Estoy Jodido (Etimología)


"El problema hoy es que todos están tratando de complacer a todo el pueblo y  a todos al mismo tiempo, y se obtiene comida de bebé. Se puede vivir de comida de bebé, pero es muy aburrido." 
Lloyd Kaufman
"Lo único que salvará a la humanidad es la cooperación." 
Bertrand Russell


El núcleo central de este escrito emergió en mi mente mientras redactaba “La incertidumbre de la razón III“, con fecha del trece de marzo, pero dado sobre lo que trataba decidí no incluirlo. Pensé en ello el día siguiente, en la dirección de si era necesario escribirlo, como un párrafo más tras la frase: “la voluntad de poder se vuelve así en un promotor de las estructuras masculinas contra las femeninas”, pero dada su naturaleza opté por abandonar la idea, pues tanto sus conclusiones, como el lenguaje a usar, eran demasiado fuertes y herirían una gran cantidad de sensibilidades.
Ya que tú no te atreves lo tendré que hacer yo. ¿Por qué va a haber temas que sí son filosóficos, frente a otros que no lo son o puedan serlo? La filosofía trata sobre hacer preguntas, que en muchos casos, son susceptibles de ser incómodas, o cuanto menos no agradables. Algunas incluso serán antipáticas y desagradables. Pero dejémonos de rodeos y vayamos al tema.
Este escrito contiene lenguaje obsceno y malsonante, y tratará de temas del sexo. Si alguien cree que no es un tema del que hablar o leer, puede cerrar esta página del navegador.
Cuando una persona está en alguna posición negativa, puede usar el verbo joder como sinónimo de fastidiado o mal. En el caso de estar mal de la salud se puede decir “estoy jodido”, lo mismo para si se tiene poco dinero, se atraviesa una situación muy mala con la pareja los amigos o la familia, se vive en la precariedad, el puesto de trabajo pende de un hilo, etc. Lo primero que hay que tener en cuenta con respecto al lenguaje malsonante, es que es una convención social. Alguien ateo, en soledad, puede usarlo sin límites y no ocurrirá nada. Es lo mismo que una ventosidad, en sí misma sólo es algo fisiológico, se les acepta a los bebés y a los enfermos en ciertas situaciones, pero está reglado en la sociedad que ni uno ni otro se “usen” en público. Tal regla la estipula el sistema ejecutivo, que en el caso de la ventosidad tiene la capacidad de controlar, en alguna medida, ciertas partes del cuerpo. En este proceso el lenguaje malsonante se suele dar cuando una persona quiere romper intencionadamente las reglas sociales, en muchos casos para herir a alguien al que está interpelando, o a la sociedad y sus reglas en abstracto y en su conjunto. En este proceso funciona como regulador de las emociones negativas, como los son el miedo o la ira, ya que al parecer neutraliza la alta carga de cortisol. En experimentos donde a los sujetos se les da pequeñas descargas eléctricas, se ha comprobado que la sensación de dolor, y el estrés de la espera a la siguiente descarga, son menores si durante dichas descargas se dicen palabrotas, y que además el dolor será menor cuanto más blasfemas sean. El lloro tiene la misma función. Gritar lo más fuerte que se pueda cuando se va a la naturaleza es un nuevo mecanismo con el mismo fin. Esta estructura de la blasfemia pone en jaque que pueda ser un mandato divino el evitarlas, pues es un mecanismo más que al final el cerebro ha encontrado para equilibrar la homeostasis. Un caso paradigmático es el síndrome de Tourette, por el cual ciertas personas que suelen tender al nerviosismo y la ansiedad social, usan el lenguaje malsonante (coprolalia), para liberar su tensión interna.
Volviendo al tema del escrito, a lo que quiero llegar es que el uso más común del verbo joder, y como sinónimo de fastidiado o fastidiar, es a través del verbo pronominal, en los casos que se hace uso de la voz gramatical, en donde el verbo toma la forma de agente o de paciente. Para ser más claro, y dentro de la idea de usar el verbo joder como sinónimo de fastidiar o perjudicar, en “te voy a joder”, el hablante hace de agente o activo sobre otra persona, mientras que en “me han jodido” la voz gramatical del hablante es como paciente, o pasivo de la acción. En todos los casos hay un agente activo que es el que jode y un pasivo que va a ser jodido. No hay ninguna manera de decir “me han jodido” que pueda ser entendido como positivo. Joder, así, implica que alguien tiene y hace uso de algún tipo de poder sobre otra persona, donde esta no tiene la capacidad de escapar o salir de ese juego de poder. O sea, si he vencido a un contrincante no se puede usar “me ha jodido” para declarar la victoria: la posición pasiva o paciente siempre supone una derrota o quedar por debajo del contrincante o agente de la acción. Porqué usamos tal verbo, que proviene del acto sexual, como sinónimo de fastidiar o perjudicar, y más teniendo en cuenta que bajo el esencialismo de género, la parte pasiva es la femenina (la que es follada), mientras que la masculina es la activa (la que folla). El feminismo en su naifinición puede argumentar que proviene del lenguaje patriarcal, el falocentrismo (falogocentrismo en Derridamonismo fálico para Chasseguet-Smirgel). Veamos si es así.
En la naturaleza hay varios tipos de reproducción y dentro de la sexuales hay varios tipos de apuestas, pero la de más éxito, o que haya dado el tipo de vida que uno puede reconocer con facilidad como muy evolucionada, es la del macho y la hembra. De nuevo hay varias estrategias para la fecundación, como es el depositar los huevos en el lecho del mar y que el macho los fecunde, pero el de más éxito, sobre todo ya en tierra donde tal sistema ya no es viable, es el que la hembra tenga los huevos en su interior y el macho los fecunde. De nuevo se dan varias estrategias para llevar a cabo este fin, pero el más reconocible es aquel en donde el macho tiene algún tipo de apéndice, pene, que entre dentro de una concavidad femenina, vagina, donde la fecundación se lleve a cabo. En este tipo de apuesta la hembra ha de estar lo más quieta posible y es el macho el que lleva a cabo tal acción. Esto se da sobre todo entre los animales cuadrúpedos, en donde en tal posición el macho tiene que montar a las hembras, que permanecerán lo más quietas posibles. Entre los primates, aun pudiendo ponerse en otras posiciones, optan por la postura desde atrás, como así lo hacen los cuadrúpedos, excepto los bonobos y los humanos. La evolución ante esta premisa pone los medios. Cuando activa la masculinización del nonato, entre uno de sus comportamiento se encontrará el movimiento o empuje pélvico. Tanto en los humanos como en otras especies, ciertas hembras, y sólo en algunos casos, tienen dicho movimiento si tienden a la homosexualidad, pues en las hembras “por defecto” se activa la posición de lordosis, de presentar los genitales, en donde el ejemplo más familiar es el de las gatas. Las mujeres son mejores haciendo el "perreo" (twerking), que no es otra cosa que la posición de lordosis con danza. Quien haya visto pornografía, donde las mujeres se ponen un cinturón con pene, notaran que sus movimientos son algo fallidos, o no iguales a los de los hombres, pues en este es un movimiento instintivo.



Tenemos así que hay una parte pasiva y otra activa, que es el germen que ha creado el esencialismo de género y que es el que ha creado la variante del verbo joder como sinónimo de fastidiar o perjudicar, en tanto que un agente que jode y otro que es el jodido. ¿Por qué es el macho el que tuvo que desarrollar, evolutivamente hablando, un “apéndice” y no la hembra? Puede que en alguna otra galaxia o universo, sean las hembras las que lo tengan, en cuyo caso estarán provistos de algún mecanismo de succión, al modo de una aspiradora, como para hacer que el esperma del macho entre en sus cuerpos. Pero en esta extraña explicación encontramos un por qué. La evolución suele recurrir al sistema más fácil y económico, aplica la parsimonia o navaja de Occam. Tal sistema de un apéndice en la hembra, con capacidades de succionar, implicaría una mecánica más compleja que la que se da en la tierra, en donde el macho tiene tal apéndice y simplemente deja salir el líquido seminal, o este sale expulsado con fuerza, en subsiguientes animales más complejos. Esta primera bifurcación evolutiva empezó a crear cambios en cadena, en donde todo macho quería/debía fecundar a todas las hembras que pudiese, y las hembras tenían que ser la selectivas, dado el coste que implicaba la gestación y más adelante la crianza unilateral (llevada a cabo sólo por las hembras), con sus consiguientes exponenciaciones en los conceptos que van emergiendo por el camino. En el coral, si este hablase, no podrían hacer uso de “me han jodido” o “te he jodido”, como sinónimo de fastidio o perjuicio, pues sueltan las huevas al mar y ahí se acabó su coste, ni tal verbo, ni tal uso de la voz gramatical (agente/paciente, activo/pasivo) tendrían sentido. Visto así y contra la hipótesis de Sapir-Whorf, el cerebro y sus comportamientos crean el lenguaje a usar, y no al revés.

La solución sobre naturaleza versus sociedad, a la hora de construir un ser humano y para resolver o encajar en qué posición hay que tener la hipótesis de Sapir-Whorf, y según la metáfora expuesta en el escrito anterior sobre dos tuneladoras que crean un túnel desde los dos lados de una montaña, y que construyen a la vez a una persona, una desde las primitivas, los instintos y las emociones, y una segunda desde lo social, lo que descubrieron Sapir-Whorf es que lo social construye o es la tuneladora desde ese lado y por lo tanto la que crea la identidad narrativa o mentalidad de una persona, cultura, país y/o época, que en nada toca o repercute en la identidad profunda. Tal identidad es el yo y el superyó, en la teoría psicoanalítica, mientras que la que tiene más fuerza o vigencia, sobre todo si tal persona ha pasado por traumas o tiene un tipo de identidad no aceptada en lo social, es la identidad profunda. Sería equivalente a un árbol: un jardinero puede dar forma al tronco y a las ramas, pero no así a las raíces, que crecerán y se expandirán sin ningún orden o criterio. Esta teoría se entronca con la teoría sobre la historia, donde según Carlyle se construye desde arriba: “la historia del mundo no es más que la biografía de grandes hombres”, o desde abajo, desde el pueblo, donde este segundo es lo inconsciente o las raíces. Para agotar todas las posibilidades, un idioma lo puede tratar de reglar una academia (razón), como así sucede en España, pero el lenguaje es demasiado profundo y caótico, y al final lo “construye” el pueblo o la masa (inconsciente; como ejemplo, estos neologismos se han creado a partir de la cuarentena del  Covid-19: covidiota, balconazis, cuarenpena…) A nivel coloquial cuando decimos que alguien (o incluso una película) es superficial o que no tiene ninguna profundidad, queremos decir, que es una persona donde lo que prima es su identidad narrativa, y en donde la identidad profunda se alinea (¿aliena?) a esa exterioridad. Es una persona WYSIWYIT: lo que ves es lo que es —no hay más, no hay profundidad—, enlazando con el concepto informático de WYSIWYG (lo que ves es lo que obtienes). Huelga decir que tal tipo de persona nos puede dar seguridad, pero nos aburre. Toda persona interesante ha de tener profundidad. Ha de estar cicatrizada con profundos e inagotables conflictos. Lo que digo no es muy distinto a lo que dijera Dostoyevski sobre que todas las familias felices se parecen. De cualquier forma, por la dinámica tan caótica de las sociedades modernas, casi toda persona termina por ser compleja, y con un inconsciente y pasado lleno de tropiezos y errores, que a la fuerza lo enriquecerán.
Con todo, tal uso extendido del verbo joder lo puede hacer un hombre o una mujer, pero en tanto que uno de ellos ejerce algún tipo de poder sobre el otro. Lo que hay que tener en cuenta es que es un lenguaje que implica el concepto de poder. En otro caso se usa el concepto de “dar por el culo”, e igualmente existe el gesto con el dedo índice o el corte de manga con o sin dedo. Esta dirección semiótica se tomó por el hecho que un hombre podía joder/perjudicar a otro hombre, o una mujer a hombres y a mujeres. El tema, y puesto que la base del cerebro es la analogía y la metáfora, fue trasladar la parte activa del cuerpo que perjudicaba (penetraba, acometía la acción) a otra parte del cuerpo del perjudicado (penetrado, pasivo en la acción), con algo análogo al pene y la vagina, el apéndice y el agujero, que en este caso es uno de los dedos (en donde el más extendido en la actualidad es el dedo medio, y en contraste con que en algunas culturas sea el pulgar) y en donde el agujero es el ano. En la acción literal de dar por el culo como violación, de nuevo, el hombre se lo puede hacer a otro hombre o a una mujer, pero esta ultima no, a no ser que se valga de algún aparato. Como si ya no fuese de por sí todo el tema conflictivo, lo voy a llevar aún más lejos. Si afirmo que el capitalismo es esencialmente masculino, a primera vista sonará horrible, pero veamos porqué se puede decir algo así.

El fundamento de todo esto es que la vida se define, también, por la membrana de lípidos, que además pueden tener una pared celular para una mayor protección, que es lo que le da unos límites a su identidad: lo que está dentro es Ser y lo externo es otredad, susceptible de dañar o alterar la propia vida si tiene alguna forma de hacerlo. Nosotros no estamos luchando contra el coronavirus, es una guerra antigua entre las células y los virus que durará eternamente, y en donde el segundo necesita de las primeras para multiplicarse, para reproducirse (célula femenino, virus masculino, no sé si es por casualidad o por causalidad). Aunque la célula se haya aliado para crear seres multicelulares y al final animales complejos con un gran cerebro y cognición, como es el humano, el virus aún sigue ganando muchas batallas. En el acto sexual por medio de un pene, este entra dentro de el otro Ser, con lo que es tomado como una invasión a nivel muy primitivo, y altera la esencia de la hembra de ser la selectiva de quién ha de ser el que porte el material genético para su descendencia. Toda hembra en el reino animal, aún las que no tienen una gran inteligencia y por ello conciencia, si son violadas captan y sienten tal agresión como un acto invasivo.

El macho puede tener sexo con la parte “pasiva” (una mujer u otro hombre) de dos maneras, 1. por consentimiento o 2. por otras “artes”. Estas últimas se pueden dividir en dos: 1. por seducción, 2, por la fuerza. La diferencia del macho sobre la hembra es que esta no puede recurrir a la fuerza, y aquí está la clave de todo este entramado y el por qué el usar joder como sinónimo de perjudicar o fastidiar. Si una mujer recurre a la fuerza bruta el pene no se pondrá erecto y la hembra no podrá “hacer uso” de él. Estoy hablando de fuerza bruta extrema, como la que pueda ejercer un hombre en una violación, no de escarceos de esos que entre luchas amorosas se pueda llegar al acto sexual. Pongámonos drásticos en la dirección de hacer ver lo que quiero decir. Si un hombre secuestra a una mujer y la lleva a un sótano aislado, la puede atar e incluso cortar la mano con un hacha, y aún con todo la puede violar. Este mismo acto llevado por una mujer sobre un hombre no daría como resultado una violación. La erección del hombre depende de las condiciones. Si lo que está en juego es la supervivencia, entra en juego el sistema nervioso simpático que inhibe las erecciones. El único camino que tiene la mujer para obtener el semen del hombre, es la seducción. En cierta película, de la que no recuerdo el nombre, puede que en Juego de tronos o Vikings, una mujer tiene atado a un hombre a una silla y excitándolo consigue una erección, para que de esta forma deposite en ella su semen sin su consentimiento. En todo caso no se puede hacer uso de la violencia, aunque tal acto ya es de por sí una violación. De cualquier manera lo que sale en claro en este párrafo es que hombre y mujer nos son simétricos, y con un mismo lenguaje y conceptos. Tanto en el consentimiento como en la seducción los dos sexos son simétricos, pero el hombre es el único que puede tener sexo por la fuerza. A la mujer se le puede joder de cualquier modo, tres posibilidades; al hombre sólo por seducción o consentimiento, luego en ese tres a dos el hombre tiene un poder sobre la hembra y es por lo que se puede hacer uso del lenguaje del verbo joder, como perjuicio, y en tanto que uno pasivo y otro activo. De esta manera joder a otro o que te jodan, claramente no se refiere a que exista un (con)sentimiento mutuo, sino que sobre uno, y a través o bien de la seducción o bien a través de la violencia, aquel que tenga un poder, ya sea innato o coyuntural (en la situación), lo ejerza sobre ti, en donde en ese caso tal persona se posicionará en el rol activo o incluso sádico, mientras uno mismo caerá en el rol pasivo y de sumisión, ya sea o no de manera masoquista.
Volviendo a la afirmación de que el capitalismo es esencialmente masculino, quiere decir que su modo “normal” de operar es por medio de la seducción: que deseemos ser ricos, que queramos poseer bienes —fijarse en el uso de posesión tanto para el acto sexual como para los bienes o riquezas—, y en definitiva tener algún tipo de poder; pero además el capitalismo literalmente “jode” (viola, fastidia, perjudica) al que no quiera entrar en su juego de seducción. O dicho de forma más extendida: en la medida que una persona no quiera bienes o poder adquisitivo, será un perdedor del juego, y estará jodido en el sistema, pues sobre él ejercerán todas las personas poder.
No creo que tenga que redundar más en el tema, creo que está claro. El dilema del feminismo actual es que se está empezando a percatar de que la no-violencia no cambia el sistema, puesto que la estructura básica del sistema humano es el poder, no el patriarcado, sino el poder que ahora coyunturalmente lo tiene el hombre, y este siempre va a estar mediado entre “quién jode a quien”, y por ello quién tiene el poder sobre quién. Cuando yo afirmo que no existe la no-violencia me refiero a que lo que siempre está en juego en lo social es el poder. Cualquier tipo de poder: belleza, inteligencia, fuerza… y en donde los que tienen ese poder lo ejercen ya sea a sabiendas, o por que sea lo que se imponga en cada situación. Una persona guapa no tiene por qué tener la intención de ejercer poder, pero la dejarán más fácilmente entrar en un bar de moda con portero, que a otra que no tenga tal poder. Las personas poco agraciadas se podrán sentir heridas ante ellas, sin que esa sea la intención de tal persona. El feminismo se está volviendo chovinista, macarra, y se asocia la homosexualidad femenina con la amargura y la mala leche (se me ocurre la serie “Feel Good” como ejemplo, aunque no demasiado claro), porque en su fuero interno, en su empoderamiento, tratan de no caer en el papel pasivo de los verbos pronominales, y eso sólo puede encaminarse ejerciendo algo de poder sobre lo social. En definitiva, que si alguien tiene que ser el jodido, que sea otro y no uno mismo, y si eso pasa por joder al otro, pues se hace. “Antes tú que yo”,  “tonto el último”, “de puro bueno eres tonto”, y demás jerga y frases hechas similares nos hablan de esa estructura en la que consiste el poder dentro de lo humano. Esto me recuerda la conversación cínica que se da en la película Interview“—¿Qué tenemos en común? —No creemos en las relaciones. —Tienes razón, no hay igualdad. Siempre hay un ganador y un perdedor. —Exacto.”
Enlazando lo explicado con el ideario de Nietzsche, lo que él llama moral de esclavo se refiere a la típica frase de “poner la otra mejilla“, a la mentalidad de no entrar en el juego por el poder, y poner como medio hacia ese fin la compasión, la no beligerancia y la humildad. Papeles que son los que en el esencialismo de género tienen las hembras con respecto a sus hijos, y que es el que han “asumido” (bajo mi punto de vista, pero implantado bajo los supuestos feministas) como roles a lo largo de la historia. Para Nietzsche, o se es pasivo y se cae en la moral de esclavo, o se es activo y se llega o alcanza la moral de señor. Él decía que la libertad es exponencial frente a las actitudes pasivas del resto de las personas. Adolf Hitler llegó a decir al respecto que “las masas son femeninas y estúpidas, sólo la emoción y el odio pueden mantenerlas bajo control”. Para Sartre el estado emergente de la conciencia ocurre bajo el entramado de actualizarse como un ente lleno de potencialidades y posibilidades. El otro es aquel que tiene la capacidad de limitar mis acciones, mi libertad. En esa situación toda relación humana se presenta como aquello que implica el poder y en donde la sumisión (aceptar el poder) o lo sádico (ejercer el poder) son la moneda de cambio más común. Las convenciones sociales son reglas y normas, en donde tal trama ha de quedar oculta e invisible, al modo que hace su magia el mago de Oz con mecanismos en su reino (tal cuento en realidad es político). Mi argumento a lo largo de los escritos ha sido sostener que para el realista depresivo no existe tal capa de invisibilidad: la sociedad es transparente y nosotros mismos, bajo el sesgo optimista y otros, no queremos verla tal cual es. El entramado de las sociedades modernas se basan en la llamada iluminación de luz de gas, un tipo de influencia y manipulación tan lenta, subterránea y progresiva, que al final uno mismo asume el rol pasivo o mentalidad de esclavo, convencido que ese es el comportamiento correcto. Se supone que ese ha sido el proceso por el que ha pasado la mujer, mediada por el hombre según el feminismo, y en donde su autoestima siempre ha sido inferior, cayendo en la indefensión aprendida, pero… ¿no ha sido el mismo curso para asumir la existencia de clases, y de ricos y pobres? En realidad de cualquier tipo de poder, como el que es que la hembra sea la negadora de sexo, o el de la belleza, o el de la inteligencia, o el de la juventud, etc.
El dilema del feminismo se encuentra en que o bien entra en el lenguaje falogocentrista (como así lo hace al hacer uso del lenguaje de “te voy a joder”), o bien mantiene su rol de no-poder, tratando de basar la vida en la compasión. Al parecer ni siquiera se lo han planteado bajo este punto de vista, ya que lo que están tratando de hacer es tener el mismo poder que el hombre. ¿No pierde la humanidad ante tal “elección”?, ¿no pierde el feminismo porque al final admite que no existe otro lenguaje en lo humano que el del poder? A nivel diario, antes te encontrabas con algún que otro borde (persona rígida, arisca y brusca), que solía ser un hombre. Hoy tanto hombres como mujeres son bordes. No es que antes “perdiese” la mujer, que jugaba menos esa “moneda”, pues al final esa persona borde pedía perdón porque se imponía el lado empático y compasivo de la vida y de lo humano, mientras que hoy tal tendencia está en retirada. En un mundo de poder, la compasión, como decía Nietzsche, puede ser tomado como un signo de debilidad. Hasta el siglo pasado la mujer tenía un papel o rol que la representaba como la “portadora” del lado positivo humano, a través del amor y la compasión, en contraposición del rol del macho, beligerante y en donde todos eran susceptibles de ser sus enemigos. Ahora, si tal sistema se descompensa, al “renunciar” la mujer a su lado de la balanza, tenderá a ser estructuralmente más “violento”. Quizás no más “violador” (uso de la fuerza bruta), pero sí más tendente a hacer uso y ejercer el poder (no consentido, presuponiendo un dominio, no igualitario) a través del “arte” en el que tanto hombre y mujer coinciden: la seducción. Qué es la publicidad, la mercantilización y ahora la gamificación del mundo, sino seducción. El capitalismo, así, se vuelve como la única manifestación humana para gobernar y liderar basada en los juegos de seducción, en la violencia ladina y trapera, que queda oculta porque todos la hemos admitido, al aceptar jugar bajo sus reglas —y porque no hay otras—, como la que es la válida. Gana Maquiavelo en sus estratagemas para tener el poder, vence Hobbes y su visión del gobierno del nuevo Leviatán, gana Sun Tzu y su arte de la guerra, y gana Nietzsche, pues la compasión queda derrocada de la tierra.
En definitiva…, que nos hacen creer que todos somos iguales y que la justicia es universal, cuando en realidad, y en un mundo basado en el capitalismo, al que no tiene ningún tipo de poder lo joden por todos los lados. En cuanto al teórico poder de los sistemas vivos complejos, como así lo es el humano, el coronavirus, donde en sí mismo un virus no es vida, sino un sistema de moléculas complejas replicantes… nos tendría que obligar a ser más humildes, pues en su capacidad de indiferenciación tan democrática, nos jode a todos por igual.

Conclusiones finales, después de dos días de estar añadiendo frases, connotaciones y párrafos. A veces "cargo demasiado las tintas" y me pongo excesivamente drástico, quizás porque escribo como si pintase, desde mi lado de artista, desde el hemisferio derecho, que tiende a ser más lírico, narrativo y simbólico. De igual forma se nota en el hecho de que a la mayoría de los escritos vuelvo para darles nuevas pinceladas, trabajando sobre "zonas" que puedan desequilibrar la "obra". El que algunas mujeres opten por lo que propone el feminismo más liberal y radical no romperá el sistema, lo perturbará, pues estamos dentro de un sistema que tiende al auto-equilibrio, a sus hemostasis. La mujer siempre portará su llama. En ese caso, y desde uno de los ángulos de tal tema, la mujer que busque "dominar" "esclavizará" a la mujer que le limpiará el hogar y le cuidará sus hijos, pues ¿cómo meter a un hombre en casa para tales labores?, resulta demasiado delicado y tendente a la vulnerabilidad, sobre todo con respecto a los hijos. Igualmente la que opte por no tener descendencia se pondrá en una posición privilegiada con respecto a aquellas que sí tendrán hijos, y que tendrán que dividir sus tiempos para su profesión y para los hijos, en donde en ese caso estarán en desventaja con respecto a las primeras cuando compitan por los mismos puestos de trabajo. Visto así parece una "guerra civil" interna en el propio sexo, más que contra el propio hombre.

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