Estado Inicial de Sistema (Zizek Vs. Peterson)
Auno ideas de distintos escritos, las resumo (y puede que lo amplíe en otro escrito más meticulosamente), las cuales “sirven”, además y como pretexto, para analizar ciertas cosas dichas en el debate entre Zizek y Peterson.
No sé si habréis jugado a ese juego de marcianitos (asteroids, lleva a un juego flash, entrar bajo propio riesgo) donde se simula la ausencia de gravedad, y cualquier pequeño impulso te hace perder el control (que no es todo lo complicado que puede llegar a ser, pues solo tiene la dimensión X e Y, bidimensional). Es una buena metáfora sobre la situación actual (o desde el neolítico) sobre el humano. El cerebro humano, las sociedades de manada, en las que nos basábamos, tenían un conocimiento tácito, en donde el decir que cada humano tenía el control sobre su vida aún tenía sentido. Vuelvo al jueguecito de las naves. El cerebro “sabe” cómo manejarse a partir de la gravedad, donde esta en una “fuerza” en juego de la que el cerebro se aprovecha. En un ejemplo: si cargo una bola de cañón que está en una mesa, la sujeto y en cierta forma la dejo caer, me ayudo de la gravedad, para llevarla abajo, y en este caso el cerebro lo que tiene que compensar es que no caiga con todo su peso: tiene que ofrecer una resistencia, ejerciendo fuerza hacia arriba, para frenar la caída. Por otro lado, lo más evidente, si quiero moverme en una dirección, pongo mi cuerpo en dicha dirección y me pongo a andar. Con el juego de la nave en el espacio las cosas no son tan fáciles. En realidad donde tenga el morro la nave da igual, no hay adelante o atrás. Lo que cuenta es dónde están los propulsores con respecto a nuestra posición actual y dónde queremos llegar o está dirigido el morro para disparar, pero para ello primero hay que girar la nave para que los propulsores estén en la posición “correcta”, y te pasas un buen rato tratando de parar la nave en su movimiento por inercia, como para después, además, haber terminado de hacer tal maniobra habiendo acabado con los propulsores en el lado idóneo. En muchos casos te dejas llevar por la gravedad, estando de lado, y disparas o coges objetos yendo de lado o hacia atrás con respecto al morro, cosa que no hacemos normalmente en la vida.
El humano de igual forma no tiene control de ciertos procesos que ocurren dependiendo de la cantidad de personas que se congreguen, en donde a mayor número mayor es la dificultad para tener un control sobre él. En un grupo pequeño, en las manadas, más típicas de los depredadores, se crea una jerarquización de tal manera que un alfa lidera y predispone al grupo en sus cazas. En este tipo de agrupación no hay posibilidad para que suceda algo que sí ocurre entre los herbívoros, como son las estampidas. Cuando se genera un grupo muy grande de agentes, uso este término que es el más usual dentro de los sistemas complejos, se entra en otra dinámica. Es otro tipo de sistema, en donde el alfa pierde su capacidad directriz. O sea, de ninguna forma un alfa podría frenar una estampida. Llegado a cierto número de individuos la manada deja de serlo para ser un grupo gregario. ¿Cuál es ese número?, es sólo una pregunta retórica, lo importante, y llevándolo a otro ámbito, es que el agua es líquida en un rango de temperatura, y llegado a cierto grado muy bajo o muy alto cambia a ser hielo o vapor…, cambia de “naturaleza” o de propiedad. Volviendo a los animales gregarios, la estampida es una pérdida del control a nivel de los agentes individuales, ya que estos se verán sometidos a unas fuerzas que no están bajo su control. Si se produce una estampida cerca de un precipicio, los primeros que se acerquen a este lo verán y corregirán su dirección, pero los que vienen inmediatamente detrás tendrán un menor tiempo de reacción, acercándose más al precipicio, y así en sucesivas hileras aleatorias, hasta que llegue un momento en el que los animales empiecen a caer uno detrás de otro por el precipicio. ¿No es lo mismo que ocurre durante una crisis bursátil?, en este caso la mayor disponibilidad de dinero y/o riquezas es el equivalente de ir en las partes externas del grupo, y los que menos dinero/riquezas tengan serán los que se irán al precipicio: pues se morirán de hambre o se suicidarán ante la desesperación (no creo que tenga que recurrir a ejemplos y tratar de probar que es así…, la historia humana lo confirma (puede ser cierto que los más pobres estén más acostumbrados a sobrevivir en los límites, y puede que tengan una mayor capacidad de resiliencia, pero incluso esta regla deja de tener sentido cuando ya no hay nada para comer).
Un problema de fondo en lo humano es no percatarse que ya no somos una manada, sino que somos como los animales gregarios y por ello hemos entrado en otro sistema distinto de complejidad, en donde operan otras fuerzas que ya no están en manos de los individuos. Así Jordan Peterson, como otros, incluso el propio Jesucristo, “creen” que si uno hace en todo momento lo correcto y todos nos ajustamos a tal regla, todo nos irá bien. Pero una de las leyes de la termodinámica es que el resultado depende y varía dado el estado inicial del sistema. O sea, si dada la estampida y el precipicio uno se encuentra entre los primeros agentes, se “salvará”, pero cuanto más en el centro de la estampida esté un agente, mayor será la probabilidad para caer por el precipicio. Cada humano siempre parte, nace, con un estado inicial que no ha dependido de él mismo. Por la lógica de Peterson si me mantengo bajo ciertas reglas, y he nacido en la clase obrera, es muy posible que nunca cambie mi estatus social, luego en el momento de la estampida tendré muchas probabilidades de caer. Ante tal hecho caben dos cosas, o hacer que el sistema se reinicie, para que el punto inicial sea lo más igual para todos, o yo por mí mismo trataré de salir de esa situación de desventaja. Al hacer lo segundo no lo estás haciendo tú sólo, lo están haciendo a la vez muchas personas, luego ya no depende de ti, de nuevo te encuentras en una dinámica grupal que tiene su propia lógica, y de estados emergentes de cambio de sistema y de sus condiciones iniciales. Consecuencia: que de nuevo no has ganado nada, no has tomado el control de tu vida porque has caído en un sistema con su propia dinámica, y vuelta a empezar en la lógica de los sistemas complejos y sobre el estado inicial de este.
Esto se puede llevar a más terrenos. Los afroamericanos argumentan que están corriendo en una carrera de un kilómetro, donde sus contrincantes (principalmente los angloamericanos) están a cien metros de la meta, mientras que ellos parten desde la posición cero. Lo mismo para las mujeres y cualquier otro colectivo, o unas culturas sobre otras, o unos países o continentes con respecto a otros. La desventaja se encuentra en todos los niveles. No hay punto inicial humano, ese punto es animal, y es tan antiguo como la diferenciación de presa y depredador (o el sexo en el hombre y la mujer). El humano optó por ser depredador, o cada momento en el sistema le fue llevando en esa dirección, y llegamos a ser como una manada de lobos, leones o cualquier otro depredador, pero tal “lógica”, tal sistema, al final, con las ciudades y las culturas, cambió. Aquellos grupos de humanos que se encontraban en la zona del planeta adecuada para la agricultura, ganaron una ventaja inicial sobre el resto (la cultura occidental o alrededor del mediterráneo) y a partir de ese momento el resto de grupos de humanos, de otras regiones, han tenido que luchar por salir de su posición de desventaja. En épocas de escasez, de cambios climáticos, los grupos con más desventaja, como los vikingos, no tenían otra opción que recurrir al pillaje. ¿No nos damos cuenta de esta sencilla lógica? O se reinicia el sistema o arrastramos los “errores” de las posiciones iniciales. De querer salir de una posición en desventaja ya hay que recurrir en una lógica en donde toda otra persona es mi competidor y por ello otredad. Igualmente si el que está en una posición de ventaja no me concede la razón de que su posición no ha dependido de él, sino que la ha heredado o a tenido suerte, etc., esta persona incurrirá en la idea que yo estoy en una posición de desventaja o bien porque soy una persona con mentalidad de perdedor, o porque soy un vago. Le puedes decir en ese caso que su postura es depredadora (ha nacido con “colmillos” y “garras”, donde tú solo tienes dientes y “pezuñas”), pero en ese “diálogo” ya se ha creado una diferencia ideológica, que hay que tratar de sustentar desde cada una de las posiciones (proletario/burgués y bla, bla, bla).

En definitiva, que seguimos sin entender que estamos dentro de un sistema que ya no es aquel que nos hizo humanos, y que abogar, como lo hace Peterson (aunque él mismo admite en el minuto 02:23:32 que somos un sistema), por hacer el bien dentro de tu ámbito, es seguir creyendo que aún tenemos el control de lo social, como lo tenía un alfa en una manada, es simplemente apostar por no hacer nada para que cambie el actual estatus quo, basado en la herencia de un estado inicial con desventajas, en definitiva en la lógica de ganadores y perdedores, porque ha de operar el darwinismo universal.
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