en tres grupos de tres números. Este proceso de igual forma es una “interferencia”, ya que tal proceso va a requerir todo el área global de trabajo, pudiendo olvidar qué se estaba haciendo antes de haber tratado de recordar el número. ¿Cómo? Vuelvo al concepto de los caminos y las subtramas, de alguna forma el cerebro traslada la trama principal a la memoria a corto plazo, y la “vuelca” de nuevo al área de trabajo al haber terminado la primera trama. Aquí está la clave de todo, y en la que trato de basar mi hipótesis de los dos tipos de humanos (o que es lo primero que falla en el Alzheimer). No hay humanos “funcionalmente estúpidos”, lentos para aprender, o como se les quiera llamar. Hay humanos a los que este “mecanismo” no les funciona tan bien como a otros  (¡bueno, sí, pero no tantos como uno pudiera pensar!). El prefrontal tiene que transferir una información temporalmente, vía entorrinal, al lóbulo temporal, y después recuperarla, pero el temporal es el lóbulo que entremezcla los sentidos (asociativos), tan importantes para el hombre como la vista y el sonido (sobre todo el habla), que igualmente mantiene datos de entrada temporalmente, y donde es muy vulnerable a la interferencia. En un ejemplo, eso es lo que nos suele pasar al tratar de memorizar algo, un número de teléfono, mientras la otra persona, burlonamente, está diciendo números aleatorios sin parar. Hay infinidad de variables de por qué es así. Si una persona es más visual que verbal, todo lo visual interferirá si lo que tiene que procesar es verbal, y a la inversa para alguien verbal. Para el caso, como la sociedad actual da prioridad a lo verbal, tienen ventaja los verbales frente a los visuales. De igual forma, el cerebro tiende a inhibir lo que no es relevante, pero si una persona “padece” una baja inhibición latente, tendrá más posibilidades de caer en la interferencia. Todo esto puede “subsanarse” por el autoaprendizaje, donde tal persona busca la manera más adecuada para aprender, dependiendo de la “arquitectura” de su propio cerebro. El primer paso hacia tal camino es entender la “metáfora” que subyace bajo todos los escritos adjuntados. Leerlo según la conveniencia de cada uno.

Lo dicho en el párrafo previo explica el modelo de la memoria de Badddeley e Hitch, que divide esta en un bucle visio-espacial (moverse, ver), otro fonológico (oír, hablar) y un tercero episódico (recordar, “grabar” recuerdo). Todo modelo tiende a ser reduccionista, pues este ignora por completo al olfato…, tan vital en algunos casos, y que provoca mucha interferencia, como así ocurre con las feromonas, o el no podernos concentrar si huele a “demonios”.

Me estoy alargando más de lo que pretendía… ¡lo doy por terminado! El caso es que lo dicho aquí y más, es lo que se aprende al leer los escritos que quiero compartir. Estos tienen dos fuentes principales: la Wikipedia y la Scholarpedia, más el documento central “Practopoyesis – o cómo la vida fomenta una mente”, que es un ensayo académico. Todos son traducciones automáticas. Terminar diciendo mi “mantra”, el humano no “escapa” de la lógica de los sistemas. Es “estúpido” al creer que tiene el “control”. Los sistemas se autogestionan bajo sus propias reglas. El hombre sería inteligente si tomase totalmente el control, escapando de las reglas de los sistemas a los que está acoplado. ¿Crear un sistema fuera de los sistemas “naturales”?, ¿se puede? Por muy fuera que crea el hombre que está de lo “animal”, de lo natural, no lo está. Bajo estos aspectos yo soy determinista. No podemos salir de los sistemas naturales.

(Cuando escribo, al releer, veo mi cerebro “degradado”, pues inicio frases de una forma y pierdo la “ruta” inicial”, y las acabo de otra forma… parecen dos frases distintas con dos sentidos distintos. La “suerte” de la escritura es su capacidad para la reescritura, por eso para mí cada vez se me hace más cuesta arriba, pues tardo el doble al tener que corregir tanto.)


Este es el esquema de los escritos (descargar), entre paréntesis, cuando se requiera, una breve explicación:

00 – Sistema adaptativo
00-0 – Practopoyesis – O cómo la vida fomenta una mente (una teoría de cómo la mente es un sistema adaptativo).
00-1 – Conciencia (proceso del prefrontal, antes del concepto de espacio global de trabajo)
00-2 – Atención (el espacio global de trabajo siempre implica la atención)
00-4 – Memoria
01 – Teoría del espacio de trabajo global
01-0 – Funciones ejecutivas (otra forma de llamar a los procesos del prefrontal)
01-1 – Marco de predicción de memoria (el cerebro parte de lo que sabe y lo trata de hacer coincidir con lo externo)
02 – Memoria de trabajo (bajo la teoría el área de trabajo, el espacio de guardar una información temporal)
02-0 – Modelo de memoria de trabajo de Baddeley
02-1 – Memoria a corto plazo
02-2 – Memoria a largo plazo
03-00 – Conciencia y Atención (este escrito trata de hacernos ver que conciencia no implica atención, y por ello quizás se ha validado el concepto de área global de trabajo, como sustituto)
03-01 – Principio de especificidad de la codificación (todo es contextual a los recuerdos existentes)
03-02 – Teoría de la interferencia
03-03 – Efecto opuesto (la conciencia interfiere el papel el área global de trabajo)
03-04 – Memoria dependiente del contexto (este y el siguiente son casos concretos del “principio de especificidad de la codificación”)
03-05 – Memoria dependiente del estado
03-06 – Efecto pasar por la puerta
03-07 – Parpadeo atencional (un caso concreto de interferencia)
03-08 – Cómo manipular la atención (no es manipulación, como tal, es cómo de fácil puede ser interferida)
03-09 – Supresión articulatoria (el conflicto o interferencia entre memorizar y el bucle fonológico, el segundo satura el espacio de trabajo y no se memoriza. Por eso el silencio que se solicita en las bibliotecas y durante el estudio.)
04 – Borde del caos

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