Todo Sobre la Pedofilia – Anexos
A modo de preámbulo, encontré el último show de Bo Burnham —2021—, al cual no conocía. Traté de informarme para saber qué iba a ver, y me enteré que empezó como YouTuber. En el mismo sitio de descarga aparecían dos show anteriores, de 2013 y 2016. Decidí verlos en orden. Los dos primeros siguen una misma línea creativa. Deja caer aquí y allá lo que yo captaba como de una persona realista depresiva, pero dentro de un espectáculo de humor musical. Entre estos dos apenas si hay tres años de diferencia, hasta el tercero, cinco años. Este último es muy depresivo, y apenas si se percibe la genialidad y espontaneidad de los dos primeros show. Al parecer cayó en el pánico escénico —los dos primeros show eran en teatros y el último en el estudio de su casa— y pasó por varias crisis, que le trajeron al momento actual. Se ve el declive del cerebro, donde su mejor estado es antes de los 25 años, y donde después este se tiene que basar en lo aprendido, en los hábitos, en este caso la habilidad para hacer reír. En el último show, desde su realismo depresivo, llega a decir que por qué ahora la gente cree que es importante que tenga que dar su opinión sobre todo, que hemos llenado el mundo de personas en donde todas quieren contar su punto de vista de todo. Dice además que ahora lo difícil es callarse y guardarse uno su propia opinión.
Al día siguiente vi una entrevista a Jodan Peterson, y al final de esta se derrumba, llorando a la menor. De nuevo en su línea de hablar de la entereza y la resiliencia en sus libros, cuando él mismo no es el mejor ejemplo. Es una “mente en ruinas” que habla sobre la capacidad humana para luchar, cuando él no es capaz de aplicar su “saber” ni sobre sí. De cualquier forma, eso lo humaniza y se nos hace más cercano, y por ello es más popular que otros pensadores que tienen la entereza como su manera de interactuar ante lo social.
En todo esto sale el patrón actual de sociedad del espectáculo (un ejemplo español es el último show de Dani Rovira). Su aparente fragilidad de entretener y tratar de subir el ánimo a las personas, cuando ellos mismos ya no parecen creer en su propia medicina… ya sea en el humor, en la divulgación, o en cualquier cosa. Estamos en una sociedad hipersensibilizada (y del cansancio, Byung-Chul Han), siempre a punto de caer en un ataque de pánico y/o en el desánimo. ¿De qué es síntoma esto?, cómo hay que leer ese efecto secundario dentro del humor. Dejo este tema para otra entrada, y para que lo conteste por sí misma toda mente inquisitiva.
Este escrito trata cinco temas de alguna forma relacionados con la pedofilia. A saber: 1. agresión linda o juguetona; 1a. estímulo supranormal; 2. error de ubicación de destino erótico; 3. impronta sexual y 3a. de vuelta con la hipótesis homosexual; 4. sistema endocrino, la hipófisis; 5. activismo pedófilo. Casi no va a haber reflexiones propias, voy a tratar de limitarme a transcribir lo que diga la Wikipedia.
Agresión Linda o Juguetona
Dos cosas llaman la atención de la pedofilia, 1. su desadaptación, pues el sexo con prepúberes y niños no tienen como fin la reproducción, y 2. hacer daño a un ser indefenso. Por esto es importante entender que la pedofilia puede, quizás, entrar dentro de un tipo de “agresión linda” (otra fuente):
“La agresión linda, o agresión juguetona, es un comportamiento superficialmente agresivo causado por ver algo lindo , como un bebé humano o un animal joven. Las personas que experimentan una linda agresión pueden apretar los dientes, los puños o sentir la necesidad de morder, pellizcar y apretar algo que consideran lindo, sin causar ni intentar causar ningún daño.”
En definitiva, es esa sensación que tenemos de apretar entre nuestros brazos y sin límites a algo que nos resulta muy bello, sobre todo a los infantes, ya sean estos humanos o animales. El feminismo está en contra a que existan “esencias“, arquetipos y que por ello el humano es sobre todo una construcción social, tratando de mantener roles (comportamientos asignados). Pero la “agresión linda” está dentro de un comportamiento heredado que tienen otros animales, y que por ello nos habla de esencias que emergen en la evolución y la vida. En un lenguaje más actual: la evolución parece encontrar conceptos y manejarlos en distintas especies y órdenes de animales. Ese el caso de los rostros redondeados y lindos de las crías de muchos animales. Pero no basta con encontrar tal patrón, sino además el implementar en el cerebro de los adultos unas respuestas hacia esos rostros. ¿Cómo?, simplemente con ciertas hormonas y los receptores de estas en ciertas partes del cuerpo o del cerebro.
Un inciso. Antes de seguir en el tema, hay que tener en cuenta que el concepto de “agresión linda” está dentro de otro mayor, bajo el llamado estímulo supranormal, de la tendencia hacia la exageración, que a la vez remite a que lo que subyace debajo es la activación de una retroalimentación positiva en un gran espectro de situaciones o casos. Un humano reacciona exageradamente al ver a un bebé, que a la vez a lo largo de la evolución tendrá cada vez un aspecto más lindo, que a la vez creará una mayor reacción en los cerebros de los adultos, y vuelta a empezar el ciclo (la retroalimentación es en definitiva un ciclo cerrado sobre sí, entre dos o más componentes). El estímulo supranormal, sobre todo, se “inventó” para propiciar la procreación, el sexo, pues cada macho de pavo real trata de tener la mejor cola de toda la evolución, en la dirección de ser el seleccionado por las hembras, lo que por retroalimentación positiva hará que su descendencia herede la mejor cola o una cola mejorada. Esto lleva inevitablemente a que la mayoría de los comportamientos femeninos humanos, como el maquillaje, los peinados, y la vestimenta, tienda a activar el estímulo supranormal en los hombres. Más comedido en los hombres, aunque en las últimas décadas, estos tiendan hacia la hipermusculación. La propia cirugía estética de subir de talla de pechos o de nalgas, va en la misma dirección. El resumen es que sí hay esencias y hay conceptos evolutivos subyacentes que son los que se manifiestan en las sociedades humanas. Luego, todo construccionismo social tiene de terreno y de armazón tales estructuras evolutivas… ¡de las que no escapamos! La liberación sexual no parece haber allanado el terreno y haber derrumbado edificios del esencialismo de género, sino que parece haber ocurrido lo contrario: que ahora es más evidente que el estímulo supranormal es el armazón tras el que está toda tendencia social. Las redes sociales mediáticas no niegan la regla, sino que la confirman. Las cam-girl son una prueba de estas estructuras. La pornografía de los inicios del cine, de principios del siglo pasado, era con unas modelos un poco “patéticas”, no muy bellas, con cuerpos fofos y poco o nada visuales o esbeltos. La pornografía después de la revolución sexual, la de los setenta, aún era heredera de esas flaquezas. Era como si para llegar a ser actriz porno, fuera por el hecho a que tales personas no tuvieran otra salida (falta de estudios, de habilidades). Hoy en cambio, cuando ya se han asentado y “normalizado” las cosas, cada vez llegan más bellezas y chicas con “dones” propiciados por el estímulo supranormal a las redes sociales, a cam-girl o a actrices porno. Luego, de nuevo, se ha impuesto lo propiciado por la evolución y por los conceptos que esta maneja, como ese es el caso del estímulo supranormal.

Queda enlazar lo dicho con la pedofilia. Esa tendencia hacia la “agresión linda” que tienen sobre todo las mujeres, es la que siente un pedófilo ante los niños, pero a nivel sexual, pues como se ha argumentado en el escrito anterior esa tendencia hacia lo lindo, no ha sido “capada” para restarle su componente sexual (y dado que el propio estímulo supranormal nació sobre todo por la reproducción, o sea, por lo sexual). Esto lleva a la vez a que el cerebro (todo el cuerpo, la vida) tiene como base la búsqueda homeostática, a lo estable, donde operan los dos tipos de retroalimentación: la positiva y la negativa. Usando un símil, la cuestión cerebral es algo similar a echar sal durante la preparación de una comida, para terminar por darse cuenta que se ha echado demasiada, echando en ese caso más agua para aminorarla, y llegando a la conclusión que de nuevo se ha quedado sosa y volver a añadir más sal. Esto mismo ocurre a dos niveles: el evolutivo al crear a cada individuo, y a nivel cerebral y de comportamiento individual. Por poner un ejemplo, actuamos de una forma con un extraño, con exceso de efusividad, y el cerebro al percatarse de tal error, balanceará su hacer con un trato demasiado “seco” hacia la siguiente persona, que de nuevo reevaluará con la siguiente persona hacia una mayor efusividad. El “problema” del pedófilo es que es uno de esos “errores” evolutivos individuales, que la evolución ya no reevaluará dentro de la propia vida de esa persona, y en donde la evolución tratará de compensar tal desmedida, en siguientes generaciones e individuos.
En el cerebro no hay blanco y negro (esto viene por el día y la noche, no es nada racial, la noche al no tener la visión, crea más pánico y horror), positivo y negativo. Vemos películas de terror a modo de vacunarnos contra él, y porque se libera noradrenalina, estrés. A veces se llora de alegría o uno tiene una risa nerviosa ante la pena.
“La agresión juguetona es un tipo de exhibición “dimorfa”, en la que una experiencia positiva provoca expresiones generalmente asociadas con emociones negativas. Este comportamiento ocurre más comúnmente en personas que experimentan emociones dimorfas (encontradas, contradictorias) en una variedad de situaciones y puede ayudar a regular las emociones al equilibrar una emoción abrumadoramente positiva con una respuesta negativa. Los sentimientos positivos intensos a menudo producen expresiones híbridas categóricamente positivas y negativas típicas.”
A modo de anécdota, traté de darme de alta entre los Incels, para tratar de entenderlos desde dentro, pero me rechazaron. El caso es que en uno de esos días al entrar en sus foros había un hilo con el título de “la ciencia descubre el porqué de la pedofilia”, era sólo un anzuelo, el que había abierto ese hilo simplemente ponía “…por qué (los niños) son jodidamente lindos”. Otra anécdota de mi infancia es que una perra y madre novata, mordió a una de sus crías en un momento de ansiedad y estrés, porque esta no paraba quieta en sus juegos infantiles. Le arrancó la piel. Es de suponer que se le activó la “agresión linda”.
Finalizar diciendo lo obvio, o que se lee entrelíneas, de tal concepto. La agresión linda es un ejemplo de comportamiento desadaptado, pues en muchos casos hacemos daño a una animal o un bebé sobre el que empleamos tal tendencia, ya sea en un abrazo (achuchón, en España), un piñizco o cualquier otra expresión afectiva. No es aprendida, puesto que los propios niños son el ejemplo más claro, cuando cogen a un animal. Se hace sobre todo evidente en los niños hiperactivos, pues no son capaces de controlar sus fuerzas y deseos. ¡Claro!, esto no es igual de extremo que lo que se da con el pedófilo, pero es una muestra más de los errores, liviano en este caso, de la evolución.
Error de Ubicación de Destino Erótico
Para hablar de tal error primero hay que tratar sobre qué es la Impronta, que por no alargarme mucho los simplificaré con el cuento de “el patito feo”. Tal cuento nos habla del instinto de tomar como madre (o cuidador) a lo primero que la cría vea. En el caso del patito feo, el bebé de un cisne siguió a una pata, pensando durante toda su vida de sí mismo que era un pato feo. Bajo este instinto otro ave, los cucos, ponen sus huevos en los nidos de otras especies para que estos padres adoptivos cuiden de sus crías (de ahí la expresión de “ser muy cuco”, astuto, ladino).
Esto a qué patrón evolutivo obedece. El cerebro en evolución implementó el aprendizaje durante la vida individual, en donde bajo ese aspecto no tiene que operar lo meramente instintivo. Pero ahí hay un vacío o tendencia al error que la evolución tuvo que subsanar. Si por un lado se es solamente instintivo, no cabe el aprendizaje, y a la inversa. En ese caso la evolución lo “resolvió” con un “parche en el sistema”: la impronta. Un primer aprendizaje que hará de comportamiento ancla (eje) dentro del cerebro. Dado que no hay un aprendizaje previo, aquel primer comportamiento será el que regle los siguientes comportamientos. Para el caso es como si se allanase un terreno con arena. La primera vez que llueva el terreno cederá en ciertos lugares, creando regueros, que son por los que fluirán las aguas en las siguientes lluvias, con el efecto de que se pronunciarán aún más tales fracturas del terreno (el típico ejemplo del cañón del Colorado). De la misma forma, las neuronas de un recién nacido no han creado conexiones entre ellas, y las primeras conexiones sobre cada tema crearán un primer reguero, que es sobre el que incidirán las siguientes conexiones. Tales conexiones se dan sobre todo por la dopamina, la molécula del aprendizaje positivo (refuerzo positivo). De ahí el error de reírse de las palabrotas de los niños cuando están aprendiendo a hablar. Lo mejor en ese caso es la indiferencia, pues la represión crea otra huella, en donde en casos de estrés se soltarán tacos para liberarse de él, y en la medida que se sabe que daña o molesta a las personas. En este acto vemos la ambigüedad, ya referida arriba, sobre lo que en la Wikipedia llaman “emociones dimorfas”. No sólo aprendemos lo que le gusta a la gente o a la sociedad en las que nacemos, sino que además aprendemos sobre lo que odia, y que por ello podremos usar como “arma” para atacarla o defendernos. En otro lado he hablado del morbo: no sólo nos atrae lo bello, sino también lo prohibido o lo raro, porque en el “cajón de-sastre” que es el cerebro, lo reprimido “mueve” igualmente la sexualidad a modo de un extraña forma de compensación y para llegar a lo homeostático (llorar de alegría, como ejemplo y en otro aspecto fuera de lo sexual).
Como mejor se entiende a que se refiere el “error de ubicación de destino erótico” es con un ejemplo, expuesto en la propia Wikipedia. Se dio el caso de una hembra de oso panda nacida en cautividad, que fue llevada hasta otro zoo donde había un macho, en la dirección de que se quedase embarazada, pero no respondía sexualmente ante el macho, cuando sí lo hacía con los cuidadores varones del zoo (exhibía el comportamiento de lordosis: levantar la grupa y presentar su sexo al macho, ¡qué casualidad, como el baile del perreo entre las humanas!). Esto mismo lo vemos en nuestros perros, cuando se agarran a la pierna de la gente, tratando de cupular con tales personas. En los dos casos se dan dos errores, por un lado, como en el cuento del patito feo, esos animales han creado un impronta errada sobre a qué especie pertenecen, y por otro lado han creado una impronta sexual coherente con ese primer error (ver trastorno del cortejo), pero errada totalmente con respecto a la especie a la que pertenecen.
Se deduce así que la pedofilia se basa en un error de ubicación de destino erótico. Lo que nos lleva al siguiente tema.
La Impronta Sexual
Poco queda que decir, pues ya se ha dicho en los anteriores párrafos (no hay entrada en la Wikipedia, está en una sección de la entrada sobre la impronta). El cerebro no es capaz de procesar todos los datos de la realidad. Cuenta con dos estrategias: 1. anular la puesta de atención a todo lo irrelevante y 2. contar con la información con la que ya tiene. Pongamos el caso de la vista. Si la habitación en la que se encuentra el lector de estas líneas es su propia habitación: su cerebro ya no ve la habitación, con lo que cuenta es con lo que sabe de la habitación. Sabe sus dimensiones, lo que puede trabar sus movimientos, dónde están los bolígrafos, etc. En ese caso el cerebro es predictivo, ya que tiene internamente un mapa mental de la habitación que el cerebro visual ya no necesita ver y procesar. En ese caso puede ver lo que hay nuevo o distinto. Si nuestra madre entra un día y cambia las cosas de sitio (para ella, ordena), nuestro cerebro al contar con la predicción, de repente puede sentirse un poco perdido, activando la atención, el volver a mirar la habitación, para tratar de ver los nuevos cambios con respecto a su mapa interno y reajustar este segundo. Por todo esto, es aquello de que nadie nos mueva las cosas de sitio. Otro tanto ocurre con los comportamientos. El cerebro recurre a hábitos (guiones de comportamiento), porque le es más fácil y económico, que tratar de crear comportamientos en cada caso de la vida y nuestro día a día (más tendente a errores, si se recuerda el ejemplo de la sal de arriba).
Dado que el cerebro es predictivo, solemos ir a medio piñón (media marcha) casi todo el día, ahorrando energía cerebral, pues es una parte del cuerpo que gasta mucha energía (entre el 40 al 60%). Lo más costoso es la puesta de atención, hay que activar las capacidades del prefrontal que son las que más energía gastan dentro del cerebro. Esto se ve cuando por el hecho de que al poner la atención sobre algo, solemos fruncir el ceño, esto ocurre en situaciones de “disgusto, tristeza o preocupación, y con menos frecuencia confusión o concentración“, en definitiva en situaciones “negativas“, quizás por esto no oigamos la mayoría de las veces a los otros: requiere concentrarse, gastar energía, mientras que el acto de hablar uno mismo suele ser una suelta de estrés o tendencia hacia lo homeostático.
A lo que quería llegar con todo esto, es que el cerebro “pone” atención a lo nuevo, en la medida que va a crear un nuevo terreno del mapa interno y es esta primera aproximación el que crea los patrones que se podrán fijar para siempre en la vida. En ese caso la impronta sexual se refiere a la primera vez que una persona tiene un deseo sexual (capacidad deseante) que creará una primera huella cerebral, que creará nuevo terreno mental de cómo es el entorno social y de la vida. En psicoanálisis a dicha capacidad deseante se le llama libido, y ahí de nuevo entra en juego lo “dismórfico” que es el cerebro, pues si este conoce que es algo prohibido, o no adaptado o aceptado en lo social, lo meterá en el “saco” de los puntos de fuga, para las situaciones altamente estresantes y sin otra vía de escape para liberar miedos y estrés. Esto, junto a la complejidad del cerebro y las sociedades humanas, explican todas —o una gran parte— de las parafilias. Si un niño se mete debajo de la mesa y ve los pies sudorosos y olientes de los pies de una de sus tías, y a la vez ve la entrepierna, y en ese momento se activa la sexualidad, ese primer encuentro sexual (en edades tan lejanas de la infancia que después no se recuerdan) podrá crear la parafilia hacia los pies (podofilia) o los olores intensos (olfactofilia). Llamar la atención a que en ese momento ese infante no es consciente de qué es la sexualidad, ni de su propia sexualidad. Simplemente se da un disparador cerebro/hormonal (a nivel instintivo), en donde desde ese momento tal impronta será la que cree ese primer mapa mental internos sobre la/su sexualidad. ¿Quién tiene la “culpa” de este tipo de cosas? Por todo esto es por lo que tiene poco sentido pensar en que hubo un Dios que diseñó todo, más teniendo en cuenta algo tan errático y caprichoso como la sexualidad humana. Son sólo “soluciones” sobre ciertas bases sencillas evolutivas, que después son fallidas en cuanto las premisas iniciales no son las “correctas”. En la medida que el humano cada vez está en entornos y situaciones de crianza “no naturales”, se darán cada vez más parafilias…, como las nuevas hacia robot o muñecas, o lo Hentai.
Volviendo al tema de la pedofilia. En una sociedad cada vez más hipersexualizada, la iniciación al sexo se puede dar cada vez a unas edades más tempranas (activación, que no por ello implica iniciarse hacia lo sexual). Tres escenarios —y casos concretos— que pueden explicar la pedofilia. Si un hermano varón, de siete u ocho años, ve cambiar los pañales de su hermana, viendo su sexo, es posible que ese sea el gatillo que inicie su sexualidad, propiciando la pedofilia. Si otro varón, y en la actualidad, se inicia en el sexo a través del porno Hentai, de lolitas o infantilizado (con el móvil e Internet y sin ser supervisado por sus padres) es posible que su impronta sexual se inicie y active hacia lo prepuber o infantil. Tercer escenario: en una piscina, o incluso con la ropa que se viste en la actualidad a las niñas, a un niño se le activa la impronta sexual ante tales imágenes (a mí me parece demencial la moda infantil y prepuber, pero allá la sociedad con sus “locuras”, ignorancia y falta de visión global). De nuevo hay que tener en cuenta el concepto de lo prohibido, y el juego que hace tal componente en el cerebro. Con esto quiero volver a la idea que la actual sociedad, donde todo está “patas arriba”, pienso que se van a ir dando cada vez más casos hacia la pedofilia, tanto como hacia cualquier otras parafilias, pero donde claramente esta es de las más peligrosas y dañinas.
Punto 3a: de vuelta con la hipótesis homosexual
Tanto en el baile del perreo (Twerking), como en otros bailes y poses femeninas, se deduce que en lo humano sigue operando la postura de lordosis, que donde se ve más claro es en las gatas: agacharse, levantar la grupa y apartar el rabo, para facilitar las “maniobras” del macho. Esto lleva al papel del trasero femenino. Si bien parte de la grasa y el ensanchamiento de las caderas son una muestra de fertilidad, en tanto que tal mujer va a llevar a buen puerto un embarazo, la grasa extra en el trasero de las mujeres parece tener un componente sexual. En concreto parece operar como estímulo supranormal. Es clásico en la mirada del hombre el dejar pasar a la mujer y mirarle el trasero. Curiosamente las orientales (y los nativos americanos, por ser sus descendientes) tienen menos nalgas que las occidentales y estas menos que las africanas (hablo siempre desde las estadísticas y la media). ¿No se da una coherencia entre que las japonesas tengan pocas nalgas y que Japón es donde haya nacido lo Hentai?, o sólo es una correlación.
Claramente a un homosexual masculino no le tiene que gustar ese rasgo femenino, y más bien repudiarlo. Según mi hipótesis, cierto tipo de pedófilo viene dado por el periodo en donde la sexualidad cerebral se está definiendo durante el embarazo, dando como resultado un heterosexual “mezclado”, en donde puede tener ciertos componentes de deseo sexual heterosexual, pero con tendencia a desear rasgos más masculinos, o menos femeninos, en sus parejas. Una posición intermedia y del gusto de este tipo de persona son los transexuales, pues no tienen unas grandes nalgas, pero tienen pechos (nunca tan grandes como el de las mujeres), y otro caso son las niñas, que aún no se han desarrollado del todo, lo que podría explicar algunos casos de pedofilia. En ese caso, y bajo las ideas de los estímulos supranormales, los pedófilos “rechazarían” las niñas obesas o más desarrolladas, cosa que yo no puedo comprobar y tampoco he encontrado información de ello, y por ello buscarían a las niñas más arquetípicas de delgadez y esbeltez.
Si se atan cabos… las modelos “anoréxicas”, que han sido la tendencia en las últimas décadas, ¿son las mujeres “perfectas” para tales personas? Si volvemos a la gráfica sobre a qué se considera un pedófilo, las modelos “anoréxicas” se ajustan a tener poco pecho y poco trasero. Lo dicho: un medio camino entre un hombre, con los genitales de una mujer. Esto a la vez nos lleva a si al imponer tal tendencia en las pasarelas, si en algunos adolescentes se les pudo activar la sexualidad con dichas modelos, que además eran y estaban muy sexualizadas, no se activaría a la vez una sexualidad ambigua, donde una prepuber y niña también entraría dentro de su extraño canon de a qué considerar dentro de su deseo sexual.
Como en este terreno no puedo recurrir a estudios, y sólo parto de mis supuestos, no alargo más el tema.
Sistema endocrino
Al igual que el antropocentrismo es erróneo, e incluso el poner a nuestros animales domésticos por delante del resto de animales, o en su momento fue el pensar que la tierra era el centro del universo, es un error pensar que la razón o conciencia es lo central en el humano. En otros escritos he tratado de mostrar que el centro cerebral es el sistema límbico y las emociones, que median entre instintos y razón. En este voy a tratar de hacer ver que el centro del cuerpo es el sistema endocrino, un medio camino entre el estómago o las funciones más básicas del cuerpo, y el cerebro y sus altas funciones como los son la conciencia y la razón (la comunicación hormonal es más antigua que la neuronal). Arriba hemos visto la importancia de la impronta sexual. Qué la determina, no la razón, está claro, ni la toma de conciencia, pues parece surgir entre bambalinas, en lo profundo del cerebro. Casi nadie sabe de forma consciente cuándo se le activó la sexualidad (libido). Lo que activa la impronta sexual es el sistema hormonal, el sistema endocrino, que hace de eje o de ancla para la mayoría de los comportamientos humanos. La pubertad está programada a nivel evolutivo y es activada por ciertas partes y hormonas del sistema endocrino.
“El sistema endocrino es un sistema mensajero que comprende circuitos de retroalimentación de las hormonas liberadas por las glándulas internas de un organismo directamente en el sistema circulatorio, regulando los órganos diana distantes. En los vertebrados, el hipotálamo es el centro de control neural de todos los sistemas endocrinos.”
El hipotálamo es parte del tálamo, la estación central del cerebro, por donde pasan todos los pasajeros (mensajes, uniones cerebrales). Si tuvieras algo muy valioso, ¿no lo pondrías bajo llave en casa?, o incluso en una caja fuerte. El cerebro está dentro del cráneo y fuera del sistema linfático, y bajo el cuidado de la barrera hematoencefálica, por su importancia y vulnerabilidad. Pero a la vez la hipófisis está casi encerrada en el centro del cerebro, en una concavidad craneal, llamada silla turca, como algo a proteger dentro del propio cerebro. La hipófisis forma parte de tres ejes: el hipotalámico pituitario gonadal, el hipotalámico hipofisario tiroideo y el hipotalámico pituitario adrenal. O sea, el cerebro a través del sistema endocrino da “ordenes” y a la vez recibe órdenes de otras partes, comunicándose con el aparato sexual, con la tiroides, y con la glándula suprarrenal. Las hormonas de la hipófisis ayudan a controlar:
- El crecimiento (GH).
- La presión sanguínea.
- Algunos aspectos del embarazo y el parto, incluida la estimulación de las contracciones uterinas.
- Producción de leche materna.
- Funciones de los órganos sexuales en ambos sexos.
- Función de la glándula tiroides.
- Conversión metabólica de alimentos en energía.
- Regulación del agua y la osmolaridad en el cuerpo.
- Equilibrio hídrico mediante el control de la reabsorción de agua por los riñones.
- Regulación de la temperatura.
- Alivio del dolor
Activa por ello, induciendo a otras partes del sistema endocrino, la respuesta de lucha o huida, nuestras respuestas sexuales, la apetencia alimentaria y de bebidas, así como la maternidad, o en el caso del hombre, la producción de la vasopresina y la prolactina, para aminorar en este las respuestas de violencia con los hijos y los seres queridos. A la vez despierta el gusto por el rostro infantil, lindo y dulce hacia sus propios hijos.
Fijarse que uno de los ejes es con la glándula tiroides, que tiene que ver con el crecimiento y por ello con la altura. Así uniendo piezas, en el un artículo académico nos dicen:
“La altura de los hombres adultos refleja, no solo su dotación genética, sino también las condiciones que estuvieron presentes durante su desarrollo en el útero y en la niñez. Comparamos la estatura adulta de los hombres que cometieron uno o más delitos sexuales y que estaban eróticamente interesados en niños prepúberes (agresores sexuales pedófilos; n = 223), aquellos que estaban eróticamente interesados en niños púberes (agresores sexuales hebefílicos; n = 615), y aquellos que estaban eróticamente interesados en adultos (delincuentes sexuales teleiófilos; n = 187), así como hombres que no tenían delitos sexuales conocidos y que estaban eróticamente interesados en adultos (controles teleiófilos no delincuentes; n = 156). Los agresores sexuales pedófilos y hebefílicos eran significativamente más bajos que los controles no infractores teleiófilos. Los delincuentes sexuales teleiófilos tenían una estatura intermedia entre los no delincuentes y los delincuentes sexuales pedófilos y hebefílicos y no eran significativamente diferentes de ninguno de los otros grupos. Esto sugiere que, independientemente de las secuelas psicológicas que pudieran haber seguido de las condiciones presentes durante el desarrollo temprano, los agresores sexuales pedófilos y hebefílicos estaban sujetos a condiciones capaces de afectar su desarrollo fisiológico.”
A modo de macabra y extraña anécdota, el creador de Peter Pan, el niño que no quería crecer, es el escritor J.M. Barrie, que era muy bajito (161 cm) y prefería el contacto con niños, frente a la de los adultos, o sea que en cierta forma Peter Pan le representaba, tanto en la altura como en su deseo de no crecer y estar con los niños. Se hizo amigo de los hijos de la familia Llewelyn Davies, a los cuales adoptó cuando estos murieron. Las historias de Peter Pan nacieron de los cuentos que contaba a tales niños, basados en ellos mismos. La polémica desde hace unas décadas, y dados los conocimientos que se tienen hoy, es de si J.M. Barrie era pedófilo.
Volviendo al tema, a todo eso hay que añadirle que el sistema neuronal y el hormonal son dos interfaces del sistema con dos idiomas distintos. Esto lo ha solventado la evolución y en el cerebro con los neuropéptidos, que hacen funciones tanto hormonales como neuronales y por ellos son una interface de comunicación entre esos dos lenguajes tan diferentes.
Todo esto lo hago ver porque la formación de la hipófisis y el hipotálamo durante el embarazo es el principal eje que determinará ciertas respuestas hormonales, tanto en la suelta de tales hormonas como en sus receptores, que es un eje diana para que alguien nazca con la tendencia hacia la pedofilia. De nuevo, todo ello, en la dirección de hacer ver lo importante del embarazo, en la medida que o bien se pueden ver alterados los comportamientos de estas partes del cerebro y el sistema endocrino, como en la posibilidad para crear cambios epigenéticos que a la vez crearán cambios en los comportamientos de estas piezas críticas de los comportamientos, y entre ellos de los comportamientos sexuales.
Activismo Pedófilo
No tengo ganas y fuerzas para desarrollar este conflictivo tema. Sólo lo dejaré como idea para el que lo quiera investigar más. Si hablo de él es que me impactó el saber de su existencia, pues previamente no sabía nada de ello. Algunas personas defienden y abogan por derogar toda ley contra la pedofilia. Dicen que la sexualidad humana es muy precoz y que sin el punto de vista negativo de la sociedad, no tendrían por qué crearse traumas en los niños. ¿Suena chocante todo esto?, por eso el tratar el tema, para darlo a conocer. Parte de ese movimiento nace de los homosexuales, donde dicen que es un “asunto de los hombres” y que siempre se ha tratado fuera de las reglas que puedan implicar la pedofilia hacia las chicas. Siendo menor de edad me “entraron” varios homosexuales, pero los rechacé. Nunca lo vi mal ni me crearon ningún trauma, ni ningún mal sentimiento. Al parecer varios filósofos y escritores de izquierda han abogado por la derogación de las leyes de la protección al menor, todo —claro— diferenciando adolescencia de preadolescencia y niñez. Iba a poner enlaces sobre estos temas, pero no estoy seguro si al hacerlo pueda favorecerlo o que se incremente esa tendencia, con lo cual no lo haré. Tan sólo decir que Amazon tuvo una polémica al publicar un libro de cómo amar y seducir a un infante, no retirándolo y abogando por la defensa de la libertad de expresión (saber más).
No doy para más. No quiero alargarme. En casi todos los temas tratados sólo pongo las pistas, las bases, para que cada lector se pueda adentrar más en cada una de las áreas tocadas en el escrito. Lo que está claro es que el lenguaje feminista está muy perdido de toda esta realidad. Si las madres supieran todo esto, pondrían más cuidado tanto en las modas con las que visten a sus hijas, como en la vigilancia de lo que ven tanto hijos como hijas, en la dirección de que no se les active alguna parafilia extrema, como así es el caso de la pedofilia.
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