Sobre el Lenguaje de Pan en Gran Hermano
Estamos en la era de los datos y de los errores. Por todos los medios nos llegan conocimientos. Conocimientos "chatarra", ya que son puros datos desintegrados de un todo. Y por todos los medios cometen errores al dar los datos (no me excluyo). A veces te dicen que el homo sapiens entró en Europa hace 35.000 años y otras 50.000. Hace poco en un programa cultural decían que no se tiene ni una sola célula de la infancia, cuando el corazón, la córnea y las neuronas siempre son las mismas. Una neurona no muere y es sustituida por otra a modo de relevo. Si el dato o la importancia que tiene de unión entre neuronas es clave, ahí se queda de por vida. Excepto que "muera" por falta de oxígeno, algún golpe o algo similar. Por eso me disculpo por adelantado por los errores que yo mismo pueda cometer, pues muchos de ellos se deben a que sigo la "cadena de errores", que parten de otro lado. Tampoco verifico todo al cien por cien, creo que lo importante en mí es la información, el mensaje, no los datos. Verifico algo cuando es clave para el mensaje.
Lo que el humano llama yo o identidad es en realidad máscara. Se construye en una sociedad que es más lo que calla que lo que habla de sí misma. Llena de eufemismos, y normas de etiqueta y de educación. Pan se manifiesta de lleno en el programa "gran hermano". Hablan de ser sinceros, auténticos, de "vender la moto", de postureo, de ser más falso que una moneda de tres euros, etc., sin tener integrada una filosofía que sustente todas sus afirmaciones. En primer lugar está el mito del "vive el momento". Mil millones de veces interpretado por cada uno que lo nombra. En otros lugares ya he hablado de eso, así como de la autenticidad y la intención. Tolkien creó el imaginario del hobbit para definir un tipo de persona. Ese tipo de persona es Pan, pero con ciertas salvedades. Se refería con hobbit a aquel tipo de persona al que Pan se refiere como auténtico, y donde su intención siempre parece clara y prístina, sin máscaras. En realidad lo más cercano a ese tipo de humano son los cazadores-recolectores que aún sobreviven en el mundo. Tolkien hacía referencia a las personas provincianas simples y llanas -pueblo llano-. Aquellas que no estaban "infectados" por la máscara que sobretodo emergen en las ciudades. Pero todo humano, por muy sencillo que sea -incluso los cazadores-recolectores-, tiene una cultura, luego tiene máscara, pues la cultura ya la crea. Los cazadores-recolectores con sus tabús y supercherías, y los provincianos por su alta religiosidad, y creencia en la patria y sus antepasados. Dicho así, auténtico sería algo así como "simple". Lo que ves es lo que es, pero dada su simplicidad, donde no hay demasiada profundidad de pensamiento, y donde la contradicción no parece existir. De haber contradicciones son aquellas que les "dan" su cultura y creencias. Pero suelen ser visibles, como el hecho de integrar, por ejemplo, el concepto de santísima trinidad, allí donde tal cosa es imposible por la razón.
Auténtico así se une a "vivir el momento", pero bajo el prisma de Alain Finkielkraut, ya que sólo se vive el momento en la medida de ser espontaneo y natural, salvaje, o fuera de toda máscara o cultura. Proyecto inútil, ya que siempre existe la máscara de una cultura. Para Finkielkraut el estado más espontaneo es el más salvaje, es el de aquellas tribus que tengan "marcados" las menos "reglas" y normas culturales. Aquellas tribus que estén más cercanas a lo animal que a lo "civilizado". Aquí existe otra trampa. Nada es puramente salvaje excepto quizás el depredador que no sea de manada. En cuanto un animal sea social ya tiene máscara, según este concepto extremo de lo salvaje y natural. Pongo un largo ejemplo que explique todo esto. Casi todos los animales sociales que luchen por las hembras, han llegado a un "pacto evolutivo", donde si tan sólo pueden medir sus fuerzas, sin entrar en una lucha sanguinaria, es mejor. Dos ciervos en época de celo se pone frente a frente, bajan sus cabezas y chocan sus cornamentas para compararlas en tamaño. Sólo si son muy similares lucharán. Casi todos los animales recurren de una manera u otra a este tipo de estrategia evolutiva, donde se da mucho la recurrencia: el haber llegado a la "misma conclusión" de comparar, para no enfrentarse en una lucha lesiva y a muerte. En este sentido, esas estrategias son instintos, que es otra forma de llamar a una cultura, en el sentido que es una "conclusión" de conveniencia social, que "protege" la vida y lo individual. En el ser humano la discusión obedece a esa misma regla primigenia. Dos personas se pueden vocear, insultar y llegar al maltrato psicológico, si por ello no se llegan a las manos y a la sangre. En "gran hermano" se sigue esa regla, sobre todo en esta edición. Pero mientras que en el resto de los animales esta estrategia es "válida", en el humano ¿qué se demuestra? No se llega a la conclusión de que el que gane esas lizas sea la más humana, ni la más auténtica, ni la más sincera, ni la más lógica. Carecen de cualquier "sentido", que no sea otro equiparable a que son ciervos que creen tener la cornamenta igual. En el caso del ser humano, esa cornamenta es el orgullo y el ego. Si te vociferan y te insultan, una vez perdida toda lógica racional, donde se trataría de llegar a alguna conclusión de una posible verdad, entonces lo que queda es en no quedar por debajo del otro, pues de alguna forma se asume, tácitamente en la sociedad y como regla, que aquel que diga la última palabra, mientras el otro ha terminado por callar, es el que ha ganado.
Después de todo acto de este tipo, de todo conflicto humano que no se ha solucionado, se llega a la racionalización. No a la razón, que hay que distinguir. Es racionalización en tanto que te ves abocado a usar sesgos cognitivos y emocionales para justificar tu postura, y de paso hacer ver los errores del otro. En todo esto se sigue una regla: se entra en la lógica de las guerras, de los conflictos, donde la razón ya no tiene espacio. Entonces, ¿qué ha sido de la autenticidad? No se puede hablar de autenticidad, ya que esta se nos ha presentado como la más salvaje del ser más depredador y solitario que exista. Hemos llegado a la conclusión que la sociedad siempre es máscara, y que de paso ciertas estrategias evolutivas son igualmente máscaras. Auténtico podría ser aquella estrategia que se limitase en ser lo más llana y simple con respecto a alguna ley básica de la vida. En ese sentido ¿un virus es el ser más auténtico?, ¿quizás un guepardo?, los dos obedecen a las dos reglas más básicas de la vida: crecer y multiplicarse a costa de todo y desde un solo individuo. En cuanto que hay normas sociales se crea una nueva regla: lo que cuenta es la especie, el individuo es sacrificable, este puede y "debe" acatar ciertas reglas de lo social, a costa de su propia vida. En cuanto entra esta regla en lo evolutivo, se crean las jerarquías. Alguien es más representativo de su especie en contra de otros que lo son "menos": más fuertes, más inteligentes, más bravos, más ágiles, más bellos, etc. Por otro lado entran en liza en una misma especie distintas disposiciones, de tal forma que las luchas no están claras y bien definidas. Entonces el problema en lo humano es qué es destacable de la especie y qué no. Tolkien y la autenticidad del pueblo llano, caricaturizado en el hobbit ¿es lo más representativo? En realidad es lo más mediocre o normalizado: no son ambiciosos, no quieren prosperar, quieren la vida simple y llana de un pueblo típico de la Edad Media. Su extremo puede estar representado en la cultura Amish, del medio oeste norteamericano, aquellos que salvaguardan un tipo de modo de vivir donde el ego queda anulado, y donde lo que se impone es la convivencia armónica del grupo. No parece encajar con el concepto generalizado. Después tenemos el concepto humanista, proveniente y que ha bebido de lleno en las aguas cristianas. Sobre esto tengo que hacer un inciso. No se sabe con certeza la filosofía de Jesucristo, si acaso en que se asemeja a la teoría Amish y del concepto de hobbit de Tolkien. Lo que sí está claro es que lo más conocido y relevante es en realidad su entroncamiento con la filosofía clásica griega, sobre todo la platónico-aristotélica (recordemos que gran parte del Nuevo testamento lo escribió San Pablo, de cultura greco-romana). El núcleo de estas creencias es la unión entre verdad, lo bello y lo bueno, la unión en un todo de lo epistemológico, lo ético y la belleza. Este concepto nace de la dualidad del mundo, idea muy recurrente en las religiones, cuyo mayor exponente fue el zoroastrismo, y donde todo emerge de una lucha entre dos fuerzas de la naturaleza, representadas por el bien (Dios) y el mal (Demonio). Tal concepto no parece muy humano y por lo tanto humanista, ya que rechazaría lo feo, lo deforme, o malo en cualquier contexto. El humanismo, así, ha tenido que "librarse" de ciertos conceptos dualistas, para llegar una posición más consensuada, igualitaria y democrática. Eso en teoría, puesto que de facto no es así. Lo que emerge de fondo es en qué medida pueden sobrevivir una idea tipo Amish, de lo "bueno" de lo llano y sencillo, que tiende a la uniformidad y donde muere el ego, frente a otra que acepta las diferencias y las desigualdades, para que "luchen" por sí mismas en una dialéctica sin fin. Las dos ideas no son compatibles, sino claramente contrarias. Esto es algo básico a entender. O bien creemos en una sociedad "atontada", bobina y llana, o bien creemos que tiene que haber una lucha entre las distintas formas de ver y de proyectarse en el mundo. De hecho lo que "gana" es la segunda apuesta. Cada humano es una defensa de sí mismo, que obedece a una defensa de sus propios dones, los cuales comparte con más gente. En este tipo de mundo, la gente "muy guapa" tiene ciertas características, y defenderá a sus comunes, y sus "ideologías" de base, frente a cualquiera que los ataque. Lo mismo con las personas intelectuales, las que apuestan por la ejercitación del cuerpo, etc. En esto la sociedad no va hacia una unidad, sino cada vez a más disgregación, y separación de grupos y conceptos. Es común escuchar que existen grupos y asociaciones de todos los tipos, donde sus individuos se sienten "bien" sólo cuando están con los suyos. Este tipo nuevo de agrupaciones y asociaciones, parecen estar "suplantando" o cogiendo un mayor protagonismo con instituciones tan biológicas como es la familia. Un alcohólico sólo puede ser "comprendido" por los suyos, -lo mismo con los obsesivos-compulsivos, los veganos, los góticos, y un etcétera sin fin y en todo los tipos de ámbitos-; la familia te apoya, te puede tratar de ayudar, pero no te termina de "comprender". Sólo lo igual comprende lo igual…, sólo una mujer que ha parido sabe lo que es un parto.
Siendo así, ¿realmente estamos construyendo algún tipo de humanismo?, esa es la teoría, pero lo que se deduce de la realidad es que esta muere, para que nazca algo nuevo. Lo que quiero decir es que el sueño de la Ilustración ha fallado: la finalidad del hombre no es la sabiduría, en donde la razón imperará sobre cualquier otra cosa. Lo que va emergiendo son las apuestas individuales, donde de lo que se trata es de buscar a tus iguales. Sólo Adara entiende a Bárbara y viceversa, pues son iguales. La una y la otra no podrían defender su posición en solitario. Sepáralas y se tendrán que amoldar en "lo otro", perdiendo parte de su identidad, como bien quedó demostrado cuando fueron separadas (recordar que nuestra base como humanos es la plasticidad, nuestra capacidad camaleónica). No es una razón única "gobernada" por los saberes cada vez más unificados y globales de la ciencia. Son razones-emocionales que parten de las premisas de lo que cada individuo es, de sus diferencias. No es una unión hacia la totalidad uniforme de lo humano, sino a hacer cada vez más distingos entre cada vez más las diferencias, más sutiles (no es lo mismo vegano que vegetariano y no hay unidad en un único tipo de homosexualidad). Lo que vence a la razón es la irracionalidad de las individualidades, que bajo este nuevo signo son "razones" de peso para ser tenidas en cuenta. Se podría llegar a la conclusión que humanismo sería, entonces, las convergencias de todas esas diferencias en una sociedad que asimila y acepta todas las diferencias…, la tan manida tolerancia. ¡Pero todo hasta cierto nivel y límite! Lo que está de fondo es que en el humano hay muchas tendencias evolutivas, muchos estados liminales, pero hay ciertos límites en los que al parecer se deja de ser "humano". Se nace con una tendencia hacia la pedofilia y hacia lo psicopático, pero estas son dos posturas -entre otras- que no hay que aceptar. O sea de lo que se trata al final, es qué movimiento o tendencia puede ser "normalizada" dentro de un todo social y cual no, teniendo en cuenta que las normas las ponen no lo ciudadanos y los individuos, sino reglas que nos vienen de lejos, que pasaron a ser cristianas, para al final formar esa idea de lo que es el humanismo. O dicho de otra forma: se ha racionalizado la irracionalidad siempre y cuando esté dentro de ciertos parámetros de la "razón". ¿Son esos límites lo humano, lo humanista?, tal parece que es -o deba de ser- así. Pero con esto no hemos "llegado a puerto", o a un fin, ya que esa aceptación de las irracionalidades "modestas" y en teoría no perjudiciales, no han creado coherencia en lo que es lo humano, así como tampoco se ha llegado a una razón última, sino que por el contrario se ha llegado a una constante lucha entre no iguales, y a una soledad cada vez más "normalizada" y asentada en lo social. Lo que quiero decir es que no es que uno sea vegano y tenga una comunidad, o que sea bello y pertenezca a otra. Sino que esa totalidad que uno es, lo único que hace es que se sea una individualidad tan concreta que no tengas, quizás, ningún otro igual en el mundo. Puedo ir a una asociación de tal o cual concepto, pero no hay ninguna en la que no me sienta en alguna medida distanciado del resto, por esto y aquello que me hace un caso muy particular. Ahí tenemos a las feministas: quizás nunca una lucha había tenido tantos puntos de vistas tan contradictorios e irresolubles como para poder crear una teoría única. Sólo son dos o tres puntos comunes lo que las une, -la igualdad de deberes y de derechos-, el resto es lucha y diferencia de opiniones imposibles de unificar.
Por otro lado si de lo que se trata es de tener un tipo de identidad, eso me excluye de las otras, que o bien me son indiferentes o bien pueden ser mis contrarias, lo que me llevará no a la concordia, sino a la confrontación, como muy bien queda demostrado en GH17. En esa nueva dimensión de esta nueva sociedad, todos somos excluyentes de todos. Todos somos entes demasiados individualizados como para sentirnos unidos a un todo. Llegamos a una sociedad donde ya no pertenecemos a nada. Donde lo que impera es la disgregación la soledad y la confrontación. ¡Qué lejos del sueño de la Ilustración y del humanismo! No hay ni fraternidad, puesto lo que impera es la confrontación; ni igualdad, puesto que el núcleo humano ahora es la diferencia; ni libertad, puesto que hay ciertos límites que los impone la normalidad, el Estado y la ley.
Con este panorama de lo que es la actualidad, ¿qué sentido tienen las palabras o conceptos de autenticidad, sinceridad, "vive el momento"?, ninguno. Cada uno es auténtico -idéntico- sólo a sí mismo. Cada cual es un todo único con su propia verdad, que no tiene por qué coincidir con nada o nadie, y cada cual tiene "su verdad" de qué es vivir el momento. No se tiene porqué ser más auténtico, o sincero, o vivir mejor el momento, por coincidir con más personas en el mundo. Por estar más normalizado, por ser más políticamente correcto en tu tipo de individualidad. Si de repente aceptamos todo los tipos de individualidades, las razones mueren, lo normal no tiene porqué ser la norma y la regla estándar que haya que seguir. Si todo es válido, excepto los límites que ponga la ley, la única razón es la ley; y estas tan sólo son leyes acordadas para la convivencia en lo social, no que hablen de ninguna naturaleza humana. No de ese que, en teoría, era salvaje, ese que bajo las reglas de Finkielkraut, para ser espontaneo, se tendría que librar de todo lo que sea máscara y reglas sociales. Ese individuo, de existir, de ser alguien - que bajo las conclusiones de este escrito sería un depredador solitario que sólo obedece a sus propias reglas-, es ese que el resto de humanos llamamos, convencionalmente, como psicópata.
Existe un movimiento activista pedófilo: https://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_activista
Otros escritos míos sobre estos temas:
¿Qué es autenticidad?
Vivir el momento
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