Contra Ayn Rand y “La Rebelión de Atlas”
❝El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente.❞ Lord Acton
❝Ahora es el invierno de nuestro descontento.❞ Shakespeare
❝Cuanto más general es el dolor, menos personal es,
y cuanto más personal, menos general es.❞ Dicho popular
¿Sabéis aquello de “si no hablo, reviento”? Este escrito trata de ser una crítica a Ayn Rand y su filosofía del objetivismo y basada en el egoísmo ético (que tal cual suena parece un oxímoron, también llamado egoísmo racional), pero sólo a partir de la trilogía de las películas “Atlas Shrugged“, basadas en sus novelas, pues creo más “útil” y vital dedicar mi tiempo a aprender de otras fuentes (me imagino que otro tanto pensarán otras personas con respecto a mis escritos, lo respeto).
(Descargar subtítulos y Torret de las películas para poder adoptar una opinión propia de ellas y la filosofía de Ayn Rand.)
El primer ataque será a su persona, pues en definitiva define o pone en perspectiva la mente de tales desarrollos de pensamiento. En una entrevista en la televisión se le preguntó que de dónde había salido su filosofía, a lo que contestó que de ella misma, por lo demás coherente con su propia filosofía. Por lo general todo científico, escritor o pensador se dice deudor de otras personas, pues en definitiva, “nadie es una isla en sí mismo”. Si al nacer Ayn Rand, lo hubiera hecho mil años antes y en otra cultura, su pensamiento no hubiera sido el mismo. Lo que uno piensa es la lectura que hace ese cerebro en la cultura y la época que le toca vivir, y ¡claro!, los paradigmas de los que más se habla y lo que uno mismo lee. Bajo mi punto de vista, y dado que estudió filosofía, y se sabe que se centró en varios filósofos y entre ellos Nietzsche, su filosofía está fundamentada en este y teniendo en cuenta que Nietzsche presumiblemente leyó a Steiner, y su libro “el único y su propiedad“. Si hay que enmarcar qué tipo de política es la que se muestra en su libro “Atlas Shrugged”, es a través del anarcocapitalismo, cuyas bases se encuentran en Steiner. Por otro lado ella dejó dicho que su filosofía, el objetivismo, está cerrada, que no se pueden modificar sus preceptos e ideas base, con lo cual de nuevo remarca su tipo de personalidad. Toda filosofía o paradigma ha de estar abierta a cambios: la suya no.
La trama de la película “La rebelión de Atlas” —Atlas como idea del mito griego del coloso que sostiene el peso del mundo—es que dada una crisis del petróleo, se vuelve imprescindible y central la importancia del tren. En ese caso la película se centra en distintos personajes que tratan de copar sus vías y trenes al resto sobre el competidores de la industria. De fondo hay un personaje, llamado John Galt, que está poniendo bombas en distintos sectores de la industria, boicoteando el progreso de la nación. Tal personaje —héroe anarcocapitalista— tiene como base de su política, que el peso de la humanidad se encuentra en cierto tipo de personas, que se ven maniatadas, bajo las leyes y la existencia del gobierno de los Estados de las naciones. El libro es de 1957, pero toda la trama de la trilogía de las películas falla, pues se emitieron entre 2011 y 2014, después de la crisis de 2008, en donde el Estado tuvo que intervenir y prestar dinero a la banca para que el sistema no se viniese abajo. Además teniendo en cuenta que la crisis de 2008 ha sido el punto culminante de una política neoliberal, en donde se trató de dar más libertad de acción a las corporaciones, la bolsa y la banca. O sea, que lo que falló, principalmente, fue esa tendencia no intervencionista del Estado sobre los emprendedores, que defiende Ayn Rand, cuyo representante más claro es John Galt.
Centrándome en las películas, fueron un fracaso de taquilla y de crítica. La más vista y aceptada fue la primera parte, pero en cierta medida porque aún no dejaba ver la ideología de su autora. Recuerdo que yo la vi por aquel entonces y me resultó interesante, sin saber el trasfondo de la obra al completo y de la existencia de la filosofía de Ayn Rand. Incluso estuve a la expectativa de las otras partes, que no he visto, porque pasaron desapercibidas, hasta la semana pasada. Las películas fallan porque lo que es de esperar es que tengan el mismo nivel de producción y que los actores de los personajes principales se mantengan, pero no es así, cada parte tiene distintos actores, alguno de ellos de dudosa elección. Ni siquiera ponen demasiada atención a mantener el raccord (sentido de continuidad), pues los actores de los personajes principales parecen tener más o menos edad, en las distintas películas de manera no lineal.
Incongruencias temáticas y filosóficas. John Galt aparece como un peón en una fábrica, que al morir su dueño cede la propiedad a todos los trabajadores, cuestión que no acepta John Galt y dice que va a “parar el motor del mundo”. ¿Cómo encajar esta negativa?, desprecia la idea de que todo humano sea capaz de llevar a buen puerto un negocio, pues eso sólo lo pueden hacer ciertas personas especiales. A partir de ese momento por un lado pone bombas y por otra reúne a una élite. Segunda estupidez, como si la inteligencia sólo la tuviera las personas de derecha, ya que para formar parte de esa élite es imprescindible creer en la idea elitista y clasista de la sociedad. Hay, y siempre ha sido así, tanto intelectuales, científicos e ingenieros de derecha como de izquierda. La dualidad Édison & Tesla, mil veces analizada, muestra la mejor inteligencia (o genialidad), sin deseos de ganancias, de Tesla, sobre la mentalidad capitalista, manipuladora, “tramposa” y egoísta de Édison. Por otro lado hay que tener en cuenta que la inteligencia humana está distribuida. Cada vez más. Un empresario emprendedor puede no saber nada de informática o Internet, y contratar a distintos expertos en cada materia, que desde sus puestos harán el papel necesario para que la empresa se mantenga o prospere. Hoy en día cada vez es más común que en las investigaciones científicas intervengan varias personas, sin que el protagonismo quede sólo en una de ellas. En definitiva: una empresa funciona por su director, pero también porque tenga informáticos que reparen los equipos de ordenadores, sin los cuales, y de fallar, la empresa se pararía. Lo mismo para cualquier otra parte de la cadena que suele ser una empresa: sin una fuerte organización en la distribución de la materia a fabricar o sus productos, tal empresa no es nada. La película hace que la protagonista principal se mueva de un lado a otro, para resolver cada problema que se da. Carece de sentido y las empresas no funcionan así. De ser ese el caso todo su tiempo lo perderían en desplazarse de un lado a otro, a veces al lado más lejano de la nación. Las empresas funcionan porque relegan funciones en una jerarquía hacia abajo.
Después está el tema de las bombas. Una persona que hizo algo similar, de ir contra el sistema y tratar de boicotearlo, fue “Unabomber“, y no es que tuviese demasiado éxito, sus ataques fueron mínimos con respecto a los de John Galt. La trama llama incluso estúpidos —contradiciendo su premisa— al resto de empresarios, que no toman medidas más altas de seguridad, para que sus fábricas no sean destruidas. Es de imaginar que el cerco de investigación policial, e incluso del FBI, hubiera logrado cazar a la persona u organización que estuviera detrás de tales ataques al sistema y por ello de la Nación.
A todo esto, además, la película sólo se centra en Estados Unidos, el típico ombliguismo del cine estadounidense. Si la crisis es grave, es de imaginar que para otros países, sin ni siquiera sistema ferroviario —como es el caso de casi toda Sudamérica— entrarían en una crisis, con miles de muertes por falta de alimentación y quiebra del sistema. ¡No pasa nada, sólo importa Estados Unidos y su élite que será la que salvará a la humanidad! Esa es otra vertiente. La trama cae en el mesianismo, pues el peso de toda la humanidad cae en un solo hombre: John Galt. Estirando tal idea, en las últimas escenas se ve cómo torturan a este personaje, en donde su posición con los brazos en cruz, nos recuerda a la del propio Jesucristo. En esa misma dirección mesiánica, un discurso que este suelta, colándose en la emisión de todos los canales de televisión, es escuchado y es aprobado por todas las personas. Carece totalmente de sentido, por no decir que cae en lo absurdo y la necedad. Las personas de izquierda no deberían de estar de acuerdo con sus arengas capitalistas y clasistas, dentro de su discurso contra el Estado, que además seguramente sería el único estamento que estaría tratando de mantener con vida a toda persona con problemas económicos.
Creo que tal trama y filosofía no merece más reflexiones, porque toda la película es tan absurda que no merece tenerla en cuenta. No sé si la novela está más fundamentada o tiene una mejor base en su “puesta en escena” y desarrollo, pero las películas no, y no creo que se hayan apartado demasiado de la novela. Bajo mi punto de vista, si el anarcocapitalismo se diera hasta sus últimas consecuencias, volveríamos a una nueva Edad Media, donde los Señores mandarían sobre sus vasallos. Sin el control y la mediación del Estado, ¿por qué el empresario habría de pagar unos sueldos lo más justos posibles? Hoy no estamos bien, porque ladinamente vamos hacia esa postura, pero la izquierda “vigila” que no se excedan ciertos límites. Sin los Estados, los intelectuales de izquierda podrían ser perseguidos, hasta “desaparecer”, como para que la derecha y esa élite no tuviese ninguna fuerza que se opusiese a sus deseos de fortunas sin límites.
Nota: la “lógica” de la filosofía de Ayn Rand no tiene en cuenta los derechos naturales. De fondo no acepta lo débil…, y si ese es el caso, ¿que si no se nace con una buena inteligencia?, se tiene que morir, ¿hemos de matar a todo humano desventajado? La filosofía de Ayn Rand implica a la eugenesia, aunque no la nombre.
Bajo estos planteamientos, y la idea general de que la filosofía de Ayn Rand se parece demasiado al fascismo, aún con todo en esta página, donde recogen la mayoría de las arengas panfletarias de la película, los comentarios atacan la defensa de la postura contraria, como de “rojos” izquierdistas. Defender posturas humanistas no es izquierdismo. Por eso yo no tengo abierto los comentarios en los blog!, prefiero “pensar” y desarrollar mis ideas sin “interrupciones”. La polarización social cada vez es más fuerte y cada vez se hace más imposible el diálogo.
The Guardian: “El FMI pide a los gobiernos que reduzcan la brecha de ingresos entre ricos y pobres que la pandemia ha agravado, gastando más y cobrando más impuestos a los hogares ricos. Advierte que la desigualdad exacerbada por la crisis puede desatar un estallido social”.
En el escrito “Percepción y verdad” dije que buscaría a cierto filósofo que dijo que Dios decía cosas, pocas, a ciertas personas a lo largo de la historia. No lo he encontrado. Me imagino que está dentro de la corriente del averroísmo, pues Averroes defendía la idea de la “unidad del intelecto” (precursor en alguna medida del inconsciente colectivo de Jung), pues así “interpretó” Averroes lo que quería decir Aristóteles sobre el “intelecto activo” (aún se discute sobre las palabras de Aristóteles sobre este tema, ¡así es la filosofía y así son las palabras en su ambigüedad!). Pero también lo pudo decir Plotino, o algún filósofo del neoplatonismo, donde el nombrado abogaba por el concepto de que nuestras ideas nos vienen dadas por Dios.

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