Libro de la Autorreferencialidad Humana
¡Por fin he terminado!
El presente libro —compartido abajo— es una recopilación de artículos de la Wikipedia inglesa (por tener más entradas y ser más completas), cuyo tema central es la autorreferencialidad del cerebro, esto es, el sistema central nervioso en su proceso interno, individual y en sociedad para “encajar” la propia identidad dentro de la sociedad y la época que le ha tocado vivir. Este tema lo traté en el escrito “La máquina autorreferencial” y lo continué en “La máquina autorreferencial II – “Conócete a ti mismo”, y es un tema al que vuelvo una y otra vez en mis escritos.
Temas técnicos. Google a cambiado de políticas con su traductor y cada vez restringe más la posibilidad de usarlo. En otras ocasiones creo PDF’s en donde sus vínculos llevan a la Wikipedia inglesa traducida al español, pero Google al poco deniega el acceso, con lo que los enlaces del documento llevarán a la Wikipedia sin traducir (es de suponer que ya cada uno desde allí usará alguna extensión del navegador para traducirlas). Igualmente los índices de las páginas no llevarán a una parte del documento, sino de nuevo a la Wikipedia. Si hubieran sido pocas entradas hubiera cambiado ese comportamiento, pero al ser tantos términos y con unos índices tan extensos, hubiera sido de “locos” meterme en esa rutina, que por lo demás me hubiera llevados semanas. Tema aparte es que las traducciones son automáticas y a veces los formatos no son los correctos, así como tampoco lo son las traducciones. He optado por dejar intacto los artículos, y que tengan las llamadas a los estudios académicos o a páginas externas, por que de esta forma el lector puede leer más en profundidad los temas que le interesen.
Otro tema es que el proceso de crear el presente libro es sobre todo en procesos rutinarios y muy largos, con lo que al poco metía la pata en un proceso y otro, lo que me ha llevado a verdaderos atolladeros (que finalmente resuelvo con astucia). Eso lo digo porque no estoy seguro al 100% que todo funcione bien, de cualquier forma entrego todos los procesos (documento de Illustrator, el vectorizado de tattoo hecho en CorelDraw —en realidad casi hecho a mano, pues los conversores a vectores no lo hacen bien—). El doble dragón no es mío, lo descargué de Google Imágenes y no ponía ningún autor, por lo que no puedo poner su autoría. De cualquier forma lo modifiqué —y vectoricé, ya que era un bitmap— para que fuese algo más redondo y encajase mejor en la página principal, que hace de índice (al dar a los “topos” o círculos de los temas principales amplían la zona de sus entradas, y los topos delante de cada término lleva al documento interno del archivo PDF; para volver a la visión completa de la página principal recurrir al “ver página completa” del visor de PDF’s que se use).
Quedaría haber hecho una pequeña introducción —en la dirección de orientar sobre su lectura— y puede que la escriba alguno de estos días. Por hoy ya lo dejo, que llevo más de 14 horas con este tema. Sólo en hoy, vectoricé el tattoo, terminé el diseño —hacer y deshacer posibles resultados; al final opté por que el tema central fuera el fuego—, generé el domumento PDF, le puse todos los enlaces a la páginas…, mientras resolvía problemas y fallos de otros días que iba descubriendo en cada paso.
Aclarar de todas las formas la cantidad de nuevos términos y conceptos, donde muchos son casi lo mismo que otros, pero con sutilezas que no son apreciables a simple vista. Por ejemplo “locus de control”, “estilo explicativo”, e “ilusión del control” vienen a decir lo mismo. Bajo mi punto de vista lo central, que pueda estar implementado en el cerebro, es el locus de control. La capacidad de autoengañarnos en la dirección de pensar que tenemos el control de nuestras vidas. Curiosamente la gente “facha”, de derechas, pero además todo aquel que se aplique aquella frase de “yo me he hecho a mí mismo”, tiene un locus de control interno, que cree tener el control. La gente de izquierdas, por el contrario, es más propensa a pensar que interviene mucho el azar y procesos externos. Entre medias están los denominados “Bilocales” (internos y externos). Este “descubrimiento” —a través de estadísticas basadas en test sobre la población— me da la razón a una de mis bases (expuestas en los libros “La imposibilidad de la razón” y “Lo que es y lo que (a)parece“, —ahora es el día siguiente de este escrito y lo estoy revisando, alguien ha llegado al capítulo en donde había hablado de ello y me lo ha hecho ver, es en el artículo “Epílogo I – La Dimensión Social“—), que es el que hay dos fuerzas, la derecha (fachas en el lenguaje amplio de Ignatius) hace uso de la retroalimentación positiva, acelera las cosas, las quema, las desgasta; mientras que la izquierda hacen de retroalimentación negativa, tratando de frenar esa locomotora sin frenos que es la derecha (dice Ignatius que la izquierda se debería de conformar con el papel de ir simplemente a la contra de la derecha, sin tratar de gobernar, lo cual encaja con el papel que hace la retroalimentación negativa: que se limita a tratar de llegar a los estados equilibrados —homeostáticos—, contrarrestando la retroalimentación positiva…, en otro ejemplo, los contactos humanos en las Redes —o en el porno—suelen activar la dopamina, mientras que en el contacto directo se activa a la vez la serotonina, que es inhibidora, por lo que en la redes “aparece” el papel excitador —retroalimentación positiva— de la dopamina, similar a cualquier tipo de adicción, que igualmente son estados sin freno). De hecho los países comunistas (antes) podría decirse que frenaban el mundo, pero además se puede afirmar que sin quererlo vivían bajo ciertos preceptos estoicos: de vivir con lo mínimo o sin excesos.
Otro dato a mi favor de mi visión más holista (propio del cerebro profundo, no de la razón), es que el locus de control pasa de interno a externo con la edad, en concreto al llegar a la mediana edad, la llamada edad de la razón, y de esto se sigue la regla de la tendencia a la retroalimentación positiva de los jóvenes y el freno que son sus mayores. Podría decirse que la madurez de la mediana edad da la razón de que no tenemos tanto el control, puesto que tienen un mayor nivel de experiencias que lo corroboran (las que suman sabiduría), pero los optimistas pensarán que en realidad con la edad se “tira la toalla”, por lo tanto cada cual —como siempre— hará de estos tipos de datos su propia lectura.
Creo que es evidente que la falta de la identidad proletaria, de la falta de identidad de la clase obrera (cual trastorno de identidad del cerebro), está haciendo que estos se estén subido al carro del consumismo, propio del pensamiento neoliberal, falta de indentidad (como freno) que explica el porqué las cosas se están acelerando, haya un desgaste de los recursos del planeta, su contaminación y el propio calentamiento global. Hemos entrado todos en la dinámica de la retroalimentación positiva, propia de las langostas, que al mudar de “identidad”, van asolando —allí por donde pasan— con todo lo que esté por medio. En ese caso, la “locura” del neoliberalismo vence. ¿Por qué?, porque con la era de la información se entró en un nuevo tipo de sistema —o creó una nueva dinámica al existente—, de tal manera que este nuevo macrorrelato todavía no ha encontrado su propio sistema de control, con lo cual de momento está “desbocado” o tendiendo a la retroalimentación positiva. ¿Nos dará tiempo de pisar el freno antes de llegar al caos?, yo creo que no, o no sin una gran y profunda crisis (con millones o miles de millones de muertes). De momento el coronavirus nos ha frenado algo. Debería de haber sido un momento de reflexión, de autodiagnóstico, pero tal parece que no es así, que lo único que busca el primer mundo es salir cuanto antes de la actual situación para volver a lo que este cree que es su “marcha habitual”. Esto lleva a otra conclusión…, que el tercer mundo sirve de retroalimentación negativa, de freno, pero toda nación quiere salir de esa situación y sumarse al tipo de mentalidad del primer mundo. Craso error, pues de ser así se sumarán vagones al tren desbocado que es el primer mundo.
La ilusión de control, por otro lado, es un sesgo en el que puede caer cualquier persona, independientemente de si su locus es interno o externo. Con respecto a las diferencias con el estilo explicativo…, ahí ya me pierdo, ni los expertos se ponen de acuerdo si es los mismo que el locus o no. Con el resto de términos igual. Pienso que si hay tantos nuevos conceptos es por el afán de los científicos para llegar a tener éxito, ya que el primero que nombre un concepto y de ponerse de moda o ser de uso, esa persona ya pasará a la posteridad, independientemente de cualquier otro estudio que pueda haber hecho. Esto de nuevo es retroalimentación positiva.
Última aclaración. Las entradas puestas pueden provenir de la psicología, la sociología, la filosofía, las neurociencias, pero también he incluido alguna entrada política, por ser de interés.
Estoy agotado… ¡Voíme…!
Descargar archivos con todos los documentos relacionados con el libro. (Adapté la gráfica principal a que fuera más rectangular para la cabecera del escrito —de nuevo la entrada en juego de las facticidades y las externalidades—, pues me gusta más así, achatada y con algo de forma oval. Puede que cambie la principal si hago alguna revisión al proyecto.)
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