Las Malas Lenguas
❝Cualquier sistema de pensamiento que niega o no busca explicar la evidencia
abrumadora, dentro del diseño en la biología, es una ideología, no ciencia.❞ Daniel Dennett
❝Hacer pronósticos seguros sobre el futuro de un
sistema complejo es pura locura.❞ Bradley Campbell
❝Si quieres destruir el sentido de lo absurdo, usa el absurdo.❞ Valley of the God
❝Los diamantes se hacen con presión, no con abrazos.❞ Chris Rock
❝La naturaleza ama esconderse.❞ Heráclito
❝Es mucho más fácil matar a un hombre si crees que es el mal,
y que tú eres bueno.❞ Hans Georg Moelle
A veces pienso que son mejores las citas que añado, que mis propios escritos. Este escrito va a ser un rapapolvo al feminismo de la cuarta hola. Quién no tenga estómago para leerlo que cierre la página. Para los que no estén acostumbrados a mis escritos, pongo párrafos entre paréntesis cuando deberían de ser notas de alguna parte del párrafo previo. Lo hago así porque las notas al final de páginas son incómodas y en muchos casos no se leen. Por otro lado, lo habitual en mí es crear hipótesis o argumentos que tengan como base la teoría de los sistemas complejos, pues toda acción, grupo e institución social es susceptible de crear tales sistemas, los cuales siguen ciertas pautas y propiedades que son medibles y cuantificables.
Sobre el escrito previo. Hice mención a Marruecos y Argelia, y ayer —creo— el PSOE, y contra la oposición de Unidas Podemos, ha movido ficha para tratar de congraciarse con Marruecos, molestando a Argelia, sobre el tema del Sáhara. Pienso que está usando tácticas ante posibles problemas bélicos del futuro, y para poder mantener el viaducto a España, a través de Marruecos, del petróleo y el gas de Argelia.
No sé por dónde empezar, me he planteado varios comienzos y todos me parecían válidos. ¡Bueno!, vayamos a un caso concreto muy significativo para que se capte la trama de la presente entrada. La cantante Bebe, que en su momento hizo una canción de mucho éxito sobre el maltrato en el hogar —unió una buena canción a un tema sensible para la sociedad— ha creado una polémica en las redes tras escribir: «hicimos el camino para que unas descerebradas puedan gritar que quieren volver borrachas a casa». Este tema de momento lo dejo de lado, y sólo lo he puesto para que sirva de precedente y del tono de referencia de lo que va a ser este escrito.
A partir de la década de los 80 se empezó a utilizar el concepto de postfeminismo. Como casi todo en los movimientos de la mujer, no tenía una definición clara, y se ha diversificado a otros muchos como el ciberfeminismo y el xenofeminismo, o en otro caso, y ya en la década anterior a la actual, como el feminismo en la Red (la suma de todos han creado la cuarta ola). Pero cuando se utiliza el prefijo post-, en principio quiere decir la «muerte» o el estadio posterior al término que le sigue. De esta manera para algunas feministas quería decir que ya habían cumplido con sus cometidos principales y que ya no tenía sentido seguir manteniendo ni el término ni el movimiento. Digo lo mismo que he dicho muchas veces. La realidad —el universo— crea entes, o sistemas, que pueden ser nombrados como tales en tanto que sean estables. La tabla periódica de los elementos contiene algunos que en realidad son hipotéticos, pues para los efectos tales moléculas no son estables y no forman parte de la materia y la realidad. No hago malabares con los conceptos y caigo en imposturas. Todo en la realidad se basa en las premisas previas del universo. El humano sigue sin entender y dar sentido a los «saltos» que ocurren de un estado a otro. Sigue sin poder delimitar con exactitud el por qué y qué es la vida. O el por qué y qué es la conciencia. Si se mira al detalle, subproceso por subproceso, todo tiene sentido, pero a primera vista no se entiende el por qué la vida es lo que es y no simplemente algo inerte como una roca. O por qué desde la vida emergió la conciencia del hombre, desde mecanismos que prefijaban comportamientos a modo de instintos. Lo que diferencia la roca de la vida y esta de la conciencia, es tan sólo la complejidad, y el azar de miles de millones de años en los que las moléculas básicas han ido creando cada vez una mayor complejidad. Reza la frase cristiana que «polvo al polvo», y así son las cosas. Cuando uno muere, pierde primero la conciencia y después la vida. Pasando los años ese cuerpo se «convierte» en sus componentes básicos: agua, carbono, calcio y otros cuantos elementos más. A todo esto, el agua siempre ha sido la misma, y cada persona tiene moléculas de agua que han formado parte de miles de millones de otros humanos que murieron (o incluso de los vivos, pues si besas a una persona y está algo sudorosa, esta agua ha formado parte de su cuerpo; siendo escatológico: tenemos el agua de las heces de otros seres vivos…, ¡estamos hechos del agua de las cacas de los dinosaurios!).
❝El término molécula inestable se usa para especies reactivas, es decir, conjuntos de corta duración (resonancias) de electrones y núcleos, como radicales, e iones moleculares, moléculas de Rydberg, estados de transición, complejos de van der Waals o sistemas de átomos en colisión como en el condensado de Bose-Einstein❞
Retomo…, no me he perdido. A lo que quiero llegar es que cuando se crea una institución humana, una abstracción social, es un ente que como tal quiere seguir viviendo, puesto que nace de la vida y esta tiene tal premisa. Y al igual que cada una de nuestras células luchan por mantenernos vivos —y para conflagrar para crear una conciencia—, en los entes sociales, ese papel lo hacen los individuos. En ese caso cuando el feminismo llegó a la «conclusión» que su labor estaba hecha, al anunciar que habían llegado al postfeminismo, no todas las mujeres o facciones del feminismo estuvieron de acuerdo, cuestión por la cual buscaron «agarrarse» a la vida…, como es de esperar de esta «propiedad» de la materia. Lamentable error, pues sus subsiguientes movimientos están «afeando» una labor que hasta ese momento fue intachable.
Doy un giro a los argumentos, en uno de los posibles comienzos que al final he descartado. El título hace alusión a ideas que se mueven en el inconsciente colectivo, que en unos casos son tachados de ideas conspiranoides, o en otros casos como que no están o pueden ser fundamentados (un argumento que no puede ser validado o invalidado no es ciencia, sólo opinión). Retomo acogerme a las ideas de los sistemas complejos. Cuando en el desierto se ve un espejismo, no existe lo que representa, pero sí existe el efecto al que se le llama espejismo. Algunos científicos y pensadores, así, piensan que la conciencia es una ilusión, un espejismo, pero como tal tiene una «realidad». O sea, es reducible y explicable bajo las leyes naturales. Si la conciencia es un espejismo, una enfermedad psicosomática es real, pero no al mismo nivel que un cáncer. La ciencia así diferencia entre una enfermedad y una que tiene un origen psicológico. En este caso la cura ha de pasar por tratar a la persona y su cerebro. De igual forma el «aparato social» tiene problemas reales, como la pobreza o la delincuencia, y en este también se da el equivalente fenomenal que se da tanto en los espejismos como en las enfermedades psicológicas, a través de histerias colectivas, de género o culturales. Por la misma cuestión, el llamado inconsciente colectivo, «objetiva» o toma conciencia de eventos sociales con extrañas o dudosas correlaciones.
Si hemos acordado que no hay una línea divisoria de qué es vida y no lo es, y qué es conciencia y no, entonces por la misma cuestión en lo social se hace indiscernible y impronosticable cómo emergen ciertas cuestiones, movimientos, religiones o ideologías. Así, si se busca el origen del cristianismo, el asunto resulta imposible, porque todo momento histórico lleva a uno previo, de tal forma que cada pensador se detendrá en unos momentos u otros, dependiendo de su especialidad y época que analice. Está claro que el «detonante» fue Jesucristo, pero este dejó poco escrito, y esta religión la fundamentó sobre todo la intelectualidad de San Pablo. Más adelante San Agustín y Santo Tomás de Aquino. Lo curioso es que en su momento estos dos últimos fueron analizados por su tendencia a la apostasía. Sólo con el pasar de las décadas y los siglos se les asimilaron como formando parte fundamental de las ideas cristianas. Un inciso, fijarse en lo central de la palabra «formar»: formar parte del feminismo, incon(formi)dad, formalizar un contrato, me informo (dar forma a un saber), etc., esto nos viene dado de la teoría de las formas (eidos, ideas —concepto en mi lenguaje—) de Platón, forma, idea, ente y ser, son sinónimos bajo su filosofía; el universo crea entes o formas como las galaxias, los sistemas solares y los planetas; ontología así es el estudio de tales entes, sus por qués y sus definiciones. Vuelvo al tema. Estoy tratando de fundamentar el por qué emerge una idea, que al final genera una idea conspiranoide o una ideología, pero deteniéndome en el primer caso. Yo no voy a decir que toda idea de las conspiraciones sean legítimas. La realidad se explica por su complejidad. Un espejismo tiene una física que lo explica, pero un humano que caiga en un estado psicótico puede creer que ve algo real, cuando no es así, y por ello ni siquiera obedece a unas leyes de la física. O sea, las ilusiones a veces se mezclan y confunden. Si dos personas están en un desierto y están a sus límites físicos, por la falta de agua, alguien externo a ellos, y más tarde, no puede afirmar si lo que vieron fue un espejismo o fue sólo el producto de un estado psicótico. Con todo, lo que el cerebro crea como alucinación a la vez obedece a la realidad de sus neuronas. En otros escritos he hecho alusión a la inhibición latente. El cerebro se cierra a estímulos para minimizar el gasto de energía, pero hay personas que tienen dañado tal sistema y «ven» más cosas en la realidad que la media. Ven más patrones…, ¿son reales?
Bajo lo dicho, el inconsciente colectivo son los patrones en los que coinciden muchas personas, pero que como tal no son tratadas siempre por la ciencia, pues es complicado discernir de ellos cuánto tienen de reales y cuánto de «espejismos» (uso este término por que el de ilusión en el castellano tiene dos sentidos muy distintos: 1. tu falta de sueño te ha hecho ver una ilusión y 2. tengo la ilusión de volverte a ver), y peor aun: cuanto puede sólo emerger de algunas mentes que no están sanas y por ello sólo ser consideradas como meras ideas conspiratorias. Como todo pensador, antropólogo o sociólogo siempre tiene una tendencia política, algunos no estudian ciertas ideas o fenómenos a no ser que coincidan con su ideología de base. Me estoy alargando demasiado para poner en antecedentes. A lo que quiero llegar es que una idea que baraja la Derecha sobre la izquierda, es que al caer el comunismo puso en jaque parte de su ideología y lenguaje. Me refiero a poner al «obrero» como fundamento de su lucha, pues dejó de tener sentido hablar de la lucha de clases, quedaba caduco hacerlo (como así quedó patente con Pablo Iglesias aquí en España). Era un lenguaje que principalmente defendió y sustentó el comunismo, y en los años 80 y 90, tal lenguaje no era bienvenido, a la par que las ideas neoliberales ya no partían de tal división, pues cualquier persona podía o bien ser autónomo y por ello ya no tener un jefe, o en otro caso todos —en teoría— teníamos la posibilidad de ser empresarios con empleados (esta idea emerge del imperialismo cultural de Estados Unidos y su lema del «sueño americano«). Si se analiza bien, las Izquierdas perdían su estabilidad —su razón de ser, su ente, su atractor de caos—, al caer tal concepto capital. En ese caso o cambiaban o «morían». Su «apuesta», o lo que emergió para seguir existiendo, fue posicionarse al lado de otros oprimidos distintos al obrero. Para entender esto hay que tener en cuenta que las Izquierdas nacieron a la par que la era industrial, donde la distancia entre el gran empresario, capaz de montar una gran industria, y sus empleados, era enorme. Este proceso tiene su equivalente en la naturaleza. Cada «ente» en lo natural «nace» porque hay un «vacío» que emerge dentro de un nicho ecológico. O sea, sin depredadores los herbívoros acabarían con la vegetación. Un caso claro es el cóndor americano, pues «rellenó» un vacío ecológico: los carroñeros. El cóndor no era un ave depredador que se hizo carroñero, proviene de la familia de las cigüeñas y se adaptó a ser lo que es ahora (me recuerda al cambio de Gollum a partir de un hobbit). Esto de nuevo nos remite a los sistemas complejos adaptativos. Un ecosistema se mantiene estable mientras que haya un equilibrio entre todas las especies que lo compongan. Cuando el humano en el pasado llevó especies a otros continentes, en muchos casos rompió sus equilibrios, y aún siguen tratando de llegar a ellos. A lo que quiero llegar es que las izquierdas «nacieron» por la necesidad de equilibrar las fuerzas tan contrarias que estaban representados por los grandes empresarios y sus riquezas para montar fábricas, y sus obreros. Con esto llegamos a finales de siglo pasado, y la caída del comunismo y las nuevas situaciones sociales. Creo que ya sólo el PSOE en España, o en otros países como en Lituania y Luxemburgo, mantienen la palabra obrero como parte de sus nombres. El resto de los nombres se fundamentan en la palabra socialismo. Como fuere… que me alargo. Las «malas lenguas» —el inconsciente colectivo, algunos pensadores— dicen que las Izquierdas tenían que buscar un nuevo fundamento para sus luchas, que ya no podía ser el obrero. En ese lapsus tomaron al feminismo, al movimiento homosexual y a las etnias, grupos o culturas oprimidas, como aquellas que habrían de sustituir el «vacío» de la defensa de un oprimido, pues esa es su esencia, y donde antes era el obrero.
(Este análisis es a vista de pájaro —mirando al bosque—, lo que emerge en el inconsciente colectivo, y por ello no tiene por qué ser «verdad» o no aparece como tal, si se mira al detalle —mirando el árbol—; queda fundamentado si se tiene en cuenta que hoy un gay se siente antes homosexual que obrero, una mujer como tal que como obrera, etc., así el «día de la mujer trabajadora», perdió su última palabra para pasar a ser simplemente el «día de la mujer»).
¿Qué notamos ahora?, en estos días. Que el PSOE parece estar más orientado a la defensa de los colectivos mencionados que a los propios obreros, cuando estos ahora reclaman que se les están dejando de lado o que han caído en el olvido. Esto se ha hecho evidente en la errada inversión transversal hacia los asuntos femeninos, cuyo origen proviene del partido político y feminista de Unidas Podemos, a través del Ministerio de igualdad, donde dependiendo de cómo se analice, se invierte entre el 15 a casi el 20%, (de 200.000 euros, entre 14 a 20 mil euros), para políticas dirigidas sólo al empleo de las mujeres. No está claro que la mujer sea la más perjudicada ahora mismo. La sociedad, cada vez más automatizada, va dirigiéndose hacia la industria de servicios, y en este ámbito tienen ventaja las mujeres (cajeras, dependientas…), pues su carácter más tranquilo y apaciguador las hacen más idóneas para ello. Ahora mismo los sectores más dañados son las edades, no los géneros, pues tienen una mayor dificultad para encontrar trabajo los jóvenes y los mayores de 45 años.

¿Se puede entender por qué las personas se están posicionando hacia VOX?, al final si toda la balanza de las Izquierdas dañan a los que aún se sienten trabajadores, y si estas se están orientando excesivamente en tales minorías, tales colectivos se vuelven en potenciales «enemigos», por un lado de los hombres y por otro de los obreros, de tal forma que terminan por aplicar aquello de «los enemigos de mis enemigos son mis amigos». Fuera de toda idea de las malas lenguas, o de las ideas conspiratorias, la «conclusión» a la que llega el sistema parece dar la razón a lo que postulan tales malas lenguas. El caso es saber si es un espejismo —con algún viso de realidad— o sólo un estado psicótico. Desde mi propia experiencia es lo primero. Yo ahora mismo me siento atacado por dos frentes: las minorías y el capital. Mi mentalidad es obrera, pero si el feminismo me perjudica como hombre y como obrero… ¿qué posición me queda? O sea, no nos están dejando elegir, nos están acorralando contra la pared, haciéndonos correr en sus ruedas…, no hay animal más peligroso que aquel que se siente acorralado. A mí todo esto me parece obvio, pero tanto las minorías (el feminismo sobre todo, que es el que tiene más fuerza y protagonismo), dirán que estamos sobre reaccionando, porque somos unos machistas a los que les da miedo que el patriarcado caiga, y sólo obramos a partir de nuestras «rabietas». Creo que las últimas acciones de Unidas Podemos las evidencia, y que por ello las malas lenguas al final tienen que tener algo de razón.
(La paradoja que se ha dado en España es que los partidos socialistas tenían en sus filas a mujeres que luchaban por los ideales feministas, centrándose sólo lo «justo» en tales temas, pero con la existencia y llegada al poder de Unidas Podemos junto al PSOE —donde fué un error cambiar el género a tal nombre, como el propio Pablo Iglesias reconoció—, se «evidenció» a los excesos que puede querer llegar el lado más radical o centrado en sus propios asuntos del feminismo, y por ello a la vez se han «radicalizado» las posturas contrarias al movimiento de la mujer. Unidas Podemos podría desaparecer, pues parece que se ha evidenciado que anteponen a la mujer al obrero, a la mitad de la población —los teóricos géneros «oprimidos» por el patriarcado— sobre el resto. De ser claros y llanos, salieron elegidas porque prometieron una «ayuda al ciudadano» que parecía acercarse a la idea de la renta básica, pero al final tal promesa no se cumplió y sólo ha sido dada a un margen muy pequeño de la sociedad, y entre ellos, a la mujeres en precariedad que además eran, o habían sido, víctimas de género—).
Lo anterior ya de por sí solo sería un escrito, que valdría para un vídeo monetizado en YouTube, pero sigamos analizando «gratuitamente» (tiene doble sentido: de más, y sin ganar dinero).
En Castilla y León, autonomía en España, ha entrado a formar gobierno el PP (Derecha) y Vox (más a la Derecha, algunos dicen que Ultraderecha), anunciando que contrarrestará las leyes contra la violencia de género… ¿por qué y qué quiere decir? Una ablación de clítoris es violencia de género, pues es desde el hombre hacia la mujer, pero si Vicente da una torta a su pareja Vicenta, no tiene por qué ser por el hecho de ser mujer. Pongamos que Vicente tiene un problema del control de la ira, y su pareja fuera Pedro, le pegaría igual. Si se da el caso que no le pega porque es más fuerte que él, en todo caso se puede decir que Vicente es gilipollas, jejeje, no, se puede decir que es un cobarde, pues agrede sólo cuando se dé el caso que su opositor tenga alguna desventaja física. En Filosofía se distingue entre lo necesario y lo contingente. Lo necesario en la violencia de Vicente es que al que agreda tenga que ser más débil —una mujer puede ser más fuerte que él y por ello no la pegaría—, lo contingente —que puede ser o puede no ser— es que sea mujer (el feminismo arguye que en la suma de todo los casos, es hacia la mujer, pero es por una correlación estadística, en donde la mujer como media tiene menor masa y altura que el hombre, y por ello no es como causa). Vox trata de hacer que sea claro que hay una diferencia entre una cosa y otra, y que no hay que juzgar a la violencia casera desde el actual y errado punto de vista de las feministas.
(Otros factores a tener en cuenta. El sexo que más agresiones físicas comete, y por ello más homicidios, es el hombre, pero sobre todo es sobre sí mismo. En promedio sólo se da una muerte de mujer por cada diez homicidios (promediado, puede salir un pico de 1.5 o algo similar, dependiendo de cada país), luego la violencia del hombre no va dirigida especialmente hacia la mujer. Es más, tal hombre será considerado un cobarde, cuando no se aplica el mismo apelativo si mata a un hombre. En otro caso si hay una pelea entre hombres, es muy poco probable que la gente de alrededor interfiera, a no ser que se dé un desajuste de las ventajas de uno sobre el otro, que requiera que las personas intervengan, por justicia. Sin embargo, toda agresión pública de un hombre hacia una mujer «dispara» de forma inmediata que todas las personas intervengan, devolviendo los golpes sobre el hombre. Para el caso es como si a un león se le llamase caza aves, porque quizás se dé el caso que aprese a alguna, cuando esa no es su «presa natural».)
Otro término al que se le da mal uso es el de maltratador. Con tal término, antes, se aludía a aquella persona que de forma sistemática pegaba con asiduidad (esta palabra no la sé pronunciar, y por ello escribirla, sí la sé pronunciar al verla escrita: todo tiene un porqué) a alguien, que podía ser los padres, la pareja o los hijos (donde tal agresor también podía ser una mujer). Hoy si una persona da una torta a una mujer se le aplica tal término, a nivel del lenguaje feminista, no ante las leyes. No es el mismo lenguaje si es una mujer la que golpea. Se sabe que hasta los 22 o más no se termina de formar el prefrontal, que es el que frena la impulsividad. No todo adolescente o joven —o más bien pocos— que golpean a alguien a esas edades va a mantener esa conducta. Es un error catalogarlos de maltratadores, si por ello se puede propiciar una autocategorización errada (profecía autocumplida). A este respecto… antes —hace siglos—, pero tampoco creo que de forma sistemática y por todos los hombres, existía el concepto de «golpiza a la mujer», para hacerles ver quién «mandaba», quien tenía la sartén por el mango. Esto sí es violencia machista, puede que algunos hombres lo apliquen por este criterio, los más ancianos, y más bien muy pocos. Cuando el feminismo mezcla términos y los nomina todos con el mismo nombre, hace un flaco favor a la sociedad y a las mujeres que sí son víctimas de este «nivel» de agresividad.
Veamos más detalles. Las malas lenguas dicen que al feminismo —cínicamente— le interesa que haya víctimas mujeres —maltrato, violaciones, homicidios y asesinatos—, porque así mantienen sus «chiringuitos». Con tal apelativo despectivo se refieren a las oficinas de ayuda a la mujer. Lo que alegan las malas lenguas es algo ya estudiado en Estados Unidos y sus cárceles. Al ser empresas privadas, la única forma de que sean rentables es que haya delitos. Si no los hubiese se arruinarían, pues al haber pocos presos no cobrarían el suficiente dinero para mantener tantos gastos. En el caso de las feministas sus «proveedores» son los Estados, pero se ven supeditadas a justificar que hay mucha violencia para mantener sus «chiringuitos». «El feminismo es una politización sobre la feminidad», dice Santiago Armesilla…, y más, esto ya más cuestionable y radical: «el feminismo trata de hacer al Estado del bienestar el nuevo macho proveedor». Con esto vuelvo al párrafo previo. El feminismo no se ha adaptado al lenguaje de las leyes, sino que lo están alterando, para que a la vez las leyes hablen su mismo «dialecto». Ahora se llama violencia machista a casi todo, como así es el caso de los piropos. Analizando estos, no tienen una «entidad» de cero y uno, de «violentos» o no «violentos», sino que van por gradaciones. ¿Por qué llamarlos violentos?, antes se decía que eran o no eran apropiados. Entre los inapropiados estaban los que eran irritantes, los indignantes y los vejatorios (hablo en pasado, porque este lenguaje ya no es de uso actual), pero ¡ahora todos —tanto los apropiados como los inapropiados y sus distintas categorías— tienen el mismo marchamo de violencia machista! ¿Por qué?, porque al hacer las feministas sus estadísticas saldrán unos números tan altos, de violencia machista, como para poder cobrar del Estado unas buenas subvenciones para sus oficinas para la mujer… lo cual creará muchos puestos de trabajo… sobre todo de mujeres feministas.
(Volvamos al lenguaje filosófico de las esencias y los entes. ¿Qué diferencia hay entre un alago y un piropo?, que provenga de un conocido o un desconocido. Si la pareja te dice algo bonito… ¿es un alago o un piropo?, ¿y si te lo dice un amigo?, ¿es distinto si te lo dice alguien de tu mismo sexo que de otro? Y si te lo dice un buen amigo de una amiga, al que acabas de conocer, ¿es distinto que si te lo dice un total desconocido?, hasta ese momento era un desconocido. El humano pone límites para decir qué es un monte o una montaña, pero en aspectos tan abstractos como sobre qué es un alago o un piropo no hay un criterio muy bien definido. Depende de cada persona. ¿Por qué tendría que ser más legítima la opinión de una feminista homosexual que la de otra mujer no definida como feminista y siendo heterosexual? A lo que quiero llegar es que las que están haciendo las reglas son las feministas (y un nuevo diccionario a lo «George Orwell«), cuando además tienen intereses creados al respecto. Lo que es poco serio es que los Estados tomen tales denominaciones como «serias» y de fiar, sin que lo haya determinado la ciencia. Si es por criterios personales, hay una gran mayoría de camareros que se sienten muy ofendidos cuando se les llama así desde lejos y a gritos, y este no pone al Estado por medio para solucionarles «sus problemas»).
Nuestras abuelas en su juventud se sentían alagadas cuando se les echaba un buen piropo (y nuestras madres, dependiendo de la edad). ¿Ahora ya no es así? No todas las mujeres comparten el punto de vista feminista. Un buen piropo sigue siendo bienvenido, pero el feminismo no tiene en cuenta la opinión de las mujeres, sino su propio criterio. Siendo así, «voltean» la realidad para que las nuevas generaciones sientan como violencia machista cualquier piropo. O sea, si hubiera habido encuestas desde el principio del siglo pasado hasta el día de hoy, seguramente la línea que fuese de considerarlo un piropo a violencia machista iría subiendo más hacia arriba al acercarnos al momento actual. Quiénes estaban equivocadas, ¿nuestras madres y abuelas o las nuevas generaciones? ¿El feminismo «descubre» algo o altera la realidad?
(Dejo este texto de uno de tales análisis, pero es del Reino Unido, y está traducido en automático; en unos días convierto sus gráficas —las importantes— al castellano.)
Volviendo al párrafo previo al anterior. Hagamos el siguiente experimento mental. Pongamos que todas las mujeres se pusieran de acuerdo para no tener hijos con hombres altos y fornidos (mucha masa muscular). A la vez tendrían sobre todo hijos las mujeres más fuertes y altas (cosas así ha hecho el humano al domesticar animales, como es el caso de las distintas razas de perros). A la larga, quizás dentro de trescientos o quinientos años, las mujeres serían más fuertes y altas que los hombres. ¿Hacia dónde iría la agresividad?, ¿no sería desde la mujer al hombre?, ahora más débil que la mujer. Esto lo hago ver para denotar que la correlación es por la altura y la masa muscular, y no por el género, y se sabe que es así porque en especies como las hienas —donde las hembras son las dominantes— es como se pronuncia. A la vez esto tiene una segunda lectura: es la mujer la que al seleccionar a los hombres altos, como pareja, las que mantienen su teórico patriarcado, pues mantienen el desequilibrio de la fuerza física entre los sexos.
Vayamos a otro tema. Este más delicado. Las «víctimas de género» (mantengamos este lenguaje por comodidad). Hace una semana, debido al naufragio de una patera, murieron ahogadas 44 personas, entre ellos niños. Es posible que supere al número de mujeres muertas el año pasado en España (no tengo ganas de buscar). ¡44 muertes, así, de golpe! ¿Es menos ignominioso este hecho que el de los homicidios?, puede que llame a algún rasgo moral innato en los humanos, el cual pone en una peor posición al primer caso sobre el segundo. Pero en el fondo, que unas personas tengan que abandonar su patria y cultura y aventurarse a la suerte de las mareas, proviene en el fondo del nivel de injusticia que existe en el mundo. La única diferencia es que en el primer caso hay una mano conocida —unos ojos a los que mirar con desaprobación y desprecio—, y en el segundo esa mano es el sistema social actual, y por tanto es una mano sin un autor directo o conocido. En otro caso, el número de muertos de la guerra entre Rusia y Ucrania es de 14.400 soldados en menos de un mes. Si se analiza el número de mujeres muertas a manos de los hombres —pongamos que 44—, y se tiene en cuenta que el número de hombres en pareja son unos 20 millones, sólo sale que el 0,00022%, de los hombres en un año han cometido un homicidio (en España, se puede bajar el número de emparejados, pero da igual, siempre saldrá un 0,000XX%, un número demasiado bajo como para que sea significativo de algo —a nivel de preocupación social sobre la que el Estado tiene que concentrarse…, está claro que para los familiares de las víctimas sí es importante; por lo que argumentaré abajo, si el Estado hace que haya menos desempleo y menos pobreza, ya repercutirá posiblemente en la bajada de las víctimas—). ¿Es justo aplicar el concepto de víctima de género, connotando el término género, o sea el hombre para el inconsciente colectivo, cuando es un número tan pequeño? Menos justo aún si se tiene en cuenta el párrafo sobre que lo que es más significativo, en la agresividad, sea el tamaño y la altura de las dos personas implicadas. Menos justo, aun, cuando en ciertos casos son homicidios involuntarios, como cuando se empuja a alguien y este se da un golpe en la cabeza que terminará por ser mortal. En el fondo es distinto un femicidio que un homicidio de género, pero para el cerebro de las personas que no entienden la diferencia entre tales términos, suenan a lo mismo. O sea, para lo común, la conciencia colectiva, los homicidios de género son tomados como homicidios hacia las mujeres, por ser mujeres, que es cuando se habría de utilizar el término de femicidio. Antes del feminismo, o de las últimas décadas, se les llamaba simplemente homicidios o violencia doméstica. El cambio de nombre se ha hecho para remarcar que el que más comete los homicidios son los hombres. Sí, es cierto a nivel estadístico, pero vuelvo al tema de lo necesario y lo contingente.
Para el caso, si se vive en un pueblo mediano o pequeño, puede que nunca en tu vida se dé un homicidio en esa localidad. Se dan más casos en las grandes poblaciones (dado su alto número de habitantes). Del análisis de arriba, además, habría que ver cuántos casos son entre parejas con adicciones a las drogas y/o que sean de por sí criminales (grupos con mayor incidencia: más «acostumbrados» a la violencia o con un menor control de los impulsos) y cuántos sean entre jóvenes, menores de 22-25 años, y que por ello intervenga un menor control de la impulsividad.
(Bajo mis presunciones la «violencia de género» es medioambiental, o sea dependiente de las situaciones de crisis de las sociedades. Me postulo al lado de la teoría de que es la suma de la testosterona y las moléculas del estrés (hipótesis de la frustración-agresión). En un mundo más igualitario, justo y digno, habría menos criminalidad. En el mapa de abajo, los países europeos, más equilibrados a nivel económico, con menos pobreza y un menor estrés, tienen un menor nivel de violencia. El feminismo no debería atacar el tema de cara —yendo contra el hombre—, sino buscando estados más igualitarios y justos para todos. No lo van a conseguir, por qué están ensimismadas en sus propios problemas y sólo buscan soluciones sobre todo dirigidas a las mujeres. Tampoco es su cometido, para eso ya están el resto de los partidos. Una mujer de hoy en día no tiene porqué declararse o abanderar el feminismo, y por ello no buscar lo mejor para las mujeres de formas directas. Ese es el caso de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la comunidad de Madrid).

Otro tema delicado. El feminismo ha borrado o neutralizado todo término que pudiera ser considerado tendente a ser negativo para la mujer. Ahora la mujer ya no seduce, nunca va con demasiado poca ropa y tampoco es una zorra. Esa es la visión de un machista dentro del sistema patriarcal bajo el que vivimos (según su lenguaje). Volvamos a las cifras. Se calcula que sobre el 1 al 3% de los hijos son ilegítimos. Las cifras varían según los estudios. Es posible que antes de los medios anticonceptivos el número fuese más alto. En el caso que sea un 3%, uno de cada 33 niños que veas durante tu vida no serán de su padre legal. Si se analiza esta cifra con la de los hombres que matan a sus parejas es demasiado elevado. Ahí tenemos un rasgo femenino que se deja fuera de la ecuación porque al feminismo no le interesa para hacer sus propias cuentas. Es cierto que los hombres también tendrán hijos fuera de su matrimonio, pero el «efecto» es nulo para su pareja si el padre no lo ha reconocido. En el caso del hombre criará al hijo como propio. Vivirá toda su vida bajo el engaño. Para los efectos si no lo sabe —y aun sabiéndolo a posteriori— lo querrá como si fuera suyo.
(Lo de las estadísticas es complicado conceptualizarlo…, puede que nunca te encuentres con niños ilegítimos. En otro caso en un pueblo pequeño puede que no haya ningún homosexual, pero si se va al barrio de Chueca en Madrid serán seguramente 1 de cada 5 personas —por decir algo, pues no hay datos para verificar—. A nivel de evolución toda mujer que luchó contra el hombre murió, en muchos casos sin dejar descendencia. En ese caso la lucha no prosperó como la mejor estrategia de la mujer, y la evolución llevó a que las féminas mataran de formas más ladinas, como lo son los venenos, o que recurriesen a la agresividad relacional —socavamiento social, procedimiento de silencio, dañar la reputación, los insultos…, incluso la infidelidad— para saciar su sed de venganza. Las mujeres se vengan tratando de fastidiar la vida de los hombres que las han dañado —sobre todo en los divorcios…, el feminismo se ha aliado para que sea lo más perjudicial que sea posible, para el hombre—. O sea, no es que sean menos violentas, sino que su violencia no la llevan a la agresividad física por estar en desventaja. Todo lo dicho hay que relativizarlo, pues hay mujeres físicamente fuertes).
❝Mira, no necesitas seguirme, no necesitas seguir a nadie.
Al unísono responden: «Sí, todos somos diferentes».
«No, no lo entendéis. Todos ustedes son individuos».
Al unísono responden:» Sí, todos somos individuos «.
Inmediatamente después, un hombrecito objeta: «No, no lo soy»❞
La vida de Brian
Conclusiones
La primera, la ya dicha en otros escritos. El feminismo ha creado una guerra que antes realmente no existía, pues al usar el lenguaje que usa, y la manera de manejar los conceptos y las estadísticas, atacan demasiado directamente al hombre, donde este a la fuerza se tiene que defender. La suma de sus ataques, y durante tanto tiempo, ya se puede considerar un caso más grave de sexismo, que el que ellas pretenden achacar bajo el concepto de lo patriarcal. Lo que yo he dicho aquí, es tal cual a cómo manejan la información los YouTuber que van contra el feminismo —entre los que hay cada vez más mujeres—, mientras que independientemente de lo que estos digan, las feministas los ignoran y siguen usando su propia jerga. Hace unos días el «activista» un «tío blanco hetero», retó a las «feministas» más activistas en las redes, entre ellas Carla Galeote, a que si le demostraban que no tenía razón, cerraba su canal —en parte su forma de vida—, pero ninguna ha recogido el guante. ¿Por qué…?, no tienen legitimidad para defender lo que dicen defender. A la vez el feminismo dice de estos tipos de canales que están monetizando el odio. El odio ya existía y lo han creado ellas, los Youtubers sólo son portavoces de tales personas con dichos «odios».
Desde mi perspectiva lo dicho aquí no es sesgado. Se puede puntualizar alguna cosa o algún tema, pero en líneas generales es bastante evidente que todo cada vez se está, a cada vuelta de rosca, extralimitando más y más. Las estadísticas de las feministas cada vez parecen más distorsionadas. En realidad tiran piedras sobre su propio tejado, pues de ser así entonces eso quiere decir que cuanto más tiempo y protagonismo adquieren, mayor es el nivel de violencia y por ello que están «haciendo las cosas mal» (o no haciéndolas bien). Este dato se puede interpretar de distintas formas, como que se dé una mayor resistencia de los «odiadores», según su lenguaje. Pero, ¿qué emerge en el día a día?, que cada vez es más complicado decir o hacer nada sin que al final alguna feminista entre al ataque sobre cualquier menucia. Abren tantos frentes, y sobre temas tan triviales, que es complicado seguirles el paso.
Algunos casos: cómo puede ir o no una mujer como representante de su género a alguna gala oficial, frente a cómo pueden ir por la calle. Echar lejía a un hombre que vaya con las piernas abiertas en el metro o el autobús, cuando ellas pueden ir como quieran. Estar a favor del movimiento LGTBI, pero disentir que una transgénero sea una mujer. Cada navidad nos vienen con el cuento de los juegos sexistas, cuando la ciencia ha probado que no es construccionismo social, sino algo que igualmente se puede estudiar entre otros primates. El tema de la obesidad y la positividad corporal… es tan contraintuitivo que prefiero no decir nada. Dicen que el aire acondicionado en las oficinas lo ponen los hombres (patriarcalmente), sin tener en cuenta la mayor sensibilidad al frío de las mujeres, (¿no se supone que todo era construccionismo social?, buscan diferencias entre los sexos sólo cuando les interesa). El consentimiento sexual ahora ya no tiene que estar precedido por un «sí», si no por un sí entusiasta. Por qué liar tanto por la neutralidad de género, cuando el idioma ya tenía el neutro de las palabras. Todos somos gilipollas lo entiende cualquier niño a partir de cierta edad, ¿por qué cambiarlo a todos, todas y todes?, ¿acaso somos humanos, humanas y humanes?, ¿la cuestión no iba sobre unificarnos y no en diferenciarnos?, siendo así me considero distinto del resto de humanos y los que estén conmigo que se agrupen en todis…, ¡menos mal que sólo tenemos cinco vocales! (Estoy cansado, la memoria no me va demasiado bien —anoche me fui a quitar una manta por el calor, y ya me la había quitado hacía unos pocos minutos, fue gracioso tratar de agarrar en la oscuridad algo que ya no estaba allí…, me sé reír de mí mismo, no soy melodramático—, pondré más casos otros días). Este canal de YouTube es muy satírico y expone las «tonterías» que llegan a decir algunas chicas y mujeres en nombre del feminismo (también dicen tonterías alguno/as anti-feministas, estamos en una guerra de la estupidez). ¡Esta locura parece que nunca va a terminar!, cada vez es peor.
Lo que más me asombra de todo esto es que sea un tema tan invisible. Y más: que cuando ellas hablan por los medios de comunicación sean las únicas que son creíbles…, y más, que los hombres estén ciegos o se callen ante tanta «pamplina» (otra palabra que me gusta). Hay demasiado miedo a que las erinias les ataquen y los destruyan. De seguir este rumbo, al final no es que vayamos a un sistema neutro, de igualdad, sino a un sistema matriarcal…, o por lo menos a nivel de leyes y el Estado (la economía y las multinacionales siguen su propio rumbo, sólo modifican su máscara para seguir ganando dinero). La década de los 80 y 90 fue el culmen de la igualdad. El cine —como mayor manifestante de lo real— estaba equilibrado; había buenos y malos indiferentemente del sexo. Hoy en día los malos siempre suelen ser los hombres. Sobre todo al hacer películas sobre maltratadores, violadores y demás temas que han sacado a la palestra las feministas. Y no para analizarlos de forma neutra, sino siempre sesgados desde posiciones feministas. Tras de este «desierto de mentiras», la película «Deep water» vuelve a recrear el cine del siglo pasado, donde no hay buenos y malos, sino mostrando que todo es gris (es curioso leer sus críticas). Que tanto el hombre como la mujer tienen sus lados perversos y sus monstruos, cada uno de ellos a partir de sus «poderes» o sobre aquello que tienen ventaja (no digo más sobre ella, por no hacer spoiler). Ahora estoy viendo Dr. House de nuevo. No se podría hacer ahora mismo, pues las redes sociales se echarían encima de la productora y sus guionistas, ante su forma de analizar los temas (neutraliza el tema de las etnias, de los sexos, de la obesidad, la religión…). A House se le hubiera tildado de un machista redomado, y caería antipático a todos o la mayoría de las personas.
Me he vaciado… Memoria cero… Si recuerdo detalles y ciertas otras apreciaciones que ahora se han ido, ya las escribiré otro día. Volver a retomar las ideas principales: lo que las malas lenguas creen sobre el socialismo y sobre por qué se mantiene el feminismo. Pienso que se ha evidenciado que algo de ello parece darse, dadas las últimas tácticas y movimientos de Unidas Podemos.
Llevo más de doce horas con este escrito. ¡A ver quién me duerme ahora!
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