Devaneos IX – ¿A Imagen de Dios?


La codicia requiere un máximo de recompensa; la cobardía requiere un mínimo de castigo.❞ Silvan Tomkins
Nuestra época ya se convenció de que no se puede cambiar el mundo, abandonó cualquier voluntarismo antropológico (cambiar al hombre) y político (cambiar el mundo, cambiar la vida). Estamos persuadidos de que ni siquiera se puede cambiar a uno mismo (derrumbe de las sabidurías filosóficas).❞ Robert Redeker
La moneda es una ilusión influenciada por una realidad falsa.❞ The binge


Parte de este escrito es del lunes, y lo abandoné porque su tema central lo terminé por desarrollar por separado en “Prometeo: Regalo o Maldición“, pero al final lo he retomado hoy y le he dado otro rumbo, aunque en el fondo es paralelo al mencionado.



Ayer me di una paliza a andar (me refería al domingo), luego mi cerebro no está muy lúcido y sí en sus reservas, pues el cuerpo se dedica a recuperar energía.

Al volver hacia casa se pasa por un campo de golf, lindando el río, de unos cinco kilómetros de largo (sino más). A sus alrededores hay urbanizaciones de chalets de alto o muy alto standing. Os podéis imaginar mi estado mental y emocional ante tales vistas. Hace unos siglos esa zona se dedicaba a la horticultura. Al trabajo de pequeños horticultores, que al recoger las cosechas ellos mismos vendían sus productos en los mercados callejeros. En el espacio que no es ocupado por el campo de golf y los chalets, y en el otro lado del río, se cultiva sólo maíz. ¿Razón?, cerca hay dos fábricas, una de papel higiénico (de productos de ese tipo, como pañuelos o servilletas de papel) y otra fábrica de biocombustible. No tengo claro si la mazorca de maíz le dan uso como producto alimentario, que no es común en España, y como mucho se usará como alimento ganadero.

La paradoja es que los veganos se limpien el #€&# con papel higiénico y en alguno de sus argumentos digan que los monocultivos sobre todo sean para los alimentos para el ganado, donde al no comer carne no propician tal tipo de monocultivos.

La realidad actual es tan caótica y compleja que no hay forma de no contradecirse. De no repercutir negativamente en algo. Otra es si llevarían su “lógica” alimentaria hasta sus últimas consecuencias, pues si se diera el caso que se llegara una pequeña glaciación, que repercutiría sobre todo a la agricultura, el ganado sería el recurso más viable. De hecho ya fue así. Los neandertales, de los que somos igualmente herederos, pasaban por unos duros inviernos e incluso pasaron por alguna glaciación, y su único modo de supervivencia era la carne.

I
T
odo reduccionismo puede pecar de que no se ajuste a todo los casos y a los “detalles”, pero todo cuadro empieza por un boceto, al que se van añadiendo los detalles, donde al final ya no se ve, o entreve el boceto. De forma general cada humano en un momento de una crisis profunda tiene tres dilemas y caminos: 1. salvarse a sí mismo, 2. tratar de que se salven todos, 3. salvar a los tuyos. ¿Cuál vence?, la tercera es la que ha validado la evolución. Somos un animal de manada y basada en los vínculos de sangre.

Casi todas las películas catastrofistas y de catástrofes se basan en esta máxima. Un ejemplo claro es “El túnel (Tunnelen 2020). Trata sobre una explosión dentro de un túnel. Acuden los bomberos, pero no entran porque no tienen el equipamiento adecuado. Cuando uno de los protagonista se entera que dentro está su hija, es cuando sí entra. Es la premisa de este tipo de cine. Otro caso como ejemplo es “2012”, centrada en varias familias.

La derecha se basa en esta máxima, pero teniendo en cuenta que parten del punto uno: alega que hay que tender a la autopreservación, a mirar por uno mismo y ser un humano lo más fuerte posible, en donde en ese proceso tienes que estar lo más preparado para las eventualidades de las crisis profundas. Fuerte aquí quiere decir en todo los ámbitos. Si en un pasado muy remoto esa fuerza era el músculo, y más tarde tener posesiones (que se heredaban), ahora pasa por las dos anteriores y además en estar lo más preparado intelectivamente. El segundo proceso es crear una familia a la que ya tienes capacidad de proteger y que prospere.

La izquierda se basa en el punto dos. Es una posición más idealista, pero también menos “depredadora” que la de la derecha. Está claro que la derecha se basa en los alfas, mientras que la izquierda no, y por ello se basa en los gamma y los beta. La izquierda tiende más a lo que se entendería como una sociedad eusocial. Una “reina” entre las hormigas está condenada a la quietud y a solo poner huevos. No tiene una posición más privilegiada que una obrera. Bajo este aspecto la derecha argumentaría que ellas son las “reinas” del hormiguero, luego nos remite al segundo párrafo.

Conclusión: es un nudo gordiano, la sociedad humana se basa en su biología evolutiva y genética y no puede escapar de ella. Los que salen derrotados son la libertad y la conciencia para establecer proyectos. Como proyecto es que la izquierda busque “derrocar” al alfa sin que nadie ocupe su lugar.  A partir del neolítico nunca ha funcionado. La democracia ha demostrado que tampoco escapa de tal regla. Un país o cultura vence al resto en la medida que tiene “grandes” alfas que lideren grandes empresas que monopolicen el mercado, que ahora son multinacionales. Tal regla sí operaba en los grupos de humanos pequeños tribales antes del neolítico (aún sobreviven algunas tribus de este tipo), donde no había un gobernador o cabeza principal.

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D
e forma casual he leído varios libros atacando al nihilismo y al posmodernismo (donde para algunos los segundo son lo primero), pero como preámbulo y para llegar a la conclusión que sólo es posible las vías de la derecha ¡qué curioso, el camino derecho), que además pasa por basarlo en la creencia en Dios. Así sale a relucir en las 12 reglas de Jordan Peterson y en “specter of the absurd sources and criticisms” de Donald A. Crosby. El caso es que el primero hace un uso ambiguo de basarse en Dios y confiar en Sus designios, pues el catolicismo se basaba en la kénosis, el vaciado de uno mismo para dejar entrar a Dios, en algo cercano al no-yo, al no centrar la vida desde la individualidad y el propio ego. Mientras que Peterson no parece basarse en la caridad, propia de tal dimensión y basada en el ágape o modo de amar basado en la piedad y el amor divino, mientras que al contrario ese es el mensaje de Donald A. Crosby.

Bajo esos aspectos la izquierda se ajusta más a los “designios” de la kénesis y el ágape y el capitalismo se ha “desviado” de tal propósito. Se basa en el fuerte y egoísta ego del alfa. Ambos conceptos son más propios del catolicismo que del protestantismo, en el que se basa las culturas anglosajonas. Visto así la Edad Media fue tan larga, y aparentemente sin avances, por el predominio del catolicismo, que frenaba las ansias de poder y enriquecimiento de sólo algunos, o por lo menos era menos aparente o que fuera la mentalidad de todos y cada uno de los humanos. Hoy la mentalidad es la del dinero y la del poder.

III
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a hipótesis de la dependencia de la ruta dice que “las decisiones que se le presentan a las personas dependen de decisiones o experiencias anteriores tomadas en el pasado”. Esto lleva a que existen momentos de este que son inflexiones… para el caso como escoger una de las bifurcaciones cuando se nos presentan dos caminos (que es el ejemplo que yo siempre he usado), en donde una vez tomado uno de tales caminos se crea un cambio mental o disposicional, por el cual nuestro cerebro es otro. En ese caso ya no podremos saber cómo hubiera sido nuestra vida o yo de haber tomado el otro camino y sólo lo podemos suponer. ¿Qué entra en juego?, una “elección” y un cambio de mentalidad.

Esta regla se aplica igualmente a los grupos, culturas y países, y por ello a la historia. Porqué a los países europeo-latinos parece irles de distinta manera, durante las actuales y constantes crisis sociales y económicas. Ya he alegado en otro lado que proviene de la mentalidad de los pueblos del norte de Europa con respecto a los del sur, con respecto a las horas de sol y por ello una mejor disponibilidad de los alimentos. Aunque Europa se unificó a través del cristianismo, los pueblos de norte no se sentían plenamente identificados con la mentalidad católica. Lo curioso es que ese “prurito” en sus cerebros se adaptara no a la razón, si no la mentalidad de cada época y sus sistemas de creencias. Esto nos dice la Wikipedia“los teólogos de la reforma, como Martín Lutero, centraron sus reflexiones en el papel dominante que la humanidad tenía sobre toda la creación en el Jardín del Edén antes de la caída del hombre. El Imago Dei (a imagen de Dios), según Lutero, era la existencia perfecta del hombre y la mujer en el jardín: todo conocimiento, sabiduría y justicia, y con dominio pacífico y autoritario sobre todas las cosas creadas a perpetuidad. Lutero rompe con el entendimiento ampliamente aceptado de Agustín de Hipona de que la imagen de Dios en el hombre es interna; se muestra en la trinidad de la memoria, el intelecto y la voluntad.”

¿Qué tenemos? Para el catolicismo, el comer del árbol del bien y del mal, significó una rotura o cambio mental que era el que tenían que restituir. La metáfora del Paraíso perdido era la idea de un cambio de mentalidad, tal como lo establece la hipótesis de la dependencia de la ruta. En ese caso, es cada humano el que tiene que restituir el estado que hubiera en el jardín del Edén, cambiar su mentalidad a aquella que perdimos. Sin embargo para el protestantismo no es un problema de la mentalidad, o desde dentro, sino que de lo que se trataba era en hacer que la vida social fuera lo más igual a como era en el Jardín del Edén. Siendo reduccionistas, para el cristianismo ese cambio de mentalidad pasaba por la piedad, por el sentir, mientras que para el protestantismo, y teniendo que operar sobre lo real, sobre lo social, para cambiarlo, tal proceso pasaba por la voluntad, por el hacer.

IV
¿Se comprende ahora mejor la situación actual? Inglaterra, bajo tal mentalidad del hacer y la voluntad, dominaron el mundo, poder que más tarde y ahora lo tiene Estados Unidos, fundados o fundamentados por la mentalidad inglesa y protestante. De nuevo siendo reduccionistas… ¿creemos honestamente que los protestantes “acertaron” al “escoger” el camino que tomaron? Vamos hacia una sociedad individualista y sociopática. Sí, hay un Paraíso en la Tierra, pero sólo pueden entrar los ricos y si uno toma ese camino. Por lógica no todos podemos tener el mismo nivel, luego se cae en la estratificación social y la existencia de la pobreza. Nos estamos vaciando de alma, del sentir, de la empatía, en donde todos ellos implican de fondo basar la vida en la piedad, en que todo humano, por el mero hecho de estar vivo, merece una vida digna, y merece ser tomado dentro de lo humano, del grupo.

Bajo estos supuestos no sé si Jordan Peterson es protestante, pues por lo menos en su forma de operar en el mundo, y tal como articula su vida y sus ideas, es más propia de los protestantes. Mientras que Donald A. Crosby parece ser o conducirse bajo la mentalidad católica.

Nietzsche, no sé si siendo consciente o no, no atacó exactamente al cristianismo, sino al catolicismo, y por ello validaba el trasfondo protestante de operar a través de la voluntad en el mundo. Su mentalidad, si bien no exenta de ser malinterpretada, dio como “resultado” el nazismo, que donde tomó más fuerza fue en un país protestante. Sí, también se dio en Italia, pero su papel al final fue demasiado débil y sin consecuencias.

¿Es coincidencia que según un estudio en 2017, España fuese el segundo país, sólo después de Rusia (en realidad el primero en negatividad), en creer que la influencia estadounidense en el mundo sea negativa? España era el Imperio “al que le tocó” luchar contra la implantación y expansión del protestantismo, en sus primeros pasos, bajo los dictados del Papa. De nuevo nos encontramos con una “mentalidad” “subterránea” de nuestra cultura, que no vemos, pero que puede estar “ahí”, en el inconsciente colectivo, a modo de mentalidad de una cultura.



V
R
ecordar que soy “artista” y este escrito sólo es un boceto. La principal característica de este es captar la esencia o alma de lo que se quiere retratar. El protestantismo se expande poco a poco por Latinoamérica, pues cala más, es más práctico y seguro, la idea de alcanzar el Jardín del Edén en la tierra, pues Estados Unidos puede (parecer) que dé esa imagen de sociedad de la opulencia. El humano tiene un doble mensaje en su cerebro evolutivo: por un lado puede ser espiritual, pero por otro ha de ser práctico. El cristianismo tuvo “éxito” porque era “más fácil” alcanzar el cielo que bajo otras creencias. Los vikingos, por ejemplo, tenían que morir en batalla para alcanzar el Valhalla. ¿Os habéis preguntado por qué cala tan hondo que Jesucristo se le tenga presente como el “niño Jesús”? Todos sentimos que no hay ser más inocente y puro que un niño, a la que la vida social aún lo le ha “manchado” con su marca. El cristianismo tuvo igualmente éxito porque al Jesucristo, ya adulto, lo analizamos desde su posición inocente de niño. Matar a Jesucristo era como matar a un niño (que a la vez remite a la forma de sacrificio más profundo que pueda hacer un humano por Dios), matar lo más inocente que pueda haber en lo humano. Aquello que creemos haber perdido al morder de la manzana del Árbol prohibido. Ver y sentir la desnudez, en este caso, era percibirnos como capaces de hacer el mal. “Creo” en los arquetipos porque el cristianismo fue posible en la medida que trató de encajar en todos los arquetipos existentes, encaminado a que su éxito se hiciera posible. Como sea, en ese caso el protestantismo tiene más “éxito” que el resto de las creencias, luego… En el mapa de riquezas de 2014, los pueblos del norte de Europa y origen anglicano son los que tienen más riqueza. Rusia, y su Iglesia ortodoxa, se acercan más al catolicismo.

VI
C
onclusiones y moraleja. Creemos tender al ateísmo, haber dejado a Dios de lado, pero en el fondo cada país y cultura tiene una mentalidad arraigada a ese doble camino que tomó la humanidad al llegar al Protestantismo. Que a la vez nos remite a algo tan básico como que una tierra fuera difícil de trabajar o no, dependiendo a la vez de la latitud y por ello de las horas de sol y la dureza de sus inviernos (ya tratado en otro escrito). ¿No es todo demasiado determinista? Lo peor de todo es que uno en vida no puede cambiar la dirección del rumbo de la historia, pues implicaría que toda una cultura dada cambiase al cien por cien, y casi de un día para otro. Por el contrario, cada momento histórico, cada generación, solo es un único movimiento de una de las piezas en un tablero de ajedrez, donde además se tiene que tener en cuenta la pieza que mueva el contrincante. Somos acción y reacción. Algo muy distinto de un propósito. Este de ser así y en plenitud, sólo sería una meta con pequeñas dificultades. Por el contrario, al haber dos propósitos, cada movimiento en el tablero depende del estado de ventaja o desventaja en el juego de cada uno de los jugadores. En el ajedrez se sabe que no es lo mismo jugar a la ofensiva que a la defensiva. El que tiene la ventaja no la quiere perder, ese es su propósito. El que juega a la defensiva, trata de voltear la situación, a la vez que trata de evitar perder. El capitalismo nos dice que hay que estar de su lado para jugar a la ofensiva, ese es el mensaje de Jordan Peterson y las derechas, por eso el protestantismo va ganando terreno, pero… ¿no pierde la humanidad si vencen los que ahora tienen ventaja en el juego?, ese es el mensaje de Noam Chomsky y las izquierdas.

Yo nunca he querido jugar. La vida no merece la pena si para ganar, alguien tiene que perder. Yo quiero que nos salvemos todos y que la humanidad sólo tenga un propósito. El capitalismo ha fracasado porque nos está llevando a un callejón sin salida (calentamiento global, agotamiento de los recursos, explotación de la naturaleza, sociedad individualista y sociopática). El único propósito que cabe ahora es salvar al planeta, para salvarnos a nosotros mismos.

No sé cómo lo ves tú, pero pareces un “apóstol” del cristianismo, que a la vez lucha contra el avance del protestantismo. Además, demonizas al capital, a la derecha y al protestantismo.

No. Es la lucha de una mentalidad que está terminando de fracasar, por sus propias contradicciones internas, frente a la única viable y humana. Yo no quiero ver un solo mendigo en la calle. Que esté en la calle no es un fracaso suyo, sino de la humanidad. No quiero pensar en toda la comida que la gente ha tirado a la basura mientras otras pasan por carencias, ni quiero pensar en la especulación de la vivienda, habiendo tantas que están vacías, mientras otros luchan y trabajan como “esclavos temporales” por tratar de pagar unos alquileres que cuestan el equivalente de trabajar veinte de esos pesarosos días. Pensar en la vida crea amargura…, duele. No pensarla es jugar a la defensiva, asumir la propia derrota, la humanidad al completo, su clase trabajadora, padece de indefensión aprendida; dejamos que el contrincante en el juego avance y nos termine por vencer, aunque tal cuestión signifique acabar con el actual equilibrio del planeta y su vida.


Pensamiento que no sé encajar en otro escrito. El imperialismo cultural está incluso en tu teclado. En el castellano las reglas del comillado es como sigue: el signo establecido para cerrar y abrir son «prueba», y si hay que entrecomillar algo internamente es “prueba” y si hay algo entrecomillado dentro es con ‘prueba’. O sea: «Esto es una prueba, “lo que tú digas, pero el ‘alcanfor’ no encaja aquí”; que ha sido una tontería». El caso es que en el teclado no existe una forma de hacer el entrecomillado de «...» de manera fácil, y el que sí está es la doble comilla “...”


Bueno, otra idea más. Cuando se pone a la mujer como la “culpable” del devenir humano, como Eva en las religiones hebraicas, o Pandora en la griega, que “fue la primera mujer humana creada por Hefesto (señor del inframundo, fijarse lo cercano de tentada por el mal de la hebraica), siguiendo las instrucciones de Zeus”. Pienso que nos remite a su “necesidad” de tener una vida segura (sin privaciones y mejor con abundancia) para traer sus hijos a la vida, y dado el estado indefenso en el que nacemos (encontré el concepto científico para esto, se llama altricialidad, ¡como para recordarlo!). Por lo tanto no se “culpa” a la mujer (agente), sino a la maternidad (su consecuente), pero dado que el consecuente es dado un agente, esa es tomada como lo femenino o la mujer.

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