¡Mierda de humanos! – II
❝La historia, no sólo en su ejecutoria, sino en su misma esencia, es una mentira: como habla de individuos de carne y hueso y de sucesos particulares nos quiere hacer creer que cuenta siempre algo nuevo, cuando en realidad siempre repite lo mismo desde el principio hasta el final, sólo que cambiando los nombres y el vestuario. La verdadera filosofía de la historia consiste en darse cuenta de que, a pesar de todas esas infinitas modificaciones y de todo su jaleo, no tiene ante sí siempre más que la misma, idéntica e inmodificable esencia, la cual hace hoy lo mismo que ayer y que siempre; la filosofía de la historia debe reconocer, por tanto, lo idéntico en todos los sucesos y observar por doquier la misma humanidad.❞ Schopenhauer
Las pirámides egipcias fueron construidas de forma colaborativa por todos los ciudadanos, que donaban su tiempo, mano de obra y conocimientos al faraón, a quien consideraban un Dios
En la Edad Media los Señores alquilaban sus tierras para que fueran trabajadas, y estos cobraban por un lado la renta, una parte de la cosecha y por otro los impuestos.
Hoy un/a cantante o actor/actriz hace una colonia , la vende y gana millones, con lo que se puede permitir tener varias viviendas, vehículos, o yates. Ciertas otras personas ponen su nombre a la ropa interior, con los mismos resultados. O un YouTuber hace vídeos haciendo estupideces con el mismo final.
¿La humanidad ahora es más inteligente y está mejor preparada?, o es más estúpida. Los egipcios creían ganarse el cielo trabajando por su Dios. En la Edad Media los señores daban protección a sus tierras y vasallos. Qué retribución tienen ahora los que hacen ricos al resto de “aprovechados” de nuestra estupidez…, ¿unas risas, algún que otro buen rato banal (que no la felicidad), un aroma efímero, algo que terminará siendo un trapo…?, nada, nos dan sólo humo. Algo tan vacío como pueda ser un Dios para la actualidad o una protección que quizás nunca se necesite.
Nos venden ocultarnos de nuestra banalidad, de nuestras mentes huecas, de lo vacuo e inane de la vida. Nos venden una máscara superficial echa de cera, que tarde o temprano se derretirá. Ellos lo saben…, les da igual, para cuando te des cuenta ya no necesitarán nada más de ti, pues ya podrán vivir de su dinero y riquezas acumuladas. El sueño de unos es vivir de las pesadillas del resto: esa es la única realidad que hay tras el sueño americano, ahora vestido con la mentalidad neoliberal.
Tenemos la misma estructura cerebral, el cómo la rellenemos con unos u otros datos, y aunque estén más alineados a la realidad, no nos hacen más inteligentes. Es más, a mí me parece que ahora somos aún más estúpidos, al endiosar a gente que sólo quiere vivir a costa de nuestra estupidez. Hoy más que nunca los cuentos nos han adormecido. No tenía razón Kant al pensar que la humanidad había llegado a su mayoría de edad. Nuestro principal síntoma es una mayor y pronunciada estulticia, por tener tan a mano el saber, desechándolo simplemente por que nos abruma.
Del sudor de aquellos egipcios nos han quedado el esplendor y monstruosidad de sus pirámides; los afanados trabajadores de la Edad Media limpiaron y ampliaron las tierras de cultivos, limpiándolas de tocones, piedras y riscos…, tierras que aún hoy nos dan el pan que comemos. ¿Qué quedará de estos ciudadanos de la actualidad?, ¿autorretratos en Internet vanagloriándose en su narcisismo?, de nuevo nada, humo. Retratos que sólo nos recordarán, sin pena y alejadas de toda gloria, sus almas perdidas en los laberintos del aburrimiento, dentro de sus perdidas e inanes mentes.
Mente similares piensan más o menos lo mismo, es del gusto de la evolución la redundancia:
“Cada vez que se ha dicho «Dios ha muerto», hemos intentado sustituirlo con arte, con ciencia…, pero las hemos convertido en una especie de religión, es que no hay otra manera de hacerlo; necesitamos del sentimiento religioso de la vida.” “Las máscaras nos favorecen.” “Los seres humanos estamos especialmente diseñados para mentir, entonces tenemos que admitirlo y ponernos la máscara.” “Iban dos y se cae el del medio, ¿qué se cae ahí…?, se cae occidente.” “Porqué lo llaman libertad cuando quieren decir «dos cañas y unas bravas», ¿ese es tu precio, jovencito confuso neoliberal?” Ignatius
(Caña y bravas=vaso de cerveza y patatas fritas, a base de salsa mahonesa y con algo picante, algo típico de pedir en los bares en España.)
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