Devaneos II – Estructuras y Vida
❝El arte es la mentira que nos permite ver la verdad.❞ Picasso
❝El mundo está llano de discursos… ¡y mira dónde nos han llevado!❞ Deep Blue 3
❝—¡Tienes una mente tan degenerada! —Gracias, lo acepto como un cumplido.❞ Woody Allen
❝Hay totalidades cuyo comportamiento no está determinado por el de sus elementos individuales, sino donde los procesos parciales están determinados por la naturaleza intrínseca del todo.❞ Wertheimer
Este escrito sólo va a recoger ideas sueltas, con el calor que hace no dan ganas de extenderse mucho y tampoco creo que den ganas de leer cosas largas y densas. Por otro lado una verdad de lo emergente no debería necesitar ser muy extendida y explicada. ¿No es extraño que hasta 1986 no hubiera una teoría sobre que el cerebro trabaja con lo que le es relevante? Es un hecho muy intuitivo para cualquier humano de a pie. Si estoy hambriento voy a ver como posible comida a casi todo, es uno de esos clichés que después se ven una y otra vez en los dibujos animados. ¿Se “necesitaba” una teoría?, ¡bueno, sea!, pero ¿cuántas páginas necesitas para desarrollar un tema que todo humano va a dar por sentado desde el principio? Si lo que se necesitase argumentar es que cuando es de día en realidad todo está oscuro pero nuestro cerebro se engaña, se necesitarán muchos “sortilegios” argumentales para “probarlo”, se necesitará mucho texto… ¡en fin! Un libro te puede dar de comer, un breve escrito en Internet no. La vida tiene su propia “lógica” y nunca podemos salir de ella. La frase más profunda con la que uno se puede topar, durante todos sus años, es “así es la vida”. Woody Allen es un artista que se basa en tal concepto, como se deduce de la siguiente frase: “yo creo que el éxito de cualquier relación no está basado ni en el compromiso ni en la madurez ni en la perfección; en verdad está basado en la suerte, la gente no quiere reconocerlo porque significa una pérdida de control”. ¡Se podría incluso escribir un libro de “así es la vida”! (desconectar modo cínico… 3, 2, 1, 0).
I
¿El porqué del escrito anterior? Va en muchas direcciones y una de ellas ya está dicha allí. Otra es que a veces he visto que me han buscado con programas que detectan los plagios. Yo tengo mi propio estilo de escritura, mis propias obsesiones de temas, mis conceptos clave, etc., que denotan mi “carácter” como pensador/escritor. Nunca “escondo” mis fuentes. Si me puedo ahorrar texto lo hago, y por eso añado largos textos de la Wikipedia (o de donde haga falta). ¿Para qué explicar algo que ya puede estar bien dicho por otros? Una máxima filosófica es que “nada nace de la nada” (ex nihilo nihil fit). Todo escritor va a repetir lo que haya podido decir otro filósofo, adaptándolo a los nuevos saberes, como por ejemplo lo que se conoce del cerebro; y puede que haga un pequeño inciso en el tema, pero nunca son cambios copernicanos (si acaso ese giro lo dio Freud y el psicoanálisis, que destronó a la razón de la mente, algo que aún no ha terminado de asumir la sociedad). Todo lo que se pudo decir sobre la filosofía ya lo dijeron los griegos, sobre todo Aristóteles, y el resto de los filósofos apuntalan ideas, o las tratan de derribar. Damos vueltas a los mismos temas, como quien dice. Una idea como la de Matrix se alimenta de la cultura, y como tal es sólo una revisión de la metáfora de la cueva de Platón. Yo mismo voy dando vueltas a mis temas centrales a partir de lo que me voy encontrando, y los reviso si alguna nueva idea los cuestiona. Rematar diciendo que yo he leído mucho, sobre todo a los posmodernistas, que en el fondo me “gustaban” porque (en mi lenguaje) dicen que hemos creado una estructura del saber como si de un jardín se tratase, pero olvidando que la vida es el caos que se pueda dar en un bosque. En conclusión: a la mediana edad salen todas esas lecturas durante tus escritos, de forma dispersa y profusa, sin que se pueda saber con exactitud cuál es el origen, si es que lo tiene. Esto ocurre porque la cognición implícita trata de llegar a generalidades, ignorando lo concreto. O sea, mi cerebro ha llegado a las generalidades de todos los escritos que he leído, sin supervisión, y como tal puede que mi cerebro haya incorporado su propio “toque”, perspectiva, a dichas generalidades. Lo “trabajoso” del escrito anterior fue encontrar los textos, en los autores y en sus libros, que confirieran cierta continuidad al primer párrafo, que es el mío, tratando de crear una estructura que llevase a un final o una última conclusión…, teniendo en cuenta igualmente que tenían que encajar con mi forma de pensar y contener mis temas “preferidos”. Alguno desencajan más que otros, pero tal cambio era creíble y aceptable. Por cierto, un dato curioso de uno de los autores nombrados en ese escrito es el de Albert Caraco: “sobrevivió” por más años porque tuvo que cuidar de su padre enfermo, pero cuando este murió se suicidó, pues ese era su deseo desde hacía años. Otro más: Spengler escribió antes de 1918 su libro “la decadencia de occidente“, nadie le iba a decir que Estados Unidos cogería el relevo y “nos ha llevado de la mano” hasta el siglo XXI. Aún le queda algún que otro culetazo por dar a occidente, sobre todo porque la sociedad va hacia el ocio, y Estados Unidos es el mayor foco de tal tema, pues todo lo que entendemos por tal palabra está sustentado por empresas estadounidenses: Twitter, Facebook, YouTube, Netflix, HBO, Google, Instagram, Android bajo Google, WhatsApp, IPhone…(este escrito es de 29 de julio, el día 1 de agosto Trump anuncia la posibilidad de prohibir el uso de TikTok, una plataforma china de vídeo cortos. Estados Unidos sabe que tiene que mantener este dominio cultural). La tendencia hacia el ocio sin duda nos llevará a un nuevo imperialismo cultural, que aun durará décadas.

II
Sigo dando vueltas al tema de cómo el cerebro crea un lenguaje, y he buscado temas en la Wikipedia, artículos académicos y libros. Hoy he llegado a una extraña conclusión. Pero primero analicemos la fotografía del aparente “perro deforme”. La encontré al profundizar sobre el tema de la percepción multiestable (por más que uno quiera pensar y desarrollar el tema al final te encuentras que hay conceptos ya existentes que definen lo que piensas), que trata sobre la cuestión de que el cerebro parezca tener un conmutador para analizar algo de tal manera, que cuando está en uno de los lados, el cerebro no ve el otro estado, que sí ve al volver a conmutar en la otra posición el interruptor (por cierto a lo bipolares les cuesta más conmutar entre los dos estados posibles de una imagen). A nivel profundo es como si al activarse ciertas neuronas, que dicen ver una cosa en concreto, tuvieran que desactivar a las que no están “de acuerdo” con ellas. Se sigue la máxima aquella de “no basta con que yo triunfe, los demás deben fracasar”, a nivel neuronal (darwinismo neural, a estas altura ya no se sabe quién dijo tal frase, prefiero no poner el autor). Pero a la vez se puede interpretar bajo mi hipótesis de que el cerebro busca entes en la realidad (¿enticidad?). Un ente no puede ser y no ser a la vez (principio de no contradicción), luego sólo deja de serlo si otro ente ocupa su lugar (que se parece a aquello “de un hombre se olvida con otro” —en torno a todo lo dicho mi cerebro me ha recordado una canción de Nena Daconte—, “¿un clavo saca otro clavo?” y bla bla bla!). Es en definitiva el tema de ver el árbol o el bosque o el fondo o la figura. Pues bien. El cerebro tiene una estructura de lo que son los animales (los cordados, dos lados simétricos), y “sabe” que los ojos están en paralelo y abajo está la nariz y más abajo la boca. Al aplicar el cerebro esta estructura a la fotografía del perro “se” equivoca, pues al estar tumbado de lado los ojos están en vertical y ya no “funciona” su estructura o esquema mental, de tal manera que aun así se “obceca” y “cree” (reconstruye) que lo que es el ojo derecho, que en esa posición está abajo, es la nariz, y lo que es la oreja plegada es la boca abierta que incluso tiene una lengua. Apliquemos esta idea de una estructura y reconstruir la realidad con ella a otras cuestiones.
Cuando el cerebro analiza una oración espera la estructura de sujeto y predicado, y en cada lengua tal estructura puede ser distinta. Se nota sobre todo en frases con un sustantivo y un adjetivo, como el título del capítulo anterior “la solemnidad de lo efímero“, que se podría decir de otra forma como “lo efímero es solemne”, y en tal caso el primer adjetivo hace de sustantivo, de un ente con ciertas propiedades, pero en castellano es más poético la inversión de sustantivo-adjetivo a adjetivo-sustantivo y en ese proceso omitir el verbo, o sea: “ella es cautivadora y liviana”, frase descriptiva y “seca”, que es algo más poética en la reiteración: “ella es cautivadora y ella es liviana”, frente a la más poética como “liviana y cautivadora ella”. Más fácil: "la naturaleza es imaginativa" con respecto a "imaginativa naturaleza". Estas estructuras no están en el cerebro, o sólo está la estructura básica de sujeto-predicado (como así apunta la teoría de la gramática generativa), pero no el orden y las posibles variables que son propias de cada lengua, luego es algo que la cognición implícita aprende en los primeros años de vida, y no necesariamente en las escuelas, sino bajo su método de tratar de llegar a generalidades a partir de casos concretos.
Escritos atrás decía que la forma que tiene de trabajar el cerebro es con la deducción, dado lo falible que es la inducción y las generalidades. La intuición que he tenido hoy es que en los primeros años de vida el cerebro “necesita” crear una estructura de la realidad, unas neuronas andamio o que van a ser el armazón, sobre el que se irán añadiendo los casos concretos. Hay varias formas de neuronas (piramidales, estrelladas, granulares…), puede que en tal proceso tengan que ver alguna de ellas, o sea, que la evolución “creó” tal forma por tal propiedad. Ya sé, es contraintuitivo: el cerebro crea unas generalidades casi desde la nada, pero ¿cómo sino de repente tiene una estructura de su propio idioma en donde todo lo concreto (cada frase) tiene que encajar dentro de tal armazón? Explico un porqué y esta idea dará apoyo a lo que digo. Todo animal nace con instintos, que son como estructuras o armazones, y seguramente venimos con ellas para saber cómo tiene que ser un rostro, como se ha dicho arriba. La evolución de repente no puede ignorar estos cimientos del conocer, de la forma de proceder con las percepciones, y basarse en lo concreto, y crear una teoría de la realidad por el método deductivo de prueba y error. Eso es lo que es un robot (a día de hoy) y por eso nos resultan tan estúpidos. La segunda forma de proceder de la evolución es dejar cierto margen, durante los primeros años, para crear tales estructuras, y como para al final proceder con ellas como si de instintos se tratasen (he invertido el orden al final de la frase). Es como quien dice como un “salto de fe” a que tal neurona generalista va a ser la correcta…., y como todo en la vida, si no “funciona” se activa otra neurona, o grupo de ellas, con una nueva generalidad que anularía la función de la neurona (o grupo) anterior. Es muy posible que ese papel lo hagan las neuronas piramidales, que son las que crean columnas corticales (desde la parte más externa de la corteza a la más profunda), y que el sistema de interruptores de las distintas columnas (entes), lo hagan las neuronas rosa mosqueta, que son inhibidoras (y siendo así son las que operan en en la percepción multiestable y en el efecto de fondo y figura), que por lo que se sabe sólo la tienen los humanos. Bajo esta intuición encajan cosas que he ido diciendo a lo largo de los escritos: 1. algo nuevo, una primera experiencia, deja desde ese momento una huella de neuronas, y tal primer recuerdo es el que va a operar como estructura del resto que sean similares, análogas, homólogas, etc. 2. por tal regla dije que el secreto sucio del aprendizaje es que quiere ser instinto, (en la vejez sólo somos un “conjunto” de hábitos o manías: sólo tienen que operar las estructuras, se deja de lado el aprendizaje, del que el cerebro ya casi no es capaz) y 3. tal proceder crea una entidad mental de cada realidad del mundo, o un conjunto de particularidades —de cosas concretas—, que pueden ser empaquetadas en un todo, en una unidad (una persona es en su totalidad, aunque lo reconozcamos por alguna peculiaridad: si a Cyrano de Bergerac le hubieran cortado la nariz, en una de sus reyertas, los cerebros de sus amigos hubieran asumido tal cambio). Tal esquema cerebral es el que opera cuando vemos (vivenciamos) cualquier otra realidad en el mundo, en donde desde ese momento tiene que encajar con tal armazón… como así ocurre con la fotografía del perro. Ya no hace falta escribir un libro, es fácil, es intuitivo, “encaja” en muchos aspectos humanos, como con la teoría del apego, la teoría ejemplar, la teoría del prototipo, el concepto de referencia, los estereotipos y los roles (frente a estos, los arquetipos son estructuras que nos vienen dados desde el ADN, como primitivas) y bla bla bla.
III
El artista es el ser más antidemocrático que pueda haber. Todo artista nace con un espíritu rebelde. La mayoría de las personas no terminan de comprender por qué el arte dejó de pintar realismo. Si de repente la fotografía suplía su forma de destacar, abandonó el realismo para que se le viese, para que sobresaliese, desde otro lado. Y ahora si de repente hay unos mil millones de fotografías cada minuto (lo digo al vuelo)…, ¿cómo destacar en esa materia?, el artista abandona aquel arte que se vuelve vulgar, de todos. Un artista no se siente feliz entre el tumulto, un artista tiene que estar en una pasarela, o en un podio. Ha de buscar algo limítrofe de su época, y crear algo nuevo e innovador.
Pero… ¿hoy queda algún espacio por explorar?, ¿no está todo saturado?, todo lleno de muchas personas que son buenas en lo que hacen. O quizás solo sea un problema de con qué compararse: hace milenios sólo te comparabas con los de tu pueblo o ciudad, hace siglos con los artistas de tu reino, país o imperio…, ahora en un mundo global te comparas con todo el planeta. ¿En esa dirección algunos creativos tienden al arte generativo (la imagen de cabecera lo es), pero ¿realmente es arte? Una “pega” de que la fotografía fuera concebida como arte, era que se podían hacer copias infinitas de un solo negativo. De igual forma era fácil copiar la técnica y la temática como para que, en algunos casos, alguna variación de lo mismo fuera mejor que la primera fotografía. Eso es lo que exploró Andy Warhol. El arte generativo tiene como medio un ordenador y uno o varios programas (o plugins dentro de esos programas) que generan movimientos a partir de iterar, o de un algoritmo de base de una estructura, donde al igual que una forma de vida, este algoritmo “crece” y/o se reproduce en nuevas instancias de sí mismo. Pero como tal, el “artista” casi no tiene el control, ni “orienta” al algoritmo en alguna dirección. Si acaso crea variaciones de tal algoritmo, o cambia el valor de las variables, o el color, para que tal “ente crezca” de otra manera. Por otro lado… ¿un artista matemático?, parece un contrasentido. Con todo a mí me gusta más el arte generativo que cualquier otro “arte” que sea hace ahora. Sobre todo comparándolo con hacer muñequitos, héroes y robots…, que es lo típico que se suele hacer con los programas 3D.
Una última consideración al respecto es si la vida, incluso el universo, nos sea otra cosa que las iteraciones con variables de un mismo tema que por cambios estocásticos (variabilidad, azar, mediado por un algoritmo) llegan a formas de vida extrañas, bellas y complejas… y de ser así: ¿tiene algún mérito Dios con tal “obra”?
Sólo creó un primer algoritmo con muchas variables, y con capacidad de crear nuevos algoritmos evolutivos y/o algoritmos emergentes, pero “nada más” (lo pongo entrecomillas porque ya es mucho, aunque sólo “significase” un primer algoritmo o un simple “chasquido de dedos”). Él sabía todas las posibles variaciones. De ser así la libertad sólo es una variable iterativa, de muy baja densidad (pocos estados o variables posibles), que no repercute en exceso dentro del universo, sólo a nivel “local” y dentro de lo cultural de la especie que es el humano, donde este ni siquiera tiene la capacidad de crearse cuatro brazos o unas alas, cuando ambas son de desear en muchos casos.
—Ya estás desvariando otra vez!
—Ya, pero mis desvaríos sólo se quedan en eso: no alteran el universo, ni la realidad de nadie, como mucho crea algunas conexiones cerebrales en los lectores, que es muy posible que se terminen por morir o desconectar. Como sea. El caso es que si no es “aceptable” el multimillonario, tampoco lo tendría que ser el artista, pues la base de los dos es la retroalimentación positiva sin freno, y querer ser el mejor o el que tenga más poder sobre el resto de los humanos, en donde en ese proceso se vuelven “subhumanos”, o personas que nunca serán “tocadas” por el destino, o como se le quiera llamar, y/o para ser los que iluminen el camino del resto de los humanos (fuente de inspiración, modelo a seguir). La misma regla vale para los santos o los “profetas”. Tales tipologías tienen como base, y de forma implícita, que la sociedad tiene que basarse en la estratificación, en las diferencias, en las identidades y por ello en la otredad. Se basan en definitiva en el darwinismo universal. Hay un corto en el cine que nos habla de instaurar una sociedad donde nada sobresalga llamado “2081” (deberían haber optado por ocultar incluso el rostro de las personas muy bellas), y en donde tal sociedad no es feliz. Sea como sea la igualdad nunca será, pues cada humano nace con el deseo de sobresalir… y esa es la base de Internet, que sólo es un espejo de la realidad.
IV
Un concepto que nació en lo humano es que hubiera personas que querían sobresalir o que de hecho sobresalían. Bajo el signo del pensamiento mágico y que todo tenía un equivalente en la realidad, en el universo, y dado un primer momento panteísta y un segundo politeísta, el cerebro humano pensó que debía de haber un equivalente de esa forma de proceder que nos hizo humanos, puesto que nada nace de la nada. Por ello pensaron que los dioses tenían que estar reglados de igual forma por jerarquías, de dioses primeros y primordiales, y secundarios y que se ocupasen de temas menores. Al final en el judaísmo, y más bien dominados por el miedo que por la razón, pues era un pueblo que siempre estaba bajo el dominio de otros reinos, optaron a adorar a un solo Dios, el cual no podía tener un igual en ningún sentido.
Nuestro “diente de sable”, nuestro exceso evolutivo, es la imaginación, la capacidad de crear entes y significados allí donde quizás no los hay. ¿Nos matará tal desadaptación?
V
“Freud argumentó que la identificación era la fuente de los deseos de la personalidad y, por lo tanto, de la energía psíquica que alimentaba la mente.” (Fuente Wikipedia)
VII
Frases memorables de la serie “Brave new World“:
“Lo más peligroso para un hombre es ser un romántico”. “Estás haciendo la pregunta equivocada. La pregunta que debes de hacerte es ‘¿qué soy yo?, ¿un ser humano libre o un lavador de autos?'”. “Al permitir su dolor se está convirtiendo en otra cosa”. “El único hogar que tendremos es hermoso y abundante, y si lo cuidamos nos dará lo que necesitamos. Este es nuestro hogar, vivimos aquí juntos, trabajamos aquí; el lugar donde comemos y crecemos y dormimos y soñamos, y en algún lugar del camino, perdimos contacto, nos distrajimos de nuestro propósito, nuestro destino compartido. Es hora de despertar… de mirar y ver lo que es posible cuando estamos todos conectados. Bienvenidos a un nuevo tipo de red, para que estemos conectados siempre. Solo cuando miramos arriba podemos ver el paisaje más hermoso de este planeta… nosotros mismos”. “El problema es la gente. Sin importar lo perfectas que sean las condiciones, la estabilidad no puede mantenerse. Hay un fallo en los humanos que es desconocido…, algún péptido que no encaja en el molde. Quieren lo que no se debería querer…, la desdicha”. “Dijeron que querían estar conectados, pero no lo hicieron, no realmente. Los enfermó la soledad y la duda”. “No miramos atrás, el pasado está cargado de preguntas y es irrelevante.”
Conclusión última: frente a la legendaria frase de Matrix de “bienvenido al desierto de la realidad”, yo la contradeciría con “bienvenidos al infierno de lo imaginado”.
Al final, entre escribir, corregir, poner enlaces, y demás…, se me ha hecho un proceso muy largo… Poco de mucho: el cerebro se descentra, mucho de poco: se aburre, mucho de mucho: ¡tierra trágame!
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