Dios Como Corrector Automático


Cuando escucho la palabra «realmente» u «objetivamente»
lo encuentro divertido.
❞ Gipnoz
Mientras el corazón late, mientras el cuerpo y el alma siguen juntos, no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad tenga necesidad de perder la esperanza en la vida.❞ Julio Verne
Somos desconocidos para nosotros mismos, conocedores, y con buena razón.
Nunca nos hemos mirado a nosotros mismos.
❞ Nietzsche
El conocimiento es un buen efector para el cambio.Daniel Dennett
Nunca nos realizamos. Somos dos abismos —un pozo mirando fijamente al cielo.❞ Pessoa
Entre lo viejo y lo nuevo es cuando surgen los fenómenos morbosos, los monstruos.❞ Gramsci


En la película rusa «Gipnoz» (Hipnosis) se da el siguiente monólogo:

«¿Deberíamos dejar que crezca un tumor dentro de un paciente con cáncer? Es una parte de él, ¿no es así?¿Alguna vez te has preguntado por qué un cirujano abre a las personas… ¡¿sin ninguna autorreflexión?! Dime, ¿crees que el mundo tiene un autor? ¿Eh? ¿El Buen Dios, el Gran Arquitecto? ¿El Poder Superior? ¡Hay un autor, pero todo autor necesita un editor! Porque toda creación, por genial que sea, es imperfecta!, ¡necesita correcciones! ¡Cualquier cosa! ¡Todo lo creado por Dios requiere correcciones!»

En el primer fragmento, sobre el cirujano, se refiere a que la vida es acción y en contra del psicologismo y por ello de la filosofía, donde para estos, todo pasa por pensar primero en todas las posibles consecuencias. No es una suposición, emana del contexto de la película.

En mi siguiente reflexión aúno dicha parte de la película rusa con mi escrito anterior. Sólo juego con las ideas, los conceptos y las palabras. No por darle forma y escribirlo creo en ello.

Si al principio fue el caos o la noche o la nada…, ese estado es el primer dios o el «principal», puesto que «creó» la regla maestra que gobierna la realidad: la segunda ley de la termodinámica, donde la materia vuelve a su caos, a su origen, a su «Dios creador». El caos es el escritor, bajo el monólogo de la película «Gipnoz», en ese caso a aquello a lo que las religiones hebraicas se llama Dios, es el editor, el corrector de la obra del primer Dios. Siempre hay una primacía del caos sobre el orden. Una vida humana se construye durante nueve meses en el vientre de su madre, desde un orden establecido en el ADN, pero he ahí que esa vida, esta fragilidad de orden es tan precario, que cualquier cosa lo puede matar. Ese niño llega a los 12 años, un día se descuida al ir tras de un balón, y al cruzar la calle un coche lo atropella y lo mata. 12 años y los nueve meses de embarazo de mantener en orden la materia, de repente pierde la energía que la sustentaba, la vida, y desde ese momento cada uno de sus componentes se verá sometido por la segunda ley de la termodinámica, hasta ser indiscernible del barro que lo rodea.

Una segunda lectura. En el guion de la película rusa «Gipnoz», aquel que expresa el texto de arriba, se dice a sí mismo como el redactor de la obra de Dios. Se erige en un Dios superior al primero, pues el Dios que nombra crea una obra imperfecta. En la película, el que dice tales palabras es un psicólogo que se ha puesto como meta corregir al humano, pues sigue siendo imperfecto. Cualquier persona cae en la cuenta que es un demente. Que se cree tan superior a todo que se cree incluso superior a Dios. Esta misma idea es en la que creía Hitler. Así, e igualmente, se llegó a creer en su época al tratar de usar medios eugenésicos, en distintas partes del mundo, para que todo humano no perfecto no se pudiera reproducir. Y…, ¿acaso no es lo mismo que ha hecho el hombre al salirse de la naturaleza y estructurarla a su sola conveniencia? ¿Acaso no es lo que trata de hacer el feminismo al «corregir» o editar la «escritura» (obra) de la naturaleza o Dios? Por eso he ido diciendo en unos y otros escritos que «trastocar» lo natural, no aceptar lo que somos por naturaleza, es nazi y está mal. La que suele caer en tales tipos de errores es la razón. Algunos ateos quieren «corregir» a los creyentes. El feminismo al hombre. La teoría Queer corregir la sexualidad biológica y evolutiva de los dos sexos.

Hannah Arendt llegó al concepto de «banalidad del mal», al descubrir el cómo los nazis concibieron la «solución final de la cuestión judía», como un mero problema de gestión, como un quimérico misterio de asuntos burocráticos de distintos departamentos, donde si todos seguían un buen ejercicio de sus distintos cometidos con diligencia, el resultado final sería el haber completado con éxito su misión. Bajo esa mentalidad llevar armamento al frente, o distribuir comida entre todos los batallones, no eran en nada distinto a acabar con todos los judíos.

La línea entre el orden y el desorden reside en la logística.❞ Sun Tzu
No encontrarás difícil demostrar que las batallas, las campañas e incluso las guerras se han ganado o perdido, principalmente, por la logística.❞ Eisenhower
Mis logísticos son un grupo sin sentido del humor. Saben que si mi campaña falla, ellos serán los primeros a los que mate.❞ Alejandro Magno

¿Y qué es el humano hoy en día? Las altas finanzas, las grandes multinacionales, las grandes organizaciones, los Estados, ¿no nos tratan igual?, con una supina indiferencia entre si lo que con lo que tratan es con mercancías o con seres humanos. Y qué hay tras todo ello: la razón, los números, los datos…, la eficacia, la producción, los beneficios. En nada de ello existe la emoción. Esta es un subproducto, una mera externalidad. La fracción de un número que habrá que redondear a conveniencia.

Vuelvo a la primera reflexión. La materia está atravesada por pautas. Por regularidades que crean «entidades», que en su eterna recursividad de ser siempre lo mismo se encuentran con otras a las que se acoplan desde alguno de sus patrones. La vida lo es porque se las «ingenia» para ofrecer cierta resistencia a la segunda ley de la termodinámica. «Dios» es todo orden espontáneo en busca de cada vez una mayor complejidad del orden, donde a cada «naipe» apilado a la gran torre de la realidad, se le añade a la vez una mayor vulnerabilidad. La química orgánica más vulnerable que la no orgánica, los microorganismos con respecto a la química orgánica…, la sexualidad más frágil que la vida asexual, los animales con un gran cerebro más vulnerables que la simple ameba, y finalmente los animales con conciencia más endebles que los meros animales con instintos. La conciencia como la condición más vulnerable del universo…, basta un poco de alcohol para perderla, basta un trauma en la niñez para devastar toda una vida. ¿Cómo corregir tal tendencia a la vulnerabilidad? Tratando de controlar todo aquello que vuelva frágil tal entidad. Dios es la logística de todo sistema vivo, introyectado en su tuétano, en su esencia. Por qué la creencia en Dios vuelve antifragilidad a la mente. ¿Es por la labor de su editor trabajando en su propia escritura?, a modo de autocorrector.

Telarañas hechas bajo los efectos de distintas drogas

Todo lo que pueda decir de más, «estropeará» lo dicho. Dios es las reglas evolutivas en su eterno hacer y deshacer siempre los mismos conceptos en busca del estado más complejo y a la vez más frágil. Las calamidades, las guerras, las crisis profundas…, evidencian la necesidad a la vuelta de lo esencial en el humano, desbaratando todos sus grandes desvíos. Hemos de escapar del caos, hemos de escapar del nihilismo. El relato era orden. La muerte del metarrelato es caos. El exceso de orden es caos al matar la emoción. La conciencia no es la razón, la conciencia siempre es en tanto que emocionada e incorporada a un cuerpo en acción. No alteres la conciencia, no alteres el cuerpo…, no alteres las acciones para las que está hecho el cuerpo. Ahora todo está alterado. La conciencia se pierde en el sinsentido. El orden del Big Data no coincide o da con la realidad, sólo la enumera. Cuando se mata al poeta sólo quedan los datos, sólo quedan los números. Enumerar significa matar aquello que no es tangible en la vida…, es matar el significado de la vida.

(Sobre la película «Hipnosis»…,no merece la pena, pero yo me la «tragué» y al final ha salido este escrito. O sea, nunca se sabe qué es lo que te va a dar un mensaje sobre la vida. Todo es susceptible de «esconder» algo bajo su «piel». Sé que hay una falta de coherencia entre los dos mensajes que doy de la película. No sé si son dos «verdades» o sólo una y única, a la que no he llegado, o ninguna y todo el escrito sólo sean devaneos.)

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