El Árbol del Bien y del Mal
Tema para una novela, que como yo no voy a hacer regalo. No da para crear una teoría, por ser demasiado hipotética.
La novela se centraría en ciertos humanos (sapiens) al llegar a cierta región habitada por neandertales, en una zona del Cáucaso, en concreto la cultura Cucuteni – Trypillia (se verá porqué). Frente a dicha región se levanta una cordillera montañosa de picos con una altura de hasta 5000 metros de altura. A la izquierda el mar Negro, a la derecha el Caspio. Se encuentran en un callejón sin salida.

Al llegar se topan con una población bastante grande, basada en guerreros y sacerdotes. Se les despierta la curiosidad cuando se dan cuenta que no son neandertales como los que han encontrado en otras zonas. Son más despiertos, más vivaces, inteligentes e inquietos. Los acogen de buena gana en su tribu, si bien con ellos no se entienden más que por señas. Hablan mucho y muy rápido, pareciendo muy locuaces, y como si en su mente fluyese un río embravecido sin posibilidad de freno. En sus encuentros por la noche ante el fuego no bailan, sino que dedican el final de la jornada a hablar todos juntos de forma profusa y motivada.

A los pocos días se enteran de un bosque frutal fuertemente protegido. Nadie puede entrar en él sin la guía y vigilancia de los sacerdotes, protegido este por los neandertales más fieros y fuertes. A la vez se les dice que el rey del poblado les quiere ver en una audiencia.
En ese encuentro este les cuenta que tal bosque está protegido porque en él se encuentra el árbol del bien y del mal, del que nadie fuera de su tribu puede tomar sus frutos. No hay nada más tentador para el cerebro humano como que te señalen una barrera que no se tiene que cruzar. El rey les dice que pueden entrar en el bosque y comer sus frutos, pero que no se tienen que acercar al árbol del conocimiento, y mucho menos comer de él.
Lo demás lo dejo en manos del que quiera seguir la historia. No sería estrictamente fiel a la biblia, sino que se daría una guerra entre los sapiens y los neandertales por la defensa, y el tratar de conquistar el bosque y al árbol del conocimiento, a modo de las guerras entre españoles y centro/sur americanos por sus preciadas ciudades y tesoros.
En qué me baso para tales supuesto. La raza caucasiana proviene de este origen del Cáucaso. El Cáucaso fue el Internet -conexión de culturas y saber- de su época (como después lo fue el mediterráneo) por la situación de tal enclave. Es sabido que a cada uno de los dos lados de todo sistema montañoso hay grandes poblaciones, pues todo viajante que cruzase las montañas, por los medios antiguos, necesitaban reponer fuerzas.
La cultura Cucuteni – Trypillia es de los pocos grupos sociales primitivos que tuviesen un rey o líder, mientras que el resto de cazadores-recolectores de la misma época era acéfalas.
Esta es la sugerente etimología sobre el nombre Caucaso:
“El nombre proviene del griego Káukasos, legendario pastor escita asesinado por Crono y que dio nombre a las montañas. En la mitología griega, el Káukasos era uno de los pilares que sostienen al mundo. Se afirma también que Prometeo fue encadenado a estas montañas por Zeus.
Otra versión es que procede del personaje mítico llamado Caucas, antecesor legendario de los pobladores del Cáucaso. Éste era el hijo de Targamos, y nieto de Jafet (tercer hijo de Noé) o Japeto. Su historia fue puesta por escrito en una compilación de crónicas georgianas medievales, llamada Kartlis Tsjovreba (‘Vida de Kartli’, centro de la región antigua y medieval de Georgia, conocida también como Iberia, redactadas a partir de la tradición oral del lugar. Uno de los autores de estos textos, cuya cronología oscila entre el siglo IX y el XIV, que se ha podido identificar es Leonti Mroveli (siglo XI).”
Otra versión es que procede del personaje mítico llamado Caucas, antecesor legendario de los pobladores del Cáucaso. Éste era el hijo de Targamos, y nieto de Jafet (tercer hijo de Noé) o Japeto. Su historia fue puesta por escrito en una compilación de crónicas georgianas medievales, llamada Kartlis Tsjovreba (‘Vida de Kartli’, centro de la región antigua y medieval de Georgia, conocida también como Iberia, redactadas a partir de la tradición oral del lugar. Uno de los autores de estos textos, cuya cronología oscila entre el siglo IX y el XIV, que se ha podido identificar es Leonti Mroveli (siglo XI).”
Por otro lado Terence McKenna tiene la teoría del mono drogado: que el humano llegó a ser lo que es por medio de hongos que contenían psilocibina. Yo no lo creo, pero en la actualidad está en boga la repercusión de la herencia horizontal de las especies: “La transferencia horizontal de genes (HGT) o la transferencia lateral de genes (LGT) es el movimiento de material genético entre organismos unicelulares y/o multicelulares que no sea por la transmisión (“vertical”) de ADN de los padres a descendencia (reproducción). HGT es un factor importante en la evolución de muchos organismos.” En ese caso puede que un frutal estuviera infectado de un organismo que al comerlo cambiara la genética de sus individuos y/o su descendencia.
En otra cara del poliedro que analizo, la teoría de la mente bicameral argumenta que en un estadio previo la voz interna no era sentida como tal, sino como que alguien les hablaba en el interior, ya fuera tomada como un Dios o como un ancestro (alguno de los padres o de los abuelos). Según dicha teoría hubo un momento dado en donde dicha voz no fue tomada como ajena, sino como propia, lo que “suena” muy parecido a tener conciencia de la desnudez y del conocimiento del bien y el mal (y bla bla bla). Sin tantas florituras: de repente el hombre tomó conciencia de sí, puesto que al percatarse de que esa voz era él mismo, fue capaz de tomar conciencia de su “naturaleza”, de sus capacidades. El propio Noam Chomsky argumenta que el lenguaje nació de golpe. Sí me convence la teoría bicameral, no así la de Chomsky, pues el lenguaje es muy complejo como para que emerja de repente; aunque puede que la “verdad” esté a medio camino, si lo que ocurrió es que de repente cobrase una mayor fluidez y se ampliara sus recursos más complejos, como las formas verbales, proposiciones, una gramaticalidad más estructurada o cosas similares, por medio de la toma de conciencia. Hay que tener en cuenta que en un cerebro sin conciencia (conocer que se conoce) el objeto mental y el externo no tienen distancia: son la misma cosa. Con la conciencia el humano sabe que es distinto el objeto mental, que es un signo (señala o sustituye al objeto real) con respecto al objeto. Siendo así es parejo el estado bicameral con aquel otro en donde no existía distancia entre el objeto mental y el real en la palabra. Ese estado previo dejó vestigios (restos, rastros) en el hemisferio derecho, el del pensamiento mágico, pues, y como ejemplo, los Judíos no deben nombrar o saber el nombre de Dios, pues son una y la misma cosa. Otros restos se pueden deducir de poder hacer hechizos y maldiciones a partir del nombre de la persona. En otro nivel, pero en realidad oculta el mismo concepto de que objeto interno y externo son una misma identidad, cuando se les echó fotografías a los indios norteamericanos creyeron que se les había robado el alma. En definitiva, cuando el humano tomó su voz externa como propia creó el divorcio entre signo y realidad y eso debió de desarrollar exponencialmente el lenguaje.
En conclusión, que puede que no fuera tan descabellado lo del árbol del bien y del mal, leer artículo del enlace para enriquecer la idea y este otro sobre la mitología universal sobre el árbol. También hay que tener en cuenta que los druidas, los sacerdotes de la Europa celta, y que serían los herederos de las creencias del Cáucaso, veneraban a los árboles.

Otra posibilidad más banal -que es más posible y creíble- sería pensar que en ese primer cruce, en esa zona, con los neandertales, se “crease” por hibridación el humano moderno, que nació con esa mayor capacidad verbal (y por ello creativa –vigor híbrido-, ya que se potenció la síntesis prefrontal a través de la palabra) y que además esa nueva generación fuera la primera en tener conciencia o que rompiera con el anterior estado de mente bicameral. Que además fue la que, de nuevo y por desgracia, volvió a retomar el papel de líder (o alfa) en el nuevo papel de rey. Pero la novela sería más épica con el árbol como tema de fondo. Una posibilidad a tener en cuenta, que se podría introducir en el libro como un relato que alguien cuenta sobre el pasado, es que hubiera una primera persona que comió de ese árbol, y que por sus nuevas capacidades llegó a dominar en su grupo y se erigió en rey o Dios-rey, tal capacidad la heredaban sus hijos, y de ahí el mito fundacional de relacionar una estirpe con un inicio divino o semi-divino, propio del inicio de la historia contada y transmitida, que se mantuvo hasta bien entrada la Edad Media. Con el tiempo, por hijos ilegítimos y descendencia profusa, tales características fueron las que tenían todo los habitantes de dicha región. Yo acabaría el libro con el hecho de que, en unas de esas batallas, quemaron el bosque, como parábola de que la ambición del hombre siempre mata o acaba con aquello que trata de conquistar o dominar.
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