Sincronización Neural y Síntesis Creativa
"Somos lo que repetimos." Aristóteles
"Lo último que necesita este sitio son un conjunto de reglas coherentes. Las reglas hacen que la gente piense que el mundo se puede entender… ¡y no se puede, es un caos! (…) la lógica es una trampa." Future Man
"La felicidad es buena para el cuerpo, pero es la pena la que desarrolla la fuerza de la mente." Marcel Proust
"Alcanzarás buena reputación esforzándote en ser lo que quieres parecer." Sócrates
"La felicidad es buena para el cuerpo, pero es la pena la que desarrolla la fuerza de la mente." Marcel Proust
"Alcanzarás buena reputación esforzándote en ser lo que quieres parecer." Sócrates
El presente escrito trata tres puntos del anterior, y de uno que quedó atrás sobre la limerencia y buscar lo igual, para ampliarlos y en cierta forma explicarlos con más datos y detalladamente. No puedo sumar estas ideas al anterior escrito, pues ha tenido tantas revisiones y ampliaciones que ahora es bastante confuso e inconexo dada su complejidad y variedad de temas tratados. Tampoco quedaría bien poner como nota a pie de página algo tan importante. En este escrito se ve una de las utilidades del mapa mental sobre la superveniencia, creado con el programa "Thebrain". Hago referencias a muchas páginas que están abiertas en el navegador de las que cojo notas e ideas, pero si me tengo que remitir a una de ellas no me queda otra que tantear para ver cuál es, lo que me demora y me pone nervioso al perder el control de dónde está cada artículo. Se rompe el flujo mental creativo. Con el mapa mental los tengo conectados y encontrarlos es más fácil dentro de su buscador (ventana de arriba a la derecha).
De forma casual llegué a la conferencia en TED de Uri Hasson. Este párrafo sólo va en la dirección de unir puntos sobre el anterior escrito y dicha conferencia, por lo que hay que haber leído y visto las dos cosas. En primer lugar hay que aclarar los términos. En inglés llaman a tal efecto “entrainment”, que literalmente quiere decir “arrastre”, es sinónimo de acoplamiento o sincronización. En la conferencia dice que usa el término de “neural entrainment” con respecto a la similitud de lo que ocurre con el de “physical entrainment”, concepto que no se encuentra en una búsqueda en la Wikipedia, ni en Google académico. Si bien al poner “entrainment” de forma genérica en la Wikipedia nos lleva a un pequeño listado de temas similares. Viendo los artículos comunes a los que lleva no parece acertado que haya sido traducido por inducción, pero queda fuera de mi nivel el debatir tal elección, pues sería intrusismo. En la conferencia Hasson nos muestra cómo varios metrónomos, cada uno a su propio ritmo en el tiempo, se sincronizan al ser puestos encima de una plataforma que hace a su vez de “oscilador”, que es el que al final, en varios ciclos, sincroniza todos los metrónomos. Esta es la explicación de la Wikipedia (google siempre traduce entrainment por arrastre):
“El arrastre se ha utilizado para referirse al proceso de “acercamiento” (mode locking) de osciladores accionando de forma acoplada (conectada), que es el proceso por el cual dos sistemas de oscilación interactivos, que tienen diferentes períodos cuando funcionan de forma independiente, asumen un período común. Los dos osciladores pueden caer en sincronía, pero también son posibles otras relaciones de fase. El sistema con la mayor frecuencia se ralentiza y el otro se acelera.”
En el mismo artículo nos dice que su descubridor, Christiaan Huygens, inventor del reloj de péndulo en 1666, lo llamó “simpatía extraña”, inusualmente similar a lo que en musicología se llama “resonancia simpática“, que en su definición “es un armónico: fenómeno en el que una cuerda o cuerpo vibratorio anteriormente pasivo responde a vibraciones externas con las que tiene una semejanza armónica“. Igualmente se nos dice que “el arrastre se produce porque se transfieren pequeñas cantidades de energía entre los dos sistemas cuando están fuera de fase de tal manera que produzcan retroalimentación negativa.” Fijarse que este lenguaje, sobre cuerdas y cuerpos vibratorios, se puede extrapolar a humanos, y la imitación y el seguimiento de tendencias, como metáfora a que el humano no está fuera de ser un sistema complejo y que se rija por sus leyes; la frase quedaría así: "la imitación es un fenómeno en el que una persona o un grupo de ellas con tendencias pasivas, anteriormente individualizadas, responden a sugerencias de otras personas o grupos, que son líderes, con las que tienen semejanzas y simpatías (...) la inducción se producen dados pequeños ajustes imitativos entre los dos sistemas, a partir de que cada uno se conduzca bajo su propia fase individualizada, de manera que se produzca una retroalimentación negativa, en donde se pierde la individualidad a favor de la sincronía en tanto que un nuevo grupo o nuevo sistema". No sólo se adaptan los seguidores imitativos, sino los propios "falsos" líderes, dado que aceptan las sugerencias de sus seguidores, siguiendo estadísticas, para "limar asperezas". A esta actitud es a lo que llamamos "políticamente correcto" o era de la posverdad. Las redes sociales son las que han servido de plataforma o suelo, como en el caso del vídeo, entre los cilindros inferiores (líderes) y los metrónomos (redes sociales). Si todos odiamos tanto a los líderes chaqueteros, como a las redes de influencias, ¿quién es realmente el "culpable"?, nadie, puesto que estamos bajo el influjo de leyes que no entendemos a nivel de calle (leer sobre sociofísica o física social), y que las entienden unos pocos especialistas y las usan para "manipular" el medio social por medio de los "inocentes" políticos. Me toca unir puntos con mis escritos.
En el anterior escrito decía que la sincronización es el “sentido” -recoger información del medio- más antiguo en la evolución, a través de sincronizarse con las horas de luz del día, que más tarde llevó a sincronizaciones con otros seres unicelulares. Está claro que si una especie era sensible a cierto rango del espectro de luz que otra especie, las dos tenían dos sincronizaciones distintas. Su identidad “nacía” de tener en común la sincronización a un mismo espectro de luz a una misma hora del día. Con el tiempo la sincronía o la percepción cuórum se añadió al repertorio de la información incluida en el ADN. Un pequeño salto a la actualidad: los depredadores tienen ventaja para cazar en la noche, que es la hora de dormir de sus presas. Desincronización de la actividad vital y los relojes biológicos. Es muy posible que los primeros “depredadores”, seres unicelulares, “nacieran” de “saber” en qué momento del día había más seres unicelulares en cierto lugar. Nace el concepto de identidad y otredad con respecto a los ciclos vitales. Seguramente fue en esta dirección por la que “nació” la detención de cuórum, que es la capacidad de una especie de sincronizarse para un fin. Así “de manera similar, algunos insectos sociales utilizan la detección de quórum para determinar dónde anidar” nos dice la Wikipedia. Lo revolucionario, que propone Uri Hasson, es que la inducción neural o sincronización, durante la comunicación y en los oyentes, se da a nivel de la detención del significado. O sea, se dan varias sincronizaciones, una de ellas en las zonas auditivas y puesto que el habla es en primer lugar una onda sonora, mientras que el significado implícito es tratado en las zonas más evolucionadas del cerebro. Lo ha comprobado ante el experimento de que un mismo mensaje en varios idiomas, para los oyentes de cada uno de esos idiomas, se crean de nuevo las mismas sintonías en las frecuencias de las neuronas de las mismas zonas complejas del cerebro. Pero ¿no es eso lo que hace la empatía y por lo tanto las neuronas espejo? Seguramente es una y la misma cosa vistas desde dos ángulos distintos, si bien es muy posible que las neuronas espejo “nacieran” con -y por- este propósito. O sea, al sincronizarse a nivel de ritmos u oscilaciones de grupos de neuronas, al final cierto tipo de neuronas tuvieron esa función o especialización: tratar de sincronizarse con las de la persona que se tenía enfrente, por inducción (aquí sí encaja este término, pero igualmente por arrastre o por acoplamiento), y por lo tanto se llegó a las neuronas espejo y por ello a la empatía. Tenemos aquí la estructura de cómo algo tan complejo como la empatía humana, y por ello la solidaridad y la caridad, nacen de algo antiguo, mecánico (siguiendo leyes físicas que se cumplen en rangos como el sonido o el movimiento) y por evolución. La cronología evolutiva sería: 1. sincronizar a través de las neuronas motoras para imitar movimientos con la finalidad de aprender, 2. captar el contexto de la acción motora para encontrar su significado -o sea, si con un coco se recoge agua, cerrando una hoja grande se recoge agua, lo contextual es el deseo de recoger agua- , 3. a la llegada del habla había que encontrar el contexto de lo significado en lo hablado. Este último proceso es el que ha localizado Uri Hasson y sus compañeros de equipo. Por el medio está el empatizar o sincronizarse con las emociones, que igualmente parten de lo muscular: si viendo una película vemos que hacia el protagonista llega un peligro de forma súbita, nosotros nos echamos hacia atrás: es motor, pero a la vez se nos induce (de nuevo el mismo término) la emoción de susto y/o miedo. Dejo de momento este tema para intercalar otras ideas y conceptos.
Por otro lado he dicho que hay patrones que aunque no iguales, son similares de una forma ambígua. Proponía en esa dirección que el animal que se nos hizo más similar a nosotros fue el lobo, y quizás de ahí naciera la colaboración y el unir fuerzas que llevó a su domesticación. El concepto más cercano en teoría de sistemas, al que se puede asemejar lo que yo digo, es el de equifinalidad, que "es el principio de que en sistemas abiertos se puede alcanzar un estado final dado por muchos medios potenciales. También significa que un objetivo puede ser alcanzado de muchas maneras". La convergencia evolutiva es uno de esos casos, donde varias especies, incluso de varios órdenes llegan a "conclusiones" evolutivas similares o iguales. Como ejemplo sencillo, al vuelo han llegado insectos, aves y mamíferos. Otro caso más complejo es el del gráfico, sobre dos plantas distintas.

Dicho concepto extrapolado al sonido o en la teoría musical, y en la medida que dos de ellos se encuentran, son los llamados armónicos. Por otro lado en acústica se produce y es llamado el "efecto beat" cuando en se da “un patrón de interferencia entre dos sonidos de frecuencias ligeramente diferentes, percibidas como una variación periódica en el volumen cuya velocidad es la diferencia de las dos frecuencias”. En palabras sencillas: dos sonidos (frecuencias), cada uno procesado por cada oído con unos auriculares, crean un leve efecto de latido cuando sus ondas coinciden o se cruzan (hay un ejemplo en el artículo de la Wikipedia). En esta dirección he de reescribir el concepto de limerencia y del emparejamiento. Este es el segundo tema del presente escrito, pero intercalado aquí por necesidad. En mi libro “la imposibilidad de la razón” argumentaba que el emparejamiento se daba por lo complementario. Sé que a las feministas no les gustan los roles y arquetipos, pero nunca les daré la razón de que los dos sexos sean iguales y a que las diferencias se dan en lo social. Los griegos, en su mitología, llena de dioses y semidioses, “creaban” un dios por una propiedad, patrón o comportamiento humano, que le “asignaban” el sexo masculino o femenino dependiendo si creían que era más propio de la mujer o del hombre. La extrapolación más clara, de donde sale la simbología icónica de los dos sexos, son Afrodita, diosa del amor -que su homóloga Romana era Venus-, y Ares, dios de la guerra -en la mitología Romana Marte-, (pendiente de hacer un gráfico a modo de resumen de dichas características). ¿Quien duda que el amor donde está mejor representado es en el afecto y vínculo ideal de la madre y su hijo?, ¿y que la violencia es más propia de hombre? Eso no quería decir que cada atributo fuera único de cada sexo, tan sólo que había una tendencia mayor a que se pronunciase en un sexo. Sea como fuere se puede decir que hay unos rasgos para la feminidad y otros para la masculinidad. Repito, no son dos polos opuestos como el blanco y el negro, sino más bien un difuminado que va del blanco y el negro con una larga zona de grises. En ese sentido Apolo y Atenea eran unos dioses más grises, más mixtos, donde la segunda también era diosa de la guerra. Por otro lado Nietzsche "despreciaba" lo apolíneo (razón) frente al dios más caótico, varonil, directo o instintivo como lo era Dionisos. De cualquier forma está claro que en los extremos, de ese degradado de grises, están el blanco y el negro. En el libro al que hago mención a dicho tema, decía que si un hombre tenía un 60% de masculinidad y un 40% de feminidad, “encajaría” con una mujer que tuviese un 40% de masculinidad y 60% de feminidad. Este reduccionismo en porcentajes es sólo en la dirección de tener una representación mental sencilla y pensable, la cuestión es más ambigua, pero creo que queda claro que si uno de los dos, en una pareja, es poco decidida, la otra ha de suplir o “rellenar” ese vacío “aportando” una fuerte capacidad de decisión. Yo puedo tener talento, pero no soy ambicioso, una pareja debería haber “rellenado” ese vacío como para poder haber publicado mis escritos. De ahí sale la frase, que seguramente odien las feministas, que: “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”. En realidad se puede decir a la inversa, la fuerte impulsividad y capacidad decisiva de Margaret thatcher, era sostenida por un marido tranquilo y apaciguador. Hay tres casos bien conocidos en donde eran sus mujeres las que eran más ambiciosas y alentaron a sus maridos a iniciar sus carreras: Dick Cheney, Bill Clinton y aquí en España José María Aznar, donde las mujeres de los dos últimos han tenido sus propias incursiones en la política: Hillary Clinton y Ana Botella. Por otro lado si los dos emparejados son igual de empecinados, un nivel alto por encima de lo que sería la media, eso llevaría a fuertes discusiones y posibles odios o rechazos interiorizados y sublimados. Se mantiene mi idea sobre la limerencia, pero readaptada, se busca lo igual -vuelvo a esto después-, y se trata de buscar lo autopoiético -completar ese ser “total” antes de la división a dos sexos- en la medida que la unión de las dos personas llegan al 100% de lo masculino y lo femenino, como un ser único. De esta forma unifico ideas y conceptos que llevan ahí por siglos. Para Platón cada humano era un ser dividido que tenía que buscar el completarse. "Al explorar las diversas necesidades del individuo acerca de las condiciones ontológicas del ser, Nietzsche afirmó que todas las cosas están en un estado de «privación ontológica», en el que anhelan llegar a ser más de lo que son", fuente Wikipedia, si bien el autor no concreta en que consiste tal falta y tampoco va en la dirección platónica. Otra idea, que puede que no guste ya tanto, es que si alguien porta en sí un lado, sin que su contrario lo frene, es cuando se pueden crear desequilibrios. Alguien impulsivo ha de estar al lado de un alma apaciguadora. Bajo mi punto de vista el lado más fronterizo de lo femenino es retroalimentación negativa, y en el lado opuesto de la otra frontera, lo masculino es retroalimentación positiva. Un sistema vivo es un equilibrio entre estos dos opuestos, si bien dominados por la fuerza negativa, para mantenerse en equilibrio y mantenerse en la medida como sistema cerrado, que es la tendencia esencial de todo ente autopoiético. Esta extrapolación de femenino/retroalimentación negativa, masculino/retroalimentación positiva, se puede analizar por las hormonas que nos “dominan” o rigen, o las que están en los dos de forma equilibrada. La testosterona induce a la acción arriesgada, donde su principal neurotransmisor es la adrenalina: retroalimentación positiva. El estrógeno en la mujer tiene las mismas capacidades, aunque no tan pronunciadas, si bien es frenado por la progesterona. Sus niveles van con respecto al momento del ciclo menstrual, de ahí los cambios de humor y comportamiento. Por otro lado la oxitocina y la prolactina son propias de las mujeres, y estas hormonas son las que crean serenidad, la empatía y el amor: retroalimentación negativa. En el hombre se pronuncian estas hormonas, con capacidades neuromoduladoras, cuando están emparejados y con hijos; si no lo están, no. Es más sólo se dan estas hormonas cuando lo que se mantiene en la pareja es el amor. En cuanto se cree distancia entre la pareja el hombre mantendrá el vínculo con los hijos, pero no ya con su par (cónyuge, pareja). En otro lenguaje, de nuevo se vuelve “más hombre” o retroalimentación positiva y sin freno. En definitiva, y volviendo a los ritmos, hombre y mujer van a frecuencias distintas, pero si suplen -al emparejarse- el proceso de llegar en sus sumas al 100% de lo masculino y lo femenino, se da el efecto de los armónicos, en donde de fondo subyace un latido o ritmo por el cual se sincronizan, sin necesidad de perder su identidad o propia sincronía, como se ven en el siguiente gráfico. Bonito, elegante, poético.

Dicho concepto extrapolado al sonido o en la teoría musical, y en la medida que dos de ellos se encuentran, son los llamados armónicos. Por otro lado en acústica se produce y es llamado el "efecto beat" cuando en se da “un patrón de interferencia entre dos sonidos de frecuencias ligeramente diferentes, percibidas como una variación periódica en el volumen cuya velocidad es la diferencia de las dos frecuencias”. En palabras sencillas: dos sonidos (frecuencias), cada uno procesado por cada oído con unos auriculares, crean un leve efecto de latido cuando sus ondas coinciden o se cruzan (hay un ejemplo en el artículo de la Wikipedia). En esta dirección he de reescribir el concepto de limerencia y del emparejamiento. Este es el segundo tema del presente escrito, pero intercalado aquí por necesidad. En mi libro “la imposibilidad de la razón” argumentaba que el emparejamiento se daba por lo complementario. Sé que a las feministas no les gustan los roles y arquetipos, pero nunca les daré la razón de que los dos sexos sean iguales y a que las diferencias se dan en lo social. Los griegos, en su mitología, llena de dioses y semidioses, “creaban” un dios por una propiedad, patrón o comportamiento humano, que le “asignaban” el sexo masculino o femenino dependiendo si creían que era más propio de la mujer o del hombre. La extrapolación más clara, de donde sale la simbología icónica de los dos sexos, son Afrodita, diosa del amor -que su homóloga Romana era Venus-, y Ares, dios de la guerra -en la mitología Romana Marte-, (pendiente de hacer un gráfico a modo de resumen de dichas características). ¿Quien duda que el amor donde está mejor representado es en el afecto y vínculo ideal de la madre y su hijo?, ¿y que la violencia es más propia de hombre? Eso no quería decir que cada atributo fuera único de cada sexo, tan sólo que había una tendencia mayor a que se pronunciase en un sexo. Sea como fuere se puede decir que hay unos rasgos para la feminidad y otros para la masculinidad. Repito, no son dos polos opuestos como el blanco y el negro, sino más bien un difuminado que va del blanco y el negro con una larga zona de grises. En ese sentido Apolo y Atenea eran unos dioses más grises, más mixtos, donde la segunda también era diosa de la guerra. Por otro lado Nietzsche "despreciaba" lo apolíneo (razón) frente al dios más caótico, varonil, directo o instintivo como lo era Dionisos. De cualquier forma está claro que en los extremos, de ese degradado de grises, están el blanco y el negro. En el libro al que hago mención a dicho tema, decía que si un hombre tenía un 60% de masculinidad y un 40% de feminidad, “encajaría” con una mujer que tuviese un 40% de masculinidad y 60% de feminidad. Este reduccionismo en porcentajes es sólo en la dirección de tener una representación mental sencilla y pensable, la cuestión es más ambigua, pero creo que queda claro que si uno de los dos, en una pareja, es poco decidida, la otra ha de suplir o “rellenar” ese vacío “aportando” una fuerte capacidad de decisión. Yo puedo tener talento, pero no soy ambicioso, una pareja debería haber “rellenado” ese vacío como para poder haber publicado mis escritos. De ahí sale la frase, que seguramente odien las feministas, que: “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”. En realidad se puede decir a la inversa, la fuerte impulsividad y capacidad decisiva de Margaret thatcher, era sostenida por un marido tranquilo y apaciguador. Hay tres casos bien conocidos en donde eran sus mujeres las que eran más ambiciosas y alentaron a sus maridos a iniciar sus carreras: Dick Cheney, Bill Clinton y aquí en España José María Aznar, donde las mujeres de los dos últimos han tenido sus propias incursiones en la política: Hillary Clinton y Ana Botella. Por otro lado si los dos emparejados son igual de empecinados, un nivel alto por encima de lo que sería la media, eso llevaría a fuertes discusiones y posibles odios o rechazos interiorizados y sublimados. Se mantiene mi idea sobre la limerencia, pero readaptada, se busca lo igual -vuelvo a esto después-, y se trata de buscar lo autopoiético -completar ese ser “total” antes de la división a dos sexos- en la medida que la unión de las dos personas llegan al 100% de lo masculino y lo femenino, como un ser único. De esta forma unifico ideas y conceptos que llevan ahí por siglos. Para Platón cada humano era un ser dividido que tenía que buscar el completarse. "Al explorar las diversas necesidades del individuo acerca de las condiciones ontológicas del ser, Nietzsche afirmó que todas las cosas están en un estado de «privación ontológica», en el que anhelan llegar a ser más de lo que son", fuente Wikipedia, si bien el autor no concreta en que consiste tal falta y tampoco va en la dirección platónica. Otra idea, que puede que no guste ya tanto, es que si alguien porta en sí un lado, sin que su contrario lo frene, es cuando se pueden crear desequilibrios. Alguien impulsivo ha de estar al lado de un alma apaciguadora. Bajo mi punto de vista el lado más fronterizo de lo femenino es retroalimentación negativa, y en el lado opuesto de la otra frontera, lo masculino es retroalimentación positiva. Un sistema vivo es un equilibrio entre estos dos opuestos, si bien dominados por la fuerza negativa, para mantenerse en equilibrio y mantenerse en la medida como sistema cerrado, que es la tendencia esencial de todo ente autopoiético. Esta extrapolación de femenino/retroalimentación negativa, masculino/retroalimentación positiva, se puede analizar por las hormonas que nos “dominan” o rigen, o las que están en los dos de forma equilibrada. La testosterona induce a la acción arriesgada, donde su principal neurotransmisor es la adrenalina: retroalimentación positiva. El estrógeno en la mujer tiene las mismas capacidades, aunque no tan pronunciadas, si bien es frenado por la progesterona. Sus niveles van con respecto al momento del ciclo menstrual, de ahí los cambios de humor y comportamiento. Por otro lado la oxitocina y la prolactina son propias de las mujeres, y estas hormonas son las que crean serenidad, la empatía y el amor: retroalimentación negativa. En el hombre se pronuncian estas hormonas, con capacidades neuromoduladoras, cuando están emparejados y con hijos; si no lo están, no. Es más sólo se dan estas hormonas cuando lo que se mantiene en la pareja es el amor. En cuanto se cree distancia entre la pareja el hombre mantendrá el vínculo con los hijos, pero no ya con su par (cónyuge, pareja). En otro lenguaje, de nuevo se vuelve “más hombre” o retroalimentación positiva y sin freno. En definitiva, y volviendo a los ritmos, hombre y mujer van a frecuencias distintas, pero si suplen -al emparejarse- el proceso de llegar en sus sumas al 100% de lo masculino y lo femenino, se da el efecto de los armónicos, en donde de fondo subyace un latido o ritmo por el cual se sincronizan, sin necesidad de perder su identidad o propia sincronía, como se ven en el siguiente gráfico. Bonito, elegante, poético.

FUENTE WIKIPEDIA: HTTPS://EN.WIKIPEDIA.ORG/WIKI/BEAT_(ACOUSTICS)
Llega la hora de las malas noticias. En la conferencia, en TED de Uri Hasson, hace mención a la imposibilidad de crear una inducción neural en el oyente. Pone de ejemplo el que una persona se refiera a un taxi como un coche de alquiler. Bajo mi lenguaje, y las propuestas del escrito anterior, es a lo que se puede llamar ruido o interferencia. Un ejemplo claro es que cuando leemos, y por la capacidad previsora del cerebro, este crea un adelanto de la siguiente palabra, y de repente el escritor hace una frase ambigua con un giro extraño. Creo que puede pasar con mis escritos; me puede pasar incluso a mí cuando me leo después de mucho tiempo. También lo vimos con el ejemplo de los zurdos: el cerebro no se puede poner en el contexto de alguien que parece hacer las cosas al revés…, bajo el “punto de vista” de las neuronas espejo musculares. Un musulmán o un judío no pueden sincronizarse con alguien que come cerdo. En todo esto el lenguaje tiene mucho que decir. Hoy decimos que “sintonizamos” con otra persona, que es una palabra relativamente nueva. En otro tiempo, y aún hoy, se dice que se armoniza. Es muy posible que la palabra más antigua, y sinónima a estas, sea la de afinidad. El fijo de la palabra es “fin”, alguien afín es alguien con el que comparto fines. En el lenguaje teleológico -y de las funciones-, la causa y el fin son unidad: los pulmones se crearon para respirar y tienen ese fin. De esta manera se puede decir que alguien afín lo es porque Ser y fines, como son unidad, nos “definen” (de nuevo el fijo “fin”) dentro de una misma forma de ser o identidad. Dicho de otro modo: somos unos tipos de cerebros que se comportan igual, o sea que son capaces de sincronizarse, puesto que tienen más probabilidades de crear “inducción neural” y por ello empatía. A esto mismo apunta Uri Hasson en su vídeo en TED, el cual afirma que dos cerebros más iguales se sincronizan mejor, sin entrar en detalles. De esta manera, y teniendo en cuenta el párrafo sobre lo equivalente y la contraposición en el otro sexo, buscamos en la pareja lo equivalente con respecto a suplir ciertas de nuestras carencias, pero lo más igual a nosotros mismos. O dicho en negativo o por su contraparte: alguien afín es un tipo de persona que nos crea menos disonancia, interferencia o ruido. El bostezo contagioso - el mecanismo empático más arcaico- , quizás, sea el mejor pronosticador de esta doble dirección de empatía e interferencia. Posiblemente una persona zurda que acabemos de conocer no nos contagiará su bostezo. Lo mismo para alguien de otra cultura, país, religión o idioma. Mientras que sí lo hacemos con alguien que nos es familiar y afín, sobre todo cuanto más directo sea el vinculo sanguíneo. Bajo otro prisma, si alguien afín (familiar, amigo...) tiene éxito nos provoca alegría empática, que al no haber un término en castellano hay que usar el proveniente del budismo "muditā", mientras que por el contrario si nos alegramos por el daño de alguien que no nos es afín, y que igualmente no tiene una palabra en el castellano, sentimos lo que los alemanes denominan "schadenfreude". Cuando creamos grupos, lo hacemos en la dirección de las afinidades, esto se ha pronunciado sobre todo con Internet, e igual cuando buscamos pareja. Sé que parece confuso o incluso contradictorio, pero el cerebro sabe qué es esencial al buscar un igual, y qué contingente y a suplir como algo complementario. Nos lo hace "saber" por la mera atracción, sin que dicha pulsión la pueda explicar la razón a través del prefrontal... ya se sabe: "el corazón tiene razones que la razón no entiende” de Pascal. La esencia es ese ego o carácter duro y pétreo en el centro de nuestro cerebro, lo contingente es cómo este núcleo se desenvuelve en una sociedad dada y en un tiempo dado. En mi caso: soy artista, este nombre es nuevo, soy creativo, innovador; en la prehistoria alguien como yo no tenía que ser ambicioso, no existía la mercancía y el mercado.
La mala noticia, y que además tiene que ver con la oxitocina, es que cuando se crea un fuerte nosotros, se crea inevitablemente un ellos, que son aquel grupo o personas con los que no somos capaces de sintonizar o no tienen la potencialidad de crear inducción neural…, como es el caso de un machista y una feminista, para ir a un ejemplo claro y de actualidad. Atrás he dicho que en este proceso tiene la “culpa” la oxitocina, veamos porqué. Esta molécula es la que se crea en el vínculo entre madre e hijo. Por extensión es la que se produce en todo vínculo con alguien cercano, de ahí el refrán de “el roce hace el cariño”. Los efectos de esta hormona se ven en lo típico de unos padres de tratar de favorecer lo más posible a sus hijos en detrimento a que a otros le pueda ir peor. Esto nos dice la Wikipedia:
La mala noticia, y que además tiene que ver con la oxitocina, es que cuando se crea un fuerte nosotros, se crea inevitablemente un ellos, que son aquel grupo o personas con los que no somos capaces de sintonizar o no tienen la potencialidad de crear inducción neural…, como es el caso de un machista y una feminista, para ir a un ejemplo claro y de actualidad. Atrás he dicho que en este proceso tiene la “culpa” la oxitocina, veamos porqué. Esta molécula es la que se crea en el vínculo entre madre e hijo. Por extensión es la que se produce en todo vínculo con alguien cercano, de ahí el refrán de “el roce hace el cariño”. Los efectos de esta hormona se ven en lo típico de unos padres de tratar de favorecer lo más posible a sus hijos en detrimento a que a otros le pueda ir peor. Esto nos dice la Wikipedia:
“Un estudio de 2014 afirmó que la oxitocina promueve la deshonestidad cuando el resultado favorece a los grupos estrechamente vinculados a los que pertenece un individuo. Se puede ver un ejemplo de este efecto en el mundo real cuando los padres mienten sobre su dirección para ingresar a mejores escuelas para sus hijos.”
Siempre tendemos a favorecer a los más cercanos, a esto le llamamos fidelidad y lealtad, aunque en muchos casos sean persona deshonestas o incluso criminales u homicidas. Piénsese sino en el vínculo de Eva Braun y Hitler. La oxitocina es la molécula que conlleva al humano a lo inclusivo, pero con el defecto que tal inclusividad sea en detrimento de perjudicar a otros. Aquí vemos lo ambiguo de todo reduccionismo, femenino es retroalimentación negativa: bien; oxitocina es propio de lo femenino y crea el amor: bien; pero es esta molécula es la que a la vez crea lo inclusivo y por ello la otredad y la potencial falta de afinidad como para crear “inducción neural” e interferencia (falta de armonía) cerebral: mal. De hecho hay que recurrir al prefrontal, que es gasto de energía y por ello retroalimentación positiva, para contrarrestar esa tendencia “natural” del cerebro, luego de nuevo la necesidad de dicha fuerza para equilibrar el sistema complejo que es lo social humano. Si bien la inducción neural conlleva retroalimentación negativa, como nos dicen en la Wikipedia, al final hace falta “mucha” retroalimentación positiva para equilibrar el sistema complejo humano. Volviendo a la mitología griega y los tonos de grises, y rematar este párrafo, según contó la sacerdotisa Diotima a Sócrates, el amor no era una deidad, sino un Daemon (demonio), si bien hay que aclarar que no es la concepción cristiana de demonio, sino que "«todo lo demoníaco está entre lo divino y lo mortal», y describe a los demonios como «interpretar y transportar cosas humanas a los dioses y cosas divinas a los hombres; ruegos y sacrificios desde abajo, y ordenanzas y recitales desde arriba...»", fuente Wikipedia. En el amor está lo mejor y lo peor de los humanos, pues por un amor posesivo y/o obsesivo se puede llegar a matar, o crear trastornos como el "síndrome de Münchhausen por poder", en donde el cuidador deliberadamente daña al que ama, generalmente al hijo; o de forma más leve crear trastornos de apego en el niño que durarán de por vida. En otro caso, la guerra siempre se piensa como ataque, pero también es defensa, en donde lo que prima es el amor por los tuyos. Lo dicho en el escrito anterior: no hay orden, no hay simetría, o no es tan evidente y dual como bueno/malo, Dios/demonio, positivo/negativo, femenino/masculino. La vida es complejidad, no hay reducción a duales; los orientales los supieron representar bien con el clásico emblema del yin y yang. En el equilibrio está eso humano que parece que vamos perdiendo (que tampoco estaba en el cristianismo, que es claramente dual), donde esas fuerzas se podrían resumir como un... "ámame, pero no demasiado, y dame algo de guerra, pero no en exceso". Las retroalimentaciones positivas y negativas están creadas en lo evolutivo y los sistemas complejos para "convivir" y equilibrarse, si bien hay que tener en cuenta que su equilibrio ha de ser en tanto que la negativa es la que tiene que predominar. En el actual sistema humano, para mal, está en ventaja la retroalimentación positiva.
El resto de conclusiones, sobre las que no quiero redundar, ya se han tratado en el escrito “un porqué evolutivo de la identidad” y el resto de los escritos: toda identidad crea e implica una otredad. Tendemos a imitar, y seguir tendencias y modas para sintonizar y sincronizarnos con otras personas; o dicho en negativo: para no estar desintonizados y fuera de onda (de nuevo referencia al sonido).
El resto de conclusiones, sobre las que no quiero redundar, ya se han tratado en el escrito “un porqué evolutivo de la identidad” y el resto de los escritos: toda identidad crea e implica una otredad. Tendemos a imitar, y seguir tendencias y modas para sintonizar y sincronizarnos con otras personas; o dicho en negativo: para no estar desintonizados y fuera de onda (de nuevo referencia al sonido).
Hace unos días hice una de mis típicas caminatas donde me hecho andar sin tener prefijada una ruta, al final hice cambios a rutas que ya conocía. Por la noche, ya en la cama, hice un "resumen" al recorrido, mentalmente y con imágenes. No estaba todo, paso a paso, claro está, pero el cerebro recordaba sobre todo los cambios sobre rutas habituales y recordaba momentos claves. Esto mismo pasa en cada cerebro al echarnos a dormir. Sobre todo si ha sido un día muy intenso. Un caso claro es haber salido de fiesta por la noche o el trabajar en bares nocturnos. El cerebro no se termina de desconectar al volver a casa: revive ciertas situaciones o emociones en ese mismo proceso de llevar al prefrontal cosas que se han vivido desde la inmediatez de los estados, en donde este módulo no tiene la capacidad de entrar en juego. O vives o piensas (mente analítica), raramente se piensa mientras se vive en el día a día. Ese es el proceso que lleva a cabo el cerebro antes de dormirnos. Ya en otros lugares he dicho que el hipocampo, como principal módulo de la memoria nació para crear mapas tridimensionales del terreno explorado. Cuando el cerebro ha evolucionado lo ha hecho a partir de esta estructura y modo para guardar información, pero ¿hasta qué punto? Cuando el cerebro guarda algo no procesa el punto de A hasta B de cada paso. Si por ejemplo estamos en un desierto, llano y de terreno duro, cada paso es igual al anterior. Lo que hace el cerebro es guardar hitos o cosas claves. En el ejemplo del desierto, si durante una hora vamos en línea recta eso no crea memoria, si acaso temporal: "trecho largo de total vacío". La memoria se crea cuando después de esa hora se divisa un grupo de arbustos que dejamos a nuestra izquierda. Este tipo de cosas, como una montaña, o un riachuelo, etcétera, son las que se denominan hitos. La importancia de dichos hitos es que son los relevantes para volver a hacer esa misma ruta o para volver. Se suman además las dificultades y por lo tanto su correspondientes emociones. Pues bien, ¿por qué la memoria tiene que ser activa?, por el hecho que nace de recordar rutas y terrenos, donde cuando se hace una nueva se referencia y se suma a una anterior. O sea, al hacer esta nueva ruta me cruzaba con otras anteriores, que atravesaba a las dejaba a mi derecha o mi izquierda. Cuando se está caminando el cerebro no se limita a guardar la nueva ruta sino que además se va percatando en qué posición y distancias están las otras. A veces al caminar al prefrontal llega una previsualización de algún hito de esas otras rutas, así como sus dificultades y distancias. En resumen el cerebro tiene que ser activo, y sin la intervención o supervisión del prefrontal, porque está sumando rutas y por ello teniendo un conocimiento más exhaustivo del terreno. En los momentos inactivos me imagino que crea uniones entre rutas, que son uniones neuronales, de tal forma que cuando vuelves a hacer una ruta puedes salirte de ella cogiendo un camino que sabes que es el más directo para volver. Fijarse que esta unión de varias cosas comunes puede denominarse en el lenguaje coloquial como "tomar distancia o perspectiva" sobre los temas. El lenguaje casi siempre se referencia con respecto a esa capacidad del hipocampo para procesar el terreno. Esa toma de perspectiva, en un tema, es igual que si no subimos a una parte alta del terreno para situarnos y teorizar sobre las distancias o los posibles caminos a seguir.
El resto de tipos de datos se acoplaron a seguir esta forma de proceder. Cuando leo algo nuevo tengo mis propios hitos, mis temas y conceptos referentes, en donde lo nuevo se añade a esas "rutas" de mis propias ideas. El cerebro por sí sólo crea esas uniones, vínculos, deducciones o abducciones como si fuera un mapa, pero extensible a un conocimiento abstracto o concreto sobre el mundo y en definitiva del exterior. A grandes rasgos, en el caso de un filósofo este mapa son sobre conocimientos abstractos, y en el caso de un arqueólogo concretos, a la hora de ir a excavar a un terreno. En esa dirección el cerebro es creativo en la medida que "rellena" vacíos de sus mapas mentales y busca síntesis o "resúmenes" en tanto que se guía por hitos, que a nivel de lenguaje son palabras o conceptos. El nominar o dar nombres a todo fue un proceso más a la hora de simplificar el mapa mental y en la medida que eran como los hitos: referentes del conocimiento sobre el mundo. Cuando digo "mi amigo Juan", es una abstracción tanto del concepto de amistad, como del propio Juan, que si tuviera que especificarlas al detalle me podría llevar horas. Es una capacidad o estructura mental, al igual que la adicción como estructura se puede llevar tanto a sumar números, como a sumar manzanas, objetos o palabras. El nombre de "síntesis creativa" no es mío, es de Wilhelm Wundt, si bien su teoría no ha tenido mucho éxito, más que nada porque es demasiado abstracta, ambigua y no se atiene a las neurociencias. "Wundt veía la mente como activa, creativa, dinámica y volitiva. Una característica clave de la síntesis creativa es que las capacidades mentales son más que la suma de sus partes. En todas las combinaciones psíquicas, el producto es más que la suma de sus diferentes partes que se combinan; lo que ocurre es una nueva creación por completo. Por esto, se entiende que son generativos (creativos) en todos los aspectos. Hay una verdadera novedad y creatividad en las operaciones cognitivas superiores", nos dice Michael C. Corballis en "la mente recursiva".
Quizás lo más relevante de la síntesis creativa de Wilhelm Wundt sea el concepto del "principio de los contrastes". Es el equivalente del concepto de hitos, si bien son tratados como entidades que se referencian a otras por sus diferencias o contrastes. De nuevo la otredad para referenciar una identidad. A nivel de la explicación que yo he dado del cerebro, es la estructura por la cual al tener dos hitos similares, por ejemplo dos montañas como referentes en el paisaje, buscásemos sus diferencias para que "funcionen" bien como hitos o referentes como para no confundirlas, lo que podría llevar a perdernos y que por lo tanto no sirvan de hitos. En esa medida el cerebro tiene de nuevo otra estructura antigua que tiene la capacidad de identificar a un objeto, pero que además ha de tener una subestructura por la cual si hay identidades similares esta se ha especializado a buscar las diferencias. Estructura igualmente práctica a la hora de diferenciar una seta comestible de otra, que aunque similar, es distinta y venenosa.
Otro de mis conceptos clave es el de la "pegajosidad neural", que ahora hay que revisarlo a partir de todos los datos nuevos. En el anterior escrito decía que para que algo sea trabajado por el cerebro ha de quedarse como "pregunta abierta", como tema no cerrado o sin resolver. "Pregunta abierta" e hito son comunes. Son referentes que el cerebro puede manejar, que están nominados (referenciados a un nombre), y contrastados a que no son iguales a otras identidades, y que por lo tanto han de tener su propia identidad, si bien la pregunta abierta es un tipo de hito que no termina de coger una forma o identidad definida y definitiva (atención a que el fijo de ambas palabras es "fin"). Se tiene la intuición a que es distinto a cualquier otra cosa, y por ello queda como inconcluso, pero no terminando de tener una identidad particular (única). Dicho marcado lo debe de establecer el prefrontal, a través de la conciencia. Fijarse que este módulo es la capacidad de saber que se sabe, es aquí donde se da el "marcado", puesto que ante esa entidad este módulo, que es circular, no se auto-cumple, no logra cerrarse, pues no prefija a dicho hito como que sabe que lo sabe, dado que no tiene todo el conocimiento necesario para que se cumpla esa regla. Lo devuelve al cerebro con un "no sé", o no se cumple, o no se le puede dar una identidad bajo los parámetros de "saber que se sabe". En otro lenguaje -y para que se entienda mejor- la conciencia, de cumplirse sus reglas, es fe. No es realmente conocimiento en la medida que como propuso Karl Popper, por el principio de falsación, la verdad sólo se alcanza en la medida que en ese momento no ha sido falsada o probada al 100%, y puesto que es susceptible a que en el futuro sea revisada y falseada. La "pregunta abierta", y por lo tanto cuando la conciencia no puede etiquetarla con su fe, es etiquetada como duda y devuelta al sistema, donde dicha "pregunta abierta" sigue las reglas de la síntesis creativa de mantenerse como un grupo de neuronas que son activas, creativas, dinámicas y volitivas. O para verlo bajo otro ángulo. Memoria es cuando ciertas neuronas, a las que le competen un conocimiento, quedan inertes, apagadas. Mientras que aquellas que se mantienen como dudas o preguntas abiertas, se mantienen activas y conectándose a otras para tratar de ser "encajadas" (¿inducidas a que sí hay un "ritmo" al que deberían "bailar"?) en algún patrón, de deducción, y lo más importante abducción, bajo las premisas de Charles Sanders Peirce. En distintas etapas Peirce trató de establecer a qué se refería o qué buscaba con tal concepto (fuente Wikipedia):
- El secuestro es adivinar. Es "muy poco obstaculizado" por las reglas de la lógica. Incluso las suposiciones individuales de una mente bien preparada son más frecuentemente erróneas que correctas. Pero el éxito de nuestras conjeturas es muy superior al de la suerte aleatoria y parece que nace de la sintonía con la naturaleza por instinto (algunos hablan de intuición en tales contextos).
- Abducción adivina una idea nueva o externa para dar cuenta de una manera plausible, instintiva y económica de un fenómeno sorprendente o muy complicado. Ese es su objetivo próximo.
- Su objetivo más largo es economizar la propia investigación. Su razonamiento es inductivo: funciona a menudo, es la única fuente de nuevas ideas y no tiene sustituto para acelerar el descubrimiento de nuevas verdades. Su justificación involucra especialmente su papel en coordinación con otros modos de inferencia en la investigación. Es una inferencia a las hipótesis explicativas para la selección de las que vale la pena probar.
- El pragmatismo es la lógica del secuestro (abducción). Tras la generación de una explicación (que llegó a considerar guiada instintivamente), la máxima pragmática da la regla lógica necesaria y suficiente para el secuestro en general. La hipótesis, al ser insegura, debe tener implicaciones concebibles para la práctica informada, a fin de ser verificable y, a través de sus ensayos, para acelerar y economizar la investigación. La economía de la investigación es lo que exige el secuestro y gobierna su arte.
De esta pequeña síntesis se deduce el porqué de la frase de "ten cuidado con lo que deseas (o lo que piensas)"; vamos a desarrollarlo a partir de lo que tenemos, si bien su campo se amplía al de los deseos y por ello a las emociones, y al de la propia identidad. En todos estos procesos se sigue la regla Sartriana de la trinidad de lo faltante, de lo que está falto y lo fallido. En este caso sólo nos interesan las dos primeras. En muchos de mis escritos he reducido a la vida como aquello que "busca" algo que le falta, en donde el agua y la comida es su forma más evidente. Cuando suple su "deseo" se cierra la dualidad faltante y lo falto como saciado o cumplido. Fijarse que esta regla es tanto válida para un deseo, para el papel de la conciencia y el conocimiento, como hemos visto en los párrafos precedentes, como para la identidad. El cerebro trata de cerrar la dualidad faltante-falto (los argentinos usan mucho la frase de "no me cierra" como que no les termina de satisfacer algo) en todos estos ámbitos. El camino más directo para ver dicha regla son los deseos, basta que alguien con el que hablamos nombre algo, una comida, o una película… para que lo queramos, para que se abra la secuencia de "un" yo como faltante de algo de lo que estoy falto. Pues bien, la revisión del concepto de pegajosidad neural es que son más "pegajosos" aquellos hitos cerebrales de tipo "pregunta abierta", puesto que están activos como para buscar sus faltantes. Si se me nombra un chuletón, mi cerebro se sincroniza y busca todas las asociaciones disponibles en sus neuronas a la imagen de un chuletón y a uno mismo comiéndolo. No se cumple, luego se queda como deseo, que nos introduce en una vorágine de ideas e imágenes que buscan cerrarse, de ser saciadas: nos vamos a la primera carnicería que encontramos, en cuanto podamos, para comprar un chuletón. Sea como fuere, cualquier sugerencia que sea nombrada para el cerebro esta es susceptible de quedar como pregunta abierta o faltante, como cuando te dicen "no mires a la chica de la izquierda" y se nos va la vista allí donde se nos prohíbe.
A nivel de ideas y conocimientos ya lo hemos analizado. Queda el tema de la propia identidad. Esta nunca está cerrada, es un "deseo" o pregunta abierta que siempre está contaminada de lo faltante (sólo se suple al morir). En muchos casos estamos "necesitados" de la imagen que nos devuelvan los otros sobre nosotros mismos. En ese caso son espejos en dos sentidos: 1. en la medida que nos definen en frases como "que ingenioso eres", y 2. por el principio de los contrastes de Wilhelm Wundt; el propio cerebro, sin que el prefrontal lo (pre)procese, se da cuenta de las diferencias de sí mismo con respecto a cómo es la persona que tiene en frente. Igualmente hay que tener en cuenta un "efecto secundario" del principio de los contrastes, que es el posible "narcisismo de las pequeñas diferencias", por el cual uno siente orgullo de aquello que le hace diferente, a veces indistintamente de que sea positivo o negativo. Con el tiempo se tendera a pronunciar tales diferencias o contrastes, con lo que inclinaremos la balanza hacia la auto-profecía. Estas reglas, sobre todo la primera, dependen del nivel de sugestionabilidad, y es menos propio de los alfa, y se da más cuanto menos seguro esté una persona de sí misma. Hay un dicho que asegura que "si a uno se le dice que es tonto lo piensa, si se le dice muchas veces lo pone en duda, y si se le dice siempre terminará por serlo", que no es más que una versión larga del de "ten cuidado con lo que piensas o deseas". Pero este tipo de conocimientos subconscientes no siguen las reglas de fe y duda, establecidas en párrafos anteriores, puesto que no son verificadas por el prefrontal. En cierta forma, y en esa medida, el cerebro actúa como los estómagos de los herbívoros: devuelven la comida a la boca desde el estómago, para volver a ser masticadas. Fijarse en el acierto de la elección del verbo rumiar para ese proceso que hace el cerebro si no es frenado. El prefrontal rumia algo (lo hace la red de modo predeterminado), que ya podría estar en cierta forma "digerido", pero donde para que se cumpla como conocimiento de saber que se sabe, y puesto que tal estado sólo lo puede dar el prefrontal a través de la conciencia, como para que este lo marque con la fe o con la duda. Que etiquete esa dualidad faltante/de-lo-que-está-falto como "cerrado" o como "pregunta abierta". En esta trama es por lo que funciona o se cumple la regla de "ten cuidado con lo que deseas o piensas". Se pueden dar, a grandes rasgos, dos posibilidades: 1. que uno por mantener una actitud ante un otro se le dé el marchamo de fe, o como cerrado, a cierta puesta en duda sobre nuestra identidad, y en ese caso es una fe falseada y por lo tanto mala-fe (en Sartre) o auto-engaño. 2. O por otro lado nosotros mismos dudamos sobre algo, de si en realidad es parte de nuestra propia identidad, de la que al final renegamos y de nuevo es mala-fe y auto-engaño. En los dos casos hemos establecido al cerebro la idea como que "así está bien, yo soy así", de tal forma que ya no es una pregunta abierta, sino algo en lo que el cerebro pone fe, o en otro lenguaje: habremos creado una profecía que tenderá a autocumplirse con el tiempo. Veamos esto en ejemplos. Estamos hablando de la identidad, y este tipo de identidad es la narrativa, aquella que desarrollamos cuando alguien nos pregunta sobre nuestro pasado o sobre qué sentimos o pensamos sobre tal o cual cosa. En la medida que contemos nuestro pasado bajo un punto de vista, a veces ocultando algo que no nos gusta o nos puede dejar en una mala posición ante el oyente, creamos una imagen falseada de nosotros mismos, pero que para que "funcione" (encaje, se sincronice, no cree interferencias) en el cerebro, el prefrontal no lo tiene que ver con la duda, sino con fe. En esa medida nos convertimos en la imagen que queremos ser a nivel social. La realidad es muy otra: se creará una personalidad dual o falso yo, al que le depositamos toda nuestra fe. En otro caso: a veces nos equivocamos en una afirmación o actitud, pero por no reconocer nuestro error le damos fe, a este efecto se le llama "tiranía de las pequeñas decisiones". A lo largo del tiempo tendremos que mantener esta discrepancia como parte de nuestra identidad, como que no partió de un error. El tercer caso, el más común, es que nos premien (o castiguen) por cierta actitud o tipo de comportamiento, de tal forma que, por condicionamiento clásico, se quede prefijado como parte de nuestra identidad. En el caso que sea por premio, el cerebro buscará la suelta de dopamina, cual adicto, reafirmándose una y otra vez en la misma actitud o comportamiento… resultado: terminamos siendo aquello que los otros premian; o en negativo: aquello que los otros no castigan. Este comportamiento es la base de la sociedad, todos nos "ajustamos a lo que se espera de nosotros, limamos aquello que no gusta y nos pronunciamos en aquello que nos premian.
Aquí hay que volver a traer el concepto de estímulo supranormal, que antes de saber de él yo lo llamaba lo caricaturesco. Una de las bases de la memoria es la habituación. Si vivimos al lado de una vía de tren al final el cerebro deja de molestarle, en cierta medida no lo oye. En esa dirección, para evitar la habituación, uno pronuncia cada vez más ciertos rasgos. Si a una persona la gente le premió por ser gracioso, cada vez tenderá a ser más gracioso, a extralimitar ese rasgo, hasta volverlo supranormal o caricaturesco; lo mismo para cínico, alegre, afectuoso, etc. Por el estímulo supranormal es por lo que exageramos algo de mundo, fijarse sino en la reducción supranormal de llamar a las distintas etnias por sus colores: blanco, negro, amarillo, marrón..., son aproximaciones exageradas. Esta regla sirve igualmente para analizar la identidad nacional. La mayoría de las naciones se vuelven en aquello que desearon o pensaron de sí mismas, o como las veían el resto de las naciones, por el efecto supranormal, y por mantener la identidad: la seriedad y rectitud de los alemanes (cabezas cuadradas tenía dos sentidos), lo divertido y alegre de los italianos y españoles, lo romántico y fogoso de los franceses…¿en qué medida lo son o es algo perfilado por ciertos escritores de principio del siglo pasado y películas hollywoodienses de la actualidad? Donde quizás se note más este concepto, que quiero hacer notar, es en los ingleses, y su respeto y "amor" ha hacer colas, los cuales no hacen nada si alguien se cuela, porque no está en su mente romper la armonía en tales actos públicos. Otro caso paradigmático, de crear una identidad a partir de un inicio errático, son los norteamericanos: su constitución contempla la posesión de las armas, que tenía sentido en una norte américa revolucionaria, pero donde en la actualidad esta regla lleva más a problemas que a soluciones. El resto del mundo lo ve como un error y ellos no quieren reconocerlo, puesto que ahora es parte de su identidad. Otro caso es el derecho a la felicidad, dentro de su constitución. Podría tener sentido en los inicios de querer llegar a las masas en unos Estados Unidos de mayoría analfabeta, pero ahora, aunque carente de sentido, es parte de su seña de identidad de la cual no quieren renegar. Lo mismo se puede decir de los géneros, y por lo tanto los estereotipos y arquetipos se "alimentan" de estas estructuras cerebrales y de las identidades, si bien los segundos apuntan más a ideas que tienen ciertas bases naturales sobre la realidad de los sistemas.
Queda una última cuestión a sumar en todo esto, que es vital para terminar de comprenderla. Los científicos se han dado cuenta que cuando se nos da una lista para recordar, se queda en memoria los primeros datos y los últimos. En realidad es aplicable a toda nuestra vida. Un anciano recuerda su adolescencia y juventud, y los últimos pocos datos de su ahora. Yo, en mi mediana edad, recuerdo nombres de películas o actores de los años 80 y 90, y recuerdo películas de las últimas semanas, pero no las películas de hace unos meses o años. Pienso que esta forma de proceder del cerebro es por las estructuras que he planteado en este escrito. Un primer incidente, a modo de impronta y por las reglas arriba expuestas, prefijan nuestra identidad, después tan sólo importa "recordar" esa identidad con respecto al comportamiento presente (primero y último). Da igual todo los pasos intermedios, o si acaso sólo se recuerdan aquellos que se han convertido en hitos (memorable, en este contexto). En el momento presente me comporto bajo mi identidad, porque ha quedado fijada desde el principio de mi vida en tanto que es la que he validado o a la que he dado fe una y otra vez, o a la que le he restado toda duda. De este hecho dan fe lo importante que es la primera impresión que demos a otra persona, como el propio concepto de impronta. En otro lugar decía que la teoría de la mente encarnada, bajo el principio de la teoría periférica de James Lange, "funcionaba" u operaba en la medida que se diese una situación para la que el cerebro no tenía una respuesta ya prefijada. Esa primera actuación o toma de decisión es la que prefija desde ese momento una forma de sentir, comportarse o pensar, pues ha creado esa primera huella neural, que es la que tendrá en cuenta el cerebro cada vez que se encuentre en la misma situación. Huelga decir las conclusiones. La máxima de "es de sabios rectificar" o "es de sabios dudar" anulan una gran mayoría de las trampas y mecanismos mentales que he mostrado, que serían las contramedidas a esa otra máxima de "ten cuidado con lo que deseas", que en realidad se tendría que expresar como "ten cuidado a lo que das fe, o crees saber".
Rematar con dos ideas complementarias. La síntesis creativa de Wilhelm Wundt yo la matizaría -queda implícito arriba- bajo la regla que tras de esa capacidad no hay una agente o yo, sino que cada trama de la vida, cada momento crea su propio agente. O sea, no hay un yo que trabaje en todos ellos (si acaso en los investigadores o científicos), sino que cada "problema" es un mini-programa que "busca" resolverse a sí mismo o lleva implícito lo "activo, creativo, dinámico y volitivo". De esta manera, lo que yo llamo pegajosidad neural es cada uno de estos mini-programas que están activos y son dinámicos, y en esa medida adquieren algo así como su propia voluntad, como para estar pendientes de todo aquello del medio que les incumba. Podría incluso afirmar que yo tan sólo soy un vehículo -como entidad corpórea- que usan para sus fines, con el riesgo de hacer pensar a algún psiquiatra que estoy en riesgo de una esquizofrenia. Si tiene sentido el concepto de gen egoísta, hay que indagar en todas sus potencialidades. Un meme, y por ello uno de estos mini-programas en el cerebro, adquieren identidad propia o se vuelven en sí mismo un sistema complejo emergente, que trabaja con sus propios fines; y no hay un agente intencional en ello, ni falta que le hace; al estar en un sistema vivo hace uso de la energía para cobrar entidad y por ello su propia vida (bajo este planteamiento habría que revisar ciertas enfermedades como la esquizofrenia). En mi caso me levanto cada mañana con nuevas ideas -o remates- sobre los temas que estoy tratando. Eso ha ocurrido durante el sueño, donde el prefrontal y la conciencia no tiene ningún papel. Luego la síntesis creativa no está en mi yo y conciencia, sino en cada mini-programa que emerge como una identidad o sistema por sí mismo. La unión de varios de dichos mini-programas o mini-bot, trabajan conjuntamente si encuentran puntos de unión (pegajosidad interna). Dicho de forma resumida: el cerebro trabaja como una inteligencia enjambre, en la medida que cada pregunta abierta trabaja por sí misma, pero dentro de una colmena. Dos hormigas se ayudan si están cerca de algo a transportar y con la que una sola no puede… lo mismo para las preguntas abiertas. La totalidad de esos mini-programas se pueden llamar inteligencia en tanto que el comportamiento de todo su conjunto. La segunda idea es un consejo para todo aquel que quiera ser un pensador. Hay que crearse hitos: a esto le llamamos conocimiento, pero a la vez hay que crear preguntas abiertas a partir de esos hitos. Los conocimientos sin preguntas abiertas sólo son datos a memorizar, cerrados. Hay que poner en duda lo que se lee o marcar algunas cosas con el marchamo de duda, de "esto no me termina de convencer". Otra cuestión que ayuda es crearse un propio lenguaje más descriptivo y sencillo, pues los términos técnicos, a no ser que se sea de esa ciencia, no "funcionan" muy bien como hitos. "Pregunta abierta" y "pegajosidad neural" puede que no sean elegantes, pero son claros. En esta dirección, y tras de leer o introducir muchos datos en el cerebro, este por sí sólo empezará a unir puntos por medio de la pegajosidad neural, o la síntesis creativa. De cualquier forma, y como lo he dicho otras veces, esto tiene que ser a partir de algo de dolor, de insatisfacción, pues el cerebro no "trabajará" en buscar comida si está saciado. Para mostrar un sólo caso, pues debe haber miles, John Nash, creador del equilibrio con su nombre, dentro de la teoría de juegos, y que fue retratado en la película "una mente maravillosa", llegó a decir que "no habría tenido buenas ideas científicas si hubiera pensado más normalmente"; también dijo: "si me sintiera completamente sin presión, no creo que hubiera seguido este patrón (de pensamiento)", Fuente Wikipedia.
Este proceso de unir datos se ve clarificado -a nivel visual- con el programa de mapas mentales "TheBrain", pues uno nunca sabe que conceptos se terminarán por unir, y al ir a uno de ellos vemos sus conceptos más cercanos, que intuitivamente generarán una idea globalizada sobre ciertos temas, como se puede ver en el gráfico. Este proceso es emergente, puesto que en su suma se crea una nueva idea a partir de sus partes. Es seguramente así como sucede en el cerebro y por lo que este al final nos trae a la conciencia ciertos conceptos e ideas como intuiciones.
Sobre este tema, de cómo la memoria hace todo este proceso, no puedo decir más, tan sólo he querido puntualizar lo dicho en el escrito anterior y complementar ideas. No aclara demasiado sobre la memoria en sí; tampoco nos dice el cómo lo hace el cerebro a nivel neural o de neurotransmisores, sino simplemente muestra una estructura, y el cómo debió de nacer dicha estructura y porqué tiene tal forma de trabajar.
"La teoría de la autoafirmación es una teoría del procesamiento de oraciones basada en la teoría de la información . EEn la teoría de la autoafirmación o sorpresa, el costo de procesar una palabra está determinado por su autoinformación o cuán predecible es la palabra, dado su contexto. Una palabra altamente probable conlleva una pequeña cantidad de autoinformación y, por lo tanto, se procesaría fácilmente, como lo mide el tiempo de reacción reducido, una respuesta N400 más pequeña o los tiempos de fijación reducidos en un estudio de lectura ocular. Las pruebas empíricas de esta teoría han demostrado un alto grado de coincidencia entre las medidas de costo de procesamiento y los valores de autoinformación asignados a las palabras."
4. Efecto Pasar por la Puerta
Por último, y quizás el efecto más relevante y claro de entender, por lo cotidiano y común que es, se encuentra el efecto que ocurre al pasar de una habitación a otra, llamados "doorway effect". El cerebro asocia todo lo aprendido (crea memoria o conexiones neuronales) dentro de su contexto más amplio. Por dicho efecto se tiene mas probabilidades de aprobar un examen si se lleva a cabo en la misma habitación en la que se estudió que en otra diferente, ya que el aprendizaje no sólo conecta el texto leído con otros hechos leídos, sino que además asocia a dicho texto todo aquello del entorno en el que se aprende, como el tamaño de la sala, el silencio o ruido, la emoción que conlleve esa habitación etc. Por esta forma de proceder del cerebro, ligada a una teoría más general llamada "principio de especificidad de codificación", es por lo que al salir de una habitación para buscar algo en otra, al llegar a la nueva habitación hemos olvidado a qué habíamos ido, y a veces tenemos que recurrir volver a la habitación anterior para recordarlo. Cada habitáculo tiene su propio mapa mental, y de esta forma el cerebro al entrar en la cocina "recupera" para la memoria de trabajo todos los actos más relevantes implicados con dicha habitación, en ese proceso, y dado el límite de la memoria de trabajo de más o menos siete ítems, "retira" parte de sus ítems, lo que conlleva a que podamos olvidar a qué habíamos ido. Para el caso es como si tuviésemos dos libros sobre la mesilla y dejásemos uno porque ha llegado a una parte que en ese momento no queremos seguir leyendo, y al coger el nuevo el cerebro tuviese que conmutar a la trama y los personajes del presente libro. Al poco rato el cerebro ya no recordará los últimos párrafos y temas del anterior libro. A veces, y en este caso y con las películas, se produce un efecto de arrastre (de inducción), por el cual al entrar en la nueva trama lo hacemos cargando la "atmósfera" de la anterior trama. Así si la primera película era de humor y la segunda es un drama, al principio trataremos de recrear las escenas dramáticas con algo de humor. El efecto de pasar por la puerta ocurre igualmente cuando se juega con el ordenador, en aventuras gráficas o de rol, en los que se pasan igualmente puertas y se requiere recordar algo e ir de una habitación a otras, para buscar algún objeto o llevar a cabo una acción. Igualmente ocurre cuando se abre una nueva página web para buscar algo a lo que hacía referencia otra, o se cambia a otro programa.
En unos casos y otros, lo que se revela es que el cerebro parte de lo aprendido, de lo dado, y a partir de la predictibilidad, para recrear la nueva realidad en la que se encuentra. Cuanto más sepa de una situación, cuanto más veces se haya estado en un lugar o situación, más proclive es el cerebro de "trabajar" con lo aprendido en la memoria, a activar los circuitos de las neuronas implicadas para dicho lugar, y no recurrir a "mirar" en el entorno, como predice la "ley de la potencia del aprendizaje". Como consejo práctico, y dado que no es usual hacer un examen en el mismo lugar en el que se estudió, si con la mano izquierda (la no dominante) jugamos con un objeto en algún movimiento repetitivo (por ejemplo girándolo ligeramente con el índice y el pulgar), e igualmente jugamos con ese objeto durante el examen, habrá una mayor probabilidad de recordar lo estudiado. En esa dirección, si recordamos el lugar en el que estudiamos, tratando de ir mentalmente a ese lugar, el cerebro recreará mejor todo los procesos asociados, y entre ellos el estudio. Este proceso "funciona" igualmente como método de relajación: si en una situación de paz interior, como estar en la naturaleza y en silencio, creamos algún movimiento repetitivo, como tocarnos el lóbulo de la oreja, después al tocarnos el lóbulo en situaciones de estrés, el cuerpo tenderá a relajarse. Por este principio recurrimos a la posición fetal para relajarnos en situaciones de estrés o miedo, o "funcionan" las palmaditas en la espalda, con la misma función, en recuerdo de cuando nos arrullaba nuestro padre o madre.
Otros artículos de la Wikipedia relacionados:
- Marco de predicción de la memoria.
- Codificación predictiva.
- Teoría de la codificación dual.
- Codificación dependiente del estado.
- Memoria dependiente del contexto.
- Cognición Implícita.
- Memoria implícita.
- Respuesta emocional condicionada.
- Conciencia autonoética.
¿Qué quiero decir con todo esto? Dos cosas. 1. he ampliado la predictibilidad mental explicada en el escrito anterior, y 2. el cerebro trabaja, seguramente, con algoritmos incrustados, que nos vienen dados por evolución y en el ADN, en donde maneja conceptos propios de los estudios estadísticos, como el de promedio, el valor esperado o el contenido de información. En este sentido la Inteligencia artificial no es una quimera, nos iremos acercando cada vez más a ella en la medida que comprendamos a los sistemas complejos y por ello a la mente. La inteligencia algorítmica de "DeepMind" ya tiene implementada la rumiación, propia de la red de modo predeterminada del cerebro humano: el pensar de forma recursiva sobre probabilidades, promedios, valores esperados… en definitiva de forma predictiva, donde "guarda" los mejores resultados para futuros usos; y donde tal concepto puede reducirse a ser nominado dentro de la teoría del "pensamiento contrafactual", que se resume en la frase suspensa de "qué hubiera pasado si…", o simplemente "¿y si…?". La mala noticia de todo esto, es que a nivel de individuo somos meras marionetas que no saben de dichas capacidades cerebrales y sus reglas estadísticas, o sea, el cerebro de fondo trabaja con fórmulas y algoritmos que de verlas transcritas -como la gráfica de abajo sobre medición de la autoafirmación-, el ciudadano medio, por medio de su prefrontal o intérprete del hemisferio izquierdo, no sabe leerlas, ni entenderlas..., si acaso interpretarlas, como su propio nombre indica.

Lo dicho en otras ocasiones: lo inteligente es la evolución y los sistemas complejos. El prefrontal no alcanza esa capacidad, a no ser que se haya llegado a esos estudios, y de cualquier forma el prefrontal no tiene la rapidez mental para hacer esos análisis en el día a día, tal como nos trata de mostrar la película "una mente maravillosa", basada en John Nash. Aunque yo lo "comprenda" sobre el papel, tal como parece que lo hago aquí, en sociedad no hago otra cosa que cometer errores de apreciación y en los comportamientos. La vida es un constante error a reparar. Nos pasamos un cuarto de la vida accionando en ella, y las otras tres cuartas partes corrigiendo los problemas causados por esas acciones y decisiones. Reiniciamos una y otra vez el sistema sin lograr, en la mayoría de los casos, nada diferente de la situación anterior. En muchos casos, aquello por lo que nos pueda ir bien en la vida o nos genere felicidad o estabilidad, no nació de ninguna decisión o su búsqueda, sino que se dieron por mero azar; sustrato estructural similar al de la serendipía. Finalmente, no es el prefrontal el que comprende y remeda, sino el cerebro de fondo o inconsciente. Al ser simples marionetas o variables dentro de complejas ecuaciones, no somos capaces de ver que, en la mayoría de los casos, lo que nosotros creamos saber del mundo es nimio e incluso, lo más seguro, equivocado. El cerebro es un sistema complejo, dentro de otro que es lo social, dentro de los ecosistemas, dentro de la vida, dentro de otro que es la evolución, y todos englobados en los principios del sistema complejo que es el universo. Siempre tenemos una mirada cerrada que no puede abarcar todo: el eterno problema de no poder mirar a la vez al árbol y al bosque. El cerebro medio simplifica el mundo, sin lograr a vislumbrar el entramado de los sistemas complejos. Visto así, toda acción suele ser "ciega", pues podemos prever la siguiente consecuencia inmediata, y no siempre, pero lo que sí somos incapaces de ver es los subsiguientes procesos, a partir de ese primer movimiento, pues somos parte de un sistema complejo no lineal, donde las consecuencias son impredecibles. Como ejemplo dejo caer esta duda: ¿la caída en los últimos años del número de películas románticas se debe al miedo que los guionistas y las productoras les tienen a las feministas? Fijarse lo acertado del concepto "sembrar una duda" con respecto al tema actual... ¿cómo gestionarla según lo escrito? ¡Pero está bien…!, tampoco he descubierto nada nuevo, sólo lo he dicho de otra forma más compleja y si se quiere rebuscada; hay que vivir y accionar, pues como ya se sabe: "errar es de humanos".
Terminar diciendo que mis "violentos y pesimistas ataques" no son gratuitos. Trato de llamar a la humildad, a llevar una vida más sencilla y estoica..., igualmente a tomar conciencia de que toda acción humana, por pequeña que parezca, puede tener grandes consecuencias. Y finalmente tratar de hacer ver que por mucho que los individuos quieran creer que tienen el control de algo, no es comparado en nada al dominio que ladinamente se va formando en lo social, a través del Big Data y en la dirección no de que la sociedad sea más justa o igualitaria, sino a que las corporaciones y sus directivos tengan cada vez una mayor cantidad de dinero, que sin que esa sea su intención cada vez les va dando más poder. En definitiva ir cada vez más hacia una sociedad donde el individuo no cuenta para nada, en una sociedad injusta y cada vez más desigual.
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