Lo que Es y lo que (a)Parece XXII - ¿Los Planes de Dios u otra Cosa?


   Sí, alma y metáfora son lo mismo. En el significado de que es dar un sentido más amplio allí donde claramente no se deduce eso. Extrapolando a partir del lenguaje de Damasio, las capacidades de la consciencia ampliada, como la capacidad de los sentimientos que nos generan el mundo emocional (conciencia de ellos y eso que nos genera esa suma), son a la vez metáfora y eso que se puede llamar alma. ¡Pero un momento!, no tienen por qué ser buenas noticias. ¿Por qué nos empeñamos es buscar lo optimista en todo?

   Voy a conducir sin manos. Esto que voy a exponer no está muy pensado, no sé si es coherente o no, tan solo voy a divagar. ¿Quién o qué es el/lo inteligente? ¿El humano, la evolución? En el escrito anterior decía que el humano es un tramposo conceptual… se sigue la misma premisa aquí. Qué es inteligencia, ¿probar todas las llaves hasta dar con la acertada? Tanto la evolución, como el hombre es lo que hacen. ¿Os imagináis un primer homínido que por primera vez toma conciencia y por inteligencia supiese todo lo que está por venir en lo humano?, ¿qué dedujese, paso por paso, cada descubrimiento y lo que eso implicaría a nivel tecnológico y de avances culturales? No es así. Cada "probar llave hasta dar con la correcta", sólo nos lleva hasta una siguiente habitación, con unas nuevas puertas, y de nuevo hay que probar todas las llaves. Un ejemplo es la aviación. Si se ven todos los errores previos, se deduce que incluso tratamos de meter "llaves" que a simple vista parece evidente que no son la correcta. Se trataron de hacer aviones que aletearan, como las aves. ¡Bueno, puede que con el tiempo vayamos descartando algunas por el tipo de cerradura!, pero sigue siendo el mismo juego. Ese avance, por otro lado, no es progreso. ¿Qué demonios estábamos buscando?, la carrera del hombre es esa que una vez que se pone a abrir puertas, probando y probando llaves, olvida para qué empezó y no mira en la habitación en la que ha entrado, para ver si está allí lo que tenía en mente, en un primer lugar. Una vez que se metió en esa "lógica" de abrir puertas, se olvidó porque empezó. Es como eso que nos pasa a todos alguna vez: que estás pensando en varias cosas, cerebro descentrado, te levantas, sales a la otra habitación, y una vez allí ya no recuerdas para qué era. Vuelves a la habitación anterior, para ver si ves algo que, por asociación, te "diga" qué era aquello que te llevó a ir al otro habitáculo.

   ¿A qué llamamos evolución?, a la mejor adaptación posible, sí, pero a partir de dos variables: con qué se cuenta en ese momento y cómo es el entorno. O sea que dado que esas dos variables son distintas para cada especie, y para cada entorno, entonces se van cogiendo varios caminos, cuestión que explica la biodiversidad. En algún momento la evolución "forzó" a que ciertos animales, a partir de unas premisas de esa especie y del ambiente, optasen por el esqueleto, frente a otras que optaron por el exoesqueleto. Una vez que se ha tendido hacia uno de esos caminos, y como unas de las variables es el "con qué cuenta esa especie", ya todo el "andar" evolutivo va con esa premisa como "verdad". ¿Se puede deducir que el esqueleto o el exoesqueleto sean mejor o peor? Cada uno tiene sus ventajas y sus desventajas. Esa es una "verdad" bajo el baremo de lo evolutivo: son verdades relativas o posicionales. Nunca una verdad definitiva y universal. ¿Os imagináis un escarabajo discutiendo con una lagartija sobre si es mejor tener exoesqueleto o esqueleto? Así de estúpidas son igualmente muchas diatribas humanas. Tanto sobre el alma, como de la conciencia o como de la inteligencia, entre otras muchas cosas.

   Pero al final decir dos y dos son cuatro, es distinto y cierto con respecto a argumentar que son cinco. O sea que hay verdades que no se pueden cuestionar. Pero hay que distinguir entre esos tipos de verdades, 1. en donde es aplicable la lógica, y allí donde 2. sólo se puede aplicar una lógica borrosa o difusa. O sea "dos y dos son cuatro" es lógica, frente a porqué comprendemos el exoesqueleto, frente al esqueleto y deducimos ciertas cosas a partir de pensar como un cangrejo o como una lagartija. En nuestro "ir probando llaves" pasamos por el proceso de que tener ciertas reglas que evitaba probar todas las llaves (las cuales no tiene por qué deducirlas un individuo, sino que son enseñadas a las nuevas generaciones: paradigma de la cultura), proceso por el cual vimos que íbamos más rápido con esas reglas aprendidas, era "mejor". Al final nos "empeñamos" en que el "sentido" de ese "probar llaves y abrir puertas" era ir deduciendo reglas sobre cómo "funcionaban" las llaves y las puertas (me enredo tanto en las metáforas que pueden terminar por volverse oscuras). Lo que quiero decir es que la ciencia (deducir tanto la lógica o premisas de cómo saber si se está en la verdad, ciencias positivas, como la lógica difusa) se volvió la meta de todo, cuestión por la cual esa fue nuestra nueva premisa, allí por donde la evolución "tiro" a partir de algo ya dado. Se convirtió en nuestro "esqueleto" existencial, a partir de cuyo momento ya no tenía sentido volver hacia otro tipo de apuesta, como el exoesqueleto… ¿o no?

   Voy a partir de aquello que es el tema central de este escrito. ¿No hay o se da cierto "fatalismo evolutivo"? Si se aplica esa lógica de cómo procede la evolución… ¿nuestro camino o destino no está ya prefijado? Esto es lo que se parece deducir de la comprensión de la teoría de sistemas. Todo sistema complejo "obedece" a ciertas reglas y límites a partir de las premisas que lo constituyen. A la vez todo sistema puede (con)tener las capacidades de crear una emergencia, un momento en el cual dicho sistema cambia hacia otro, dada esa emergencia o nuevo estado de las premisas. Pongamos como ejemplo el sexo. Antes de este, estaba la bipartición como reproducción sexual, pero una vez que el sistema complejo biológico "emergió" hacia la sexualidad, se creó un nuevo sistema, con una nueva "lógica". Todo sistema emergente, contiene a la vez "internamente" el sistema sobre el que emergió. Algunas especies sexuales hacen "trampas" y se pueden llegar a reproducir por partogénesis, sin la necesidad del macho, puesto que el sexo "contiene" la "memoria" de lo que era antes.

   Si se da ese "fatalismo evolutivo", ¿es mérito del humano llegar hasta donde ha llegado o es simple "fatalidad"? Lo que quiero decir es que todo animal está dentro de un sistema, donde "su" verdad se limita al "sobrevivir y reproducirse". El ser humano es un estado emergente de ese sistema simple, donde al darse ciertas condiciones entre el factor de la  conciencia nuclear y la complejidad de un lenguaje multisigno (multi-significativo, metafórico), emergió a lo que conocemos y somos ahora. Estado por el cual podemos llegar a ignorar las reglas del sobrevivir (suicidio, sacrificio anómico) y reproducirse. O sea, el humano no se "planeó" a sí mismo: fueron factores azarosos, por los cuales al llegar a cierto estadio, se produjo la emergencia de lo que es la mente o conciencia, que es a lo que llamamos ser humanos. Es fatalismo, no elección.

   Sigamos con esta lógica. Tener conciencia no es suficiente. Podríamos haber estado viviendo como simples tribus, dejando que se "aplicase" las reglas evolutivas de la mejor adaptación, dadas unas premisas y un medio, como vemos en los humanos de los trópicos que aún viven en esa condición de tribus sencillas. El segundo "salto" o emergencia, fue la "cultura masificada", el unir distintos aprendizajes y que en ese proceso, por puro juego evolutivo de lo mejor y más óptimo, ahora en lo cultural (regla heredada de la evolución, en donde está contenida esta nueva emergencia), fuera emergiendo el conocimiento como meta. De nuevo un fatalismo evolutivo, no una elección. Las tribus que tenían las necesidades cubiertas en su entorno no tenían necesidad de crear grandes cambios, como demuestra las tribus que aún subsisten. No cambies algo que sabes que funciona, es una regla evolutiva (exceptuando la mutación, de dicha regla). Pero algunas tribus se vieron sometidas a la necesidad, por un ambiente pobre (desértico, estepa, helado…), de tal forma que tenían que cambiar algo. El nomadeo, el eterno cambio de lugar, dio como resultado que los humanos no se limitasen a contar con una sola cultura, en la que se nacía, sino además con el poder quedarse con lo mejor de varias formas de hacer las cosas. O sea, que si vas hasta otra tribu y si alguien te enseña cómo curtir una piel, con menos gasto energético y que el resultado sea mejor y más duradero (regla de la evolución, en la que estamos "contenidos"), no te vas a quedar con la "peor versión". Esto ha creado una nueva variable en el sistema, de tal forma que la masificación o el aglutinamiento cultural, ha provocado una nueva emergencia y por lo tanto un nuevo sistema, con unas nuevas reglas.

   Si se analiza la evolución humana se deducen esas dos reglas. El humano es ese que "lucha" entre mantenerse en el sistema anterior o ir hacia el nuevo sistema. Siempre se da algo de resistencia, siempre hay individuos que tengan más marcado los genes para la permanencia, en vez de para el cambio. No por algo "intencional", sino porque la evolución en el tránsito de un cambio contiene esas dos apuestas o "verdades" como posibles. Tienen que "luchar" entre ellas, para ver cuál es la "mejor". No hay nada mágico detrás, son dos puertas y dos cerraduras hacia dos habitaciones, al final en una de las habitaciones hay regularmente más comida y se obtiene de forma más fácil, luego se tira esa otra llave y uno se olvida de esa otra puerta. En la región de la Armuña, en Salamanca, baja un arroyo (de la encina), en donde cierta parte era una parada de las aves migratorias, había una pequeña albufera. Hace unos años ubicaron una planta de tratamiento de residuos a unos kilómetros, en el nacimiento de ese arroyo. Ahora las aves migratorias se acercan a este nuevo lugar, donde hay tanto alimento y de fácil acceso, en vez de apostar por la precaria y difícil tarea de la caza de anfibios e insectos en el arroyo. Otro ejemplo son los conejos, campan allí donde pueden, pero hay cotos de caza. Con las autovías se ha creado la situación siguiente: puesto que alrededor de las autovías ponen un vallado a unos 5 metros desde sus bordes, ese espacio es el que ahora está repleto de madrigueras y conejos. No ha sido el conejo pensando o deduciendo: "si me meto en esa zona a la que el cazador no tiene acceso y en la que además este no puede disparar, puesto que hay humanos cerca, entonces voy a estar protegido", es simple juego evolutivo, algunos conejos por azar hicieron madrigueras en los nuevos badenes de las autovías, de tierra blanda, los cazadores fueron cazando el resto de conejos de otras zonas, luego al final sólo quedaron los que vivían en esos límites dentro del vallado de las autovías. Es más, han proliferado mucho mejor que antes, puesto que ahora no tienen depredadores. Muchos animales se han adaptado a vivir de los desperdicios de los humanos, desde que nosotros apostamos por las ciudades (ratas, cucarachas, por ejemplo). En la actualidad y dada la "elección" humana a las grandes ciudades, incluso animales salvajes y antes cautos a acercarse a los humanos, se adentran a buscar comida en estas: alces, zorros, macacos, lobos… En todos estos ejemplo se deduce el forrajeo óptimo, y el minimizar gasto de energía (ley del mínimo esfuerzo), prefijados en las reglas de la evolución.

   Pero el fatalismo que planteo va más allá de estas reglas generales. No hay realmente nada que el sistema "no tenga previsto", no contenga, en lo humano. Lo que quiero decir es que el individuo, una cultura dada, no cuentan. O es indiferente en dónde emerja, ya que este "por sí sólo" es una condición que se va a dar indiferentemente de la conciencia o la condición en la que nos creamos. Una vez que se dio la cultura como apuesta, como nuevo sistema, en todos los lados del planeta surgieron las ciudades-estado, con las condiciones o bases de una tribu muy grande: un gobernador, unas leyes, un ejército... A estas le sucedieron los imperios, a estas las naciones, la concepción de continentes culturales (Europa, Asia, África…) y en un futuro tendrá que emerger un orden global. Es una "lógica" dentro de esta nueva emergencia que es la cultura. Un proceso que ocurriría independientemente de grandes hombres o individualidades, como Alejandro Magno o Gengis Kan, o civilizaciones como la mesopotámica o la griega. El hombre no progresa, el progreso sucede. Progreso no en ir a mejor, sino en acumular o cambiar. Pues no creo en el concepto humanista y optimista de progreso. Darse cuenta del fatalismo, el concepto de imperio nunca ha triunfado. Tampoco prospero o gano la apuesta de las ciudades estado. Ha ganado la más óptima que es la de nación, una posición intermedia, entre las dos opuestas.

   Para entender un sistema hay que empezar entendiendo sus componentes y sus límites. En el sistema humano, el componente es el individuo, los límites el cómo se puede "desintegrar" dicho componente o engranaje. La religión fue uno de esos fatalismos, dada la naturaleza del componente que es el individuo. Pero eso es adelantar demasiado, vayamos por partes. Cuando nació la conciencia, como conocimiento de sí, que tenía la posibilidad de no contener otra cosa que sí: la autoconciencia, este nuevo estado no daba tranquilidad. Como he dicho otras veces, la conciencia se puede simplificar como un proceso de retroalimentación: el que habla se escucha y el prefrontal entra en juego al revisar lo escuchado. Se dio la posibilidad de imaginar hablar, que es a lo que se puede reducir el pensar. Un espejo que refleja otro espejo que tiene delante. Pero en ese proceso nace un ente o efecto de "mirarse mirar", o conciencia de un yo, como es así al ponerte ante un espejo. Cuando un animal no muy complejo tiene miedo, es una reacción químico-física de huida o ataque. Lo viven en primera persona. Pero con la conciencia en el hombre y otros animales, y reduciendo a que este "habitáculo" es siempre "conciencia de", donde el peso está en la preposición "de", todo cambia. Detengámonos brevemente en lo que es una preposición. Introducen un contenido adjunto que dice algo del nombre o sujeto. Si empiezo diciendo: "la bicicleta de…" se espera a lo que adjunta o va a introducir ese "de", que se termina por entender o dar todo su significado, cuando digo "…Pedro". La conciencia no-es, sino en tanto que lo que contiene. Cuando el cuerpo se ve sobrecogido por el miedo, se es conciencia de miedo, pero dado que una de las capacidades de la conciencia humana es el lenguaje, ahora sé que eso que me pasa se llama miedo. Lo objeto, ya no sólo lo vivo en primera persona, sino que además lo analizo como objeto, con cierto valor o ciertas conceptualizaciones que vienen dadas por mi lenguaje, por mi cultura. Todo eso es una suma de afectos que sobredimensionan ese miedo, que se añaden. Dado que mi cultura rechaza el miedo, como sinónimo de cobardía, tengo miedo -en una de sus dimensiones- de tener miedo. Es más ahora ya no importa tanto el miedo, sino ese añadido o capacidad por la cual el prefrontal se mete en un bucle del que no sabe salir. Siente miedo, sabe que es miedo, trata de corregir el miedo, pero hay un hecho real y físico sobre el que no tiene control: las reacciones de la suelta de adrenalina, enervación y frecuencia alta de los latidos del corazón (activación del sistema simpático, entre los que se encuentra la relajación de esfínter, de lo que viene el "me cago de miedo"). Al percatarse el prefrontal que no tiene control en lo físico, se añade un nuevo componente al miedo, que es la falta de control, la entrada en juego del caos. El cerebro en el fondo es reduccionista, en algún lado "sabe", o tiene unido, que vida es orden y que caos es muerte, o que la vida es un caos controlado. Pero si de repente nace la sensación de descontrol, entonces comprende que aunque controlado, el caos no es otra cosa que caos, y por lo tanto la muerte, como metáfora (translación significativa).

   Se supone que la evolución no tenía que haber metido un "sujeto" que mira, en toda reacción químico-física, como la que es el miedo. Ese "añadido" tenía que "servir" para algo, por la regla de la optimización y no cambiar lo que ya va bien. Pero es que la evolución "no acertó a comprender" los problemas que iba a dar. Recordemos la dualidad huesos o exoesqueleto. Una vez cogido un camino se tira por él. El resto son problemas que hay que ir solventando (ahí tenemos al humano: nos hubiera ido mejor un exoesqueleto para los accidentes de los nuevos modos de locomoción o para mover objetos pesados y grandes). Lo que ocurrió en el humano, con su capacidad de conciencia, y con la palabra y la cultura como contenido de ese nuevo estado, era que de repente se percataba de la "inutilidad" de dicha capacidad, si no servía para otra cosa que para "agrandar o sobredimensionar" todo, de tal forma que ahora se podía balancear lo malo y lo bueno, y en donde lo malo parecía vencer siempre a lo bueno. Lo que quiero decir, que he puesto en otros escritos, es que de fondo  en la vida vence el mal. Si te capturan, junto a tu mujer y tu hijas, y las maltratan y las violan delante de ti, para al final torturarte y matarte, ¿qué acto poner en el otro lado de la balanza que compense este peso tan tremendo? No hay que ir tan lejos. La vida significa sacrificio, lucha, para al final morir. Acabar. Hacer que todo haya sido "para nada". La muerte es el punto y final, y si es así de conclusa, ¿qué sentido tiene tanto esfuerzo? Toda esta suma genera ese miedo al miedo o conciencia ampliada en lo negativo, o concepto de angustia filosófico -base del realismo depresivo- , que hoy parece haberse descartado por completo, dentro de las "psicologías" y/o teorías sobre el hombre.

   Lo que quiero decir es que la evolución "metió" la espiritualidad como "calmante" a tanto dolor. O dicho con las palabras de la evolución: entró en juego la apuesta de la espiritualidad, frente a la de la no espiritualidad, y acabaron "venciendo" los que la tenían frente a los que no, porque era la más adaptada al miedo o angustia que significa simplemente vivir para nada. De paso "metimos" conceptos, o ganaron en el nuevo juego o sistema de lo cultural, como los de transcendencia, que todo significaba algo, la narratividad, el destino, el plan divino, etc. Por eso hay que analizar este todo en sus dos partes; por un lado tenemos la (posible) espiritualidad individual, y por otro la religión que nos viene dada por cultura. La segunda la justificamos, en tanto que nos encaje que tenemos ahí eso primero que tiene que "servir" o ser para algo. Con esto vuelvo arriba. Otro acto fatídico, de la evolución, ahora jugando dentro de lo cultural, fueron las grandes religiones. Todas parecen emerger a la vez en todo el planeta, incluso en las américas, donde no tenían contacto con otras culturas (fuera de teorías de alienígenas y demás cuestiones de ese tipo). O sea, es un dos más dos, donde al poner unas premisas, se sigue una misma conclusión en todas las partes del planeta. Las ciudades-estado y los imperios "funcionaban" mejor con las religiones unificadas y masificadas (grandes religiones), pues creaban un estado de "todos a una", en donde la lucha por el imperio era, primero, la lucha por las propias creencias individuales y por mandatos de tus dioses-gobernantes: "apaciguaban" y alimentaban el engranaje que es/era el individuo. Lo mismo se puede decir de la agricultura y la ganadería: surgieron más o menos al mismo tiempo, en distintos puntos del planeta o en distintas culturas. Si se entiende esto como regla, igualmente se puede concluir que la democracia es una lógica que se sigue de ciertas premisas, y dadas unas simples reglas del juego del sistema cultural. No hacía falta un "inventor", la cultura griega, se hubiera dado de una forma u otra, como consecuencia lógica, tratando de librarse de las reglas "negativas" para la propia eficacia y optimización del propio sistema. Einstein es la conclusión lógica de una época en donde emergían, con fuerza, todas las concepciones de ese caldo de cultivo que eran las leyes físicas a nivel atómico. Casi siempre se da una convergencia en las teorías y en los avances técnicos, varios autores llegan a unas mismas conclusiones o a unos mismos inventos. Las grandes ciudades son ese caldo de cultivo (ahora Internet), donde la información fluye de forma más rápida y profusa, y en donde parece nacer de forma "enfermiza" la neofilia (amor a la novedad, a lo nuevo), frente a los pequeños pueblos, que suelen basarse en la neofobia, y en el mantenimiento de lo tradicional.

   Lo que quiero decir con todo esto, es que casi todo a lo que llamamos humano o logros humanos, no son mas que cuentos que nos contamos, para alimentar y relajar a nuestra individualidad, a nuestra "conciencia doliente", al igual que la espiritualidad y las religiones "sirven" a otros fines similares. Si pensamos que un descubrimiento, el dar con un nuevo paradigma, escribir un libro o crear una pintura o un nuevo movimiento en el arte, sirven para algo, es para justificar y contarnos el cuento de que cada individuo cuenta y que en definitiva nuestras vidas y nuestro futuro está en nuestras manos. No como colectivo, que eso no alienta al ego o dolor de la conciencia individual, sino en tanto que siempre con la idea de que lo que cuenta es la subjetividad o conciencia del propio individuo, para forjar su propia vida y de paso posiblemente la de la humanidad entera. Dicho de otra forma y más breve: el cuento más antiguo, persistente y profundo es el concepto del héroe, aquel por el cual un ser o individuo es el que tiene la capacidad de portar en sí, contener la potencialidad, el designio, de la salvación, la mejora o lo que fuere, de toda la humanidad. En definitiva, y simplificándolo, a alimentar el ego y la conciencia (doliente) individual.

   Se me puede argumentar que si todo sigue un proceso, ¿cómo acertamos tan mal? Sólo ahora tenemos las "herramientas" o los tipos de conocimientos que pueden hacernos ver ser más "preclaros"; pero a la vez esto está "anunciando" un nuevo cambio de sistema. Hasta ahora no nos teníamos como conciencia de un todo. La globalización está creando ese tipo de "nueva conciencia". El proceso es lento, aún hay humanos que son simples cazadores-recolectores, aún hay integrismos que tratan de sujetar su "ser" en un solo credo, y cerrando el acceso libre a Internet y lo ajeno, y aún hay fuertes nacionalismos. El proceso es entrar en esa "nueva habitación" con la conciencia de que dejas otra atrás y con la falta de seguridad de si será para mejor o para peor. A veces, para tranquilizar nuestros miedos, ante los momentos de crisis, volvemos a la vieja habitación, al igual que nos ponemos en posición fetal, como acto mental simbólico para volver al vientre materno y su seguridad, ante cualquier situación de gran miedo. Siempre somos ese dar dos pasos adelante y uno para atrás; pero inevitablemente, como fatalidad, se va en una dirección. En la actualidad estamos en uno de esos estados de dar un paso atrás. El brexit, entrada de las derechas extremas en muchos países, integrismos, oligarquías… Pero inevitablemente seguiremos nuestro camino de ir a la siguiente habitación.

   Quizás si surge este dar un paso atrás en la actualidad, no sea ya por esa lógica de dos pasos adelante y uno para atrás. En la actualidad se está en un cambio de paradigma, de sistema, pues se está dando una nueva emergencia que va ligada a ciertas contradicciones. El nuevo sistema que viene "acaba" con todo lo anterior. Recordemos que en el sistema anterior el eslabón era el individuo. Todo se había "creado", la evolución, lo cultural, con la base del individuo. El héroe era ese núcleo, o atractor de caos, que unía el caos dentro de un orden o patrón para crear orden en dicho sistema. Pero ahora el nuevo lenguaje es el científico. La tendencia de dicho lenguaje es la de "matar" al sujeto interior, al homúnculo, al alma. El relativizar la conciencia, como no tan importante y central, dentro de un sistema o cerebro que está plagado de errores y de sesgos. Por otro lado el alma queda "encajonada" a comportamientos heredados y escritos en el ADN, y que tienen explicaciones o pueden ser reducidas a los "comportamientos" de moléculas como la adrenalina, la serotonina, la oxitocina o la dopamina. ¿Qué alguien es muy aventurero?, le domina la adrenalina. ¿El amor?, oxitocina. ¿La alegría?, dopamina. ¿Tristeza?, depresión, falta de serotonina. Por otro lado, las ciencias estadísticas, unidas a sus disciplinas, malogran todo intento interior de explicarse uno a sí mismo, y crear un yo monolítico y auto-creado. Encajas en los comportamientos y crisis del soltero de la mediana edad, con el joven alocado que aún no ha mielinizado los axones del prefrontal, con el marginado de los suburbios de educación baja o nula, etc. Los nuevos paradigmas nos hablan de la unión de las mentes, de la colectividad, de las conclusiones en grupo, de las tormentas de ideas. El individuo, así, se ve poco a poco, reducido a un todo (como siempre ha sido, en realidad), donde su ego ya no tiene tanta importancia, donde la personalidad puede ser un "aparejo" que más que ayudar estorbe. En la actualidad se "liman" todo los "bordes", todo lo sobrante, todo lo que sea excesivo, dando en el proceso con un tipo de "humano" más redondeado, con el carácter más suavizado y acorde a unas normas más básicas y simples. Se está estandarizando al ser humano, tratando de volverlo homogéneo, globalizado o dentro de un concepto en donde lo cultural -aspereza- se ha de entender como una mera curiosidad o accesorio de esa persona, que no ha de estorbar cuando está en grupo, en sociedad o en su empresa. Laicidad conceptual.

   La actual dominancia hacia la individualidad, hacia el ego, viene dada por esa resistencia a este nuevo estado de cosas. Si no soy relevante a nivel de sistema, de empresa, como ente social, lo pronunciaré más en aquellos ámbitos donde parezca aún tener esas "cadenas". Lugares "libres" como Internet y en las fiestas (esto queda manifiesto en ese nuevo tipo de película, tan en boga, en donde las locuras de las fiestas son las protagonistas: "Resacón en Las Vegas" y subsiguientes, que no las llamaría secuelas, sino la manifestación "lógica" del actual sistema). Si afinamos el análisis de este comportamiento, en el fondo está la lucha de lo dionisíaco y lo apolíneo, los placeres y la razón. Puesto que el sistema se está volviendo razón, lo dionisíaco crece allí donde el sistema no se tiene por qué meter. Queda reducido a unos mínimos, pero en ese espacio tan reducido genera más caos y movimiento. Es el mismo caos de siempre, pero en un "espacio" menor, con lo cual tenemos la percepción de que hay más movimiento… ¡o no!, como veremos en el siguiente párrafo. Puesto que lo dionisíaco es la "resistencia" y esta es más propia de los jóvenes, entonces este comportamiento se vuelve pandémico hacia otras edades: todo adulto ahora es susceptible de padecer síndrome de Peter Pan. La madurez no parece nunca alcanzarnos, nos resistimos a ella, y en el proceso entran en crisis instituciones como la familia, y de paso conceptos como el de matrimonio, el del amor, la maternidad o el tener hijos. En definitiva los conceptos de lo que era la manada. Las actuales feministas no quieren ser reducidas a madres, a lo materno, a lo protector (a la diosa madre, a la Pachamama). No se dan cuenta que no son "sus" ideas, sino que han adoptado la "lógica" de toda esta latente crisis que va contra la individualidad.

   Con todo, las cosas no terminan de ser claras, de tender a un sólo lado de los dos contrarios. Recordemos qué es una emergencia, la sobredimensión de un estado concentrado y reducido que termina "formando" un "nuevo" sistema. Una estrella se forma por la concentración que provoca la gravedad en su núcleo sobre el hidrógeno, hasta que al final forma el helio. En la actualidad emergen dos tendencias contrarias. Una "natural" que es la de tender hacia un sistema globalizado, y otra emergencia, su contraria, que es la de tender a la defensa y al mantenimiento de la individualidad. En esta también se está dando una emergencia, o conato, puesto que al generalizarse se está volviendo sistémica. Ahora todo individuo "defiende" y sustenta su individualidad con tanto ahínco, como si lo humano no fuera otra cosa que ese sí-mismo. En este nuevo estado de cosas el yo es ese dios individualizado incontestable, impertinente e irreductible que ha de mantenerse contra todo viento y marea. Todos los memes, paradigmas, y conceptos de la actualidad han orbitar sobre el concepto del yo. Toda idea que vaya contra esta idea, como este escrito, no se han de tener en cuenta. La emergencia es el yo, el resto es lo no emergente, lo ignorado. Asteroides a la deriva.

   Concluyo. Bajo mi punto de vista ha de ganar el sistema, lo globalizado, el nuevo leviatán. La individualidad cada vez se sentirá más presionada o concentrada en su caos interior hasta que llegue a una situación en la que implosionará, cual supernova. El sistema cada vez entra en más terrenos. Busca "debilidades" y fallos en la nueva tendencia de la individualidad, para controlarla. Si se produce un incendio en una discoteca o en un estadio, o una estampida, que en uno u otros casos, provoquen daños, heridos y muertes, tiene la "excusa" como para legislarlo y controlarlo. Con esta tendencia se va hacia una "domesticación" de lo individual. Como de lo que se trata es que sea el propio individuo el que acepte su sumisión, vienen bien ideas como la ecológica y la anti-cambio climático. Como tanto Estado-multinacional como ciudadano-individuo coinciden en ese punto, los dos lados se concentran en esta nueva mentalidad, haciendo que parezca la única nueva lógica, para abrazar a esa nueva emergencia globalizada. Como un nuevo aglutinante, como lo fueron en su época las religiones. En la actualidad, también como nuevo aglutinante-recolonizador, la espiritualidad individual es la que vendrá a suplir a las grandes religiones: cada cual se hace una religión a su medida. Recordemos: no decide el humano, es su fatalismo, es la lógica de los sistemas evolucionando y buscando sus atractores de caos, los que "formalicen" dicha nueva emergencia o sistema. Bajo mi punto de vista el neolítico fue una fatalidad, y lo fueron las ciudades-estado, las grandes religiones, la era de los descubrimientos, la era industrial, la era moderna y la actual globalización. Da igual que algo detuviese momentáneamente dicha "lógica" o proceso, como lo hizo el Catolicismo en la Edad Media, y da igual que unos se adelanten, como lo hicieron los Griegos con la democracia. El proceso es el mismo. Si algo se adelanta se le ignora y queda atrás. Como muchos inventos como el de la posible fuerza motriz del vapor: fue ignorado en su época, pues como había esclavitud, no era necesaria esa fuerza para crear motores, ya que estaba la fuerza humana que era "gratis". Puede que un investigador o inventor se adelante algo, pero esa idea o concepto que subyace detrás no se "expresará" hasta que no sea asumido por toda la humanidad al completo. Ahí tenemos las ideas de Darwin que se van generalizando, pero aún no del todo. Ahí están las de la nueva física, entre las que están las de Einstein, que no son entendidas por casi nadie, pues muchas van contra la lógica de la física que lo que "vemos".

   De seguir la lógica de mi escrito hasta el final, yo no tengo la "autoridad" del presente concepto, sólo expreso algo que está en el caldo de cultivo de la actualidad. Siguiendo esa lógica, mi individualidad no cuenta, no cuenta que pueda ser el primero que afirme algo así. Pero de fondo, ese saberme nada, ese saber que era igual que existiese o no, que crease una individualidad u otra, que en definitiva tenga una conciencia, una idea sobre un sí-mismo, no sirven de nada, sólo puede crear ese realismo depresivo que soy, y ese renegar de ese papel de conciencia que el humano pone como tan importante. Soy nada, mero humo de una hoguera de la que no quedará ninguna huella. Si yo bajo mi honestidad me siento así. Si bajo este signo de cosas sólo se puede llegar al realismo depresivo, ¿cómo lo evitarán el resto de los humanos como para seguir adelante? No lo sé, "la vida se abre camino", la evolución siempre llega a alguna estratagema, como lo ha hecho hasta ahora. Vencerá otra cosa distinta que el realismo depresivo. Se augura que dentro de unos veinte años, China será la nueva fuerza y economía del sistema. Si es así entrará en declive y muerte la era del etnocentrismo occidental. Se acabará con el sistema que puso al individuo como base del sistema, bajo el concepto del héroe, el semidiós y "el" dios. Las culturas orientales ponen un mayor protagonismo en el trabajo en equipo, en la cooperación, en la de minimizar lo individual. ¿No parece extraño que esa era de la globalización, fatídica, coincida con ese protagonismo que van a coger las culturas orientales? De nuevo parece un signo de lo fatídico de nuestro tipo de sistema.

   Termino con algunas ideas aledañas. Aunque soy ateo, voy a hacer un regalo a los creyentes. De existir Dios, no haría falta que "planease" y que crease al hombre. Crearía las bases de cómo han de "funcionar" los sistemas, como para que estos por sí solos llegasen al hombre (o cualquier otro ser de otro planeta que llegue a la conciencia). Es un modo de teoría del relojero, algo especial. Pero a decir verdad tiene sus fallos. Yo, de ser Dios, mi criatura "preferida" serían las abejas: no se alimentan ni de plantas, ni de otros animales. Crean su propio alimento, que además en el proceso ayudan a que las plantas con la polinización. Las abejas "obedecen" a las leyes de la evitación de los pecados: no son perezosas, ni glotonas, ni lujuriosas, ni son soberbias, ni nada del resto. ¿Será que al final nos "convirtamos" o converjamos a ser como las abejas?, seres eusociales. Tal parece que sea así. Esa parece la "lógica" a la que nos parece llevar el sistema al que pertenecemos. En ese proceso, al final, la individualidad, el ego y la tan manida conciencia de sí, carecerán de importancia.

Adendum:

   Un sistema caótico, aunque determinista, o fatalista en el adjetivo usado en el presente escrito, no excluye la libertad, entendiendo por esta la posibilidad de tener varias opciones dentro de dicho sistema. O sea, a nivel individual uno puede ser todo lo caótico que quiera. Puede matar, violar, poner bombas, etc., pero eso no repercute en el sistema, que tiene sus propios mecanismos y de los que excluye, esos procesos mínimos que son considerados "locales". Por ejemplo, el equilibrio es un concepto abstracto que se puede tomar como subsistema complejo, al que recurren ciertos sistemas. Todo animal de extremidades recurre a dicho sistema. Una gran mayoría de las conexiones sinápticas entre neuronas, y del tiempo del aprendizaje, se dedica a crear dicho sistema complejo. Si Algo altera el equilibrio, el cuerpo, y las neuronas, tienen los "correctores" para que dicho sistema no se vea perturbado. O dicho más llanamente, una vez creado dicho sistema, todo conflagra para mantenerlo; en el caso de los humanos, para que el individuo no se caiga. Este sistema o comportamiento se puede implementar en una "máquina andante".

   Ciertos conceptos que uso pueden tomarse como que apoyo la hipótesis de Gaia, en la medida que el fin último de todo el universo es el de crear conciencia. Hubo un tiempo que la teoría me impresionó, pero hoy en día la descarto. La conciencia es un "órgano" sobredimensionado, como en su tiempo lo fueron los colmillos de los tigres dientes de sables, o el gigantismo de los dinosaurios. Las grandes especializaciones conllevan a que sean terriblemente propensas a la extinciones. La evolución en realidad "ama" la mediocridad, lo sencillo. Hay microbios que están ahí hace miles de millones de años…, nosotros, el homo sapiens, apenas hace unos 250 mil años. "Menospreciamos" especies y otras formas de vida muy erradamente. Los dinosaurios duraron en la tierra 135 millones de años. El neandertal vivió en Eurasia unos 300 mil años, el sapiens en Europa apenas si lleva unos 35 mil años. ¿Duraremos nosotros ni siquiera la edad de los neandertales?, no lo creo, al paso que vamos.

   Por último, el llegar hasta donde hemos llegado ahora, ha sido una combinación azarosa muy compleja que puede que no se repita en todo el universo, o en tiempos tan separados que es muy raro que dos civilizaciones como la humana se den a la vez. Pongamos que se da el humano, tal como lo vemos en las tribus de cazadores-recolectores, en otro planeta que sólo tenga un continente que esté en el trópico (zona en la que el sol da de pleno durante todo el año). Si aquí esas tribus permanecieron en ese estado que conocemos, sin grandes tecnologías, en ese otro planeta hipotético tampoco cambiarían nada, hacia los grandes desarrollos tecnológicos. Todo el desencadenante que ha ocurrido en el humano: bipedación como para tener las manos libres, manos con pulgar oponible, lenguaje complejo, la necesidad de adaptarse por vivir en zonas pobres en alimentos (somos un animal oportunista), el nomadeo como opción para intercambiar culturas… es raro que se dé dos veces, o de formas similares, por otros caminos. Los animales que tomamos como inteligentes, no pueden salir de su estadio a otro similar como el humano, porque no tienen manos para manipular de forma compleja objetos (delfines, orcas, cuervos…) o porque simplemente en el estadio en el que se encuentran tienen sus necesidades suplidas como para no "querer" o verse en la necesidad de cambiarlas, como ocurre con los chimpancés o el resto de los grandes simios.

   La hipótesis de Gaia falla si no tiene en cuenta que las emociones al final son una tara que nos llena de sesgos y errores conceptuales, como para acabar con ecosistemas concretos y con la propia tierra. Si Gaia tuviese que "llegar" a algún propósito sería a la razón pura, a aquella a la que puede llegar una máquina exenta de emociones y que "apuesta" siempre por lo más óptimo y mejor, sin tener en cuenta las individualidades (y la tan manida conciencia, ego o self). De tener en cuenta esa posibilidad, llegaríamos a ser seres primeramente biónicos, para al final llegar a ser simples "máquinas pensantes".  Siguiendo esa misma lógica, ¿no sería Dios una máquina de esa índole?, una que sabe que el universo se extenderá tanto, tenderá tanto al caos, que dejará de tener energía y dejara de tener vida. Finalmente en ese estado de cosas ya no podrán vivir ni las "máquinas pensantes" que llegaríamos a ser. A no ser que el plan de ese Dios máquina, fuera de todo universo concreto, fuese que esas "máquinas pensantes" hubieran llegado a tal nivel de comprensión del universo, antes de ese final de la energía, como para crear algún artefacto que fuese capaz de crear un bing crunch (teoría descartada, ya sé), un nuevo colapso del universo que sería el inicio para un nuevo big bang.  ¡Por imaginación que no sea!

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