Lo que Es y lo que (a)Parece XXIII - El Alma de Mundo
Este escrito es una segunda parte de "lo que no es la conciencia", ampliando ideas y profundizando.
Uno de los conceptos más aceptados del modo de trabajar del cerebro es el de que es como una junta de accionistas o de empresa, donde se da una "votación" y donde "gana" la "elección" más votada. Este proceso ocurre en background. La analogía está bien, pero tienes sus pegas o hay que entender este proceso. Una de las taras del lenguaje, y de nuestro cerebro, es el de conferir un agente a toda acción. Por ejemplo, cuando hablamos de evolución, pareciera que es un ente o agente que tiene unos propósitos y unas finalidades (los creyentes tienen la idea de que es parte del plan de Dios). Yo constantemente "banalizo" el cómo opera la evolución, para tratar de "desmontar" esa idea de agente, pero como casi con todo patrón que tiene el cerebro, no por conocer su entramado, este desaparece y deja de tener efecto. Ahí tenemos la pareidolia, la capacidad que tenemos de ver patrones de rostros en todo. No por saber de este patrón se "desbarata" dicho mecanismo. Persiste, se mantiene, a expensas de que haya insight (saber que se sabe). Por cierto, los reconocedores de caras de las máquinas, de la inteligencia artificial, caen en el mismo efecto de la pareidolia, ya que "creen" ver el rostro de los chihuahua, en esas galletas y magdalenas que tienen trozos de chocolate.
Una mejor analogía que explique la forma de trabajar del cerebro, sería la de la cuenca de los ríos. Esta forma al río, puesto que "gana" a otras posibles cuencas que podrían ser el río. En otro ejemplo y otro fluir: la sangre fluye en mayor cantidad por las arterias más anchas, en algunas que son estrechas y confluyen a unas mayores, se producen ciertos "atascos" o frenos, cuando varias de estas arterias menores coinciden en un mismo lugar. Otro caso son los atascos de tráfico, si hay varias señales de stop, en varias carreteras que entran en la ciudad, en la segunda carretera se producirá un mayor atasco, puesto que todo posible hueco lo aprovecharan los de la primera carretera con un stop. En el cerebro se da el mismo proceso: hay equivalentes a cuencas o autovías, carreteras secundarias que confluyen a una principal, y que son meras carreteras o arterias secundarias. Como lo que suele primar en la vida es la acción rápida, aquella acción que va por la autovía, la cuenca o la arteria principal, va a ser la que sea la acción a seguir. En este caso, los sesgos y los memes son esas cuencas, arterias o autovías, que suelen llevar la delantera para llegar a ser la acción final.
Pongamos un caso sencillo. Las muletillas. Funcionan en tanto que obedecen a sesgos y en cuanto obedecen a memes. Antes que nada, reducir por comodidad al meme como una "verdad" aceptada de forma mayoritaria, y que por lo tanto cae en el sesgo o patrón de encajar, de conformidad con el grupo. Hay muletillas sociales, el "vale" castellano como muletilla o abreviación de "estoy de acuerdo o/y está bien" (el ok internacional), y muletillas individuales. La segundas las hay de dos formas, aquellas que son propias de la persona, casi como una señal de identidad y la que se dan sin querer en una conversación o en un escrito. La mayoría de las conversaciones humanas no son nada loables. Se cae en muletillas o reiteraciones de forma constante y monótona. Los buenos guiones o libros tienen que verse libres de estas "decadencias" del lenguaje popular, lo cual en realidad no es "natural". Sea como fuere. Lo que cuenta es que en el cerebro hay una función llamada de cebado. Aquí hay que hacer un paréntesis. Somos una especie de aprendizaje cultural, de aprender de nuestros padres y mayores. A tal propósito "se crearon" las neuronas espejo, aquellas que hacen que uno haga mentalmente el mismo proceso que el otro, que lo que ve. Eso quiere decir que se activan las mismas neuronas motoras que aquellas que se activan en la persona a la que miramos (1). El caso más típico es el echarnos para atrás en las películas de miedo, pues es lo que esperamos que haga el protagonista (quería haber puesto el/la protagonista, a veces lo hago, para no caer en sexismos, pero es incómodo escribir y leer con tanta interrupciones: que lo comprendan las féminas, es otra "cuenca" mental y social). A la larga, y durante la evolución, al final el cerebro "optó" por trabajar de esta forma por defecto. Cuando quiere hacer algo, antes ha activado esas mismas neuronas, con lo que ese "trayecto" o "cuenca" neuronal es el que más fácilmente será la acción por venir. Tiene además un segundo efecto secundario: puesto que esa vía está activa, es a la que se recurre de nuevo si se da el caso. Por eso se da la reiteración en el habla y la escritura. En la escritura se puede corregir, pero no así en el habla, a no ser que el otro nos lo haga ver, cosa que no se suele hacer, por no parecer "borde".
El cebado es el proceso por el cual un buen jugador de tenis al final lo llega a ser. El cerebro está constantemente recurriendo a cebados, de tal forma que todo el proceso de posicionarse para esperar la pelota, ir hasta ella, colocarse y golpearla, han sido previamente "ensayados" por las neuronas implicadas, de tal manera que al final la acción fluye como muy natural y rápida. En todos estos procesos del tenista, y en otros tipos de procesos humanos, el prefrontal o conciencia tiene que estar lo menos presente posible. Este mecanismo, y este restar la acción del prefrontal o conciencia, es base de una gran mayoría de enseñanzas orientales, no así de las occidentales. Para las enseñanzas orientales no hay que tratar de que una flecha dé en el blanco, hay que imaginar a la flecha dando en el blanco (taoísmo o ciertas frases de Bruce Lee, cogidas de estas enseñanzas). Se supone que de esa forma se crea el cebado, o activación de las neuronas implicadas, para llevar a cabo tal propósito.
Si todo en el cerebro son cuencas, vías o arterias que fluyen, cuáles son y hacia dónde fluyen. Cerebro y memoria son una y la misma cosa. Todo en el cerebro es memoria. Vías activadas, frente a otras posibles vías que rompieron sus enlaces. Hay que recordar que el inicio temporal-evolutivo de las terminaciones nerviosas vienen dadas por dos funciones básicas: la motora y la sensora, de salida y de entrada. Un instinto o acto reflejo es aquel que recurre a este circuito simple: se da una reacción sensora y se activa un mecanismo motor. Como el que ocurre cuando se nos da un golpe a la rodilla, en el típico recurso cinematográfico de visitar al médico, que en muchos casos no viene a cuento. Este mecanismo sencillo y efectivo no es muy eficaz, y acorde a ciertas situaciones. En ese proceso entraron las interneuronas (neuronas entremedias), que son a lo que se puede llamar memoria, y que interconectan sensoras y motoras, para crear reglas para su activación. Estas son las que aprenden, que no es tal. Los primeros meses de los bebés son un buen ejemplo de cómo funciona este mecanismo. Esa aparente aleatoriedad, de su constante mover brazos y piernas, obedece a un instinto que lo que en realidad está haciendo es conectar neuronas sensoras con neuronas motoras, a través de validar rutas o vías de conexiones de las interneuronas. Al nacer se hace con una gran cantidad de interneuronas, que "mueren" al "ganar" unas sobre otras. Cuando al niño se le ponen cosas llamativas delante (neuronas sensoras de los ojos, del oído en el caso que sea un sonajero, por ejemplo), el cerebro trata de alcanzar ese objeto con las manos (neuronas motoras), en ese momento las interneuronas "compiten" entre ellas a "acertar" cuál es la "ruta" de activación de todos los músculos y articulaciones que entran en juego: los del hombro, el antebrazo, la mano, y los dedos, todas esas posibles vías entran en juego, pero a la larga sólo una de ellas es el "camino correcto", proceso por el cual esas neuronas y sus conexiones sobreviven frente a las otras que mueren. Lo mismo ocurre con el habla: el bebé oye palabras, y balbucea para tratar de imitarlo. Este proceso es más lento y largo, que el de los músculos y articulaciones, pues además entran en juego más partes del cerebro, y es más nuevo y menos "necesario". Aquí vemos la importancia de la retroalimentación, el bebé aprende porque a la vez se escucha. En un niño sordo queda por lo tanto cerrada esta vía y no aprende. Hoy en día uno de los primeros análisis que se hace a un bebé es de si es sordo o no, pues cuanto antes se detecte antes se pondrán los medios para paliar esta deficiencia en la falta de la retroalimentación sensorial.
Off topic: El bebé humano nace con posibilidades de ser un genio, por la potencialidad de esa gran cantidad de neuronas. Por ejemplo todos nacemos con oído absoluto, la capacidad de reconocer cuál es cada nota. Pero al final mueren, junto a todas sus potencialidades. Se ha descubierto que muchas de las dendritas de las neuronas, las terminaciones que crean conexiones entre ellas, tienen un tóxico, un veneno, degenerativo, para que estas no se "alarguen" a crear nuevas conexiones. Pero a la par de este descubrimiento se ha averiguado el porqué. En ratones a los que se les ha inhibido esta toxina, a la larga caen en la degeneración neuronal precoz, propio del mal de Alzheimer. O sea que es una "optimización" evolutiva, puesto que de vivir todas esa gran cantidad de neuronas y conexiones, sería negativo para la especie al llegar de forma prematura a la degeneración cerebral.
Entonces tenemos que el cerebro es sobre todo esas interconexiones, que se han creado por retroalimentación, por prueba y error. Ojala que las cosas fuera así de sencillas. El cerebro, o las conexiones cerebrales, no siempre mueren o quedan anuladas una vez "probada" su ineficacia. Aquí hay una gradación: está claro que en cuanto a los movimientos del cuerpo, y cómo mantener el equilibrio por ejemplo, las neuronas crean unas conexiones que se vuelven como unas autovías: anchas y de un fluir rápido. Pero en los comportamientos complejos y sociales las cosas ya no son tan claras. Ciertos comportamientos son "válidos" en ciertos casos, frente a otros que no lo son. Todo es una gran zona gris, en ese espectro. No nos comportamos igual con los padres que con los amigos. No tenemos un mismo lenguaje con la madre o la hermana que con otras mujeres. En el ideario del lenguaje y la mentalidad machista, todas la mujeres son una putas, menos la madre y las hermanas.
Bajo esta perspectiva, ¿qué módulos del cerebro "compiten"?, cual carreteras secundarias que llevan a una autovía, para llegar a ser acción. Uno de los módulos principales es el del análisis "moral" o de ser o no conveniente en lo social. Otro de ellos es el de la memoria autobiográfica, las propias vivencias. Puesto que el módulo "ético" está mayormente construido en y por lo social, nos solemos comportar de forma distinta cuando estamos solos que con gente, cuando estamos con gente conocida que con desconocidos. Aquí hay un distingo, que crea una vía o forma de conectarse de varios módulos. Alguien creyente coincidirá más en sus comportamiento social y en soledad, puesto que se sentirá siempre observado por Dios. Para este tipo de persona no existe la soledad como tal. Aquí vemos la importancia de este otro módulo, el de una presencia constante divina, pues "evita" esa duplicidad en la forma del comportamiento. Fijarse también que en todo este trama entra en juego la propia conciencia de sí, la duplicidad o coherencia. La conciencia de sí trata de crear unidad, una identidad de sí, una individualidad. Si se tienen dos comportamientos que pueden ser opuestos, el social y el individual, eso no crea coherencia, sino contradicción y por lo tanto falta de unidad y por lo tanto de identidad. Las personas que tienen un Dios "mirándolas" no crean esa duplicidad, de comportamientos en sociedad y en soledad, luego es "mejor" evolutivamente hablando, para crear coherencia de identidad y por lo tanto paz mental. Pero este módulo, es un artificio que ha creado el cerebro y la evolución para evitar ansiedad y por lo tanto malestar, y que por lo demás, si tengo que opinar, está en plena retirada. Cada vez se hereda menos, parece ser menos válido, por alguna cuestión moderna, como para que se valide en lo evolutivo.
Donde mejor se ven las reglas o patrones del cerebro es en el habla. ¿Por qué "elegimos" un sustantivo, adjetivo o verbo frente a otros? En muchos casos tienen que ver ciertas reglas de la forma que tiene el cerebro de "indexar" las palabras en su memoria semántica. Aquí de nuevo hago un inciso. Las palabras también tienen su economía y sus estructuras. Cuando se pronuncia una sílaba, es más fácil ir a una posición "cercana" de los músculos implicados a otra que pueda ser opuesta a nivel de gesto muscular (por ejemplo: perorata, se "resbala" en la boca, frente a palabras nuevas como desoxirribonucleico). Ciertas palabras y en ciertas bocas, por la contracción repentina de los músculos, pueden hacer que uno se muerda los labios o la lengua. Por esta economía llegamos a lo melódico, a la suavidad de la sonoridad de la mayoría de las palabras (hay lenguajes que son excepción, como el alemán, ciertas lenguas sólo se comprenden en tanto que se mantienen, porque son la que dan una identidad por tradición). Algunos lingüistas han propuesto que nuestro lenguaje debió de nacer de algún tipo de comunicación cantada o más rítmica, y de ahí que nos sea más fácil memorizar refranes y canciones, que frases largas carentes de ese componente melódico. De hecho a los refranes se les trueca para que ganen en sonoridad y las reglas y estructuras del lenguaje, que para que obedezcan a las reglas gramaticales, como el de "si en marzo mayea, en mayo marcea". Hace apenas unas décadas las reglas de multiplicar se enseñaban con una melodía detrás, se memorizaban mejor, pero el sistema tenía la pega de que se tenía que recurrir a ir al principio de la melodía, para llegar adónde se quería llegar. Los anuncios con tonadillas repetitivas y fáciles, son los que mejor recordamos. ¿Quién no tiene ahí, cierto anuncio que le viene a la cabeza una y otra vez, sin aparente sentido y como una maldición?
Entre esas reglas de las palabras, y su economía, están las de la polisemia (mismas palabras para varios significados), y la homonimia (palabras que se escriben o se pronuncian igual o casi igual). En el lenguaje se sigue la misma regla del cebado o primado, ciertas palabras las "escogeremos" porque una anterior en la frase es similar fonéticamente o conceptualmente, con lo cual ya están activas ciertas neuronas implicadas y el coste energético es menor que el activar neuronas nuevas. Bajo esta regla de primado y mínimo esfuerzo, podemos unir fácilmente palanca con paladar, o contraseña con reseña. Estás reglas al final son las que mejor "funcionan" para crear canciones, poesías o un buen guion, pues en definitiva el escritor "conecta" con la forma que tiene el cerebro del lector de trabajar.
Ya tengo todo los antecedentes, que me interesaban, explicados como para ir a lo que reza el título. Para partir desde el principio de lo que quiero decir, el alma del mundo es la capacidad o estructura que tiene el cerebro de coincidir consigo mismo al hacer o al pensar, de tal manera que se dé la "razón" a sí mismo. Es que el cerebro funcione o se sintonice con sus propias capacidades estructurales, las cuales les vienen dadas por evolución. O dicho más en sintonía con su propio sentido: es la capacidad que tiene el cerebro de crear y creer que todo el universo tiene una estructura mágico-simbólica. La finalidad del cerebro no era la de buscar la verdad, sino la de encontrar unas estructuras en el mundo que saciasen y acallasen su ansiedad. Lo digo de distintas formas, para que de esta manera alguna de ellas conecte con alguna estructura de algún lector. En realidad mis tentativas de explicarlo pueden ser fallidas, pues no hablo con ese lenguaje simbólico que el cerebro espera, sino más bien tratando de encadenarlos a los parámetros de la razón, el prefrontal y la ciencia. Ese lenguaje "conector" está en frases como: "cuando deseas algo, todo el universo conspira para ayudarte a conseguirlo", de Coelho.(2) Si se trata de explicar matas su significado, al igual que ocurriría con la gran mayoría de las canciones o las poesías. Lo que el cerebro "quiere" y "busca" es la paz interior, la no contradicción; escapa de las disonancias cognitivas, de los sentimientos encontrados e inarmónicos. Para ello huye de todo aquello que tenga "cuerpo" de caos, y crea armonías allí en donde en apariencia no las hay ni remotamente. En definitiva: huye de la ansiedad, pues en definitiva esta es tener activada la vía noradrenalérgica, que puede mantener activo el sistema nervioso simpático, y por ello el estado de alerta que es malo para la salud.
Bajo mi punto de vista, y puesto que uno de los mecanismos centrales es el cebado, el cerebro busca "confirmar" sus propios puntos de vista. Hay que verlo como un juego evolutivo neural. Si un patrón, vía o cauce en el cerebro ha de tener éxito, ha de mantenerse, tiene que ser venciendo al resto. ¿Qué cauce vecino puede vencer al Gran cañón?, una vez creado, toda gota de agua terminará en sus cauces. Esa capacidad, en todo su conjunto, del cebado cerebral, de la carrera armamentista, en que consiste tratar de permanecer como vías principales unas conexiones neuronales, de ser la mejor opción para la acción en la vida, se pueden resumir bajo el concepto de pegajosidad neural. Ciertas vías neuronales luchan por tener razón, por ganar prioridad, por ser un cauce principal, de tal forma que están al acecho de todo aquello que capten del mundo que les dé la razón, que las valide. De nuevo no hay que ver aquí a un agente. Todo funciona por el cebado, si unas neuronas está previamente activadas, son las que tendrán más posibilidades de crear disparos neuronales sobre otras neuronas. Luego si están previamente activas, en el momento que capten algo en el mundo que las "mencione", reactivarán su disparo neuronal, se mantendrá su cebado. Todo el cerebro "conspira" en ese juego, una gran multitud de sesgos se siguen de este principio. Como el efecto Forer, por el cual creemos que algo tan ambiguo como lo que dice un horóscopo está hablando precisamente de nosotros. Así uno y otros sesgos, como el de confirmación, el efecto ancla, la memoria asociativa, el sesgo de autoservicio y otros tantos. Todo el cerebro, en esa lucha cognitiva neural de vías, de tratar de auto confirmarse en el exterior, está ávida de aquellos estímulos que alimenten sus vías. De esta forma si a ese núcleo, del pensamiento mágico, se le une la pegajosidad neural, nos encontramos que el ser humano construye todo el universo desde su núcleo, desde su ego o ser único, desde su inmanencia, desde su pensamiento, su conciencia, desde su "alma"; volviendo "alma", o pegajosidad, o fuerte deseo de conectividad, a todo lo externo. Pegajosidad neural, en este sentido, es una propiedad o un elemento, del pensamiento mágico.
El cerebro, la evolución, creó estructuras "sintonizantes" con la carencia de ansiedad. Esas estructuras estaban ligadas a una forma de ver el mundo, en donde se parecía entender todo, sin explicarlo. Lo que quiero decir, en un ejemplo, es que todos sentimos paz con una apreciación ambigua, abstracta y mágica (¿platónica?) de lo que es el amor, y a la vez, por el contrario, sentimos vacío y angustia con su falta. Dicha ambigüedad era la que alimentaba esa paz interior. La vida consiste en perder esa ambigüedad o mantenerla, creyéndosela, viviéndola. El lenguaje era perfecto en su ambigüedad, en su pluralidad de sentidos, en sus estructuras mágicas. Cuando alguien te habla no necesitas "deconstruir" cada palabra, cada frase: captas una idea general que de alguna forma conecte contigo, con alguna parte muy íntima, que parece no circunscrita a nada físico. En el mundo occidental a ese algo inmanente se le suele llamar corazón y alma. O mejor, el alma hablando a través del corazón. Otras veces dicen que sale o aparece en la mirada. En otras culturas ese algo está en el estómago, en su parte más baja, allí a donde a veces se siente un hormigueo o un pinchazo (las mariposas aleteando de los enamorados). De nuevo es poner palabras y colocarlos en zonas del cuerpo, cuando en realidad clama por ser algo impalpable, ilocalizable e inconmensurable. Alma es la capacidad de volver mágico (metaforizante), o con sentido, una estructura o realidad que posiblemente carece de ella. Es esa capacidad, en tanto que estructura formalizadora, a la que se le puede dar tal o cual contenido concreto, no es otra cosa. El continente, no tal o cual contenido, que le pueda dar una u otra religión o ideología. Pero me muevo en la ciencia. A esa capacidad la llamo singularidad, en tanto que al darse esa suma de factores "creó" un tipo de ser, que es lo que es el ser humano, donde su todo no puede ser explicado por sus partes. Esa estructura es optimista, en tanto que cree y espera sin tener nada concreto; es infantil, en tanto que se mantiene en posturas que están fuera de la razón, como le ocurre a los infantes y sus cuentos; es pegajosa, en tanto que conecta cosas que en teoría no tienen ninguna conexión; es amor, en tanto que su base es cuidar y proteger. Ese todo como sentimiento latente, inconmensurable e ilocalizable se puede reducir al concepto de confianza.
Fijarse que confianza tiene como raíz, y núcleo de la palabra, el concepto de fe (con-fe-hacia-algo/alguien) (3). A decir verdad, por deducción, pienso que fe provenga de confianza y no al revés, ya que antes de ser, o llegar a ser, un concepto tan abstracto como el de fe, estaría la confianza hacia alguien o algo. En primer lugar, diría yo, hacia la madre. ¿Quién duda que su madre tenga alguna doblez que le confiera algo de malignidad a sus actos? Sabemos, o mejor sentimos, de esa forma ambigua y abstracta, que la madre es fuente de confianza. Esa misma confianza la proyectábamos en nuestros líderes. Con el paso del tiempo a nuestras raíces, a nuestra cultura y por extensión a nuestras religiones y dioses. La fe cristiana no se puede entender sin esta raíz que es la confianza. La madre te dice puedes hacer tal o cual cosa, báñate en esa agua, come eso o aquello, y sabes que no vas a correr peligro. Esa misma confianza la volcamos en los líderes. Este reglaba el poblado o la ciudad-estado bajo ciertas leyes que eran para nuestro bien. Lo mismo se sigue de una religión o un dios. En esa medida la regla, para el alma humana, para su capacidad cohesionadora ligante y optimista, tenía que ser la confianza. Tenía que tener confianza en lo por venir, en las estaciones, en las lluvias o el calor cuando fuesen necesarios. Confianza en salir de cada trance y camino truncado. Confianza como llave que era capaz de abrir cualquier puerta. Que era la llave por la cual siempre vivíamos en paz en nuestro interior independientemente de que el exterior nos fuera adverso.
Pero demos un paso atrás. Hay que entender ciertas estructuras de la evolución, para ver cómo encaja el "crear" algo como lo que estoy exponiendo. Todo animal es una máquina de supervivencia, la evolución se vale de abstracciones para validar una apuesta (una de ellas es el camuflaje, concepto abstracto realmente complejo). Esto es, se crea el placer sexual para empujarnos a buscarlo, y para contrarrestar la ley del mínimo esfuerzo. De la misma forma no basta con que se tenga que comer para sobrevivir, se crea el gusto para que nos resulte placentero, para ello se vale de muchos medios. Una de las primeras medidas es el sabor en la boca. Evolutivamente hablando hubiera sido suficiente con detectores de cosas amargas, para evitar venenos. Pero las cosas no son así, cada animal tiene sensores en la lengua, que le despiertan el deseo de comer aquello para lo que está "hecho", para su dieta, y activan los centros del placer y las vías dopaminérgicas, que son activas (crean potencial para la acción, frente a desactivadores como la serotonina). Hay animales omnívoros, que comen de todo, entre los que nos encontramos. Sin duda la mejor apuesta, los osos igualmente los son, a excepción del panda, que ya sólo come bambú. Al parecer tiene una mutación en el gen TAS1R1 por la cual ya no detecta los sabores umami (sabroso: mantecoso y salado), propio sobre todo de las carnes y los pescados, siendo así, aunque su estómago pueda estar preparado para digerir carne, no la come, no la busca… ¡porque no le encuentra el gusto, gusto para el que está "programado"! O sea que hay una codificación en los genes que nos predisponen a comer carne o no, ligada al gusto, ligado a lo que digiere el estómago y que necesita el cuerpo, pero a la vez una mutación manda al traste esta cadena, poniendo todo patas arriba y haciendo que las cosas "funcionen" a la inversa, que sea el gusto el que mande. El gusto entra dentro de lo emergente, en la medida de que al final crea una estructura que puede ir contra un concepto de una de sus sumas o porqués, en contra de la supervivencia, que es la estructura que lo "creó". El oso panda ya no quiere comer carne, aunque eso le mate y le pueda llevar a la extinción. Igualmente el hombre puede negarse a comer, ya sea por cuestiones de gusto o por cuestiones de cultura, religiosas o políticas.
Toca giro conceptual en el escrito. En todo el entramado que he expuesto, el prefrontal "sobra", está de más en un tratar de posicionarse frente a esa entelequia que por comodidad hemos llamado alma, que es meramente el agente activo del pensamiento mágico. Pero recordemos que el prefrontal tiene dos modos de trabajar. En el día a día hace un simple papel de supervisor final, no "interrumpe" el flujo o modo de "trabajar" del cerebro. Es más, como es un simple supervisor y por esta "operación" amplifica "señales" (retroalimentación, espejo reflejado en otro espejo), al final tiene la "capacidad" de "falsificar" sensaciones. Lo que quiero decir es que en ese plano, es una parte más del "alma", puesto que la "oye" y le da la "razón" o le da sentido, sin cuestionarla. Para que se entienda lo que digo es mejor poner algún ejemplo. Todos sabemos que cuando estamos contentos, o muy satisfechos, es cuando somos más vulnerables a decir cosas que no deberíamos. Lo típico de las cosas que se dicen durante el sexo. En ese plano el prefrontal supervisa, y como lo que tiene de contenido, en su "conciencia de", es bueno, amplifica la señal de lo bueno. Recordar: si me enfado o siento ira por otro, me enfado por enfadarme. En este caso lo que se amplifica es el buen estado, que confiere confianza y falta de miedo, y que a la vez premiamos a eso que nos da ese estado, que es otro; decimos cosas en esa situación que cohesionan con ese momento, con lo cual podemos llegar a decir cosas de las que más tarde ya no nos sentiremos tan seguros por haberlas dicho. Reza un refrán en español que "mucho prometer antes de meter, y una vez metido nada de lo prometido", que da la razón a este tipo de comportamiento del prefrontal.
Sea como fuere, el "habitáculo" de la razón no es "tan razón" en todos los casos. En el día a día es otra estructura más que tiene la capacidad de llevarnos a errores. Lo que llamamos o entendemos por razón es a la capacidad de crear un circuito cerrado dentro de este sistema, donde de lo que se ocupa esa "conciencia de" no es de otra cosa que sí misma, en cierto problema o cuestión, y bajo ciertas reglas lógicas que no todo el mundo aprende o aplica por igual, y siempre y cuando se tenga insight de todos los posibles sesgos en los que dicho sistema pueda caer. ¡Algo realmente extraño y singular que sólo se da a veces y en ciertas personas!
Si se entienden todas las implicaciones que he dado, se puede fácilmente diagnosticar el presente. Desde la Ilustración se ha querido poner a la razón como la piedra angular del ser humano. Por el contrario lo humano, su alma, es todo menos razón. Somos esa especie, con esa esencia de pensamiento mágico, que vivía en su día a día creando cohesión en el mundo, entendiéndolo en su ignorancia, bajo el efecto embriagador de ese efecto que le producía sentirse "tontamente" feliz en un mundo sencillo y mágico. Creó una teoría del mundo a lo inverso, donde el centro era él, y el resto estaba creado a partir de este y para él. Ese es un límite cerebral y conceptual humano, no se puede pensar en el no-ser, no me puedo pensar como que pude no existir, como que pude ser otra cosa distinta a la que soy en mi carácter, o como de otra nacionalidad u otra lengua. Soy, siempre se parte de esa facticidad, y al sentirme ser, mi modo de pensar y de creer son parte de ese ser que soy. De la misma forma, con el mismo límite, el ser humano no se podía concebir como no-siendo, no podía pensar en un mundo donde no existiese el humano. Luego si era, y bajo su forma de pensar desde su ego, su "conciencia de", entonces él era el centro del mundo. Una gran mayoría de tribus se concebían a sí mismas y a su lugar en el mundo como el centro del mundo, de la creación. Es la base de casi todas las creencias culturales (incluido nacionalismos) y las religiosas. Cada religión es la elegida, la única, el centro de las demás, pues no deja de ser más que un efecto secundario de ese no poderse concebir como no-siendo, o fuera de la conciencia de sí.
Con la entrada en juego de la razón y la ciencia el lenguaje está cambiando, ya no basta con esa sensación de creer que entiendes el mundo, ahora vemos los "detalles" del mundo y en ese proceso cada vez se queda más arrinconado el pensamiento mágico, el alma del mundo que he mostrado. Se crea una contraposición donde las dos "verdades" se excluyen. O eres razón o eres pensamiento mágico, cualquier postura intermedia sólo es no querer abandonar el pensamiento mágico, es negar las evidencias. Ese estado era posible en su inocencia, en su ocultamiento, en su no ponerse a juicio, pero al igual que la inocencia no se recupera cuando se pierde, el estado anterior ya no se vuelve a recuperar una vez que la razón a entrado cual elefante en una cacharrería, en el habitáculo de lo mágico, para destrozarlo. Uno no puede volver a creer en Santa Claus, una vez que deja de hacerlo. Finalmente se pone en jaque a la confianza tácita, del alma del mundo, en la vida. Ya no puedo tener confianza en nada, no en ese sentido que he mostrado arriba. Ahora sabemos que el amor es la oxitocina, que incluso madres de animales que nos son tan despreciables como la rata, crean ese tipo de ligazón unido a esa molécula. Resta de ella a una rata y ya no tendrá ese comportamiento, réstaselo a una humana y las cosas cambiarán. Tendrá que ser madre por convicciones, por razón, por lo cultural, por lo moral, pero ya no en ese estado inmanente que le proporcionaba esa hormona. ¿Quién es el inocente que cree en líderes hoy en día? ¿Quién en ideologías? El postmodernismo es posible, porque es un paso más en ese proceso, en donde la razón ya no puede "dejar" volver al cerebro a su estado "natural", en donde reinaba la confianza en "nada" y en todo. Ahora "entendemos" el universo y hemos invertido la pirámide, el hombre es lo último, no por importante, sino por lo minúsculo de su importancia dentro de su gran inmensidad y la inmensidad del tiempo. No es ya que nos imaginemos pequeños frente a la grandiosidad del Gran cañón del Colorado, como nos hacen ver en la película "grand Canyon", y por ello tengamos que minimizar nuestro dolor. A la inversa, esa gran inmensidad de espacio y tiempo me hacen tan despreciable (sin precio) que en realidad eso sólo puede incrementar mi dolor, incrementar mi realismo depresivo. Ese dolor de sufrir por y para nada. Sin sentido, sin finalidad, sin otra cosa detrás que la nada en la que caeremos al morir. Yo habré coleccionado canciones, sido ese que ha visto y leído tal y cuales libros y películas, con tal y cual orden, como para que al final me hayan creado un saber posiblemente únicos, como para crear una teoría del mundo que nadie compartirá por completo y sin fisuras conmigo. Ese todo que soy morirá cuando yo muera. Todo ese esfuerzo habrá sido en vano. Borrarán y formatearán mi ordenador con la rapidez y facilidad del rayo. En un segundo quedaré fulminado, nadando en esa nada que nadie entiende. La fama y la trascendencia son banalidades vacías para tratar de amortiguar la sensación de la nada en la que caemos al morir, al dejar de existir. Sólo se es mientras se es, concepto extraño, singular y sencillo, que pocas personas entienden en toda su dimensión.
No es que haya muerto Dios, como gritaba el Zaratustra de Nietzsche, hemos (estamos) matando el alma del ser humano, esa es la que le mantenía en pie; sin esta Dios se vuelve a la nada de la que nació. Sin esa inocencia, en cuyo núcleo estaba la confianza ciega a la vida y su sentido, en las personas, en las instituciones, el humano se tiene que reinventar, pero ¿cómo si ya no hay un depositario al que le debamos algo?, ahora todo está permitido, siempre que lo esté por ley. Puesto que el poder tiene más cercanía y connivencia con la ley, este es el que dicta las reglas del nuevo juego mundial. Hemos vendido nuestra alma, nuestra confianza, a ninguna otra cosa que no sea a la realidad del dinero, de las ganancias, de lo visual, de los signos de status. En definitiva de lo primigenio y más básico de las jerarquías; no ya porque les tengamos confianza a los líderes, como en otros tiempos, sino porque simple y llanamente nos han ganado la batalla, y ya no hay ningún otro lenguaje o constructo humano que dé la vuelta a esta nueva situación. En un juego metafórico, se puede concluir, que hemos vendido nuestra alma al diablo, que en este caso es sólo la razón, en su más inmensa soledad y vacío. Espejo reflejado en un espejo, sin ninguna imagen real que lo sustente. El humano abandonado a su suerte, en su más tremenda soledad y dolor existencial, en un universo de miles de millones de mundos, y en un momento del universo que sólo será una fracción despreciable e insignificante del tiempo.
(Falta de poner algún enlace y alguna gráfica, pendiente de hacer.)
(1) Los estudios que utilizan fMRI han demostrado que la corteza prefrontal medial (mPFC), específicamente la anterior medial prefrontal cortex (AMPFC), puede modular el comportamiento mimetismo. Los neurocientíficos están sugiriendo que la actividad influencias cebado social y procesamiento en el AMPFC, y que esta área de la corteza prefrontal modula la respuesta y el comportamiento mimetismo. Fuente Wikipedia
(2) Esta frase sólo cobra sentido si universo es simplemente un sinónimo de tu vida, tu entorno, y dado la capacidad que yo llamo de "pegajosidad neural" del cerebro, o sesgos que inciden a que el cerebro busque o se obsesione en causas y fines que le auto-confirmen. O lo hagan con respecto a lo que uno espera y desea. Cuando uno se enamora por primera vez, cree ver a su enamorado/a por todos los lados. En otro modo de decirlo y bajo otro punto de vista menos positivo, es como la frase de "cuando tu única herramienta es un martillo, todo te parece un clavos".
(3) Nota añadida el 9 de julio. A raíz de incorporar el concepto de nausea, el cual busqué en la Wikipedia, me encontré con una referencia al libro de William Barrett, "El hombre irracional" que trataba sobre el existencialismo, haciendo una recorrido por su historia. En la página 88, Barrett hace referencia a esto mismo que digo yo: que confianza debe de preceder a fe. Dejo aquí transcrito que no copié esta idea de ese libro, es tan solo un concurrencia que entre pensadores (cosa que ya digo en el escrito anterior a este: las ideas están en el ambiente, como caldo de cultivo, durante una época dada, o mientras se maneje un paradigma, en este caso el existencialismo, de hecho mi fluir me está llevando a tener muchos paralelismos con Kierkegaard, excepto que soy una vuelta de rosca, pues no parto de su cristianismo). Por lo demás cuando yo lo pensé me parecía harto evidente, como para que no se le ocurriese a cualquiera. Por lo demás llevó la idea más allá, al vincularlo a la madre. Así fue como se me ocurrió, traté de reducir a una palabra que no fuera amor, la relación de la madre y el hijo. Esa palabra fue confianza, y al pensar en ella, quintando prefijo y sufijo, quedaba la raíz fe.
(2) Esta frase sólo cobra sentido si universo es simplemente un sinónimo de tu vida, tu entorno, y dado la capacidad que yo llamo de "pegajosidad neural" del cerebro, o sesgos que inciden a que el cerebro busque o se obsesione en causas y fines que le auto-confirmen. O lo hagan con respecto a lo que uno espera y desea. Cuando uno se enamora por primera vez, cree ver a su enamorado/a por todos los lados. En otro modo de decirlo y bajo otro punto de vista menos positivo, es como la frase de "cuando tu única herramienta es un martillo, todo te parece un clavos".
(3) Nota añadida el 9 de julio. A raíz de incorporar el concepto de nausea, el cual busqué en la Wikipedia, me encontré con una referencia al libro de William Barrett, "El hombre irracional" que trataba sobre el existencialismo, haciendo una recorrido por su historia. En la página 88, Barrett hace referencia a esto mismo que digo yo: que confianza debe de preceder a fe. Dejo aquí transcrito que no copié esta idea de ese libro, es tan solo un concurrencia que entre pensadores (cosa que ya digo en el escrito anterior a este: las ideas están en el ambiente, como caldo de cultivo, durante una época dada, o mientras se maneje un paradigma, en este caso el existencialismo, de hecho mi fluir me está llevando a tener muchos paralelismos con Kierkegaard, excepto que soy una vuelta de rosca, pues no parto de su cristianismo). Por lo demás cuando yo lo pensé me parecía harto evidente, como para que no se le ocurriese a cualquiera. Por lo demás llevó la idea más allá, al vincularlo a la madre. Así fue como se me ocurrió, traté de reducir a una palabra que no fuera amor, la relación de la madre y el hijo. Esa palabra fue confianza, y al pensar en ella, quintando prefijo y sufijo, quedaba la raíz fe.
(4) La imagen de cabecera es uno de mis cuadros. Mis enredos mentales llevados a cuadros. Como artista es complicado perder el pensamiento mágico, el arte está ligado a él. Aún con todo esa capacidad de cohesionar, y crear esa armonía y complejidad, es de hace años. Ahora ya no sé si lograría hacer algo así. Mi "alma" se muere con mi senti(r)do del mundo. No he vuelto casi a pintar. Si he incluido este cuadro, en este tema, es como representante de esa capacidad de conexionar del cerebro, de crear alma, creando una realidad en su conjunto que es armoniosa; "explicando" a la vez algo de mundo: todo es complejidad, pero el alma humana es capaz de crear una realidad externa, de ese caos, que se nos aparece como armónica y bella. Crea "melodías", del ruido del mundo.
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