Las Pesadillas de los Paseantes Solitarios
“Cuál es el estado de las cosas si alguien como yo —un mafioso— está asqueado.” “Para muchas escuelas de pensamiento, pero en términos sencillos, ser el mono más sofisticado también te hace el mono más confundido. Así que tomar una acción, cualquier acción, es una forma de aliviar la confusión.” Arkansas
La genial película “Los consejos de Alice“, tan nutritiva como una mentira en un desierto de verdades, me ha puesto sobre la pista del último libro de Rousseau “ensoñaciones de un paseante solitario“, con el siguiente texto (en la película se usa un lenguaje más actualizado, el abajo transcrito es tal como está en el original):
“Heme aquí, pues, solo en la tierra, sin más hermano, prójimo, amigo ni sociedad que yo mismo. El más sociable y el más amante de los humanos ha sido proscrito de ella por un acuerdo unánime. Han buscado en los refinamientos de su odio qué tormento podía serle más cruel a mi alma sensible y han roto violentamente todos los lazos que me ligaban a ellos. Habría amado a los hombres a pesar de ellos mismos.”
Las películas y la cultura francesa de manera general (sobre la que debería de volver a girar la cultura occidental, y no sobre la anglósajona, ni la oriental), suele ser la más crítica con la situación actual. Muchas de sus películas tratan el tema de la inmigración siguiendo las ideas primeras humanistas; por otro lado suelen dejar al margen la machacante lucha feminista, la cual parecen ignorar o no le dan la importancia que se les da en otros países y culturas (no creo que sea casualidad que a Alice, la protagonista, la pongan frente a una feminista radical, para que el espectadores las contraste). Sea. En la película ponen sobre la mesa lo que opina la sociedad actual sobre distintos temas, y entre ellos el papel de los políticos. De forma casi trivial y desesperanzada, muy contraria de lo hollywoodiense, el tema se cierra por sí solo, sin que sus protagonistas traten de remediarlo, al modo de “así es la vida, hay que aceptarla como venga”, o quizás de manera fatalista, pues nadie tiene ya el control de a dónde se dirigen los acontecimientos mundiales. En ese sentido es una película “anti-héroe” o “realista”, según cada uno lo quiera ver.
Volviendo a Rousseau, a los últimos pensamientos de este humanista optimista, me interesó su discurso por cierto parecido con mi propia vida. Ciertos prototipos humanos llegan a unas mismas conclusiones —o cercanas—, lo cual de nuevo implica determinismo. Por otro lado en mis escritos “Identidad narrativa y realismo depresivo I y II” “Nihilismo y efecto Flyn” argumentaba que dos tipologías muy distintas, la de los preconcientes (realismos depresivo) y las basadas en la identidad narrativa, fundamentan su ser en dos maneras de operar del cerebro, los primeros operando sobre todo con la memoria implícita y la amígdala, y los segundos bajo los parámetros de la memoria explícita, sobre todo la semántica, y el hipocampo en conjunción con la dopamina y el núcleo accumbens. Rousseau llegó al concepto de un estado y ética ataráxica (una posición ética acorde a la mía), basada en la reducción de estímulos y por ello del contacto con el “caos” que es lo social, propia de los epicúreos, estoicos y escépticos, frente al hedonismo más propio de las identidades narrativas.
No hay que desarrollar más lo que quiero decir, el resto de conclusiones y mi cercanía con las de Rousseau se deducen leyendo a este autor, pensando a la vez en mis escritos y propias conclusiones. El caso es que cerebros similares llegan a las mismas o parecidas conclusiones, y esto implica determinismo. Fijarse que en escritos previos manejo la idea de un Dios "juguetón", e incluso llego a afirmar que busca divertirse e interaccionar con su obra, al decir que le es más gracioso personas como yo, mientras que Rousseau llego a sentenciar que "Dios es justo; él quiere que yo sufra; y él sabe que yo soy inocente. He ahí el motivo de mi confianza; mi corazón y mi razón me gritan que no me engaña." ¿Un Dios que hace que sufran los que Sabe que son justos no es un Dios Juguetón?, no libre de un lado malévolo.
Yo no soy mis pensamientos, mis memes, pensando en el concepto de Richard Dawkins, en donde lo importante es la información, y en donde las personas (sus cerebros y vidas), en distintas épocas de la historia, sólo son los vehículos o los portadores de tales ideas; por el contrario, mis pensamientos soy yo. Realistas depresivos (neuróticos en la división de los cinco grandes rasgos de la personalidad, preconcientes en mi lenguaje) y las basadas en la identidad narrativa, son dos entidades “condenadas a luchar” a lo largo de los siglos, al modo de las películas guardianes del día y guardianes de la noche, dentro de un sistema dinámico dual. Si acaso hacer ver que la postura rebelde lo es además porque al luchar contra los “designios” sólo es una postura quijotesca, pues por más que accione sobre el mundo para escapar de lo determinado, su propia lucha es en sí misma otro determinismo. El rebelde grita, la aparente frase contradictoria: “nazco sin libertad, pero no soy el cautivo de nadie”. Otro tanto ocurre con las identidades narrativas, ellos no “construyen” sus pensamientos, su optimismo, si no a la inversa. En los dos casos el agente que cree estar al mando de la acción, de la vida, solo es un espejismo que alivia al sistema del estrés de verse constreñido en un mundo muy determinista. Así decir algo como “yo elijo mi sufrimiento” es más liviano que simplemente sufrir. No engañamos al sistema, no hay tal agente, el propio sistema ya tiene tal estructura del autoengaño como relé del sistema. Ese tipo de mecanismos, en definitiva, son una entre tantas de las propiedades del prefrontal, conciencia o razón.
Dejo enlace de la descarga del libro de Rousseau, junto a un estudio sobre dicho libro, donde se analiza lo más esencial de sus diatribas.
En otro orden de cosas, a nivel psiquiátrico, Rousseau o yo, podemos ser diagnosticados con un trastorno esquizoide de la personalidad, o incluso esquizotípico. ¿Por qué no me “gustan” tales “etiquetas”?, porque son tipos de reacciones a la sociedad, y por ello que lo primero que habría que diagnosticar es a la propia sociedad como para que creé tales tipologías, pues dichos trastornos no se dan entre los cazadores-recolectores o tribus muy pequeñas, basadas en los lazos familiares. Todo humano no es acción en la vida, sino reacción, actualiza su ser en la sociedad que le toca vivir. Si los parámetros están "errados", las conclusiones, los comportamientos, igualmente lo serán.
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