La Incertidumbre de la Razón
“No esperes piedad cuando hay decepción.” ZeroZeroZero
“El dolor es un efecto secundario inevitable.” Carnivale
“Lo que se llama libre albedrío no es más que el sentimiento de superioridad respecto de quien debe obedecer.” Nietzsche
“Por qué luchan los hombres por su servidumbre como si se tratase de su salvación.” Spinoza
“El dolor es un efecto secundario inevitable.” Carnivale
“Lo que se llama libre albedrío no es más que el sentimiento de superioridad respecto de quien debe obedecer.” Nietzsche
“Por qué luchan los hombres por su servidumbre como si se tratase de su salvación.” Spinoza
(La decisión de dejar de escribir viene movida —además de las ya dichas— por cuestiones de “salud”. Tiendo a activar mi cerebro y no poder pararlo —he metido un agente en la frase, error, corrijo— el cerebro que soy va hacia la hiperactivación a la menor. No sé si es bipolaridad, o hiperactividad de adulto y en realidad me da igual el nombre que le quieran dar. En otro lenguaje la arousal (nivel de excitación cortical) se eleva, con lo que va hacia el estrés, provocado por tal estado, que es similar a lo que se entiende por ansiedad. En lenguaje positivo es entusiasmo, que viene del griego y en su origen significaba “poseído por la esencia de un dios”, pero para el caso es lo mismo el nombre. Lo que cuenta es que al cerebro que soy le cuesta entonces conciliar el sueño (y que sea reparador, no despertándome todo el rato), y si bien cuando se es joven tal estado lo aguanta el cerebro y el cuerpo, a cierta edad ya no. En cuanto un solo día duermo poco, estoy por los suelos (antes no, repito). Eso incrementa la ansiedad, porque me vuelvo en aquello de “quiero y no puedo”. A cada año —cada mes, más bien— que se suma al cuerpo y al cerebro esta situación es peor, por lo que me tengo que tomar con tranquilidad todo el tema de la escritura (que implica lecturas, investigación…). Estoy tomando distintas rutas para cumplir el salir de ese circuito, pero no terminan de “funcionar”. Este escrito corto es otra de esas medidas. Escribir poco, pues es más controlable, y que a la vez implique corregir menos (tema terrible para alguien con dislexia) y me lleve poco tiempo, con lo cual no caiga en el estrés y la ansiedad/entusiasmo. Estos escritos cortos —que hay que sumarlos al final en uno— van a tratar de ser las conclusiones a los escritos previos.)
Me gusta la idea de considerar mis escritos como excrecencias rizomáticas: replicaciones desordenadas de siempre lo mismo. Empiezo con un chiste que ilustra muy bien la vida y que se puede ver en YouTube: “Un bebé gusano le dice a su padre —papá, ¿es verdad eso de que algunos gusanos viven dentro de una manzana?, —sí hijo, es verdad. Y pregunta —papá, es verdad que algunos gusanos viven en la carne; —es verdad, le dice el padre. ¿Y por qué nosotros vivimos en la mierda? —¡Ah, porque esta es nuestra tierra natal, hijo!”.
A mí lo que más me sorprende del mundo es la cuestión de que las células iniciales se agrupasen como para crear los animales complejos. La vida, en su andar, creó un camino hacia la complejidad, pero que no todos cogieron. En el proceso crearon funciones, donde tal cuestión implica una abstracción de estructuras hacia un fin y en donde tal sinergia de distintas células implicó la existencia de los conceptos, sin que hubiera un agente al mando que les pusiera un nombre o los “usase”. Pensar en un pulmón, o en el corazón. Todos los órganos tienen funciones muy concretas y a la vez abstractas; algunos tienen que colaborar entre ellos para crear funciones aún más complejas, y nada ni nadie está al mando de todos esos procesos. Yo no “decido”, ni sé, que el riñón filtre los líquidos, o lo sé porque así lo dice la ciencia. Pensar ahora en una sola célula. Si se nos quita una de ellas y se mantiene en una placa de Petri vivirá por sí sola. ¿Es más valiosa una neurona, que es un tipo de célula, que una célula epitelial del ano? Con esta imagen de nuevo trato de volver a la idea del chiste? Quita una sola neurona o de la piel del ano y nada habrá cambiado para ser lo que eres. La cuestión cambia si es una porción de corteza cerebral con respecto a un rasguño profundo en el ano.
Ahora llevemos tal planteamiento a lo social. Si múltiples seísmos dañasen las principales ciudades e infraestructuras de los Estados Unidos, el mundo entero se resentiría. ¿Ocurriría lo mismo si fuera en Angola?, no creo. El pasado repercute en la “función” que tiene un país en el mundo. Muchos países, y a partir de los colonialismos, son la mano de obra y los productores/proveedores de la materia prima, que es transportada al primer mundo y manufacturada para volverla a distribuir por el mundo, ahora con unos costes elevados, con respecto al barato precio de la materia prima. Para el caso es como si vendes a una persona, por veinte céntimos, un poco de leche, azúcar y un huevo, y este después te vende unas magdalenas por un euro, cuando tal producción no explica tal precio. En definitiva, que algunas personas nacen en el “culo del mundo”, nunca mejor dicho, mientras otras son partes más “nobles” como el cerebro o el corazón. En la medida que vamos hacia la era de la información, lo más importante es ser el “cerebro”.
Esta estructura nos viene de la época de vivir en manadas, donde el macho alfa era el cerebro y los músculos principales de la acción, mientras que el resto tenían una función menor y siempre dirigida o supervisada por el macho alfa. Hoy en día si un país o cultura va en contra directa de las políticas o la mentalidad estadounidense, tal país no se comporta muy distinto que como lo hiciera un macho alfa en una manada, con aquel que tratase de salirse de sus normas. Lo que me interesa traer a colación, con todos los conceptos que han salido al paso, es la teoría del rango, como una explicación de la psicología evolutiva con respecto a la depresión. Tal teoría dice que el cerebro de los individuos que no fueran los alfa o los beta se tenían que readaptar para aceptar un papel sumiso con respecto a estos. No es un sistema represor como tal. Es una adaptación evolutiva. Pensemos en una situación totalmente opuesta, y que todo individuo de una manada estuviera constantemente luchando por el poder. Habría constantemente malheridos, heridas infectadas y muertes y nunca colaborarían, con lo cual tal organización y especie serían imposible. La evolución habrá pasado por esos procesos una y otra vez, y al fallar en cada caso ya no lo volverá a “intentar”. En otra situación se llegó a la posición de ciertos depredadores solitarios. Si la evolución quería “llegar a buen puerto” tuvo que recurrir a dos salidas, 1. propiciar que el macho alfa tuviera un extra de testosterona —que es un anabolizante y repercute en el buen funcionamiento del cerebro— con respecto al resto de la manada, y 2. disminuir la testosterona al resto, con un subsiguiente proceso, que implicaría tener una peor distribución de la dopamina y la serotonina (creación de memoria, aprendizaje), donde a la vez habría un mayor nivel de cortisol, y en tanto que en sus sumas pueden dar una peor cognición o algo disminuida, como para así aceptar las directrices u órdenes del macho alfa, o visto de otra manera, para aceptar el papel de sumiso en el grupo.
Relatar procesos ulteriores es hacer historia-ficción. Dicen que el uso de herramientas puso en jaque el papel del alfa, puesto que se le podía matar con un proyectil o una lanza desde lejos. Las hembras a la vez tendieron a la pareja, frente al harén al que tendía el macho alfa. Aquí entra en juego el efecto Baldwin de seleccionar comportamientos. Algunas hembras de leones marinos están optando a retirarse a una cala solitaria y allí esperar a un macho no dominante, y yendo “en contra” del harén del macho alfa, que es lo propio de la especie. Se está dando un efecto Baldwin que sólo el tiempo dirá si se mantiene. Por otro lado entró en juego la inversión de la dominancia a través de dejar en vergüenza a los que se tratasen de poner por encima del resto. Lo que Nietzsche ataca es esta mentalidad basada en la culpa/vergüenza, que es la que adoptaron o mantuvieron las religiones hebraicas, como el judaísmo y el cristianismo. En esa etapa humana primaba la colaboración, existió cierta armonía, pero sólo en lo tribal, pues distintos grupos luchaban entre ellos para dominar o mantener un territorio. En el neolítico, con las ciudades y el comercio, se volvió a favorecer la estructura anterior darwiniana de las jerarquías y el mando. Por lo demás nunca la habíamos abandonado, y está en nuestra estructura cerebral. De nuevo el sistema devino al papel de los reyes o emperadores, y a que ciertos reinos o imperios tenían poder sobre otros que eran “inferiores” o más débiles. La conclusión —contra Nietzsche— sobre la cuestión de pensar que todos podemos y debemos luchar por el poder, por dominar, es que es anti-evolutivo y por ello ilógico: la evolución implica anular todo lo que “no funciona”, por sus contradicciones implícitas, pues tal sistema falla, se desintegra y se llega a los comportamientos individualistas, a depredadores solitarios. Como en la sociedad algunos creen en tal tendencia y otros no, viene a ser igual a que se dé el caso que estemos “funcionando” u operando como manadas con alfas y betas, mientras el resto tienen que adoptar posiciones sumisas. En un escrito de Aeon sobre sociedades libres o comunas, dicen que estas dejan de funcionar y fracasan en cuanto no hay un líder que sea carismático y enérgico, sustentado a la vez por una mentalidad e ideología. Al parecer el humano “necesita” tal estructura mental y social para “funcionar”. En la actualidad no existen tales líderes. Eso me recuerda a la película Excalibur (1981), donde ante una crisis personal del rey Arturo, y tirando Excalibur a un lago, el reino se viene abajo al grito de “¡el rey sin espada, la tierra sin rey!”. La espada Excalibur era un símbolo que significaba que el que la portaba era el “verdadero” rey, aquel que llevaría el “atormentado” peso (de la corona) de crear un pueblo unido y luchando por unas mismas finalidades. Hoy estamos en la misma coyuntura, no hay rey (líder) porque no hay espada, porque el símbolo, el metarrelato, han muerto, porque las ideologías o las mentalidades igualitarias y justas (optimistas) están muriendo, y dado que la razón “dice” que no hay que poner fe a lo que crea o diga el pensamiento mágico, del hemisferio derecho. Hemos perdido el norte…, estamos desnortados.
Repito lo dicho en otros lados: decir algo no es afirmar que me guste o que esté de acuerdo. También hay que evitar deducir que sea monárquico o cuestiones similares. Tan sólo hago ver las paradojas de las sociedades modernas, sin por ello tratar de decir qué es válido, o que funcionen o no.

Vuelvo al tema del cociente intelectual y los países, y vuelvo a traer la gráfica. Las cualificaciones bajas son de los países que son más tradicionalistas, que mantienen las identidades basadas en las creencias y en lo cultural. De fondo, como ya apunté en el anterior escrito, es la “lucha” cerebral a dar mayor peso al hemisferio derecho y lo subcortical, frente al hemisferio izquierdo y lo cortical. Para Iain McGilchrist, escritor de “The Master and His Emissary“, y basado en un relato de Nietzsche en otro contexto, el lado izquierdo del cerebro —razón— era el emisario (sistema 2, en la teoría del proceso dual) del maestro (sistema 1), al que este fue cediendo ciertas labores para librarse de ellas, y porque le era imposible ocuparse de todas; hasta que con el tiempo fue ganando poderes como para llegar a invertir, a ojos del humano, sus roles, y en donde al final el maestro lo de(jó de) ser. Bajo mi punto de vista, esto está llevando a la paradoja de que la razón al cuestionar todo, ya no puede crear o creer en una autoidentidad, en donde esto da como resultado que se sea más proclive para los trastornos de identidad, y al final y por extensión para cualquier otro tipo de trastorno mental. Ahora bien, si se hace una análisis de la depresión en el mundo (gráfica de abajo), la lectura es a primera vista ambigua, pues hay una alta tasa de depresión tanto en los países ricos como en los pobres. Las reglas por las que hay que analizar la tabla es por las dos cuestiones que han salido en el escrito. 1. Los países ricos, bajo la tendencia del dominio de lado izquierdo del cerebro y el nihilismo, por dejar de basarse en las reglas asentadas como primitivas en el hemisferio derecho y el cerebro profundo, están perdiendo la identidad (creer en la identidad cultural), que a la vez implica división/lucha cerebral, que lleva a las crisis de identidad, de la personalidad y existenciales, y por ello a la depresión, y 2. los habitantes de los países menos favorecidos caen en la teoría del rango, una tendencia a un papel sumiso o “inferior” en el panorama internacional, por la cual son más susceptibles de caer en la depresión.


(Notas al margen:
Atención a la nueva serie “Devs“, siglas de development (desarrollo), pero que a la vez se puede (¿o debe?) leer como deus, Dios. En sus dos primeros capítulos remarcan cosas que he sostenido yo en el escrito. Lo dicho otras veces: muchos pensadores llegan a las mismas conclusiones al leer la realidad. El director y guionista es Alex Garland, el de la película Ex-Machina. Desde esta dirección se pueden bajar los subtítulos, y después buscar los Torrent a partir de los nombres de los subtítulos. TamaBin, creadora de subtítulos, es un buen ejemplo de hacer las cosas gratuitamente sin pedir y esperar nada a cambio.
Trabajo la idea de crear un pequeño diccionario de naifiniciones. Es un concepto propio para hacer referencia a las definiciones ingenuas e inocentes (naíf) de las personas que tienden al “buenrollismo”. Posible origen de esta última palabra. Las películas para el cine vienen en rollos. Una buena película es un “buen rollo”, frase que se ha hecho común en España para referirse a todo aquello que es bueno. Lo contrario es “mal rollo”. “No violencia” es una naifinición disneyzada de la vida. Negar la violencia es en sí mismo un acto violento. Toda dialéctica implica violencia. El acto de nacer es violento.)
Atención a la nueva serie “Devs“, siglas de development (desarrollo), pero que a la vez se puede (¿o debe?) leer como deus, Dios. En sus dos primeros capítulos remarcan cosas que he sostenido yo en el escrito. Lo dicho otras veces: muchos pensadores llegan a las mismas conclusiones al leer la realidad. El director y guionista es Alex Garland, el de la película Ex-Machina. Desde esta dirección se pueden bajar los subtítulos, y después buscar los Torrent a partir de los nombres de los subtítulos. TamaBin, creadora de subtítulos, es un buen ejemplo de hacer las cosas gratuitamente sin pedir y esperar nada a cambio.
Trabajo la idea de crear un pequeño diccionario de naifiniciones. Es un concepto propio para hacer referencia a las definiciones ingenuas e inocentes (naíf) de las personas que tienden al “buenrollismo”. Posible origen de esta última palabra. Las películas para el cine vienen en rollos. Una buena película es un “buen rollo”, frase que se ha hecho común en España para referirse a todo aquello que es bueno. Lo contrario es “mal rollo”. “No violencia” es una naifinición disneyzada de la vida. Negar la violencia es en sí mismo un acto violento. Toda dialéctica implica violencia. El acto de nacer es violento.)
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