Aquí Tendría que ir un Título Significativo



Como proponía en el escrito “Las olas“, no estaría mal hacer que un programa te siguiese el rastro de la navegación por Internet. Además, dije que lo perfecto sería que fuera con comandos de voz. ¡Dicho y hecho!, o casi…, me ha llevado dos días. Más si se tiene en cuenta que he tenido que probar distintos programas de mapas mentales. Aquí va la lista:

  • FreeMind
  • Scapple
  • MindModo
  • ConceptDraw Office
  • MindMaple Classic
  • Mindjet MindManager
  • XMind
  • MyDraw
  • Edraw MindMaster
  • WriteMapper
  • MindMapper
  • iMindMap
  • iMindQ
  • Mind Architect
  • Microsoft Visio

Como las personas, no hay ninguno perfecto, y hay que adaptarse a sus “historias”. Al final he usado el señalado en negrita, porque es sencillo y es el que más me permitía interactuar, con la voz, con “él”. Para hacer algo como lo que veis en el vídeo de abajo, hay hasta cuatro programas distintos automatizando alguna cuestión. El de la voz es VoiceBot; la macro de traducir está hecha con FastKeys. Una cuestión que no salta a la vista es que copio por un lado el título (por eso lo selecciono en cada página) y por otro la dirección de Internet a la vez, y después interacciono con el programa de portapapeles CopyQ, para que pegue uno en un caso y después el título en otro. Yo no muevo el ratón, lo hace otra macro creada con HotKeys, porque MindMaple no tiene un atajo de teclado al que llamar (en eso es espartano, no se le puede añadir ni cambiar nada), para cambiar el nombre. Recurrí a “trucos de perro viejo”, haciendo que salga el menú emergente del botón derecho, y ahí viene el comando de cambiar el nombre. No es muy elegante, pero funciona. Al final el comando vuelve a la página del navegador para tratar de ser lo menos intrusivo posible. Lo perfecto es tener dos monitores y que el MindMaple esté en el segundo. La extensión de traducción es “Edge Translate” (para Chrome o compatibles), pero no interacciona con la voz, es otro truco con macros.

Como no sé si le interesa esto a alguien, no hago tutorial ni comparto nada más de momento. Dar a “me gusta” en YouTube y si veo que hay aunque sea unos pocos, hago un escrito nuevo diciendo qué hacer y cómo. ¡No es una estrategia para que me den “me gusta”!, los que me conocen lo saben. Es que al haber tantos programas por medio hay bastante que explicar, luego no voy ha hacer tal tutorial para el “aire”. (Dar “me gusta” a este escrito, me es igual el lugar).

(Perdón por el eco, tenía los auriculares puestos e hicieron de caja de resonancia. Al “producirlo” no capté el eco.)


Cambiando de tercio, y sin profundizar demasiado. Va a ser un poco “denso”, sin explicaciones, sólo lo van a entender los que me sigan… En el escrito anterior sentencio que el “fantasma en la máquina” es el significado, pero además lo es en tanto que comunicación. Según Claude Shannon, padre de la teoría de la información, “si algo es totalmente predecible, no hay información”, lo redundante es prescindible. Así, en la fotografía de un cielo totalmente azul, el compresor JPG apenas si tiene que guardar unos pocos datos. Decía además, Shannon, que la información se encuentra cerca de la entropía. Cuanto más colores y forma tenga una imagen, es menos susceptible de ser “comprimible”. Las imágenes de cielos borrascosos se comprimen menos. Si se lleva esto a la sociedad, la normalidad, lo que dice la campana de Gauss, es que hay mucha redundancia de comportamientos iguales y estereotipados. Los seres liminales, sea por trastornos, por ser artistas, o por rebeldía…, están más cerca del caos, contienen más “información”. Pero eso suena “romántico”, pues por otro lado hay que tener en cuenta el ruido. Alguien con esquizofrenia tiene mucho “ruido”. Un artista más cuanto más vanguardista sea. ¡Todo está relacionado!

Lo curioso de todo esto, es que después de ver el documental mencionado, donde Claude Shannon dice la frase transcrita arriba, y revisando el libro de Philip Slater, me encontré con esta frase: “Hay una ley cibernética que afirma que, a mayor probabilidad del mensaje, menor información proporciona. La información que contiene un mensaje, por ejemplo, disminuye con su repetición”. Como permanecía “fresca” en mi mente la frase de Shannon, estaba “sensible” a “cazar” todo lo relacionado a ella. ¡No es extraño el cerebro! Ayer, además, leí de Slater, parafraseando a Bakan, sobre la división de los humanos entre los que tienden a la entidad y los que lo hacen hacia la comunión. Entidad es la Derecha (los alfas, los líderes), pero también los seres liminales; y la comunión es de la Izquierda y la media humana. A esto se une que la teoría practopoiética se basaba en la teoría de la autopoiesis, pero quería salvar el “límite” de esta, pues es un sistema cerrado (entidad, individualidad), mientras que el humano y su cerebro es un sistema abierto (comunicación, interacción: comunión).

El humano primitivo, en su naturalidad y “estulticia”, estaba unido al sistema abierto al que pertenecía, respetaba y veneraba. La “civilización”, en su camino a la razón, se ha dirigido ha crear un sistema cerrado, centrado en el yo y la individualidad, y al final el “conocimiento” nos dice que “lo hemos hecho mal”, que en esa dirección estamos dañando el sistema que nos acoge. El humano primitivo comprendía y sentía esa unión, aunque mal la explicase con mitos y dioses. Hoy el humano entiende esa comunión con la razón. ¿Quién estaba más cerca de la unidad con el Todo?, abrigado dentro del sistema abierto que es la naturaleza…, sin duda el corazón y lo que le decían las “tripas” al hombre primitivo. La razón analiza y no siente. Está más cerca de la verdad, sí, pero más lejos de ser unidad con todo. El humano actual, alejado dentro de su entidad, ahora, está en el invierno de su mente.

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