Fragmentos Para el Contexto de una Lucha
¿Hay que temer la tendencia a la corporatocracia? (disfrazada de globalización).
Captura de estructuras e instituciones democráticas (Fuente)
«Schwab, como editor del informe «Rediseño global» de 2010 del Foro Económico Mundial, postula que un mundo globalizado se gestiona mejor mediante una coalición autoseleccionada de corporaciones multinacionales, gobiernos (incluso a través del sistema de las Naciones Unidas) y organizaciones de la sociedad civil seleccionadas (OSC). Argumenta que los gobiernos ya no son «los actores abrumadoramente dominantes en el escenario mundial» y que «ha llegado el momento de un nuevo paradigma de gobierno internacional de las partes interesadas». La visión del WEF incluye una ONU «pública-privada», en la que ciertas agencias especializadas operarían bajo sistemas de gobierno conjuntos estatales y no estatales. Según el Transnational Institute (TNI), el Foro está planeando reemplazar un modelo democrático reconocido por un modelo en el que un grupo autoseleccionado de «partes interesadas» toman decisiones en nombre de la gente. El grupo de expertos resume que estamos entrando cada vez más en un mundo donde reuniones como Davos son «un golpe de estado global silencioso» para capturar la gobernabilidad.»
Las malas lenguas dicen que el feminismo se apoyó a través de todos los gobiernos —empujados por instituciones en la sombra, como sale a relucir en el párrafo previo— como medida de control de la natalidad. Agenda: no se puede obligar a las personas a que controlen su natalidad, como han demostrado casos fallidos como China, la India, o algunos países sudamericanos. Había que hacer que pareciera «idea suya», idea del pueblo. El mejor método era apoyar el feminismo en dos pasos: 1. su acceso al conocimiento. 2. ellas mismas querrían tener el control de sus vidas y por ello del número de hijos que estarían dispuestas a tener con respecto a sus pretensiones de tener unas carreras de éxito (el punto 1. hay que entenderlo en el contexto de su aplicación en países subdesarrollados, no del primer mundo). Hasta ahí todo bien (sub-agenda: propiciar la inestabilidad en el matrimonio para el mismo fin; exponenciar lo que está fuera de lo sexual, lo homosexual, igual —homosexuales hay los que hay, pero fluidos y bisexuales depende si se potencia; una pareja homosexual es menos probable que tenga descendencia—). No se puede considerar ninguno de los dos temas como innobles (excepto la sub-agenda). El problema es que no sabían que el feminismo y su alcance se les fuera a ir de las manos, pues al final han llamado al orgullo del hombre y se está tendiendo a medidas más nacionales y por ellas anti-globalización…, que van contra su agenda. Nadie puede tener control total de un sistema complejo. Todo intentó siempre irá en su contra. Las fuerzas tenderán a equilibrarse por sí solas.
Un teórico al que ha leído Putin es Alexander Dugin, el cual simbólicamente divide el mundo entre las civilizaciones del mar y las civilizaciones de tierra. La OTAN es atlantista, mar. Mientras que Rusia es una gran masa de tierra. Tal división representa la eterna división del Devenir y el Ser, la división griega representada por Heráclito y Parménides. Pero quizás a todo esto hay que añadir el concepto aristotélico de la media dorada, en donde el bien es el equilibrio de las dos partes opuestas. Si todo es fluir, desaparece la realidad, todo deviene en la nada, en el nihilismo. Por el contrario, el Ser, de querer ser concebido y nombrado, ha de ser estático, pero con el peligro de convertirse en algo rígido, y por ello más tendente a la rotura y la muerte. Las filosofías orientales —del mar, según Dugin— anteponen la flexibilidad del bambú, que se curva ante los fuertes vientos y tormentas, al rígido árbol, que ha apostado por unas fuertes raíces y un fuerte tronco, pero tendente a ser quebrado o caído. El propio Pascal se posicionaba en esa misma línea al hablar de la caña (el humano como caña pensante), pero en tanto que frágil. Volviendo a Aristóteles, lo inmoral, el mal, es toda salida de un equilibrio de tales fuerzas. Hoy estamos en uno de tales desequilibrios, pues tanto el feminismo, como la teoría Queer, son apuestas a que todo se puede construir desde cero, a que todo es fluir, sin tener en cuenta al Ser. Las propias redes sociales, con las caras multifacéticas de los propios internautas, van en la misma dirección. Lo femenino a nivel simbólico representa lo cambiante, lo dúctil, lo que transmuta (ciclos hormonales, cambio al ser madre), y en el zodiaco está representado por los signos femeninos, del agua y los duales. No trato de establecer que haya que dar fe al zodiaco, tan sólo en la medida de cómo maneja los arquetipos y los símbolos que el cerebro humano maneja, donde a la vez este los tiene porque son conceptos con los que juega la evolución. La mujer es más tendente a la sugestión, a que se adapte a los nuevos paradigmas, a seguir movimientos masivos, a adaptarse a como vengan las cosas. Es el agua, es la luna, que crea las mareas. Su cuerpo, de formas suaves y curvas, manifiesta su esencia. El hombre, por el contrario, es más rígido, más estable (muscular, de formas más cuadradas). ¿No parece coincidir todo demasiado?, puede pensarse que opero bajo el sesgo de confirmación, pero es que todo parece conflagrar para hablar una y otra vez el mismo lenguaje, bajo distintas perspectivas, cosmovisiones y conceptos. Vuelvo a repetir que sólo juego con los signos, pues se siguen manifestando y casi todo pensador los sigue usando, pero dentro de nuevos lenguajes. Como es el caso de Alexander Dugin y su división a dos del mundo. Todo esto, al final, lo «confirma» un descubrimiento de la ciencia que nos dice que ser Conservador o Liberal, depende de dos tipos de cerebros, con los que se nace, ya tratado en el escrito «La sangre justa«.
(No hay contradicción entre lo dicho arriba y el escrito «Paradoja del autoconocimiento«. Allí perfilo, y así lo hacen a los estudios que remito, dos identidades: 1. la «real» o basada en el carácter y 2. la identidad social. La mujer fluye en la segunda para al final «prefijarse» eventualmente en una identidad narrativa que esté acorde al momento que le toca vivir. Así lo demuestra el movimiento feminista, donde lo que estaba bien hace una década, hoy ya no lo está y se readapta al nuevo lenguaje. O sea, si el momento cambia, se cambia la identidad relacional, social o narrativa. La máscara al exterior. Esta propiedad es fluidez, pero se reviste de identidad fija en cada momento. La división de Ser y devenir también es extrapolable a la dualidad de érizos —saber una sóla cosa y aplicarla muy bien— y zorros —saber muchas cosas y aplicar cada cosa en cada ocasión de manera oportunista. Por otro lado hay que diferenciar feminidad de mujer y masculinidad de hombre —los primeros a nivel simbólico y los segundos a nivel real—, pues ambos sexos tienen estrógenos y andrógenos, solo que a distintos niveles).
Retomo un fragmento de uno de mis escritos, que muestra bajo otra perspectiva (punto de vista Romano), el mismo tema:
Religión proviene del concepto Romano de religio. Yo diría que lo principal en la religio era no «pecar» ni de exceso ni de carencia. Lo que ahora llamamos dogmático, fanatismo o integrismo (igualmente puritanismo a nivel sexual), en la religio era tomada por el término «superstitio«, de la que proviene nuestra actual superstición. Era ir más allá de lo que la religio, lo normativo y conveniente (de ahí las reglas de conveniencia) en la sociedad. Mientras que la falta de religio era en la que podía caer el ateo…, por ejemplo. O sea, que es de nuevo y como en todos los sistemas, una cuestión del papel de la homeostasis —o estado equilibrado— de las dos fuerzas que se dan en los sistemas complejos tendentes o a la retroalimentación positiva o a la negativa. La supertitio Romana, o el actual integrismo (o lo facha), es un exceso hacia arriba (retroalimentación positiva), mientras que el ateísmo para la religio, o actualmente el cinismo o el nihilismo, son un exceso hacia abajo del estado equilibrado del sistema social que implicaba la religio.
En todo caso Putin y las Derechas más nacionales emergentes parecen estar tratando de reestablecer el equilibrio al que hacía alusión Aristóteles, y retomó Hegel en su lucha de los contrarios (o unidad de los opuestos, en su versión positiva), donde el devenir es a partir de su eterno equilibrio y desequilibrio. Trato de leer en el subsuelo, a veces incluso en las cloacas, lo que va emergiendo en España. Están naciendo, o cogiendo fuerza, partidos que van contra las ideas anglosajonas y el protestantismo (cultura del trabajo, y por ello del individualismo y el dinero —tratado aquí y sin saber que ya existía tal corriente de pensamiento en España—), que es la que está dominando ahora. Tratan de retomar las propias fuentes hispanas (sus raíces), fuera de toda influencia anglosajona.
(En el último escrito tenía un enlace para su descarga, pero ya no existe (?). No recuerdo haberlo borrado, pero tampoco estoy seguro de no haberlo hecho. En otros casos, puede que me hayan pirateado la cuenta o que Mega haya creído que compartía un libro de forma ilegal. Como sea…, lo volveré a compartir).
Hay que quedarse con la idea que una fuerza u otra no son el bien o el mal. Son el bien mientras están equilibradas. Es el mal todo desequilibrio excesivo hacia uno de los lados, sea hacia la rigidez o hacia la fluidez. Nazi no es un lado u otro…, es todo lado que caiga en sus excesos.
Distintos vídeos o fuentes que me han servido de guía:
«Occidente es un territorio moribundo dominado por la ideología LGTB, las teorías de género y absurdas políticas de identidad que únicamente podría prolongar su vida si derrotase a Rusia y restableciera el “momento unipolar”. El triunfo de Occidente implicaría el florecimiento de la perversión, la esclavitud y el doble-pensar, por lo que la humanidad terminaría por sucumbir ante el Nuevo Orden Mundial impuesto por Davos y su sumo sacerdote (Klaus Schwab)». Costantino Ceoldo https://www.geopolitica.ru/es/article/una-mirada-los-acontecimientos-actuales
Puede que todo el escrito no sea más que una simplificación excesiva de la realidad. Me atengo a que todo sistema complejo se basa tan sólo en unas pocas fuerzas en juego (un huracán, el cómo se crea una estrella, o el cómo una proteina, etc.) El cuerpo humano, la vida, se basa simplemente en un juego de contrarios regulados por la homeostasis. El cerebro se podría reducir a neuromoduladores activadores e inhibidores. Ir contra la tendencia actual no es ir contra la mujer y la igualdad, ni ir contra el homosexual…, solo que ha de moderarse sus protagonismos y sus excesos. El caso del nadador trans es un buen ejemplo. Se siente mujer y es mujer, bien, pero no debería competir con mujeres, pues su cuerpo es de un hombre... con el cromosoma XY (se feminiza más o menos dependiendo de la edad a la que tal persona se somete a tratamientos hormonales, si se hace mucho más tarde de la adolescencia el cuerpo se masculiniza y no se contrarrestan las hormonas masculinas de igual forma). Eso es llevarlo demasiado lejos. Podría animar a personas arribistas a seguir su misma estela con la única pretensión de ganar medallas.
Comentarios