¿Hacer Algo o no Hacer Nada?



"Vivimos momentos extraños en una sociedad extraña." Alonzo Bodden

"No basta con ser inteligente para actuar de forma inteligente." Dostoyevski

"Porque tu vida es larga y alto tu vuelo..., dedicarás sonrisas y llorarás, y todo lo que toques y todo lo que veas es todo lo que tu vida será." Pink Floyd
"Seguiremos viviendo mientras que haya una nueva canción que merezca la pena oír, y canciones que no tener que bailar." Weinzhorn
"La libertad es solo una parte de la historia y la mitad de la verdad. La libertad no es más que el aspecto negativo de todo el fenómeno cuyo aspecto positivo es la responsabilidad." Viktor Frankl







   Mi primera intención, como chiste y paradoja, hubiera sido no escribir nada en este capítulo, pues de lo contrario me estaría tomando mucho trabajo para decir que es mejor no hacer nada. Pero escribiré lo mínimo.

   En la frase de Henry Lewis "perfectamente quieto", quizás, hubiera sido mejor sentenciarla con "no hacer nada", pues además el adverbio "perfectamente", en esa coletilla, parece una elección errada. ¡Bueno!, son de esas mutaciones no "revisionadas" dentro de la azarosidad de cualquier acción como lo es la escritura.

   Voy tras el rastro del conocer, que a su ver implica a la "verdad". Esa verdad no es la científica, la cuantitativa (¡titati, titatí!), la de los números, las proporciones y los promedios. Toda ciencia tiene esa propiedad: no habla de entidades, enumera cantidades. En esa dirección los términos más usados en las ciencias son "teoría" o "hipótesis", porque para pasar de lo cuantitativo a lo cualitativo, a establecer una ley de la naturaleza, requiere mucha cautela. Tampoco voy tras la verdad de la naturaleza, de lo que está afuera. Trato de hallar lo que el cerebro tiene como "verdad". Cuáles son los postulados por los que el cerebro está estructurado.

   El cerebro profundo no hace uso de preguntas, o solo la de "para qué", que nos dice que su naturaleza es práctica y utilitarista. Este núcleo es casi lo opuesto a la conciencia, que está preguntando constantemente el "por qué" de las cosas. Las "verdades" del cerebro profundo son aquellas que la evolución ha asentado como reglas de cómo es la naturaleza, la realidad. Mientras que lo que "sabe" el prefrontal es lo que dice que tiene que saber la ciencia a través de la educación. En ese sentido todos mis escrito son un medio camino entre lo que he aprendido y aquello que emerge de lo profundo a modo de intuición. Comprensión, insight, o momento eureka es aquel en el que el prefrontal se percata de una "verdad" que coincide con alguna regla del cerebro profundo. Bajo mi lenguaje, es un momento de una "reacción química" cognitiva, en donde dos componentes se unen porque era posible esa unión. Quedan enlazados el conocimiento profundo y el conocimiento de la conciencia. A nivel personal se halla una esencia, una cualidad, no ya cantidades, pero si eso le ocurre a un científico será moderado y sólo examinará dicha "verdad" por el método científico.  Es por esto que Sartre, y otros filósofos o pensadores, dicen que sólo existe el conocimiento intuitivo. Con todo, esto tiene ciertos límites. Si como he dicho a lo largo de los escritos, cada humano carga con un tipo de apuesta evolutiva, que va parejo a ciertos condicionantes, como el sexo, dichas intuiciones no son verdades absolutas, sino "verdades" que emergen desde esa tendencia o apuesta evolutiva, que otro humano puede que no "sienta" como "verdad". Siguiendo esta máxima, dos artistas de distintos géneros tendrán en común la creatividad, pero si tratan de expresar su ser profundo, sus obras serán muy distintas y no tendrán nada en común. Ahí están las artistas feministas como manifestación de lo dicho: si un hombre tratara ese tema su obra esta sería impostada.

   Tenemos así que la naturaleza "habla" un lenguaje, cuando lo que habla el humano es tan solo uno de sus dialectos, y en donde cada tipo de apuesta, como cada uno de los sexos o géneros, hablan regionalismos de dicho dialecto. La ciencia, así, al salir del cerebro individual de cada uno de sus científicos, trata de hallar ese lenguaje madre o arcaico, al tener que llegar a acuerdos de tener que hablar con un mismo lenguaje. Siguiendo con la metáfora, el feminismo se ha cerrado a hablar en su lenguaje regionalista, sin tratar de hablar el dialecto humano, y dejando de lado ese otro lenguaje universal que lo abarca todo. Mis escritos van en la dirección de hacer de traductor para que el feminismo entienda el regionalismo de lenguaje del hombre, a la vez que trato de encajar esos regionalismos a un dialecto, que a la vez forma parte de un lenguaje universal: el de los sistemas.
   
   Como he declarado arriba, todo escrito es un intento de unir o sacar esas verdades profundas a través de 1. el lenguaje, y 2. los conocimientos de cada época. No siempre ocurre. Uno se da constantemente de morros contra la pared en esos intentos fallidos. No saberse explicar no es desconocer lo que se quiere decir, pero ese conocimiento profundo está más allá de las palabras, y la supuesta interface entre estos dos módulos, no siempre hacen las traducciones correctas. Tomemos la frase inglesa "every cloud has a silver lining", cuya traducción literal es "toda nube tiene un revestimiento de plata", cualquier hispanohablante  que no sepa qué hay tras de tal frase seguirá sin entenderla (sería crucial que la Wikipedia tuviera un artículo sobre la literalidad a nivel del cerebro -ser literal y no entender el contexto-, problema que tienen los que padecen el espectro autista, creo que es la clave para desentrañar tal apuesta evolutiva. Tampoco he encontrado estudios académicos). El lenguaje son metáforas sobre las esencias, y una esencia (sustancia) es una entidad significativa con un por qué, un cómo y una finalidad. La metáfora de dicha frase, su esencia o significado en el español es: "no hay mal que por bien no venga", traducción igualmente complicada hacia otro idioma, y que viene a decir que todo lo negativo tiene algún lado positivo. Pongamos el caso que la verdad del cerebro profundo es "todo lo negativo tiene algún lado positivo", es claro que un pesimista no tiene esta metáfora o concepto en su cerebro profundo; a la vez esa "verdad" la tiene que "leer" el prefrontal a través de las palabras: cada idioma ha cogido su propio camino, y es posible que cada uno lo diga de una manera muy distinta y "personal", adaptada a su acervo cultural. "Centelleo plateado", que es una forma de reducir la frase inglesa, se puede a la vez trasladar a un "rayo de luz", o más claramente a la frase "un rayo de esperanza".

   El cerebro profundo "comprende" la realidad. Comprender proviene de coger, capturar, asir. Como quien dice, tener algo en la mano cerrada, sin posibilidad de que se escape. El fijo es "prender" (prendere, asir, agarrar), de donde proviene igualmente aprender. Entender es extender (tendere -estirar-, desmenuzar) algo para verlo en sus partes. Se sigue así que comprender es cualitativo, mientras entender es cuantitativo. Estos conceptos, sus dualidades y divorcio se pueden entender en dos casos claros. 1. Un transgénero puede ser tratado en los social con el sexo opuesto al que dicha persona siente en lo profundo: lo social analiza a la persona por sus "partes" (cantidades) sexuales externas, pero dicha persona siente la esencia de su sexo en el cerebro profundo, como distinto de los signos externos. 2. señalar es un rasgo distintivo e instintivo del ser humano, alrededor de un año un bebé señala lo que quiere o lo que le divierte, en lo social (en occidente) señalar a una persona está mal visto y hay que evitarlo. La esencia o concepto profundo de señalar es en tanto que comunicativa, lo social lo cuantifica bajo sus propias reglas. "Verdad individualizada", en estos casos, son la correspondencia entre lo intuido y lo expresado como lo que es sentido (sentir, este es otro ejemplo: que sentido provenga de sentir, y sentir de lo sensorial -sentidos-).

   Si se observa mi gráfica, el emocionalés "habla" bajo la comprensión, bajo la búsqueda de las esencias o entidades; mientras que el mentalés es entendimiento o cuantitativo, en tanto que ha sido filtrado a través de las emociones mediadas bajo la identidad social. El emocionalés es una interface, a medio camino, entre lo arcaico o instintivo (primitivas, raíces) y las emociones; y el mentalés es una interface entre las emociones y la palabra. Se comprende entonces el "viaje" u hoja de ruta que sigue una verdad "interna" para llegar a las palabras y sus dificultades. Desde las primitivas pasan por el emocionalés como "traductor", que lo expresa en emociones, significado que "recoge" el mentalés, que a la vez lo tiene que volver palabras a partir de un idioma y los conocimientos de una época. Se dan dos cuestiones. No todo lenguaje humano es por medio de la palabra. La música trata de llegar a las emociones, y tiene un camino más directo hacia las "esencias", mientras que la poesía es un medio camino entre la música y la palabra. Una emoción, sobre todo las básicas, como el miedo, lo captamos todos fácilmente (menos un psicópata, que al tener la amígdala atrofiada, núcleo del miedo, no lo sabe leer en el rostro de las personas -¿se trata de apropiar de algo de lo que carece, para tratar de mimetizarlo y absorberlo?, trata de entenderlo, lo despliega sobre la realidad, porque no lo comprende-). La otra cuestión es que no todo es "verdad", con respecto a la verdad externa. En el cerebro profundo y sus distintos "traductores" se encuentran los sesgos y el pensamiento mágico. Es una verdad de la estructura del cerebro, pero al descubrirla, con lo que uno se encuentra es con una mentira. O sea, que tampoco estoy descubriendo una panacea o un "camino a la verdad". No suele haber nada absoluto y sencillo en la realidad o el cerebro; de ser así ya habría sido "descubierto" y simplificado. Casi toda religión cree haber dado con el quid de la cuestión, pero esta siempre se escapa. El estudio de los sistemas da con las "claves correctas", o tiene el lenguaje que mejor se adapta para descubrir las estructuras del cerebro y sus "verdades" implícitas.

   Roderick Chisholm, en su libro "el problema del criterio", hace uso del concepto "particularismo epistemológico", para hablar de la capacidad sobre que el cerebro sepa algo sin que uno mismo tenga conocimiento de ese saber a nivel consciente. Con todo esto de las redes y lo virtual estamos perdiendo la perspectiva de las cosas, el sentido común, que en muchos casos son esos conocimientos implícitos del cerebro. Una vez le dije a una chica en una Red: "yo sé si voy a encajar con una chica al verla andar". El cerebro se "delata" mucho en ese acto tan cotidiano. Todos sabemos qué es un andar chulesco sin que lo hayamos aprendido en ningún lugar. En el andar se ve la naturalidad, si una persona se siente segura de sí misma, si teatraliza, si tiene muy en cuenta la opinión de las personas (manipulable), si es sofisticada, o si es rígida, si se cierra sobre sí o es aperturista, etc. (mi andar es rígido y tímido, una dualidad nada buena). Todas esas "evaluaciones", y sus consiguientes estadísticas, las hace el cerebro sin que intervenga la conciencia. Como su método es estadístico, depende de la edad, cuanta más edad más "saber". ¿El feminismo trata de mandar al traste este tipo de conocimiento por inválido? Si yo he hecho mención al concepto de chulesco toda persona me ha entendido. ¿Es un estereotipo y es inválido por el simple hecho de ser un estereotipo? Tampoco afirmo que un andar chulesco corresponda a una persona "chula" (engreída, prepotente y poco empática), puede ser una pose. Pero por ahí van los tiros cuando hablo de las diferencias entre las señales honestas, que fueron nuestros orígenes, y el momento actual. Las señales honestas no han dejado de existir, se pueden mimetizar (engañar) o esconder, pero en los micro gestos, movimientos o posturas, el cerebro aún es capaz de captar la "verdadera" esencia de esa persona y si su andar chulesco es pose o no, pues en tales inflexiones instantáneas o gestos involuntarios se delata el "auténtico" ente del cerebro profundo o su esencia. En esa dirección, el feminismo, en la medida que hace uso del concepto de empoderamiento, "direcciona" a toda mujer para que haga la pose de ser distinta de lo que realmente -a lo mejor/peor- es. No sé cuánto de delicadeza tiene la esencia de la mujer o cuanto pueda tener de constructo social, pero hoy en día la mujer ha subido su tono de voz hacia más arrogante, y tratando de perder dicha delicadeza y eso tampoco tiene porqué ser su "verdadera naturaleza", y por lo tanto de nuevo es un constructo social, esta vez bajo el dictamen del feminismo. Ya lo dije en un tuit: no hay tal cosa como quitarse la máscara para "descubrir" la realidad. Lo que sí existe es cubrir una máscara con otra distinta. Por lo demás, y según el modelo hipostático de la personalidad y lo performativo, la tendencia de la condición social humana es "usar" cada "máscara" -o perfil y potencialidades de uno mismo-, según cada situación. Una mujer es posible que se muestre más arrogante y enérgica ante una entrevista de trabajo y tienda a la dulzura ante una posible pareja que le guste. Según tal teoría somos todas esas "identidades" a la vez, a la vez que somos el cómo las tejemos según las circunstancias.

  La esencia de la masculinidad es la rudeza, pues luchaba contra otros hombres o las bestias y sus grandes músculos le proporcionaban ese andar (se está perdiendo, pero se ve dicho andar aún en los musculados de gimnasio.) En la mujer su eje rotacional varió al ensanchársele las caderas, para poder dar a luz una criatura con una cabeza grande, dándole su balanceo típico. En ciertos experimentos en los que se hacía ver a las personas tan sólo unos puntos de luz moviéndose en una pantalla, simulando el andar humano, todas las personas sabían reconocer cuando era una mujer o un hombre. Todo en la vida tiene un porqué. Llevemos más lejos estas indagaciones.

Claramente es un hombre seguro y enérgico

  ¿Cómo es un chulo, de andar natural chulesco, imitándose a sí mismo en su andar chulesco? Un concepto extraño que emerge en la evolución es el de estímulo supranormal. Los tacones exageran ese balanceo que he nombrado arriba, el feminismo ataca este "artificio" que supone que es una imposición del macho, pero dicha exageración es una tendencia o una máxima en la evolución. La retroalimentación positiva, unida a la hipótesis de la reina roja, nos dice que para que una especie se mantenga en el mismo "lugar" (posición dentro del ambiente), ha de correr. O sea, es como ponerse encima de una cinta andadora, uno no avanza, pero tiene que hacer los movimientos necesarios como si se estuviera moviendo. Llevado a la evolución eso quiere decir que la cola del pavo real empezó con cuatro plumas y no demasiado largas, pero al final le llevó a su estado actual. En otro ejemplo, quizás más claro. Los machos de ciertas aves, creo que de la perdiz, dan saltos en el aire y se mantienen así por horas. En un principio, quizás, tal rito sólo empezó por un macho que se quería hacer ver por las hembras, y dado la alta hierva. Esa acción hizo que se reprodujera, que fuera visto y atrajera a alguna hembra. Con el paso de los milenios un solo salto no bastaba, pues lo hacían todo los machos, y competían para ver quien duraba más. Cuanto más se dure mejor condición física, que es lo deseable para la descendencia. Toda la evolución, y sobre todo lo que tenga que ver con el cortejo, se basa en el principio del estímulo supranormal: el superar un estadio anterior y en esa medida en exagerar algo de dicha especie y sexo. Luego la mujer exagera su balanceo de caderas con los tacones. No se lo ha impuesto el macho, o el patriarcado, emerge en los sistemas evolutivos bajo la regla del estímulo supranormal.

    Todo lo precedente no tiene que ver con el tema a tratar, pero en el proceso he sacado a colación ciertas cuestiones a tener en cuenta. Volviendo al tema de la frase de Alfred Henry Lewis, mi apuesta no es que sea exactamente no hacer nada, sino quedarme "paralizado" ante la pregunta, porque parecen dilemas irresolubles. No es un "problema" (¿dilema?) personal, aunque un psicólogo lo achacaría a un trastorno; es un signo propio de los intelectuales, de los humanos que han tendido a hacer de la razón su herramienta de vida. Tal tipología está representada en la serie "The good place" (gran serie que trata la ética y la libertad en tono de humor), en el papel de Chidi Anagonye, un profesor de ética, que se ve imposibilitado a accionar en la vida porque todo lo ha de analizar al detalle. En esa misma dirección yo me hago las siguientes preguntas: ¿hacer lo correcto…?, qué es tal cosa. Habría que contestar con la pregunta ¿correcto para qué? Un sin techo hace más lo "correcto" que un CEO (director ejecutivo de una gran empresa) a nivel ético y con respecto a no repercutir en el cambio climático: sin vehículo, sin gastar electricidad, ni demasiada agua… ¿Qué es igualmente incorrecto?, y de nuevo: ¿incorrecto para qué? De vuelta al sin techo, puede parecer un parásito, y por lo tanto actúa de forma "incorrecta", pero sólo trata de sobrevivir, y dado que quizás no encontró ninguna otra salida más "correcta" en una sociedad llena de valores incorrectos, según sus "criterios". Dos paradojas salen de la frase de Alfred Henry Lewis. Nos dice: "lo segundo mejor es hacer lo incorrecto". ¿Matar o robar es mejor que no hacer nada? Y en cuanto "lo peor es no hacer nada", hay que tener en cuenta que no es que sea una "opción", es que la vida es acción. Todo animal tiene como base dicha premisa, siempre "hace algo", si algunas aves de presa simulan quietud es para hacerse las muertas, en cuyo caso están "haciendo algo" al respecto a que las puedan comer. O sea, el no hacer nada es "antinatural" y no es una opción humana, por lo menos del cerebro profundo. Sí del prefrontal como vemos en la tipología que representa Chidi Anagonye. Teniendo en cuenta lo previo, en mis escritos hago lo que sé hacer y para lo está estructurado mi cerebro: para la capacidad de síntesis, que es una de las propiedades o estructuras de prefrontal. El concepto de la síntesis prefrontal afianza mi postulado de que inteligencia es la capacidad de crear novedad uniendo conceptos; igualmente en el anterior escrito decía que quizás un motivo de la bajada de la inteligencia se deba a que la actual forma de vida, en donde la mente se mantiene ocupada en las pantallas (móvil, televisión, ordenador), hace que el cerebro no entre en etapas de rumiación, que es donde se deben de dar los procesos semi-inconscientes, en donde se produzca la síntesis prefrontal, que seguramente intervengan en la consolidación de la memoria a largo plazo.




   Entro en tema, sobre si accionar o no en la vida social, pero como siempre dando rodeos.

¿Qué es un chivo expiatorio…? No quiero decir lo que ponga en la Wikipedia o cualquier otro medio de información. Me refiero a qué conlleva. Bajo mi punto de vista es aquel concepto o sesgo que el cerebro encontró, promovido por la evolución, y ante el dilema de "hacer algo o no hacer nada" y acallar sus taras, y en definitiva qué papel tienen las elecciones individuales en la vida, y cuál es el de la conciencia o las funciones del prefrontal. Lo que trato de hacer ver en la indagación sobre el chivo expiatorio es que no es un problema nuevo, ni es un problema que suceda a ciertos tipos de mentes o tipologías como la mía, sino que es un recurrente humano, en el cual la evolución tuvo que "intervenir". Viene dado por la triada 1. instinto o impulso atemporal, que es individual, 2. cerebro social o sistema límbico: emocional y colaborativo y 3. prefrontal o razón: el módulo que tiene que mediar entre los dos anteriores, posibles, opuestos.

    Si se estuviera perdido en la estepa siberiana, en plena ventisca de nieve, la salida, lo que ha de hacer uno mismo, que no escoger, es ir lo más hacia el sur posible, donde las condiciones climáticas sean más benignas. Pero, ¿y si va con otra persona que está débil, que tiene su propio criterio de qué hay que hacer y que le enlentece la marcha? En esa situación… ¿se "escoge" luchar por un lado el tratar de razonar con la otra persona, a la vez que se le alienta para que se esfuerce más? Qué condicionantes se dan: ¿es una persona digna para intentar salvarla?, ¿es familia o un extraño?, ¿puede ser beneficiosa su compañía en algún momento del futuro? Al final, ¿realmente se escoge o se opta por lo correcto? Y si dicha opción termina acabando con la vida de los dos. No estoy tratando de ser moral, y tampoco tratando de hallar por deducción la opción más práctica. Planteo que no existe realmente un camino tan perfectamente claro como para que el cerebro haga una elección que no tenga una alta probabilidad de ser la errada. Planteo que esa suele ser tanto la tónica a nivel individual como a nivel social. En realidad el cerebro, ese que he tratado de "retratar" con mi gráfica y los escritos previos, tiene una "pre-elección real", bajo sus propios parámetros. Una intención de fondo, que si es negativa para el acompañante, no se manifiesta. Si se nace con el parámetro de la sociabilidad esa "intención interna" será la de tratar de mantener al acompañante con vida. Si la apuesta es individualista, será abandonarlo a su suerte. En el primer caso… ¿y si es un asesino, o un violador? Su potencialidad no es prosocial, luego ¿por qué intentar salvarlo? Además, a sabiendas, que si las tornas cambiasen a su favor sería muy posible que él sí me matase o me abandonase.




    Chivo expiatorio es cuando se "escoge" un camino, en lo individual o lo social, que no es nuestra "pre-elección real",  potencial o motivada, pero a la cual negamos al accionar en la vida, por hacer "lo correcto", o lo mediado como correcto en lo social, en cuyo caso si salen mal las cosas iremos o nos remontaremos a esas elecciones, que no "nacieron" de nuestra "verdadera" intención, e iremos contra aquellos que decían que aquel otro sí era el "camino correcto". O sea, el "te lo dije", pero llevando a cabo acciones en donde o bien se sublima el odio y la ira, o en donde se manifiesta directamente con algún castigo o exclusión en lo social del "culpable", como por ejemplo lo que ocurrió con los judíos en la Europa del siglo pasado. A este nivel son las lágrimas de la acción social, en tanto que estas no resuelven a nivel individual un daño o error que nos haya acontecido, pero que hacen que se libere cortisol, a modo de válvula de escape de la tensión, y en donde el chivo expiatorio es la ira dirigida hacia a un presunto culpable para relajar el ambiente grupal. ¿Qué es el maltrato de género, en algunos casos, sino que uno de los componentes de la pareja sea el chivo expiatorio de su pareja frustrada?; en programas como "Gran Hermano" se manifiesta una y otra vez: el grupo mayoritario -bajo el estrés de la situación- suele recurrir a buscar un chivo expiatorio que cargue con la culpa de que la situación esté tensa o vaya mal. En definitiva, un mecanismo con  una función en lo social. Pero eso no es todo. Chivo expiatorio, si se trata de deducir el patrón que emerge en mi ejemplo, es la imposibilidad de hacer una elección cabal, pues no se conocen todos los parámetros y todas las posibles consecuencias, y en donde el concepto de libertad tiene que quedar ileso si tal elección falla. En ese caso se echa la culpa la elección "forzada", porque en esa dirección la capacidad de elegir -como mecanismo- no es la que está mal. Sino que el mal estaba fuera de la libertad, de la propia estructura de elegir de uno mismo o el grupo al que pertenezco, en definitiva de un determinante externo a mi (nuestra) estructura electiva.




    Puede que no haya quedado claro. Replanteemos el problema en dos pasos. En primer lugar los problemas sobre la libertad. De fondo estoy replanteando la cuestión del asno de Buridán bajo otras premisas. Es imposible predecir el mundo, pero la vida nos hace accionar sobre él. El asno no "escoge" entre dos montones de heno iguales y a la misma distancia, simplemente se alimenta de cualquiera de ellos. Alguna pequeña variación, como que su cabeza esté girada a la derecha, hará que vaya al montón de la derecha. El cerebro está haciendo una y otra vez esto mismo. Siempre hay alguna pequeña variable que balancee la elección interna en una dirección. Esas son las elecciones "motivadas" o "elecciones" anteriores -e interiores- a llevar el dilema al prefrontal. El cerebro ya ha decidido, el prefrontal, enjuiciando si tal acción se "ajusta" a lo que habría que hacer en lo social, reevalúa la "decisión". Siendo así lo que llamamos libertad o elección no es nuestra propia elección "pura", sino la mediada por el hecho de que estamos en medio de lo social, y tal sociedad tiene unas reglas establecidas para dicha situación. Segunda cuestión a tener en cuenta. Si lo social tiene peso para la elección: qué es lo social para que tenga unos parámetros y no otros. O sea, al igual que ocurre a nivel cerebral, o lo que le ocurre al asno de Buridán al tener algo girada la cabeza a la derecha, lo social igualmente se atiene a variables balanceadas hacia ciertas disposiciones. Y de ser así, ¿quién ha hecho tal balanceo? Lo social no es un inconsciente que al final remita a un prefrontal, unas elecciones en este caso, pues los procesos sociales son demasiado lentos como para que se produzca algún cambio "real", que vire una "verdad" en otro sentido. ¿Es puro inconsciente o es pura razón? Sería algo más de razón, que tampoco, si a cada toma de decisión del gobierno se hiciera una consulta a la nación, pero no es así. El gobierno tampoco es razón, aunque lo pretenda, pues suele hacer sondeos para tomar sus decisiones, que por lo demás están sujetos a errores, pues pueden partir de las preguntas equivocadas o no se hacen las adecuadas. Por otro lado tiene que hacer de mediadores entre el estado del mundo, en donde cada país parte con los mismos problemas, y en la suma que todos los países son jugadores de una partida de póker, en donde ciertas decisiones se basan en los ocultamientos y los engaños. En estamentos como la Unión Europea tampoco se ponen todas las cartas sobre la mesa. Bajo todas estas premisas el Estado lee el inconsciente colectivo tanto de su país como del resto de países, pues razón sería que nadie ocultase sus cartas y que además estuvieran jugando sus cartas de la forma correcta. Una "carta" mal jugada, por ejemplo, es que la productividad tenga que crecer todos los años. El supuesto es que la población crece y si se estanca la producción no habría puestos de trabajo para las personas que se van sumando al empleo. Crecimiento y tratar de frenar el calentamiento global creado por exceso de producción y consumo, lleva una contradicción implícita. Echamos más leña al fuego que nos quema. Si me gustó la paradoja de Abilene desde el principio, es que muestra a la perfección lo que estoy planteando aquí. Nadie decidió, no hay verdadera libertad, tal estructura es falsa. Tercer dilema a tener en cuenta: el papel del pasado. Si volvemos al asno de Buridán: ¿porqué tenía volteada la cabeza a la derecha?, porque se giró de su posición inicial, ¿qué determinó su giro? Lo que quiero hacer ver es que en busca de los determinantes, toda acción en el mundo habría que remontarla al principio de los tiempos, pues toda situación está precedida de un determinante previo, que a la vez lo estaba de un anterior y así hasta el infinito. La vida nació como adaptación a un medio que le formaba -las leyes físicas y químicas- y a la vez le llevaban en una "dirección" bajo ciertos parámetros.


De una película, que por ser nueva y no hacer Spoiler, no pongo cuál es. No es "Origen".


   Salgo del planteamiento de las premisas y voy a los consecuentes.

   ¿Hay alguna diferencia entre una simple reacción química y una pre-elección del cerebro tal como yo la he planteado? A ese nivel es como quien dice una "reacción química" muy compleja. Pensemos por ejemplo que si el cerebro no tiene el suficiente triptófano, quizás no tenga la suficiente cantidad de serotonina como para inhibir ciertas otras reacciones de otras moléculas, y en todo este proceso ya se está balanceando una pre-elección concreta sobre otra. O sea y como ejemplo, si la temperatura es muy sofocante el cerebro es más proclive a la ira. Esa misma complejidad, y analogía, se puede aplicar a lo social. Yo soy ese poco "triptófano" necesario para producir serotonina, que haría de inhibidor en el sistema. De mí no depende la cantidad de "triptófano", sólo soy una molécula que pulula por el cuerpo que es lo social. En lo social se manifiesta aquello de lo que hay más cantidad (la mayoría en las elecciones políticas y en los comportamientos en masa). Las personas se fijan en las acciones individuales que han creado cambios a lo largo de la historia, motivados por distintos sesgos preinstalados en el "sistema" cerebral -lo individual y la libertad tienen que contar para algo-, pero en realidad toda reacción en cadena se dará si la situación emerge, dadas unas condiciones en las que se encuentra el sistema. Da igual cual sea la primera molécula de agua que se vaporiza, si el proceso estaba por darse se dará. Una molécula de agua no es la primera y después todas le siguen: el mantenimiento del calor en el sistema es el que está propiciando la reacción, el cambio de estado. Esto es lo que se sigue de la sabia frase de "predicar en el desierto", si ninguna otra mente se "motiva" con unas palabras es que tal predicación se está dando en un sistema en el que no se encuentran las premisas necesarias para que se produzca la consiguiente reacción en cadena.
Si se me ha entendido y comprendido, entonces se puede entrever mejor qué quiero decir sobre qué es un chivo expiatorio. Ante el hecho de que la conciencia analiza las "elecciones" sociales, y que no tiene sentido elegir, pues no hay tal elección sino meras reacciones, dados unos medios y una sucesión de hechos previos, para que dicho módulo cerebral viva "sin ansiedad", de que no tiene el control de la vida, opta por pensar que la "culpa" de que las acciones y la dirección social vayan por mal camino, es a "causa" de cierta persona o colectivo, que es la que ha bandeado la elección hacia el lado "equivocado", frente a pensar que los determinantes y el azar son los que "tienen" el "control" de lo que acaece, que nos determinaría a ser como hojas en el viento. O sea, se simplifican las "causas" a una única que es la que se lleva la culpa, es la piedra a patear (o gato en otros idiomas) para liberar el malestar social. El cerebro es minimalista, pues depende de la regla de la parsimonia de la evolución, y en su búsqueda de liberar la carga cognitiva negativa lo hace simbólicamente y por transferencia hacia un "objeto" que se tenga a mano (lenguaje del psicoanálisis).



    No niego la libertad, lo que niego es que la libertad por un lado sea tan libre como se pretende, y por otro que tal elección prediga todos los cambios subsiguientes y por ello cuestiono su verdadera "utilidad". En esa dimensión se comprende, como han dicho tantos autores (Fromm, Sartre, Kierkegard, Camus), que se tenga miedo a elegir. El macho alfa hacía el papel de tomar las riendas de la acción, y obrar en el mundo bajo sus criterios. Lo que he perfilado en otros escritos sobre la tendencia a la individualidad, teniendo un sistema de recompensa/castigo diferente con respecto a la media, tiene (tenía) la función de crear un tipo de individuos que no medía tanto sus acciones en la dirección de no verse congelado al llegar a la parálisis del análisis. Quizás, en cierta forma, lo que quiero decir se explique mejor en la frase de Harold Geneen de: "mejor una buena decisión rápidamente que la mejor decisión demasiado tarde". O sea, hablo de la impulsividad dejándose llevar por lo instintivo y manteniendo el prefrontal de lado. Este módulo es principalmente inhibidor, es el que hace que nos aguantemos las ganas de orinar, por ejemplo. El alfa, por otro lado, no tenía que tener tanto en cuenta a los otros, sólo como medios, no como fines. Retomemos qué hacemos de manera predeterminada al hacer una elección: 1. hay una pre-elección o una tendencia motivada hacia una dirección, 2. el prefrontal "revisa" si tal pre-elección es aceptable en los social, 3. se escoge a partir de dichos criterios una elección mediada: ni demasiado egoísta, ni cediendo demasiado a lo social (depende de cada uno cómo equilibrar esos dos extremos). El alfa por lo contrario no tiene el segundo criterio, actúa bajo sus propias reglas y concepciones, para no enturbiar aún más la toma de decisiones. Nadie espera de un presidente del país que cuando tenga que tomar una decisión le pase la pregunta a un tercero para que le dé su opinión. Ha de ser resoluto, decidido, enérgico, con las ideas claras y en una sola dirección. El arquetipo de héroe de las películas es de ese tipo. Pensemos por ejemplo en el papel de John McClane (Bruce Willis) en la serie de películas  "Die hard" (la jungla de cristal, en España): suele actuar primero y después pensar.

    Si unimos puntos, arriba decía que en el cerebro profundo está la "verdad" de los sistemas, en cierta forma lo implícito es rápido y suele ser acertado con respecto a la realidad. A la vez dije que dichas verdades están individualizadas, puesto que estas estructuras tienen en cuenta las distintas tipologías humanas. El problema de la libertad viene dado a que lo que emerge desde un solo individuo tiene que ser mediado en lo social. El alfa no media con nada, sólo depende de su cerebro profundo, y dichas "verdades" que se manifiestan como intuiciones o caminos a seguir en sus acciones. Tenemos así que dicho individuo 1. está más unido a las "verdades" instintivas, y 2. necesita una química o estructura cerebral distinta a la media. Una de las moléculas que le hacen distinto, en su cantidad, es la testosterona (esta línea argumental la dejo en suspenso, y la retomaré en otros escritos).

    La pregunta que emerge a partir de lo dicho sería: entonces, ¿por qué el macho alfa dejó de tener importancia en el periodo que nos hizo humanos y nos llevó a la inversión de la dominancia o tribus acéfalas (sin gobernantes)?, ese tipo de "gobierno" es el que se ha mantenido en los cazadores-recolectores hasta la actualidad. Dilema irresoluble. ¿Solían ser déspotas e indeseables?, o se debió a causas externas como la que propuse en otro escrito de que eran las víctimas  más probables en las cazas y enfrentamientos con otros humanos, ¿o se debió a la monogamia?, a que tal inversión la llevase a cabo las mujeres, como propone la teoría de la coalición cosmética. Si se cuestionó al macho alfa tendría que haber sido porque conllevase demasiados problemas. Nadie cambia nada si todo funciona bien, o no trates de arreglar lo que funciona, no podría ser que se cambiase al alfa por sexo seguro. Lo dicho, sólo se puede conjeturar, no merece la pena "gastar tinta" sobre el tema. En un estudio y documental del neurobiólogo Robert Sapolsky, "Estrés, el asesino silencioso", por unas generaciones cierto grupo de babuinos no tuvieron machos dominantes, porque fueron los que se envenenaron al tener el "privilegio" de comer los primeros. Algo fortuito cambió la dinámica del grupo durante un tiempo. O sea, que por mucho que uno trate de predecir y conjeturar con la lógica, nunca se tendrá en cuenta que el azar también hace cambios, que en algunos casos son los que al final se mantendrán. De cualquier forma con las civilizaciones volvió el alfa bajo otros "ropajes" y designios. En la actualidad el Estado, y su presidente, hacen de alfa (líder) para cada país.
No se puede demostrar la libertad, ni la ausencia de ella. Bajo esta premisa el asno de Buridán se tendría que haber muerto de hambre al no poder discernir cómo accionar en el mundo, pero sin embargo comió… sin libertad, sin dilemas…, simplemente por determinantes que no era capaz de ver, entender o comprender (esta paradoja la muestra los Monty Python en la película "El sentido de la vida", cuando en un partido de fútbol entre filósofos, se inicia el partido con un pitido y estos se ponen a pensar, en vez de a jugar). ¿No es la vida humana, y su pretendida y alabada libertad, como el asno de Buridán? Accionamos unas veces de una forma más impulsiva, otras de forma más meditada. El resultado no es el control de la vida o de la sociedad. El caos y el descontrol se cuela una y otra vez, pero no de forma tan pronunciada como para que sea molesto dentro del sistema que formamos. En caso que crezca el caos y el descontrol emerge una reacción en cadena que hace que "hierva" la sociedad para cambiar de estado. En la salida hacia esa nueva condición sale el concepto de chivo expiatorio al que culpar de todos los "males" y en la dirección de que la libertad, como mecanismo, se siga validando y se tenga que seguir "usando".



    Conclusiones a partir de esto. La contaminación informativa, en su poso (lectura profunda), ha llevado a revelar al humano tal cual es y quizás no nos guste lo que hemos visto. El sistema actual es uno en donde se está sobrecargando la "cognición social" con demasiada información y además mucha de esta es irrelevante o son mentiras (fake news), lo que lleva a la falta de decisiones claras y rápidas. Eso ocurre porque los que habrían de ser los alfas, los gobernantes, están más pendientes del resto de los países y gobernantes que de sus propios instintos. En eso tampoco ayuda la mirada crítica y el alto seguimiento de la masa, sobre los gobernantes, que se han propiciado por medio de los nuevos medios de comunicación masivos e instantáneos. Quizás sucedió algo paralelo cuando cayó el alfa en la prehistoria: con el advenimiento de la conciencia su papel se cuestionó con ese nuevo medio (aquí tenemos un momento de nacimiento y de encuentro con una posible "verdad" que yo no tenía en mente: la síntesis prefrontal hilvana ideas mientras uno escribe). La conciencia era más susceptible de cuestionar todo a través de la razón, cuando en un estadio previo el alfa sólo era analizado bajo el pensamiento mágico. De ser así el estado actual es uno en donde el humano ha tomado conciencia de sí a nivel de especie, y en donde el alfa o gobierno ya no encaja en dicha estructura, pues toda decisión, cada paso que se diera, lo habría de tomar el total de los humanos por medio de votaciones de todo lo decidible, por medios digitales: el Estado sólo haría de funcionario, de ejecutor de esas decisiones. Tal sistema no sería más racional (como ya he dicho en otro lugar, pues sin conciencia no hay razón y en lo social no se puede dar tal conciencia unificadora), sería un sistema puramente inconsciente, en donde emergerían las reglas del sistema al que pertenecemos, como así ocurre en las especies eusociales. La primera premisa se deduce fácilmente al tener en cuenta la frase de Harold Geneen de "mejor una buena decisión rápidamente que la mejor decisión demasiado tarde"; lo raro en lo humano es lo excelso, si a este hecho se suma que cada humano toma la decisión más rápida, frente a la óptima, impelido por lo social y las circunstancias, entonces el sistema es tendente a las decisiones mediocres y erráticas. Me gustaría decir que en épocas pasadas, más pendientes de un mayor respeto y de poner en primer lugar a los tabús, y más tarde a los mandamientos morales, se tendía menos al impulso y las acciones estaban más meditadas y seguían la regla de tender a la perfección, pero no lo puedo asegurar. Si lo hiciera estaría echando la culpa a la "moralidad relajada" y esa no es mi "intención" (no soy de "rigidez" moral, más bien lo contrario. O sea, aunque no me guste la pornografía esto no nace de lo profundo, sino de la razón).

    A nivel individual. Yo me siento cual hoja al viento, si accionase en el mundo, y bajo sus premisas, iría contra mis principios. En esa situación me quedo congelado, pues no termino de tomar ninguna decisión que me saque de tal estado. La sociedad ha tomado una doble dirección que acaba o cuestiona la anterior. Arriba he dicho que el impulso atemporal "decide" o te guía a partir de la propia apuesta personal. En esa medida el humano ha "detectado" esa "verdad" y se agrupa con otros humanos a partir de dichas disposiciones. Las mujeres se unen en un colectivo, el ILGTBQ (o cómo sean ahora las siglas, que me pierdo) en otro, subdivididos a la vez en cada uno de ellos. Se unen los frikis, los célibes no por elección (INCEL), los MGTOW, etc. No pueden darse guerras -excepto virtualmente- en este nuevo mapa mundial, pero si se pudieran dar se darían (eso es lo que plantea en definitiva la serie de películas "divergente": tipologías humanas en lucha). Por otro lado emerge la pertenencia al humano como especie, habitantes del mismo planeta, donde los nacionalismos y las lenguas tienden a tomarse como reliquias (aunque aún se sustentan en gran medida). En caso de ni siquiera querer "pertenecer" a un colectivo, lo único que queda es la individualidad. ¿Y qué es un individuo en un banco de peces? Como dije en otro escrito, los peces que apostaron por los bancos, se metieron en esa encerrona evolutiva, pues todo individuo que tratase de abandonar el banco sería el cazado por los depredadores y su apuesta no se mantiene en el juego evolutivo. El humano está en la misma disyuntiva, no hay escape de lo social que sea válido, a no ser que te sobre el dinero, o a expensas de convertirte en un sin techo. Sino es así sólo te queda nadar junto al banco de peces y seguir su flujo. Un flujo que nadie decide, que nadie gobierna, excepto las reglas que emergen en el propio sistema. En definitiva, que no hay libertad, sólo existen aquellas pequeñas variables que te permita el sistema al que perteneces. ¡Cuidado de no nadar junto al resto de peces! Nuestro actual depredador somos nosotros mismos, bajo los conceptos de exclusión social y chivo expiatorio.
Aclaremos una última cuestión. Un experimento mental clásico de ética es el dilema del cambio de agujas, en donde uno ha de decidir, al cambiar de vía a un tren que viene sin frenos, si ha de atropellar a una sola persona o a cinco. Todo el mundo decide cambiar la dirección del tren para que no atropelle a las cinco. En un segundo experimento se le dice que el salvar a esas cinco depende de tener que empujar a una persona con sobrepeso a las vías para frenar el tren. Las personas "deciden" no empujar al otro ser humano. La primitiva que surge de tal cuestión es el verse libre del sentimiento de culpa al matar a una persona con las propias manos, en vez de la primera opción donde opera un cambio de agujas y no hay que empujar a nadie. ¿No nos damos cuenta que es lo mismo?, ¿qué opera un mecanismo programado del cerebro (primitiva) y que no hay elección? Bajo mi punto de vista en el sistema actual vivimos cegados que "al mover palancas" no somos culpables de que al final haya muertes, como así son los suicidios. De nuevo la libertad escondiéndose de sus responsabilidades. Según lo social inconsciente el único culpable es el propio suicida. Volviendo a los homicidios por la violencia de género. De ese 0,001% de personas que llegan a ese extremo, algunos son hombres subcontrolados que consumen drogas. Centrémonos en un caso: un niño nace de una madre drogadicta que ya la ha vuelto adicto. Si tal caso pasa desapercibido para los servicios sociales ese niño, seguramente sin padre, tendrá una educación pésima o nula, tanto a nivel educacional como emocional. Su cerebro nunca terminará de madurar. De pasar por la fase en donde el prefrontal tenga la capacidad de inhibir los impulsos y por ello la ira. Tal persona es posible que sólo pueda encontrar de pareja a una igual, otra drogadicta. En alguna situación desesperada y de ira llegará a tal estado de violencia, que en alguna caída de su pareja, a partir de un golpe mal dado, esta se “desnucará” y morirá. ¿Realmente creemos que el único culpable es ese hombre? Falla el sistema, falla la maternidad, la educación estable en un núcleo familiar…, falla todo.



    (Offtopic: Mi actual tendencia es no atenerme a la regla de hacer escritos cortos para tratar de adaptarme a la caída del mantenimiento de la atención. Pienso que la reducción de la información es más proclive de llegar a ser reduccionista, con la consiguiente posible malinterpretación, ya sea por parte del que lo escribe o del que lo lee, o de ambos. En otros casos la constante reducción de un escritor a otro que lo replique, lleva al deterioro de la copia, de una copia... Por otro lado estoy dejando de lado las redes sociales, pues "envenenan la sangre", (a veces es mejor el lenguaje cotidiano que el académico o moderado). La caída de FaceBook ha propiciado el crecimiento de Twitter, cuando es el peor medio, pues el mensaje corto y conciso -en la dirección de poder crear un diálogo- es imposible. Con todo, y puesto que entro en Twitter para poner enlaces de mis escritos, la curiosidad siempre cae en cliquear sobre algún Trending topics. Las redes sociales llegan a la estupidez de entrar en una discusión de si la derecha o la izquierda repercute más en el cambio climático. O la nueva canción de Merche de "lo que me da la gana", (#LoQueMeDeLaGana), en donde entraron en juego las voces de las "feministas". Según el feminismo el patriarcado no era un pacto social "real", pues no se había tenido en cuenta a la mujer. "Hago lo que me da la gana" es no tener en cuenta el diálogo y por ello no querer consensuar el llegar a un pacto social. Debería de ser catalogado de vídeo inflamatorio, según los criterios y la "jerga" que usa el feminismo de la cuarta generación sobre los vídeos de ciertos YouTubers. Podría traer aquí a colación la frase de José Martí de que "todo egoísta es un delincuente", pues ese "hago lo que me da la gana" es uno de sus signos, pero el mismo autor también dice que "los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan", luego ambas frases se contradicen, pues un ente liminal creerá o luchará de forma empecinada, que pudiera ser tomada como egoísta, contra aquellos que lo oprimen, y en ese caso la primera frase cae en la ambigüedad. Como se puede ver me argumento y contraargumento a mí mismo con honestidad, me gustaría que todo humano lo hiciera, pero la tendencia es "usar" o caer en el sesgo de confirmación (y otros parejos), en sólo "leer" de la realidad lo que le dé a uno mismo (o a su ideología) la razón. Por lo demás carece de sentido, pues cuando sean madres no aceptarán que sus hijos les digan "hago lo que me dé la gana". ¡Así es el panorama actual de incongruente e incendiario! La canción de Merche es una prueba, de tantas, de que ahora mismo el feminismo "vende"; toda idea liminal o transgresora que llega a la etapa de la normalización, como para que se vuelva mercantil, es que ha llegado a su punto culmen, tras del cual vendrá un deterioro en su uso vulgarizado y normalizado, que lo podrá llevar a su "muerte". )




Más frases e ideas que se han quedado en el tintero:
- "No puedo hacerme entender. No puedo hacer que nadie entienda lo que está sucediendo dentro de mí. Ni siquiera puedo explicármelo a mí mismo." Kafka
- "Lo falso es susceptible de una infinidad de combinaciones; pero la verdad no tiene más que una manea de ser." Rousseau
- "El carácter es como un árbol y la reputación su sombra. La sombra es lo pensamos de algo; el árbol es la cosa real." Lincoln
- "La libertad no consiste en hacer lo que se quiere, sino en hacer lo que se debe". Ramón de Campoamor
(No las he incluido en el texto, pues me parecen demasiado aleccionadoras y esa no es mi intención. Trato de deducir "verdades" y que la vida es caos: no trato de crear una moral.)
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Propio, algo de locura:
- La vida no fue una bendición de Dios, sino una maldición que echó Dios sobre la materia inerte: la condenó a cobrar vida.
- ¿Y qué fue Jesucristo sino el chivo expiatorio de su época? Dice la leyenda negra que cierta parte de la sociedad odiaba a Jesús, y que cierto día Este les dijo: "Matarme si no creéis que lo que soy no depende de mí, sino que soy un producto de la sociedad", las consecuencias ya las sabemos.
- ¿Que es egoísmo o altruismo? Si alguien dijera: "si no eres feliz, no te preocupes, algún desconocido lo será por ti", no le vale a nadie, más bien sienta como una patada en un ojo.


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