Proyecto Autorrefencialidad
Sólo es un escrito para compartir dos gráficos creados en esta tarde. El primero —no muy elegante, pero bajo el pretexto de que fuera claro (me fue complicado encontrar laberintos con partes sin salida)— es una metáfora sobre las dos verdades, la narrativa —como así es la de los creyentes— y la científica, que “mata” la “verdad” narrativa. La muerte de la narrativa deviene en nihilismo. No hay medias tintas, quien no cae en el nihilismo es que se “perfila” alguna narrativa que “sostenga” su vida (el mero concepto de progreso ya lo es). Actualmente vivimos bajo el nihilismo, pero nos “salva” el “ir saliendo del paso” de crisis en crisis, con la esperanza —narrativa— que al final habrá un salida a todas estas situaciones y sumas de crisis.
Gratamente (que cursi, jejeje) han compartido esta semana (o la anterior, no sé —no se puede entrar a esa Web desde España, hay que usar algún proxy o VPN) el libro de Michael s. Gazzaniga “¿Quién manda aquí?”, que es una verdadera joya (otra cursilería) ya que revisa todas las ideas generales de la actualidad (sistemas complejos, donde él nos habla de la falta de adecuación entre el microrrelato y el macrorrelato, la no paridad de la física newtoniana y cuántica, la libertad o su inexistencia, igualmente sobre el sentido de agencia…, todo perfilado desde su teoría del “intérprete del hemisferio izquierdo“). Casi todo es paralelo a mis exposiciones, ya que mi visión es la más general y aceptada en la actualidad, solo que yo creo que he llevado todo un “poquito” más allá en varios sentidos (quizás demasiado allá, pensarán algunos, pues yo caigo en el nihilismo y Gazzaniga no, pero creo que él cree en Dios o algún tipo de trascendencia).

El segundo gráfico es un primer desarrollo a crear un libro con entradas de la Wikipedia, donde el tema central son árticulos que se centran en la autorreferencialidad del cerebro humano, autorreferencial en tanto que es un sistema adaptativo complejo basado en la homeostasis, bajo los parámetros de la retroalimentación positiva (crecerse como humano, madurar, quererse, conocerse, desarrollarse…) y negativa (autocrítica, autopersuasión, autocensura…). Se basa en un proyecto antiguo sobre el que no hice ningún gráfico, en el cual junté todos los conceptos que tratasen y empezasen por el prefijo auto-, donde además fui añadiendo más entradas en la dirección de tener una panorámica general sobre el tema (primer y segundo enlace a las entradas).
El gráfico lo he desarrollado esta tarde, pero no sé si mantendré el diseño o lo cambiaré todo. La doble serpiente o dragón no es un diseño mío, es un tattoo encontrado en Google imágenes (tienen la “falla” que en conjunto es una elipse en vez de un círculo, quizás lo cambie un poco), sólo lo he versionado en un gris de fondo y el segundo en primer plano de tonos fuego, para seguir el diseño de las entradas (creo que 138, por eso se ve tan pequeña la letra, pero al ampliar se ve bien). El proyecto final constará de todas las entradas en documentos PDF (será como un libro con muchos gráficos y enlaces, posiblemente cercano a las 500 páginas), y la gráfica funcionará a modo de índice, donde al dar a cada concepto se irá al documento específico (esto me llevará varios días).

Dejo algunas partes que he recogido del libro de Gazzaniga:
“Queremos vivir la vida, no pensar en ella.” “La consciencia requiere tiempo, algo que no siempre tenemos. Nuestros antepasados tenían que ser rápidos en las situaciones competitivas donde peligraba la vida; los lentos no vivieron lo suficiente para reproducirse, de modo que no dejaron descendencia. Es fácil mostrar la diferencia de duración temporal entre las respuestas automáticas y aquellas otras en las que interviene la consciencia. Si usted se sitúa delante de una pantalla y tiene que apretar un botón cuando se enciende una luz, al cabo de varios ensayos será capaz de hacer esto en unos 220 milisegundos. Si le piden que lo haga un poco más despacio, en 240 o 250 milisegundos, no será capaz. Su velocidad se reducirá en más del 50 por ciento, por lo que pasará a ser de 550 milisegundos, aproximadamente. Cuando interviene la consciencia, el autocontrol consciente de la velocidad requiere más tiempo, porque la consciencia funciona a menor velocidad. Y usted seguramente lo habrá comprobado muchas veces.” “Así pues, cuando ciertos estímulos engañan al sistema visual y construyen una ilusión, aunque sepamos que se trata de un engaño, la ilusión perdura. La parte del sistema visual que produce la ilusión permanece inmune a la corrección basada en el conocimiento consciente.” “Es el hemisferio izquierdo el responsable de la tendencia humana de buscar el orden en el caos, el que intenta encajar todo en un relato y contextualizarlo.” “Se busca el orden en el caos. En este experimento, las conductas que se originaban en el hemisferio derecho se incorporaban al flujo consciente del hemisferio izquierdo y podíamos ver/oír el proceso.” “La consciencia no constituye un único proceso generalizado. Cada vez parece más evidente que la consciencia conlleva multitud de procesos desunidos y sistemas especializados, ampliamente distribuidos, cuyos resultados se integran de manera dinámicamente mediante el módulo intérprete. La consciencia es una propiedad emergente. A cada instante, diversos módulos o sistemas compiten por la atención y el ganador emerge como el sistema neuronal que subyace a la experiencia consciente del momento. Nuestra experiencia consciente se configura sobre la marcha, a medida que los hemisferios responden a los estímulos siempre cambiantes, calculan las líneas potenciales de acción y ejecutan respuestas como un niño astuto.” “Si estamos constituidos por infinidad de módulos, ¿cómo es que nos invade una imperiosa y casi evidente sensación de unicidad? No experimentamos un millar de voces sino una experiencia unificada. La consciencia fluye con facilidad y naturalidad a cada momento con un solo relato unificado y coherente. La unidad psicológica que experimentamos surge del sistema especializado, el llamado «intérprete» que genera explicaciones sobre las percepciones, los recuerdos y las acciones, así como sobre los vínculos entre todos esos elementos. Todo ello conduce a un relato personal, la historia que engarza los aspectos dispares de nuestra experiencia consciente en un todo coherente: el orden en el caos.” “El intérprete humano nos ha tendido una trampa. Ha creado la ilusión del yo y, con ella, el sentido de que los seres humanos tenemos agentivídad y tomamos decisiones «libres» que determinan nuestra acción.” “No hay nada misterioso aquí, pero el uso del lenguaje de la “causa” confunde las cosas. Tal vez deberíamos inventar un lenguaje nuevo y apropiado en lugar de seguir recurriendo a las categorías aristotélicas».” "La imitación consciente produce un efecto falso y resta sincronía a la comunicación." ”Mi analogía predilecta es la del coche, a la que ya me he referido con anterioridad. Si uno observa una pieza aislada de un coche, como por ejemplo un árbol de levas, no puede predecir que habrá retenciones de tráfico en la autopista a las tres y cuarto de la tarde de lunes a viernes. De hecho, ni siquiera se puede predecir el fenómeno del tráfico simplemente observando una pastilla de freno. No se puede analizar el tráfico en el nivel de las piezas del coche.” Michael S. Gazzaniga
(La última analogía del autor es un ejemplo claro de microrrelato y macrorrelato (bajo su lenguaje o estadounidense), donde el primero no explica el segundo, al igual que una función del cerebro no explica la conciencia, o un individuo no explica la sociedad. De esa manera la vida tampoco explica el universo, o a la inversa. Los macrorrelatos son los estados emergentes.)
Comentarios