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Temas principales: Crítica social, Condición humana.
La Voluntad de Poder como Ímpetu
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“En la medida que se ha inventado esa mentira que es el mundo ideal, se le ha quitado a la realidad su valor, su sentido y su veracidad.” Nietzsche
Ala mañana siguiente del anterior escrito, me desperté con la palabra ímpetu rondándome la cabeza, como sustitutoria o más correcta que voluntad, en el lenguaje de Nietzsche y en el concepto de voluntad de poder. Es un rasgo del carácter que entra dentro de los afectos positivos. A la vez es paralelo con el de entusiasmo, y donde ambos pueden asociarse, como es el caso del concepto de voluntad antiguo, a pasión, motivación y deseo. Sobre el entusiasmo, esto nos dice la Wikipedia: “la palabra se origina del griego ἐνθουσιασμός de ἐν y θεός y οὐσία , que significa “poseído por [la] esencia de un dios”, aplicado por los griegos a las manifestaciones de posesión divina, por Apolo (como en el caso de Pythia ), o por Dionisio (como en el caso de las bacantes y ménades). El término entusiasmo también se usó en un sentido transferido o figurado”. Esta dirección argumental sería del agrado de Nietzsche, ya que en su lado más hedónico implica a lo Dionisíaco, y se une a su concepto de amar la vida. ¿No asombra que llevemos cerca de diez mil años de civilización y aún andemos tan a ciegas con los términos y cómo definir los rasgos que nos hacen humanos o que incluso expliquen la vida? Ímpetu a la vez se puede asociar como algo necesario para el coraje, en donde en su núcleo está la palabra corazón. Antes de saber de la importancia del cerebro, tanto el corazón como el estómago eran las dos principales fuentes para saber de las emociones y la personalidad o carácter de una persona. Esto se daba porque eran las dos principales fuentes de lo que uno sentía. El asco o el miedo repercuten en el estómago; la incertidumbre, la tristeza, el ansia y el miedo repercuten en el ritmo de los latidos del corazón. En algunas culturas el alma se encuentra en el estómago o abdomen, siendo el corazón el “motor” del alma. Para la cultura japonesa el centro del equilibrio entre el corazón (instinto) y lo intelectivo, y por ello lo emocional, está en el abdomen.
Durante la domesticación, en las sucesivas selecciones que tiene que hacer un ganadero para buscar “el animal” o esencia que quiere de una especie, nos encontramos que en España, sur de Francia y Portugal — y más tarde en latinoamérica— es lo que se ha estado haciendo con el toro de lidia para “encontrar” la bravura (extraño que ni siquiera en la Wikipedia de España exista una entrada sobre la bravura). Tal concepto no es una energía bruta, salvaje y ciega. Tampoco se puede reducir al componente físico de energía, fuerza y resistencia. La capacidad de no retroceder ante nada o atacarlo es lo que ha de imperar (en este caso es sinónimo de determinación). De esto último la Wikipedia —y hay que fijarse que de nuevo nos lleva a los componentes fisiológicos y a cierto equilibrio afectivo centrado y fluido de las filosofías orientales— nos dice:
“Los investigadores asocian el esfuerzo (tendencia a la acción) con el desafío y la determinación; por lo tanto, un individuo desafiado/determinado debe experimentar una excitación fisiológica que refleja esfuerzo. Al centrarse en el sistema nervioso simpático (SNS), la presión arterial sistólica (SBP) se puede utilizar para medir la activación que posteriormente indica un mayor esfuerzo. Esto significa que las personas que se inician en una tarea desafiante experimentarán un aumento en el PAS cuando se determinen para completar dicha tarea. Además, este aumento del gasto cardíaco se combina con una menor resistencia periférica total; es decir, mientras el corazón bombea más rápido, la vasculatura se relaja. Este hallazgo muestra una distinción importante entre la reacción fisiológica de un individuo motivado por un desafío y uno motivado por la amenaza o el miedo. Por último, parece que hay un patrón fisiológico específico asociado con la determinación. La identificación de dicho patrón es valiosa ya que puede usarse en investigaciones dirigidas a obtener y estudiar los antecedentes y las consecuencias de esta emoción positiva común.”
Pero la bravura nace del ímpetu, de energía en potencia que tiene el animal, o sea la bravura es el equivalente a la suma del ímpetu y el coraje o valor. En física ímpetu está definido por la ley de la cantidad del movimiento, momentum o movimiento lineal, que “se define como el producto de la masa del cuerpo y su velocidad en un instante específico”, fuerza a la vez que se va a transferir al empujar a otro objeto. En la lidia tal fuerza de empuje es la que percibe el rejoneador cuando el toro arremete contra el caballo, y en ese caso “castigarlo” con la puya para restarle fuerza o ímpetu (aviso que no me gustan los toros, sólo que nací en la época franquista y la lidia nos la metieron en los “huesos”). Fijarse que el toro vuelve una y otra vez contra el caballo, ignorando el dolor que le causa la pulla que le entra en lo alto del lomo. Un humano de hoy no lo haría, ¿sí lo haría ante sus presas con cornamenta hace cincuenta mil años?, ya en Europa. Esto viene a cuento por el hecho de que la seguridad que tenga el macho alfa, su ímpetu y coraje, es con lo que se “alimenta” el resto de la manada cuando se da un ataque. En las guerras no modernas ese papel lo hacía el rey o comandante, y si este se retiraba o moría, era muy posible que el resto del ejército entrara en pánico y huyese. A la vez, y en la actualidad, ese ímpetu y entusiasmo es el que tiene que desprender un influencer (agente de influencia) o los maestros de la actual tendencia del coaching (motivadores, entrenamiento personal por medio de un maestro, coach). El colmo de esto último es que hay coaching para ser coach de coaching, en donde en todos los casos hay que mostrar ímpetu y entusiasmo. Volvemos al tema y dualidad de la máscara y lo auténtico. Tales potencialidades han de ser naturales, no “trabajadas”. La bravura de un toro no puede ser máscara, como tampoco el coraje. El carismao magnetismo personal no se puede "crear": se tiene o no se tiene. Los YouTubers han de mostrar ímpetu, entusiasmo, pero son impostados, y en un juego de retroalimentación con el resto, en el sistema, tienden a lo supranormal, a lo caricaturesco, a lo exagerado. En el coaching se ve la desmedida de la razón, pues basta parecer que se tiene ímpetu y entusiasmo para ser un “buen” maestro o motivador.
Fijarse, volviendo al tema central, que además existe el concepto de coraje moral, que se define como “el coraje para actuar por razones morales a pesar del riesgo de consecuencias adversas”. Esto une las dos capacidades que se esperan de un macho alfa chimpancé, si bien hay que sustituir lo moral por “lo correcto”. Una línea argumental que siempre he tratado de seguir es si héroe proviene de primitivo, en tanto que no civilizado o mediado por la razón, en no detenerse a pensar, si no actuar movido por ese equilibrio de ímpetu y saber que está haciendo lo correcto. En ese caso bravura y héroe se unen en un común: aquel que tiene ímpetu (la fuerza mental necesaria), arrojo (coraje) y coraje moral. Posiblemente con esta línea argumentativa no estaría de acuerdo Nietzsche, pues la he vuelto bastante “moral” o con moralina. El caballero de la edad media tenía que portar esa totalidad que yo he plasmado. Héroes modernos como John McClane, el personaje de las películas “die hard” (duro de matar, la jungla de cristal), se mueve por ese ímpetu y coraje, no exento de coraje moral; mata, sí, pero sabe que lo hace por la justicia. Ese ímpetu también se encuentra en los animales; en la película “Togo“, basada en un hecho real de un husky siberiano, nos está hablando de esa misma fuerza innata propia de la vida. Bajo mi punto de vista nace en una baja proporción, quizás una de cada veinte personas, pues estos tipos de rasgos son de los alfas, y la evolución media y optimiza su número para el mando de un grupo pequeño: el perro que va a la cabeza en el equipo de un trineo es el alfa del grupo, él es el ímpetu que el resto ha de seguir. Sin querer alargarme, que puede que sólo lo esté enredando, quizás voluntad de poder se pueda traducir a ímpetu expansivo en mi lenguaje. Yo por lo menos lo entiendo mejor, quizás toda esta confusión se deba a un problema de las culturas y los idiomas, y puede que los alemanes tengan más claro qué quiere decir voluntad de poder, y sin sentir que es demasiado abstracto y ambiguo.
~ Will como modalidad en inglés de ser una frase que implique mucha asertividad ~
Volviendo al tema de si el humano se está debilitando o no. ¿No ha perdido el humano moderno ese ímpetu natural y al quererlo sustituir por medios racionales no lo consigue? Nos falta ímpetu, coraje, y nos van venciendo los miedos difusos e indeterminados. Esa es mi propuesta y la de Nietzsche, solo que diferimos en nuestras conclusiones. La mía es que tiene un doble factor evolutivo y social. Yo, como otros tantos, puedo tener ímpetu, pero no quiero desarrollarlo en las sociedades modernas, pues no me motivan las finalidades y la mentalidad del capitalismo bajo el que vivimos.
Hay que percatarse, por último y enlazando con la idea de las culturas, que este escrito no hubiera sido posible, sin mi cultura española y la existencia del toro de lidia.
Última reflexión del escrito. El concepto de voluntad de poder, al ser tan abstracto y ambiguo, llama al hemisferio derecho del cerebro, al pensamiento mágico, pues ambos buscan respuestas simbólicas y no racionales. La risa de un niño se siente, no se explica. Nietzsche, en contra de la "verdad" y la razón, no quería explicar sus conceptos, si no, y quizás, que los sintiésemos. Sin embargo yo, en este escrito y los previos, al "desnudar" tal concepto y hacer llamada al hemisferio izquierdo del lector, y por ello a la razón, he hecho que pierda su "esencia". Esto es algo nuclear para entender mi “filosofía”, que la razón “mata” las esencias, a lo simbólico, no para mejor, sino destruyendo algo, que ya no podrá volver a reparar o sustituir con nada. Si como repitió Nietzsche :”Dios a muerto“, y por aquello que dicen en la película The nines: “es actor, si nadie lo mira no existe”, la razón no puede Sustituirlo con la ciencia. La muerte de Dios, en última instancia, quiere decir que la vida, que el propio universo, carecen de significado. Nietzsche, siempre tan vital, quiso sustituir a Dios, y por lo tanto las religiones, con su concepto del Eterno retorno.
Paradigma narrativo (Hemisferio derecho)
Paradigma del mundo racional (H. izquierdo)
1. Los humanos son narradores de historias.
1. Los humanos son racionales.
2. La toma de decisiones y la comunicación se basan en “buenas razones”.
2. La toma de decisiones se basa en argumentos.
3. Las buenas razones están determinadas por cuestiones de historia, biografía, cultura y carácter.
3. Los argumentos se adhieren a criterios específicos de solidez y lógica.
4. La racionalidad se basa en la conciencia de las personas sobre la consistencia interna y el parecido con la experiencia vivida.
4. La racionalidad se basa en la calidad de la evidencia y los procesos formales de razonamiento.
5. Experimentamos un mundo lleno de historias, y debemos elegir entre ellas.
5. El mundo puede entenderse como una serie de relaciones lógicas que se descubren a través del razonamiento.
◄ Anterior Menú Principal R evisado en junio de 2022 (me di cuenta que entraban muchas personas, quizás para ver si lo había arreglado…, soy sensible de percatarme que algo pueda ir mal con tales señales). Había dejado de funcionar casi el 100% de los enlaces, tanto de la página como de la gráfica a descargar. Llevo dos días cambiando todos los link’s, y revisándolos o buscando mejores traducciones —y nuevos enlaces a los que dejaron de funcionar, los cuales no existen en la Wikipedia. A la vez me ha tocado revisar el gráfico principal, así como poner todos los enlaces correctos en el nuevo archivo PDF. ¡De locos!, como ha sido un trabajo tedioso y repetitivo, no puedo estar seguro al cien por cien que no se me haya colado algún que otro error. (Encontré esta página donde ha llevado más lejos la idea original) ( E l presente trabajo no es mío. Es mérito y es el esfuerzo de Buster Benson y es simplemente la traducción de la ...
Menú Principal Siguiente ► E sta entrada es para dejar el índice de lo que debería ser el formato del libro: "Lo que Es y lo que (a)Parece". Como digo en la versión preliminar de la introducción, es bastante ilegítimo, pues seguía una línea argumental en un blog, en donde de repente le di un título a lo que vendría después, sin analizar demasiado si tenía sentido ese corte y dónde lo había hecho; dejando incluso una primera parte de unos de los temas fuera del libro. De igual forma entremedias escribía otras cosas, sin tener en claro si formaban parte del libro. Esos escritos son los que están intercalados con flechas en el índice. En el epílogo y los cinco escritos siguientes hay otra desfasada: posiblemente sean igual de largos que el resto de los escritos, pues fui añadiendo más y más temas colindantes que cerrasen y concluyesen todo lo expuesto. Por otro lado quise revisar todo el escrito y pasarlo al nuevo blog, pero al fina...
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