Sindemia – Programando la Muerte



Comprender es una forma de saber hacer.❞ Gilbert Ryle
Al pensar, el alma se habla a sí misma.❞ Platón
Quien rehúsa a la aventura de vivir tiene
que apagar en sí mismo el deseo de vida,
incurrir en una especie de suicidio.
❞ Jung
El alma elige su propia sociedad.❞ Emily Dickinson


Este escrito es uno más de la serie “devaneos”, y por ello el XIII (¡qué casualidad!), pero no quería alargar más el título.


En el escrito anterior me argumentaba a mí mismo que la autoeficacia deja de operar si se etiqueta como transida por el autoengaño, el egotismo (solipsismo), y la inutilidad. A la vez escritos atrás decía que la reflexión es un mito, que donde seguramente se da más tal capacidad es sobre el “papel”, escribiendo. Luego mis escritos son la prueba y la necesidad de una capacidad de mi cerebro, que si no la desarrollo es como si no existiese. O sea, tengo afasia nominativa, al cerebro que soy le cuesta recuperar las “etiquetas”, los nombres de las cosas y las personas e incluso de los conceptos, por otro lado mi memoria de trabajo seguramente esté por debajo de la media, sobre todo con la edad, con lo que si tengo que defender o exponer una de mis ideas a otra persona a través del habla, soy incapaz. Me muestro torpe, divagante, impreciso, vacilante…, de tal manera que puedo parecer con menos conocimientos e inteligente de lo que pueda ser. En ese caso en la escritura, porque es revisable y los tiempos son distintos, sí puedo sacar el potencial de mi cerebro, luego tengo que seguir haciéndolo. Por otro lado cada escrito es como una fotografía a mi cerebro en un momento dado de mi vida y del entorno de ese momento. Sólo “viendo” tales fotografías soy capaz de ver y analizar los cambios y el fluir del cerebro que soy. Unas veces para bien y otras para mal, pero en definitivas son fotografías fidedignas de un momento de mi pasado.

El tema del título se trata en el punto VI y último, por necesidad de dar continuidad al escrito, se tratarán otros temas antes, no es un subterfugio para hacer leer otras cosas previas.

I
Cada vez tengo más problemas con la memoria de trabajo y a corto plazo, lo que repercute en mis escritos (¿normal a mi edad, principio de Alzheimer, nutrición pobre, casi total ausencia de contacto social…?, sigo con este tema abajo). Esto es así porque para entrelazar todo un escrito, en el papel, el cerebro ha creado de alguna forma un croquis en la cabeza (en el cerebro profundo, donde ha intervenido algo la reflexión, como verificadora) y durante la escritura lo deja salir. A la vez hay subtramas, que amplían una información concreta de un tema, donde al terminarlo hay que volver a la trama principal. La teoría ventajosa dice que, evolutivamente hablando, toda función cerebral moderna nace de estructuras antiguas. En ese caso lo más antiguo en el cerebro es la orientación espacial, y el crear una ruta para ir del punto A al B, en donde en algunos casos se hace algo por el camino, que de nuevo crea una ruta secundaria de A1 a B1. Por poner un ejemplo: un depredador vuelve a su lugar para dormir desde donde está, en donde por medio se desvía un poco para beber agua. El habla hereda esta estructura, y por ello siempre es narrativa, en el sentido de que tiene un principio (lugar inicial), un trama (camino) y un final (destino), donde son posibles las subtramas. Ha de suponerse que la capacidad del ser humano ha crecido en profundidad, y por ello en inteligencia, en la medida que es más capaz que otros animales de crear subtramas, cada vez más profundas, sin tratar de perder el hilo de la trama principal. Esto ha venido dado por el lenguaje, no creo que sea posible que por unos pocos gestos, o un lenguaje mínimo, que es el que pueda tener cualquier animal como los chimpancés, los delfines o los suricatos, puedan crear subtramas en sus mensajes. Fijarse que en la mayoría de los trabajos hay que ser lo más concisos posible, como es el mandato de un camarero a la cocina, luego se pierde la capacidad narrativa humana y el cerebro se “amolda” a tal reduccionismo, que a la vez repercute en el trato entre estos, pues es un tipo de alienación en nuestro actual sistema, y de cada uno de nosotros, en donde somos a la vez el alienador y el alienado. Esto implica que el trato entre los trabajadores es tendente a quedar reducido a tal alienación, pero por lo general se subsana, ya que estos trabajadores, después de los momentos de tensión, tratan de retomar su papel más humano y narrativo, más propio del cerebro social que somos. No siempre se consigue, en un mundo altamente competitivo, cada vez es más complicado.

Esto viene en relación a dar continuidad a lo dicho en escritos atrás, sobre que nuestros cerebros son narrativos, pero también para hacer ver que la hoja de ruta evolutiva es: lo visual, para crear rutas de orientación a partir de hitos, de cosas relevantes en el camino… cierto tipo de árbol, una gran roca, etc., que más tarde era trasladado a un signo mental; al principio un gesto, o un gesto y a la vez un sonido, para al final quedarse sólo como un sonido, como palabra, para al final llegar a la escritura, donde un signo (palabra escrita) remite a otro signo (palabra hablada), que remite a algo real o abstracto en el mundo. La finalidad de este punto del escrito es hacer ver que no todos los cerebros tienen bien estructurados los caminos de estas tres rutas. Para el caso es como si el sistema visual fuera Madrid, en España, que está más o menos en el centro, y una autovía al noroeste hubiera tenido grandes daños, como para no poder llegar a La Coruña, y los vehículos tuvieran que tomar desvíos por carreteras nacionales o comarcales. Claramente todo vehículo (paquete de información) tardará más en llegar. Por cierto: es lo que ocurre en muchos casos con Internet, pues si se solicita una información que tiene como origen Japón, si una ruta principal está dañada, tal información buscará rutas alternativas, quizás más lentas y/o más largas.

El caso es que ese tipo de cerebro no es menos inteligente, y por ello es “menos humano”, sino que es posible que tal tipo de cerebro sea mejor para lo visual, que el resto de cerebros que tienen las otras rutas añadidas. En complejidad, menos es mejor. El por qué esas vías sean menos “óptimas” depende de la herencia, pero a la vez por el embarazo y los primeros años de vida, en donde en los dos casos es cuando tal cerebro se está cableando. Un trauma psicológico o físico (por un fuerte golpe o una caída) hace que tales rutas no se terminen de formar. En ese caso yo no tengo una buena capacidad para el habla, segundo proceso evolutivo, pero puedo subsanarlo a través de los escritos, que pertenece a la tercera capa. Lo que tal patrón nos dice es que el cerebro se puede especializar en sus capas más altas, aun teniendo capas inferiores menos desarrolladas o dañadas, lo cual vuelve el tema muy complejo de definir y de entender. En mi caso es fácil entenderlo, el habla requiere una premura e inmediatez que no existe durante la escritura. Todo esto me lleva al siguiente tema.

II
E
l cerebro crea una aparente unidad, donde muy posiblemente no exista. Esto es: cada “función” tiene sus propias estructuras, requisitos y funcionalidades, que no tienen por qué ser acordes con otras partes. Por ejemplo, la información visual es la que recoge más datos del exterior que cualquier otra…, esto sobrecarga el sistema. En esa dirección es la que más “necesita” de procesos ya reglados, de rutinas o primitivas con las que ya nacemos. Uno de esos casos es analizar las imágenes a partir de las luces y las sombras, y como el medio natural siempre ha sido el sol —que por estar arriba, y que por ello las luces siempre vengan de arriba y las sombras de abajo—, el cerebro tiene como primitiva el analizar las imágenes a partir de tal estructura, evitando que lo tenga que procesar el cerebro. Así, en la imagen de abajo el cerebro analiza qué es cóncavo o convexo a partir de la primitiva de la luz del sol. No hay una respuesta “correcta” en este test, pues la imagen es en dos dimensiones, y no hay realmente unas formas cóncavas y convexas. Aquí vemos, a la vez, el papel del prefrontal, la última zona de la evolución, la zona verificadora y etiquetadora, pues si tal área “dice” al cerebro profundo que lo “vea” o lo procese a la inversa, que la luz viene de abajo, el sistema visual le “entregará” el resultado solicitado. Este “ejercicio” seguramente le resulte más fácil de hacer a las personas visuales, que a la media. 

En esta segunda imagen, el cerebro recurre a la función de reconocer caras, y por otra primitiva el cerebro ve un rostro deforme, porque analiza que los ojos siempre han de estar arriba y en paralelo, sobre la nariz y la boca.

A lo que quiero llegar es que no hay una unidad cerebral, que distintas partes del cerebro “interpretan” la realidad, hay incluso “disputas” entre los distintos sentidos (leer sobre el efecto McGurk), y cada una opera bajo sus propias directrices, y es la suma total la que el prefrontal “ve” o contextualiza en cada momento, y por ello no está exenta de errores, pero bajo la idea que si el cerebro humano es capaz de llegar a cierta exactitud sobre cómo es la realidad es por la suma de todas las partes. Quita uno de los procesos y la exactitud posiblemente sea menor, quita varios o haz que alguno de los procesos, incluso, “añada” cosas donde no las hay, y esa persona estará totalmente desintonizada o desubicada de la realidad. Entonces…, una sociedad dada, ¿no opera bajo esta misma regla? ¿No es la totalidad de las distintas tipologías humanas las que crean una totalidad de lo que ha de ser el aparato social humano? Desgrano el tema, para aquellos a los que les sea necesario. El concepto de alfa, a nivel adaptativo de los sistemas, no es paralelo a una dictadura: es una “función” necesaria de ciertas estructuras sociales, como lo son las manadas de los depredadores. Si cada lobo, por ejemplo, es un cerebro muy concreto, con una perspectiva concreta durante la caza, trataría de llevar las acciones necesarias para atrapar a la presa por sí solo, desconectado del grupo. Pero un solo individuo es raro que pueda cazar a una gran presa, las presas les suelen ganar en fuerza, y velocidad y resistencia a la carrera. En ese caso, todos los cerebros de los lobos quedan supeditados al control central del lobo/a alfa, que es el/la que marca la estrategia a seguir, así como los posibles cambios de planes sobre la marcha. Los lobos están persiguiendo a la presa, pero a la vez miran de vez en cuando al alfa, para “supervisar” si se produce algún cambio en el plan.

Esto lleva a varias cuestiones en lo humano: 1. no todos tenemos que nacer iguales y con los mismos atributos, sino que nacemos con ciertos protagonismos de ellos, dependiendo del papel o rol necesarios para el grupo. 2. La sociedad humana no es tan estática en el tiempo como la de los lobos, en ese caso, ciertas tipologías dejan de ser “válidas” para las sociedades actuales. 3. Hay ciertas tipologías que bajo las reglas actuales son tomadas como trastornos, cuando en realidad están desalineadas con respecto a lo que eran en su origen. 3.1. Ese es el caso de los neuróticos, o en otro caso los proclives a las adicciones. Hay ciertas tipologías “enclavadas” a ser más obsesivas, donde tal tipología tendría algún sentido en la prehistoria, durante un 90% de nuestra evolución, pero hoy tales personas no pueden dar salida a su “naturaleza”, y estas tendencias sólo se manifiestan en adicciones concretas, como las drogas, las máquinas tragaperras o el sexo. Un caso concreto son los llamados noctámbulos, búhos o con el trastorno de la fase tardía del sueño. Bajo mi punto de vista —de la psicología evolutiva—, los grupos sociales que sobrevivieron, y por lo que hemos llegado a lo que ahora somos, tendrían a ciertos individuos que les resultaba “natural” mantenerse despiertos por la noche. Muchos depredadores atacan en la oscuridad que les procura la noche, luego tales personas eran unos buenos vigías para no ser emboscados por tales depredadores. En la actualidad hoy tal tipología es tratada como un trastorno, pues tal “función” social ya no hace falta.

No creo que haga falta decir qué conlleva todo esto. Primero habría que ajustar a qué se puede llamar trastorno y a qué tipología humana. Bajo mi punto de vista las personas bipolares, o las que padecen dislexia, son tipologías desadaptadas a la sociedad actual, pero no por ello son “realmente” trastornos, en tanto que estos son tomados como cierta forma de enfermedad o anormalidad. En segundo lugar habría que analizar si la sociedad actual, al negar o no dar salida a ciertas de sus “funciones”, de sus tipologías humanas, operan al modo de un cerebro al que no le “funcionan” una o varias partes de su sistema. O sea, si al dar tanta prioridad e importancia a la razón, y por ello al prefrontal, no estaremos siendo un “cerebro” o sistema más torpe que con respecto a como deberíamos de ser. O dicho más llanamente, la actual tendencia social es, para el caso, como si un cerebro pasase por un gran traumatismo, perdiendo parte de sus funciones. ¿La sociedad actual es el resultado de una “lobotomización” masiva de las tipologías humanas?, ¿Acaso no somos una sociedad a la que se le están amputando todos sus miembros y vísceras del cuerpo?

III
H
ay una nueva serie llamada “Trickster” que me llevó a investigar sobre tal concepto (en sus dos primeros capítulos no se perfila su temática, pero es muy aceptable), pues al leer su trama me llevó a que se trataba de un mito y por ello de un arquetipo. Ya tenía tal entrada en el mapa mental sobre la superveniencia, pero no me había detenido a leerlo en toda su extensión. Esto es un desvío del camino principal: me parece curiosa la Wikipedia, en su equivalencia con las catedrales de la Edad Media, pues las personas escriben y los artículos quedan como anónimos. En el caso en el que estamos, la persona que haya escrito el tema sobre el concepto de “trickster”, muestra mucha cultura y cierta tendencia a tener un cerebro generalista, lo que en este caso era de desear.  Salgo del desvío. A lo que trato de llegar en el presente punto, es que incluso el arquetipo de tramposo o embaucador, parece ser “necesario” en lo social, tal como nos lo presenta el autor de tal entrada de la Wikipedia. Todo lo que yo pudiera decir sería redundar u ofuscar un escrito muy bien planteado, por lo tanto remito a que sea leído y transcribiré aquí una parte, que me parece esencial en mi línea de pensamiento.

«La crítica literaria afroamericana moderna ha convertido a la figura del tramposo en un ejemplo de cómo es posible superar un sistema de opresión desde adentro. Durante años, la literatura afroamericana fue descartada por la gran comunidad de crítica literaria estadounidense, mientras que sus autores todavía estaban obligados a usar el lenguaje y la retórica del mismo sistema, que relegaba a los afroamericanos y otras minorías a la posición de ostracismo del “otro cultural”. «La cuestión central se convirtió en cómo superar este sistema cuando las únicas palabras disponibles fueron creadas y definidas por los opresores. Como explicó Audre Lorde, el problema era que “las herramientas del maestro nunca desmantelarían la casa del maestro”.
En sus escritos de finales de los 80, Henry Louis Gates Jr. presenta el concepto de Signifyin’. La idea de que la “casa del maestro” puede ser “desmantelada” usando sus “herramientas” está enredada en esta teoría, si las herramientas se utilizan de una manera nueva o poco convencional. Para demostrar este proceso, Gates cita las interacciones encontradas en la poesía narrativa afroamericana entre el tramposo, el mono significante, y su opresor, el león. Según Gates, el “mono significante” es la “figuración del Nuevo Mundo” y el “equivalente funcional” de la figura del embaucador de Eshu de la mitología africana yoruba
El León funciona como la figura autorizada en su papel clásico de “Rey de la Selva”. Él es quien controla los movimientos del Mono Significante. Sin embargo, el Mono es capaz de burlar al León, continuamente en estas narrativas, a través de su uso del lenguaje figurado. Según Gates, “El Mono Significante puede significar sobre el León porque el León no comprende el discurso del Mono …
El mono habla figurativamente, en metáfora. El león interpreta o lee esto literalmente y sufre las consecuencias de su locura.
De esta manera, el Mono usa el mismo lenguaje que el León, pero lo usa en un nivel que el León no puede comprender. Por lo general, esto lleva a la “derrota” del León a manos de un tercero, el Elefante. El efecto neto de todo esto es “la reversión del estatus (del León) como Rey de la Selva”. De esta manera alegórica, la “casa del amo” se desmantela cuando sus propias herramientas se vuelven contra él.»

En otro lenguaje, el actual Joker es un claro representante del arquetipo del embaucador o el tramposo, incluso el papel que está haciendo Rusia o Vladímir Putin en el sistema mundial. Lo curioso de todo esto es que hay una serie documental, sobre el modo de proceder de Rusia, que se llama “agentes del caos“, cuando creo que fue como se denominó a sí mismo el Joker en la película “El caballero oscuro“. El Joker, o Vladímir Putin, no tratan de forma directa de hacerse con el poder, sólo “hablan” y juegan el mismo juego que el actual poder establecido (Estados Unidos para el mundo actual), para “envenenarlo” desde dentro y con sus propias armas o lenguaje. En ese caso yo también, sin apenas peso (el postmodernismo con una mayor capacidad), estoy haciendo el papel de arquetipo representado por el tramposo, pues en muchos casos ataco los conceptos usados y nacidos en Estados Unidos, para de esa forma tratar de invalidar sus discursos.

Muchos cómicos, los que tratan asuntos sociales, hacen el rol de “Trickster”, pues se le permite decir algunas cosas que de otra forma no se pueden tratar en sociedad. Hay que recordar que los arlequines  y los bufones eran los únicos a los que se les permitía “reírse” de los reyes. Estos seguramente los “usaban” como “termóstatos” de la opinión general de su pueblo, sobre su papel en el reino. Hacer mención a la vuelta a la escena de Louis C.K., foco del movimiento feminista #metoo, que aunque debería de ser prudente en todo lo tocante al sexo, no lo es, sino todo lo contrario, lo trata de forma constante, saltándose los límites y por ello no renegando de su irreverencia (no hay entrada de este concepto en la Wiki, en ningún idioma, remite a respeto o su falta, o en la rusa remite a insolencia, parejo a rol del trickster, pues dicen que es un rasgo del carácter; fijarse que es la negación de la reverencia debida a los reyes o superiores) o papel de Trickster, aun dada la delicada situación en la que se encuentra su reputación.

IV
B
ajo la idea general que muestra el anterior punto… la unidimensionalidad hacia la que va el humano ¿es el camino “correcto”? El humano ha sido un camino desde su “forma” primigenia “dominada” por la sinrazón, hacia el casi absoluto dominio de la razón. En medio de ese proceso nos encontramos con la mitología griega, a modo de ejemplo, pues por aquel entonces esa era la mentalidad universal en el humano. Todos los dioses tenían sus templos y seguidores, aunque bajo el punto de vista actual— algunos de ellos representasen partes negativas o “malas” del ser humano o la naturaleza. Dionisos, Pan, Hefesto u otros, no serían aceptados hoy en día como dignos, como para ser seguidos o tomados en consideración. La razón, la unidimesionalidad hacia la que va el humano a nivel social, en su capa externa, en su piel, nos hace rechazar a tales dioses o arquetipos, restando el equilibrio de lo que debería de ser el sistema al completo.

Aunque el sistema en su externalidad “rechace” los arquetipos y lo negativo, por dentro no es así, pues casi todo humano “cree” en la venganza, en el “ojo por ojo”, y en el papel necesario del Joker o del embaucador o tramposo…, si su meta o rol es el de desestabilizar un sistema que tiene como base la falta de dignidad, la violencia estructural y la injusticia.

Siempre bajo tal dirección de forma de pensar… ¿es correcto tratar de acabar con los roles masculinos y femeninos? A la mitología griega la odian las feministas, pues para ellas es un claro signo del patriarcado, pues está llena de violaciones y de vejaciones contra las mujeres, pero había diosas poderosas como Hera, Afrodita, Artemis o Atenea. La inteligencia no era exclusiva de los dioses masculinos y estaba representada tanto por Apolo como por Atenea. Lo mismo para la fuerza física. Hermes, el gran orador, representación de la comunicación y la trasmisión de la información (mensajero), representaba a la vez al  gran “embaucador divino”; aunque la mitología griega nunca daba un único papel o rol a cada dios, pues con el paso de los siglos cambiaban o daban más protagonismo a unos roles, frente a otros.

El cristianismo, bajo este punto de vista, fue un primer paso hacia la racionalidad, pues renegó de todas las “naturalezas”, idiosincrasias o tipologías humanas que atentaran contra la verdad, lo bueno y lo bello.  

V
U
na de las palabras claves de nuestra mentalidad, de las sociedades actuales, es la de “empoderamiento”. Desvío. La vergüenza es el “sistema” regulatorio que la evolución ha creado en el cerebro en lo tocante a ser aceptado en sociedad. Si uno siente vergüenza es que posiblemente esté trasgrediendo o llegando a alguna frontera pactada en lo social. En ese caso el empoderamiento va en contra de sentir vergüenza, pues alienta a que toda persona tenga control de su individualidad, a expensas de lo que puedan opinar los demás. Antes se llamaba desvergonzado a todo aquel que trasgredía las normas sociales…, hoy tiene que sentir vergüenza aquel que use el concepto de desvergonzado a la ligera (hay una paradoja en todo esto: él es el desvergonzado para el resto). No he profundizado sobre este tema. Sólo lo “dejo caer” para que vuestros cerebros lo tengan en consideración (¿estoy haciendo de trickster?, tergiversando el lenguaje normalizado en la nueva mentalidad).

VI
Este punto trata el tema del título. Estoy escribiendo todo de una vez…, a ver si me quedan fuerzas, paciencia, ingenio y coherencia.

Decía escritos atrás que algo se les escapaba a las autoridades y los “expertos” sobre el tema del coronavirus. Al parecer no es una pandemia, sino una sindemia. A tenor de no caer en errores de interpretación remito a lo que dice la Wikipedia:

Una epidemia sindémica o sinérgica es la agregación de dos o más epidemias o grupos de enfermedades simultáneos o secuenciales en una población con interacciones biológicas, que exacerban el pronóstico y la carga de la enfermedad . El término fue desarrollado por Merrill Singer a mediados de la década de 1990. Las sindemias se desarrollan bajo disparidad de salud, causada por pobreza, estrés o violencia estructural y son estudiadas por epidemiólogos y antropólogos médicos preocupados por la salud pública, la salud comunitaria y los efectos de las condiciones sociales en la salud. El enfoque sindémico parte del enfoque biomédico de las enfermedades para aislar, estudiar y tratar de manera diagnóstica las enfermedades como entidades distintas, separadas de otras enfermedades e independientes de los contextos sociales.”

¿No es curioso que se haya llegado a esta conclusión y a la vez esté en distintas plataformas de streaming el docudrama “Interreflections” o el documental “una nación bajo el estrés“, que vienen a decir lo mismo, al marcar la importancia de los desajustes sociales sobre la salud?

Yo no tengo más que decir sobre esto, pues Internet está saturado en el tratamiento de este nuevo enfoque, pero me interesa tal tema para hacer ver si bajo todo esto no se esconde alguna regla evolutiva, y en concreto lo que Freud llamó el instinto de muerte. Yo siempre he creído en tal concepto. Pienso que a nivel genético existe un “dispositivo” que crea cambios epigenéticos en las personas, como para ser más proclives a morir, a no temer a la muerte o incluso a buscarla. Bajo tal regla se “esconde” el bien conocido efecto Allee o poblacional, que dice que: “es un fenómeno biológico que se caracteriza por una correlación entre el tamaño o la densidad de la población y la aptitud individual media (a menudo medida como tasa de crecimiento de la población per cápita) de una población o especie”. A la vez, con actitud se refiere a dos términos, por un lado a la física, en definitiva a tener una buena genética que proporcionará un cuerpo y una mente saludables, pero que a la vez: “describe el éxito reproductivo individual, y es igual a la contribución promedio al acervo genético de la próxima generación, que es la producida por individuos de un genotipo o un fenotipo especificado. La aptitud de un genotipo se manifiesta a través de su fenotipo, que también se ve afectado por el entorno del desarrollo. La aptitud de un fenotipo dado también puede ser diferente en diferentes entornos selectivos”.

Es un tema que he tratado en otros escritos (“el sexo débil; el macho“), más al detalle, por ello sólo resumo. El efecto Allee nos dice que cuando una población excede el umbral de sostenibilidad de su medio, llamado de extinción, la genética “activa” medios para frenar el crecimiento, como que haya menos receptividad para las cópulas, que se den menos embarazos, o haya más abortos o muertes prematuras en la descendencia. Bajo mi punto de vista la cuestión no se frena ahí, sino que creará cambios en las poblaciones “más débiles” para exacerbar tal debilidad, como para que se aceleren o “adelanten” sus muertes, pues tal tendencia dará una mayor oportunidad de sobrevivir a los más fuertes o aptos. De ahí el título.

A las células del cuerpo, que son en definitiva una forma de vida, se les programa su muerte (apoptosis), si se da el caso que puedan estar “actuando” erráticamente, pues es una posible célula que pueda iniciar un cáncer. Siendo así, ¿cómo puede programar la genética una muerte en el ser humano? Debilitando sus capacidades cognitivas, que le harán ser más caótico en sus comportamientos, que lo volverán más errático en lo social, llegando a ser rechazado. En ese caso, la memoria de trabajo es aquella con la que el prefrontal, el juicio, opera en la llamada área global de trabajo, en donde el prefrontal sobre todo inhibe los impulsos emotivos e instintivos. Con lo que si la genética quiere “interferir” en el comportamiento, la memoria de trabajo es una buena candidata para empezar tal declive.

La caída del prefrontal, del control de los impulsos, hará que las personas caigan más fácilmente en las adicciones, en donde entre ellas se encuentra las grandes comilonas, que a su vez llevarán a la obesidad y por ello a una de las enfermedades que son sinérgicas con el coronavirus: las diabetes. En otros casos tales personas vivirán bajo la presión socioeconómica de su clase social, que inevitablemente les creará un constante estado de estrés, que los llevará a problemas cardiovasculares, a la depresión y la ansiedad, y por ello a otros trastornos mentales, en donde todos ellos harán que tal persona sean más tendentes al dolor psicológico, y por ello buscar el suicidio como forma de “alivio” a su sufrimiento. Los hombres suelen ser más tendentes a llevar a término el suicidio, como a perder el control de sus vidas, pues es preferible que sobrevivan las mujeres, dado que un solo hombre puede embarazar a muchas, pero el embarazo y el tiempo de crianza requiere de muchas mujeres.

Retomando lo que dice la Wikipedia, sobre el efecto Allee, favorece fenotipos. ¿Es por esto que los afroamericanos den una peor media en todos los requerimientos sociales con respecto al blanco en Estados Unidos? ¿Tienen “programado” el instinto de muerte?, el ser más erráticos en sus comportamientos…, y esto tan sólo, posiblemente, bajando la capacidad de la memoria de trabajo. Lo mismo con otras etnias minoritarias en otros países o culturas. El efecto Baldwin nos dice que en la evolución entra en juego la selección social, buscando los individuos con comportamientos que vayan en la dirección de ser los más exitosos. Hace unas décadas no estaba tan vigente el lenguaje de “ganador” o “perdedor”, pero cuanto más ha crecido la población, y más se han ido pronunciando las actuales crisis, más se ha ido cristalizando tal lenguaje. La clase alta se está pertrechando en su radical oposición y desentendimiento de las clases bajas, ignorando o careciendo por completo de la empatía o la caridad, que se creía propia del ser humano…, o dicho de otra forma: se ha vuelto más sociopática y depredadora, pues es seguramente el “plan” de sus genes. Las luchas entre las identidades se han visto más pronunciadas en los últimos años, sobre todo entre la derecha y la izquierda, o igualmente entre hombres y mujeres.

Sólo apunto ideas, que cada cual busque sus propias conclusiones. El humano no tiene el control de casi nada, porque no termina de entender los mecanismos que operan detrás, y porque de ser los que la ciencia nos va descubriendo, como el concepto sobre la sindemia, el efecto Allee y Baldwin, no nos gustan, pues se nos hace evidente que somos simples marionetas de unas fuerzas externas, sobre las que no tenemos casi ningún control.

A modo personal, no sé por qué mi memoria a corto plazo esta tan mal. No es “normal”, pero no puedo decir algunas fallas que he tenido, realmente graves, por no alarmar a mis familiares. La ciencia ha descubierto que no hay una relación directa entre el deterioro físico del Alzheimer y el deterioro en el comportamiento cognitivo y social, pues unas monjas, en un estudio científico, estuvieron totalmente operativas y sin rastros de la pérdida de memoria, hasta casi el día de su muerte, y cuando se les hizo un autopsia a sus cerebros, que habían donado a la ciencia, se descubrió que sí tenían los clásicos ovillamientos del Alzheimer en las células de sus cerebros.

No se sabe qué opera a nivel físico para que se dé eso que se llama “memoria de trabajo”, luego no se sabe cómo se deteriora y como se mantiene a nivel de nutrientes…, qué se requiere para mantener tal sistema “sano”. Bajo mi punto de vista entran en juego las células gliales, para mantener estados de conexión temporales entre neuronas. El sistema glial a la vez tiene que ver con la salud del cerebro, pues es el que se encarga de su limpieza, regeneración y neurogénesis. Un factor importante es el sueño, y que este sea largo y realmente regenerador, o sea, sin estrés. El ser humano regenera todas sus células en distintos ciclos, excepto las del corazón, los ojos y las neuronas. Está claro que si una neurona está vinculada a otras, y por ello están guardando una información, no pueden morir, pues ya no habría aprendizaje. Las células gliales sí se comportan como el resto de las células del cuerpo, luego mueren y van perdiendo la capacidad de regenerarse y dividirse a lo largo de la vida, lo que explica que en la ancianidad no se tenga memoria a corto plazo, y se avive la de a largo plazo. Retomando con que la humanidad es un todo: el anciano y el joven deberían de ser unidad, dos formas de cerebro, el cristalizado (adulto, anciano) y el fluido (joven), que crean uno, que se necesitan mutuamente. Hoy, frente a lo que era común en lo humano, el anciano “sobra”, se ha vuelto un estorbo, ya no se convive con él, se le lleva a residencias… ¿no tiene “sentido”, bajo todos estos aspectos, que sea el que más tenga programado el instinto de muerte y por ello sea el colectivo más vulnerable para ser atacado por el coronavirus? Ellos no son sólo víctimas de tal virus, sino —y según el concepto de sindemia y el efecto Allee— de todos nosotros, de una sociedad que les ha dado la espalda. Frente a ellos, los jóvenes, acomodados en sus pantallas y falsas vidas en las redes sociales (pero en las que creen), y bajo el ala protectora de sus estresados padres, y fuera de todo agobio, son el colectivo menos amenazado.


Temas varios. 1. La serie Vow, un documental sobre una secta y sobre hechos reales, demuestra muy bien el concepto de idealización y devaluación, tratada escritos atrás, pues parte de sus iniciadores al final renegaron del líder, y lo que ellos mismos habían defendido o propagado a sus adoctrinados. 2. Al parecer en los concursos de deletreo estadounidenses se dan más casos de vencedores indígenas americanos y de procedencia india (subcontinente) que de blancos. Un documental sobre ese tema deja caer si hay algo genético, pero en realidad sólo tiene que operar el que ciertas etnias minoritarias tomen como ejemplo a algunos ganadores, para seguir sus pasos y para dar prestigio a sus orígenes étnicos, lo que nos lleva a que la cultura étnica, el país de origen, cuenta como determinante, a partir de la hipótesis léxica, como así he apuntado en los escritos de atrás. 3. Otra de mis inquisiciones era el por qué un árbol rectifica su inclinación, y de forma curiosa hace unos días echaron un documental sobre el tema. Al parecer los árboles tienen dos “sentidos”: el fototropismo, dirigirse hacia la luz, y la verticalidad, donde el primer “sentido” manda. Pero no me termina de convencer tal explicación, pues en muchos casos, que otros árboles no les impiden la luz, y sobre todo en terraplenes muy inclinados, al principio crecen de una forma, siguiendo la inclinación del terreno, y más tarde, como si sintiesen que se están cayendo, empiezan a rectificar su inclinación a una más equilibrada.


Voy a ir subiendo documentales de los que saco, o que sirven, para  mis ideas. Empiezo con cuatro:  1. “Historia secreta de nuestra evolución“, trata sobre cómo han ido evolucionando los sentidos o el propio cuerpo, hasta llegar al ser humano. Habla también sobre ciertos diseños “defectuosos” o no totalmente óptimos, pues la evolución hace bricolaje a partir de lo que ya tiene. 2. “Depresión, una nueva esperanza” es una buena forma de entender el concepto de sindemia, y cómo el cerebro es un todo con el cuerpo, su entorno y la alimentación. 3. En “Una nación bajo el estrés“, ya tratado escritos atrás, igualmente queda patente el concepto de sindemia (está en español). 4. “Dislexia”, trata tal “disponibilidad” bajo un enfoque no neuronormativo o como trastorno.

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