Lo que Es y lo que (a)Parece II – Servir, la Nueva Esclavitud II
En el actual escrito trato de solventar flaquezas del que le precede.
Cuando se dice, como yo he dicho, que un agente tal opera en el sistema con tal propósito, como es el caso del cristianismo con su arenga de ser corderos de Dios o la del Protestantismo con su base de trabajo como modo de Ser, fácilmente se puede achacar tales conceptos a ideas conspiratorias. Yo no creo en tales cosas, en realidad si se piensa bien lo único que “conspira” contra el propio hombre es el ADN. Somos una especie de manada. Toda organización, cultura o institución humana siempre va a seguir las reglas implícitas que constituyen una manada. O dicho simple y llanamente: el concepto de macho alfa, betas, apaciguador (atractor de caos, como concepto de “regulador” del caos) y seguidores, se va a seguir en cada forma de organización humana. Es esta regla, a modo de circuito cerrado o relé, el que da forma y sobre la que se organizan todas las demás reglas humanas.
Bajo este punto de vista, la manada primigenia mantenía cierta armonía, en la medida que era su forma originaria. El líder era tan súbdito como el último de sus seguidores, ya que como dijo Ragnar Lodbrok en la serie Vikings, “(se sea) rey o una esclava, es nuestro deber servir a otros, queramos hacerlo o no”. En el sentido más “puro” una manada se constituye como tal en la medida que el líder es como la cabeza o cerebro de un cuerpo. Dos cabezas o dos tendencias posibles, en un momento de crisis imperiosa, sólo crearán duda, tardanza en la respuesta, luego más posibilidades para morir o quedar en una posición de desventaja. La vida siempre acciona de la forma más económica y rápida posible, luego la duda o tardanza hay que “rechazarla”. Se sigue en todo el reino animal: un león se decide por una presa y obcecadamente la sigue aunque en cierto momento pueda que sea más viable otra presa; los cardúmenes deben su eficacia a ese obcecamiento de los depredadores; en los herbívoros gregarios la estampida es un relé de “actúa ya”, independientemente de que en muchos casos no sea necesario (más vale prevenir que curar). Siendo así, el macho alfa en la manada es una “necesidad” dentro de este tipo de apuesta evolutiva. En las tribus primigenias este orden se mantenía como “necesario”, sin que se intuyera o se sintiera ningún tipo de injusticia.
Lo que ocurre, con los mecanismos básicos de la naturaleza, es que se pueden llegar a “pervertir” dentro del nuevo orden de lo humano (o no humano). O sea que una pequeña fuerza crea en la sociedad humana un efecto bola de nieve (fenómeno crítico) cuyo efecto y final se hacen impredecibles. En termodinámica un sistema se define en tanto que, aunque tendente al caos, tiene unas reglas que lo mantienen como sistema. En ese sentido los atractores “funcionan” como reguladores que “frenan” el caos, pero que “no son capaces” de mantener el orden o un estado estable. Con estas dos “leyes” en mente, la de la constitución de una manada y las reglas implícitas de la termodinámica, cada momento histórico humano, siempre es una tensión entre dos fuerzas: la de los seguidores y su necesidad de un líder, y la de este a “controlar” todo (dialéctica negativa). En tanto que la sociedad se vuelve más compleja, la posición del liderazgo se vuelve más comprometida y complicada. Los conceptos tales como “ser es trabajar” del Protestantismo, o el de “cordero de Dios”, emergieron como atractores que regulaban las posibles tendencias al caos (desorden), al poder cuestionar al líder o sentir que el sistema era “injusto”. No hay conspiradores y víctimas en la ecuación: el sistema se mantiene porque dichas reglas o conceptos sustentan la posibilidad de mantenernos como sistema, y por ello crear la posibilidad de no caer en el caos total.
Visto así se dirá: “luego el orden actual, y por ellos los que le preceden, son (eran) necesarios” (concepto de “el mejor de los mundos posibles” de Leibniz). Sí, lo que no quita que estén llenos de injusticias o de desequilibrios. Si lo analizamos bajo el punto de vista especie-social-manada es “justo”, pero si se analiza desde la individualidad, desde la conciencia de un individuo cualquiera, es injusto. La individualidad, en lo humano, a través de la conciencia (tomar conciencia, conocer que se conoce), es algo que quizás no formaba parte de la ecuación del ADN, en tanto que manada. ¿Es de suponer que la individualidad es el aparecer, en tanto que la manada es el ser? En la tribu primigenia no existía el individuo, en tanto que era como una parte de un todo. El individuo no se cuestionaba dentro de ese todo, como fuera de (su) lugar. Estaba integrado en ese todo, luego la individualidad no emergía. La individualidad nace en el momento que el sistema se cuestiona, en el momento que lo injusto sobresale más que el equilibrio. Individualidad y manada por lo tanto son opuestos y excluyentes.
Cuando se entró en la nueva situación humana de las ciudades, y la agricultura y la ganadería, se entró en un nuevo orden donde el atractor ya no era aquél básico y primigenio que “funcionaba”. Todas las grandes religiones del mundo nacieron más o menos en una misma época, seguramente por la necesidad de ser ese atractor que regulase el nuevo tipo de manada, y para la cual ya no valían las antiguas reglas. Se sigue, entonces, que en cada situación de la historia hay una tendencia al caos, de las que emergen las individualidades, por los altos desniveles sociales, que son “regulados” no ya por líderes o sacerdotes, sino por conceptos, ideologías, paradigmas y reglas que hacen que el sistema converja (coincida) en manada, excluyendo la individualidad en la medida de lo posible. Hoy en día ese concepto es el de democracia.
Con todo esto en mente, todo se reduce a tratar de contestar a la siguiente pregunta o disyuntiva: ¿o el sistema siempre ha sido injusto y no vale ninguna retórica, o el sistema en su complejidad cada vez se ha vuelto más injusto? Yo apunto a lo segundo. La manada primigenia se basaba sobre todo en los lazos de sangre o concepto de familia extendida (tíos, tíos abuelos, primos, primos segundos…) El problema, a nivel abstracto y bajo los baremos actuales, era que otras tribus no eran o formaban parte de ese pequeño círculo. O dicho de otra forma, no se tenía el concepto de humanidad como un todo en el que todos y cada uno formábamos parte de ese otro concepto mayor. Pero era un equilibrio propio de todas las especies de manadas. La territorialidad(1) divide a las manadas en grupos reducidos, independientemente de que sean una sola especie. En realidad durante toda la historia humana hemos ido heredando los viejos dilemas, sin que nunca los hayamos resuelto, con el sumando de que nacen nuevos problemas con los nuevos conceptos. O sea, que el actual concepto de humanidad no ha ayudado en nada, si acaso lo único que ha hecho es a tener una mayor sensación de injusticia, pues hoy en día parece que se es un humano de “primera clase”, si se nace en el primer mundo, y de segunda si se nace en un país del tercer mundo. En definitiva, que cuantos más conceptos maneje la cultura humana más complicado es coincidir con otro ser humano, de tal forma que lo que al final emerge es una mayor sensación de injusticia, y por ende de individualidad, y por lo tanto de no pertenecer a ninguna manada, y por ello el sentir como más injusto al sistema o la propia vida. El suicidio es una secuela de todo esto: se suicida cada vez más gente por sentirse cada vez más desubicada (desahuciado de la manada, en una posición injusta desde su punto de vista, incluso de su familia), cuando en la tribu primigenia quizás no existía tal lacra.
(1) El dilema de si el ser humano es bueno o malo por naturaleza queda despejado bajo estas dos reglas. En su propia manada emerge la bondad, en la defensa de la territorialidad la maldad. Somos seres duales. La defensa de todo lo concerniente a la manada: familia, cultura, religión, territorio, identidad, nos vuelve “malos”. En tanto que la globalización no termina por “funcionar”, y en tanto que siguen mandando conceptos como territorio e identidad, no se acepta a la humanidad como una sola manada. De ahí nace todo el conflicto y nuestra historia.
Mis escritos tienen como base las teorías de los sistemas complejos y por ello la teoría del caos. Para familiarizarse con tales conceptos aconsejo los vídeos siguientes de “La fonda filosófica:
- El paradigma de la complejidad:
2. El paradigma de la complejidad:
- Cosmovisión de la teoría del caos:
https://www.youtube.com/watch?v=-1F6qoixj1o - Cosmovisión de la teoría del caos:
https://www.youtube.com/watch?v=-08A9sL50hQ&t=14s
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