El Animal Autodestructivo (el Sexo Débil II)
“No me dejen adentrarme más en el reino del sueño de la muerte.” T.S. Eliot’s
"¿Por qué uno corre hacia la ruina?, ¿por qué nos atrae tal fascinación?" La Importancia de llamarse Oscar Wilde
"¿Por qué uno corre hacia la ruina?, ¿por qué nos atrae tal fascinación?" La Importancia de llamarse Oscar Wilde
He alargado el escrito sobre el tema de tratar de mostrar que el sexo débil es el hombre y dicha vulnerabilidad es que no tiene asentado tan sólidamente, como lo tiene la mujer, el instinto de vida y sí por el contrario el de muerte. Además yo no es que tuviese las ideas muy claras de cómo hacer ver tal hecho. Mi instinto o intuición se basaban en “leer” el momento actual, mis propios sentimientos, y la lista arriba planteada de la prevalencia en el hombre hacia ciertas disposiciones como el suicidio, la muerte natural más corta, mayor probabilidad para el accidente y para ciertas enfermedades y trastornos mentales, y para las adicciones más nefastas que vienen a formar parte de la tendencia a la falta del equilibrio mental, o regulación de su estado anímico y mantenimiento de su yo. A lo largo del escrito creo que casi cualquier persona puede captar mi intuición, quizás más el hombre, pues puede empatizar más con mi visión, porque pueda coincidir con sus sentimientos de fondo, pero de igual forma parece que falta un último empuje que estabilice o vuelva algo más sólida dicha intuición. Toda la evolución ha girado en torno a la procreación. Ningún macho tiene conciencia como para percatarse que es la carta desechable, pero el humano tiene conciencia y el hombre sí se dio cuenta, y su cerebro creó mecanismos que cegasen esa visión. Casi todo trastorno mental, exceptos los que estén muy ligados a componentes físicos (o incluso estos, en algunas teorías), según el psicoanálisis son estados trasferidos en donde el cerebro profundo manifiesta su “saber”, que no puede o quiere comunicar a la conciencia sino a través de dichos trastornos o comportamientos desadaptados. ¿Y qué siente el cerebro profundo o que se manifiesta sino la pulsión de muerte en donde su primera baza es “acabar” o matar la sanidad mental como un primer proceso? Como la mujer es más estable o tiene una mayor solidez para tener establecido el instinto de vida, sus trastornos son más leves o son menos prevalentes para los trastornos más graves. Esto se da a dos niveles, primero en el conceptual, que es el que yo he tratado de mostrar en mis estudios por los procesos evolutivos, a la vez ese concepto asentado en lo evolutivo se manifiesta en los componentes que son más propios de la mujer, como la progesterona. Esto nos dice la Wikipedia:
“La progesterona, como la pregnenolona y la deshidroepiandrosterona (DHEA), pertenece a un grupo importante de esteroides endógenos llamados neuroesteroides . Se puede metabolizar en todas las partes del sistema nervioso central . Los neuroesteroides son neuromoduladores y son neuroprotectores , neurogénicos y regulan la neurotransmisión y la mielinización.
(…)
Estudios previos han demostrado que la progesterona apoya el desarrollo normal de las neuronas en el cerebro y que la hormona tiene un efecto protector sobre el tejido cerebral dañado. Se ha observado en modelos animales que las hembras tienen una susceptibilidad reducida a la lesión cerebral traumática y se ha hipotetizado que este efecto protector es causado por el aumento de los niveles circulantes de estrógeno y progesterona en las hembras.
(…)
La progesterona mejora la función de los receptores de serotonina en el cerebro, por lo que un exceso o déficit de progesterona tiene el potencial de provocar problemas neuroquímicos significativos. Esto proporciona una explicación de por qué algunas personas recurren a sustancias que mejoran la actividad de la serotonina , como la nicotina, el alcohol y el cannabis cuando sus niveles de progesterona caen por debajo de los niveles óptimos.
(…)
La progesterona hace que las mujeres sean menos competitivas.
(…)
La progesterona se ha asociado con disminuciones en la motivación sexual femenina.”
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Estudios previos han demostrado que la progesterona apoya el desarrollo normal de las neuronas en el cerebro y que la hormona tiene un efecto protector sobre el tejido cerebral dañado. Se ha observado en modelos animales que las hembras tienen una susceptibilidad reducida a la lesión cerebral traumática y se ha hipotetizado que este efecto protector es causado por el aumento de los niveles circulantes de estrógeno y progesterona en las hembras.
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La progesterona mejora la función de los receptores de serotonina en el cerebro, por lo que un exceso o déficit de progesterona tiene el potencial de provocar problemas neuroquímicos significativos. Esto proporciona una explicación de por qué algunas personas recurren a sustancias que mejoran la actividad de la serotonina , como la nicotina, el alcohol y el cannabis cuando sus niveles de progesterona caen por debajo de los niveles óptimos.
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La progesterona hace que las mujeres sean menos competitivas.
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La progesterona se ha asociado con disminuciones en la motivación sexual femenina.”
A lo largo de la historia psiquiátrica la mujer ha sido prevalente para la depresión, el histrionismo y ciertas manías. Histeria proviene de útero y se propuso en la antigüedad por dicha prevalencia en las mujeres. Pero hay que ponernos en contexto y en el momento actual. En primer lugar hay una mayor tendencia a que la feminidad se altere a nivel prenatal y en su cerebro, hacia uno en donde tenga o se manifiesten ciertos rasgos masculinos (masculinización), y en segundo lugar la situación actual hace que el cerebro de la mujer se tenga que “adaptar” a un mundo que previamente era de los hombres (patriarcal y competitivo) que provoca que sus niveles de testosterona suban, así como del estrógeno, que en la mujer es un equivalente al papel que hace la testosterona en el hombre. Estos anabolizantes a la vez hace que les baje el nivel de progesterona, con lo cual vuelven sus cerebros más vulnerables o “iguales” al de los hombres. Es muy posible que si bien hace quizás quinientos años ciertos trastornos no se diesen en las mujeres, la prevalencias de ciertos trastornos tienden a igualarse, aunque siguen dándose sobre todo en los hombres, pues estos no cuentan con el mismo nivel de progesterona y sí de la testosterona, que al ser un anabolizante fuerza la maquinaria, y tiende hacia la excitotoxicidad al repercutir sobre los oligodendrocitos, que es una neuroglia y estas son un tipo de células dedicadas al mantenimiento del cerebro y de la limpieza de sus “residuos”. Hay que analizar todo en contexto y entender el cerebro como una “maquina” que tiene que buscar un equilibrio químico. En el hombre, en el alfa, la testosterona es alta, pero no tiene cortisol, pues lo libera en sus arrebatos de ira, y en ese papel mantienen la “maquinaria” acelerada pero la testosterona no se vuelve excitotóxica pues está regulada. En un macho no alfa le baja la testosterona y le sube el cortisol, sigue tendiendo a la ira pero el equilibrio se ha perdido. La amígdala en el hombre es mayor que en la mujer, pues este es un componente muy antiguo y el básico para la respuesta de lucha y huida, en donde en esa dualidad si la lucha no es lo elegido se manifestará con más claridad el miedo y la suelta de noradrenalina para mantener el sistema en estado de alarma. Sólo doy ideas generalistas. Si la ciencia no da respuestas concisas y claras no las puedo dar yo. Mi premisa es que un cerebro masculino tenía cierto equilibrio en su química y uno femenino igual, y en cuanto dichos polos o equilibrios cerebrales/químicos se rompen ya no hay manera de diagnosticar o tener nada claro. En el fondo es que esos equilibrios estaban pensados cada uno para cada sexo, y dado el papel de los neuropéptidos, u hormonas masculinas y femeninas en su función cerebral. Rompe esos papeles o roles, y se rompen dichos equilibrios y en papel de los neuropéptidos, produciéndose reacciones en cadena en el papel de cada neurotransmisor, sus antagónicos y sus receptores. En definitiva, tanto hombres y mujeres tiene los mismos componentes, si bien los neuropéptidos (hormonas en su función cerebral) difieren en su cantidad, y teniendo en cuenta que ciertos antagonistas y receptores estaban estructurados para equilibrarlos con respecto a cada sexo. Rompe dicho equilibrio de los neuropéptidos y se rompe el equilibrio cerebral. Un experimento puede dar fe de lo que estoy afirmando:
“(Un) estudio de 2015 se centró en las mujeres y sus habilidades en una tarea de rotación mental y en una tarea de reconocimiento de emociones. En este experimento, indujeron un sentimiento o una situación en la que las mujeres se sintiesen más poderosas o menos poderosas. Pudieron concluir que las mujeres en una situación de poder son mejores en una tarea de rotación mental (pero menos efectivas en una tarea de reconocimiento de emociones) que otras mujeres.”
En dicho experimento las mujeres empoderadas, ya fuese por una alta dosis de testosterona o estrógenos, fueron mejores para la rotación mental de objetos, que en eso es mejor el cerebro del hombre, pero en el proceso eran menos empáticas, que es más propio de las mujeres. En tales situaciones la elevada dosis de esteroides les bajaría el nivel de la progesterona, que por lo que se ha visto arriba “sana” y equilibra el cerebro. Arriba puse la sentencia de que la progesterona parece bajar la líbido sexual, no de manera gratuita, sino para hacer ver que tal nivel lo regula en cierta forma la evolución, y que si en la situación actual la mujer se empodera -y baja en el proceso el papel de la progesterona-, entonces se puede volver más sexual. Se me ocurre que en etapas evolutivas de crisis, de baja tasa de nacimientos y quizás pocos hombres, se requeriría un mayor nivel de procreación y una mayor fuerza de la mujer para la lucha. No ha de ser su estado “estable”, sino sólo para las crisis o cuellos de botella sociales o evolutivos (se puede argumentar que estamos en uno de esos momentos, también es “diagnosticable” bajo el aspecto que el feminismo se está volviendo o tiende al chouvinismo -a lo “macarra” y agresivo-). Igualmente la hipótesis organizacional-activadora nos dice que se "establece que cuando se administran andrógenos prenatalmente, existe un efecto organizador en el comportamiento sexual, que altera permanentemente el comportamiento normal de apareamiento femenino en la edad adulta." O sea, que en cierto grado la libido de la mujer viene sobre todo dado por una alta tasa de andrógenos (hormonas masculinas) durante el embarazo. Esto apoya lo dicho arriba sobre que la mujer tienda a la masculinización y que está regulado por la madre, y seguramente tenía una "utilidad" y venía dado por situaciones de crisis socio-evolutivas. La cuestión es que hoy en día no existe tal tipo de crisis, y simplemente porque la mujer trabaje durante el embarazo en un puesto en el que se tenga que empoderar, es muy posible que altere sus andrógenos en sangre como para que su hija tenga un comportamiento más masculinizado con respecto al sexo.
Lo que quiero que quede claro, en definitiva y por no alargarme más, es que hombre y mujer pueden llegar a ajustarse o a igualarse, aunque siempre habrá diferencias, pues la mujer empoderada no llega a los mismos resultados en la rotación de objetos mentales que el hombre, y por ejemplo siempre destacará en lo comunicativo y la cooperación, pero -y es un efectivo y conveniente pero-, en el proceso tanto hombre como mujer son más susceptibles de perder su equilibrio químico cerebral, con lo cual tal “igualación” tiene dos inconvenientes: 1. “zapatero a tus zapatos” (¡cuidado con pensar que quiera decir que los “zapatos” de la mujer sea estar en casa!), o sea, uno tiene que hacer lo para lo que más preparado está. El macho -como ejemplo tonto- está más preparado para el lanzamiento de objetos a larga distancia y por ello para la jabalina, la de la mujer es más pequeña y pesa menos que la del hombre, no sólo la diferencia está en la fuerza, sino en pequeños y casi imperceptibles cambios en el hombro (hombre, ahí tiene que haber algo sobre una etimología común). 2. Lo dicho arriba del equilibrio cerebral, creo que no tengo que insistir más en este punto. El cerebro es neuroplástico, sí, pero hay dos tipos de cerebros y de esa forma están conceptualizados en lo evolutivo (roles, arquetipos) y se manifiestan en ciertas estructuras, cableados y preponderancias de neuropéptidos, que a la vez cada uno de ellos consiste en un tipo de cómo equilibrar dicho cerebro. La neuroplasticidad, y ciertos neuropéptidos hacen de “interruptor” para que un cerebro de mujer se vuelva más “macho”, o el del hombre más “femenino”, pero en dicho estado y por las preponderancias de dichos neuropéptidos -o su carencia- harán que dichos cerebros se desequilibren, y bajo mi punto de vista es por este hecho que en la actualidad no haya tantas prevalencias sexuales en los trastornos mentales.
Todo lo dicho arriba ya debería de validar o llamar a la intuición para dar solidez a mi premisa, pero voy a disparar mi último cartucho, a ver si se termina de aceptar.
Puede que la frase que más define a la especie humana, y posiblemente la más repetida, es el “te quiero”. Pero siendo necesariamente cínico, qué quiere decir. La pista de nuevo está en los bebés. Un bebé humano nace bajo la premisa de necesitar un cuidador. La madre ha sido ese ser durante casi toda la vida evolutiva, y el instinto maternal se pierde en la naturaleza cuando el hijo deja de necesitar a la madre, cuando “salta del nido”. La palabra y concepto que ha salido en los dos casos es el de “necesidad”. La primera premisa y concepto que nació con la vida fue el de necesidad. Bajo la teoría de la autopoiesis la vida consiste en una estructura o máquina que se sustenta por sí misma, tratando de volver a usar sus “residuos” a modo de energía infinita que sustente tal máquina, pero la realidad no es así. La vida (máquina autopoiética) requería de energía y en un principio eso se lo proporcionaba el sol, en ese estado era autopoiética, pues en las zonas ecuatoriales, que es donde hay más vida, hay más tiempo de sol como media durante todo el año. Nadie duda que la vida vegetal sea más autopoiética que la animal, esta se basa en alimentarse de las plantas, de las cuales obtienen la energía (carbohidratos), y más tarde los depredadores de la alimentación de las proteínas complejas elaboradas por los herbívoros. Muy arriba decía que la vida solo es complejidad, una amiga siempre me decía que “nos creamos necesidades”, y siempre lo he tenido de consigna. Complejidad es igual a crearse más necesidades. El humano actual ha creado los móviles y parte de sus vidas giran en torno a este, y ya no se siente bien si no lo tiene: se ha creado una nueva necesidad (yo no la tengo, pues es sobre todo social y no tengo contactos).
En definitiva que “te quiero” es igual a “te necesito”, pero con la connotación de que a la vez quiere decir “necesito que tú me quieras como yo te quiero”, que en su simplificación es “necesito que me necesites”. Vuelvo a repetir que esto es una intelección y que lo que importa de ese entramado es la emoción, recordar la distinción entre entender y comprender. Amor es comprender, no entender, su simplificación a una frase entendible le “desnuda” de su emocionalidad y pierde su verdadero sentido. Lo que quiero decir se entiende mejor con la película “D.A.R.Y.L.”, en donde una empresa construye un niño robot que al final “cobra vida” y al escaparse es acogido por una familia que tiene dificultades para tener hijos de forma natural, y sin saber que es un robot. El robot/niño es tan perfecto que no necesita a la madre, y esta siente un alief (disonancia a nivel entre los instintos y las emociones), como que algo no encaja. Un amigo del Daryl le hace ver que tiene que ser más torpe y cometer fallos, para de esa forma la madre sienta que la necesita. Esto no es spoiler, pues es una película muy antigua pero para el siguiente caso sí lo es. Saltar la parte en cursiva si no se ha visto la serie “Living with yourself” y se quiere ver. En dicha serie una empresa, sin conocimiento de la persona, es replicada. Tal empresa, nada ética, dice a sus clientes que van a ser mejorados en todos los niveles, pero tal proceso en realidad pasa por replicarlos y matar al “original”, pues el clon tiene incluso (pareado de clon y “cluso”, ahí se queda -cloncluso: las conclusiones de un clon-, jajaja) todos sus recuerdos. Por distintas circunstancias el original no muere, y termina por aceptar al clon y comparten la misma vida, pero no su mujer. Por avatares al final la mujer se entera y con el tiempo se siente atraída por el clon, que en definitiva era su marido mejorado. A lo que quiero llegar es que al final esta se da cuenta que realmente no ama al clon, porque es demasiado perfecto y eso le exaspera, y seguramente sea porque la necesite menos. Una nota a pie de página de la serie es que en cierto momento la mujer le dice al original que baila peor que el clon, que hace llamada a ser menos rítmico, uno de los pilares de mis ideas, que implica una menor capacidad para empatizar que sí tenía el clon.
Con todo lo dicho arriba, y volviendo al hilo de mi escrito. ¿No está pasando a nivel mundial una menor necesidad el hombre en todo los ámbitos?, y por ello se despierte en él su “inutilidad” e instinto de muerte. Ya no parece tener el nivel que la mujer requiera y “necesite” para la vida de la actualidad, cada vez hay más divorcios y las leyes suelen dar preferencia a las mujeres para la custodia de los hijos, y en todo caso su papel de padre ya no es bienvenido por los hijos en esa situación distanciada. No es cuestión que los pocos encuentros que se tengan con el padre este se dedique a llamar la atención de lo que los hijos están haciendo mal: racionalización en vez de afectos, con lo que se tienen que volver afectivos si quieren mantener el contacto. A la vez al ser menos social o empático es menos contratado en el sector servicios que es el que más está creciendo en la nueva era. Su fuerza y ciertas diferencias cerebrales ya no son requeridas en lo social…, si acaso para los deportes. Por orden general, y bajo mi gráfica, la mujer es empática y maximizadora (cerebro práctico -la hormiga y la tortuga de las dos fábulas), y el hombre es sistematizador y tendente a lo satisfactor, pues está más dualizado a los extremos de razón por un lado e instinto por otro. Esto nos dice la teoría de la empatización-sistematización:
“Si bien la experiencia y la socialización contribuyen a las diferencias sexuales observadas en la empatía y la sistematización, Baron-Cohen y sus colegas sugieren que la biología también juega un papel importante. Un factor biológico candidato que influye en E y S es la testosterona fetal (FT). Los niveles de FT se correlacionan positivamente con las puntuaciones en el cociente de sistematización y se correlacionan negativamente con las puntuaciones en el cociente de empatía.”
“Si bien la experiencia y la socialización contribuyen a las diferencias sexuales observadas en la empatía y la sistematización, Baron-Cohen y sus colegas sugieren que la biología también juega un papel importante. Un factor biológico candidato que influye en E y S es la testosterona fetal (FT). Los niveles de FT se correlacionan positivamente con las puntuaciones en el cociente de sistematización y se correlacionan negativamente con las puntuaciones en el cociente de empatía.”
La vida actual es muy social y el beneficio a largo plazo es lo que más se impone, que son los rasgos más propio del cerebro femenino. La única ventaja del hombre es la sistematización, su pensamiento abstracto complejo que le hace más proclive para las tecnológicas y las ciencias abstractas, y su preponderancia para la competición. Puede parecer, por lo tanto, que el terreno está equilibrado. Veamos si es así.
Arriba (en el anterior escrito) proponía tres prototipos de hombres: 1. el autopoiético artista, aventurero o científico, 2. el empresario cegado hacia su accionar a través de los negocios, que relega a la familia, 3. el monto de lo humano que o bien no tiene capacidades para la primera tipología, y que tampoco lo está para la segunda, ya sea porque el azar no le posiciona en ese estatus, ya sea porque antepone a la familia, la vida sencilla y sin grandes pretensiones a cualquier otro tipo de elección. Se que son posiciones extremas y que hay una gran mayoría de humanos que tiene alguna de las posiciones intermedias, pero dichos estados tienen un equilibrio muy precario y complejo, sobre todo en el momento actual, dicho estado equilibrado era el de la clase media, pero se está viniendo abajo en los últimos años. En las dos primeras categorías no se llega a activar la pulsión de muerte, puesto que han cumplido con sus metas y su testosterona es alta (estado de machos alfa) y les mantienen los cerebros equilibrados. El problema, y en donde está la mayoría de los hombres, está en el tercer prototipo. Son/somos la carne de cañón para que se manifieste la pulsión de muerte y por ello se tienda los actos autodestructivos (correr más riesgos físicos, incluido las drogas) o a los trastornos mentales. Este tipo de hombre, y en lo que se va degradando en un proceso lento pero paulatino, es rechazado por las mujeres, que a la vez les hace de acicate para que se retroalimente su tendencia hacia la degradación y las pulsiones de muerte.
No quiero darle más vueltas, creo que ya se entiende lo que quiero decir. El cine siempre viene en mi ayuda, pues en definitiva los guionistas se “alimentan” y leen las señales de la actualidad. El cine -y la literatura- hacen así de rol del antiguo profeta. La película “Wounds” (heridas, agujero, y en definitivas como metáforas de los vacíos existenciales -en donde además la película hace mención y se sustenta en el poema de T.S Eliot´s de “los hombres huecos”-) muestra a la perfección ese proceso hacia un estado degradado del macho, en donde la ira y la agresividad es su seña más reveladora, y le diferencia del mismo proceso por el que pudiese pasar una mujer. El protagonista de la película, cuanto más errático y agresivo se muestra, menos es aceptado en lo social e inevitablemente cae en el efecto de la pendiente resbaladiza, donde cuanta más energía se invierta en tratar de salir de ella, más resbaladizo se vuelve el terreno. Si dicho hombre tiene un cerebro mixto, más femenino, la agresividad no irá hacia afuera, sino que la introyectará, con lo que dicho derrumbe o colapso del ego, se manifestará en trastornos mentales, la drogadicción, o más claramente en el instinto de muerte y la tendencia al suicidio: cuatro hombres por cada mujer. Si se analiza lo dicho casi es “mejor” la tendencia a la ira y la agresividad (que no tiene porqué volcarla a lo físico y sobre otros), pues aún está ejerciendo fuerza en la vida (de nuevo las diferencias nucleares de sexo, la mujer no tiende a la agresividad y por ello tiene prevalencia hacia la depresión). Lo peor de todo es la derrota del espíritu, la falta de carencia de lucha por la vida…, cuando la propia vida carece de sentido y por ello la existencia, pues nadie te quiere (necesita) y en ese proceso no hallas nadie que te corresponda en ese vacío existencial, y mucho menos una mujer, pues su instinto les hace seleccionar al macho que tenga buena aptitud (recordar que hablo de la evolutiva) y tal hombre la ha perdido. En otro caso tales hombres pueden llamar al instinto maternal de ciertas mujeres, pero es una relación llamada al fracaso, en cuanto la mujer agote toda su paciencia en un hombre que parece estar marcado con el instinto de muerte y una vorágine autodestructiva, que la puede terminar por engullir a ella misma. Por otro lado hay que tener en cuenta que la propia mujer se ha metido en el mundo de los hombres y el proceso se ha retroalimentado, y que por ello tampoco se ve libre de todos estos procesos planteados. Hoy por hoy se da quizás más que nunca aquello de “sálvese quien pueda”, en donde la mujer, por su más sólido instinto de vida, sale mejor parada de este entramado o pendiente resbaladiza en la que estamos cayendo.
No quiero darle más vueltas, creo que ya se entiende lo que quiero decir. El cine siempre viene en mi ayuda, pues en definitiva los guionistas se “alimentan” y leen las señales de la actualidad. El cine -y la literatura- hacen así de rol del antiguo profeta. La película “Wounds” (heridas, agujero, y en definitivas como metáforas de los vacíos existenciales -en donde además la película hace mención y se sustenta en el poema de T.S Eliot´s de “los hombres huecos”-) muestra a la perfección ese proceso hacia un estado degradado del macho, en donde la ira y la agresividad es su seña más reveladora, y le diferencia del mismo proceso por el que pudiese pasar una mujer. El protagonista de la película, cuanto más errático y agresivo se muestra, menos es aceptado en lo social e inevitablemente cae en el efecto de la pendiente resbaladiza, donde cuanta más energía se invierta en tratar de salir de ella, más resbaladizo se vuelve el terreno. Si dicho hombre tiene un cerebro mixto, más femenino, la agresividad no irá hacia afuera, sino que la introyectará, con lo que dicho derrumbe o colapso del ego, se manifestará en trastornos mentales, la drogadicción, o más claramente en el instinto de muerte y la tendencia al suicidio: cuatro hombres por cada mujer. Si se analiza lo dicho casi es “mejor” la tendencia a la ira y la agresividad (que no tiene porqué volcarla a lo físico y sobre otros), pues aún está ejerciendo fuerza en la vida (de nuevo las diferencias nucleares de sexo, la mujer no tiende a la agresividad y por ello tiene prevalencia hacia la depresión). Lo peor de todo es la derrota del espíritu, la falta de carencia de lucha por la vida…, cuando la propia vida carece de sentido y por ello la existencia, pues nadie te quiere (necesita) y en ese proceso no hallas nadie que te corresponda en ese vacío existencial, y mucho menos una mujer, pues su instinto les hace seleccionar al macho que tenga buena aptitud (recordar que hablo de la evolutiva) y tal hombre la ha perdido. En otro caso tales hombres pueden llamar al instinto maternal de ciertas mujeres, pero es una relación llamada al fracaso, en cuanto la mujer agote toda su paciencia en un hombre que parece estar marcado con el instinto de muerte y una vorágine autodestructiva, que la puede terminar por engullir a ella misma. Por otro lado hay que tener en cuenta que la propia mujer se ha metido en el mundo de los hombres y el proceso se ha retroalimentado, y que por ello tampoco se ve libre de todos estos procesos planteados. Hoy por hoy se da quizás más que nunca aquello de “sálvese quien pueda”, en donde la mujer, por su más sólido instinto de vida, sale mejor parada de este entramado o pendiente resbaladiza en la que estamos cayendo.
No sé si he logrado mi cometido, las intuiciones son complicadas de exponerlas, todos los hombres no-ganadores (que no perdedores como nos miran) sentirán que lo que digo, en su ambigüedad, es “verdad”. La mujer feminista, y la mujer media, bajo las premisas del feminismo de trasfondo que hay en lo social, ni siquiera me leerán: tendemos a sólo leer lo que nos da la razón y mantiene nuestro ego e identidad intacta. Yo sí he leído feministas y escritoras, como he mostrado a lo largo del tiempo. Algunas de mis ideas provienen de mujeres o lo sustentan ellas bajo otras premisas. Quedaría poner cifras y estadísticas, y lo iré haciendo, pero es una labor que cualquiera puede hacer y no me parece tan necesario. Mi escrito ha tratado de dar una teoría estructural y generalista, y me he documentado cuando ciertas ideas eran arriesgadas y en la dirección que la ciencia pudiera decir lo contrario y que por lo tanto eran falsas de base. En esa dirección mi idea general está sustentada por la ciencia, pero nadie ha reunido las distintas teorías y saberes hacia unas conclusiones que conllevasen un trasfondo, y esa es que el hombre es más tendente a la pulsión de muerte. La mujer al final vive más años pues ese optimismo en sus “almas”, que no alegría -aunque también-, les llevan más lejos a través de las distintas edades. El hombre sin embargo, no “es que tire la toalla”, como pueda simplificarse en el lenguaje común, es sólo que no tiene ese mismo núcleo, y es más tendente a “caer” en alguna de las pendientes resbaladizas que hay durante la vida, pues en el fondo es más autodestructivo, y es más tendente al “todo o nada”, pues esa es la regla del sacrificio y en ella se encuentra la pulsión de muerte. ¿Jesucristo nació hombre por esta regla, porque al final se tenía que sacrificar?, la simbología también me da la razón.
Para sentenciar, y a modo de guiño con la película “wounds” que a su vez lo hace sobre un poema de T.S Eliot´s, acabo con la rotunda y famosa frase de su poema: “Esta es la forma en que termina el mundo. No con un estallido sino con un gemido.”
- Pulsión de muerte
- Masculinización
- Feminización
- Diferenciación sexual
- Progesterona
- Empatía
- Teoría de empatización-sistematización Esta teoría refuerza la hipótesis de mi gráfica: le han puesto alguna pega, pero son fácilmente rebatibles.
- Maximizador y satisfactor Un empresario o emprendedor toma la primera postura, como negación de lo que digo arriba, esta dualidad es compleja de sexualizarla, bajos sus premisas. Mi dualidad hormiga/cigarra se entiende menor y sí en más dismórfica.
- Excitotoxicidad
- Neuroglia y oligodendrocitos Buscando diferencias en el cerebro de Einstein (que se le supone un autista de alto funcionamiento) sólo encontraron un alto nivel de estas células; esto refuerza la teoría de “macho” extremo, del séptimo enlace.
- Rotación mental de objetos
- Hipótesis organizacional-activadora
- Diferencias en el lanzamiento de jabalina
- Estudio sobre la diferencias sexuales de los hombros
- Diferencias de género ante el suicidio
- Estudio sobre la excitotoxicidad de la dopamina
- Poema “Los hombres huecos” de T.S. Eliot’s “No me dejen adentrarme más en el reino del sueño de la muerte” es uno de sus versos.
He plasmado un panorama fatalista, sobre todo para los hombres. En la siguiente, y última parte libro, equilibraré las cosas.
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