Cerrando el Círculo Sobre la Autopoiesis
"Un verdadero decir es, el deseo no tiene descanso, es infinito en sí mismo, sin fin, y como uno lo llama: un estante perpetuo o un molino de caballos." Robert Burton"
"No me gusta la gente, sólo me gusto yo mismo." Charles Bukowski
"Los hombres más fuertes son los más solitarios." Ibsen
"No me gusta la gente, sólo me gusto yo mismo." Charles Bukowski
"Los hombres más fuertes son los más solitarios." Ibsen
"No han faltado quienes han acentuado el carácter estrictamente social de la conciencia moral, o su carácter estrictamente natural (marxismo, darwinismo ético) o quienes han intentado "desenmascarar" la conciencia moral como una traición a la "vida" (Nietzsche)." Ferrater Mora
En este escrito voy a tratar de llegar a unas conclusiones finales sobre la autopoiesis y otros temas afines de los últimos escritos. Ayer vi (19/09/2018) la película "Cézanne y yo", donde ese "yo" es Émile Zola. Hay varios trasfondos en la película: la amistad con una persona difícil, Zola lucha, pero al final se rinde; la falta de éxito en vida de un artista…, y el sexo como fondo del arte. Dos escritos atrás, en "deconstruyendo el Deseo II - Limerencia" hablaba de la relación del artista como ese ser limerente que sublima dicho efecto sobre su arte. Puede que a muchas personas les resultasen excesivas mis afirmaciones, pero "Cézanne y yo" muestra más o menos las mismas ideas: el cómo el sexo siempre está de fondo durante la creación…, ¿y qué es concebir un hijo sino crear? El artista ha sublimado esa capacidad hacia otra dimensión. Tratando de crear una hipótesis, bajo los conceptos manejados en la psicología evolutiva, yo diría que el artista se "creó" de la siguiente manera. En algún momento de la prehistoria la hembra humana sólo tenía un celo, que sería en primavera, quizás por este hecho la mujer de hoy en día cae en una ligera depresión, y son más tendentes al suicidio, durante esas fechas, una especie de "alteración" que el cerebro moderno no sabe interpretar. Cambia la arousal (nivel de excitación -general, uso la palabra arousal porque en España excitación se lleva a lo sexual, cuando aquí lo que quiero decir es un estado homeostático más alto) y el prefrontal, la conciencia, la rumiación, siente ese cambio con incomodidad (ver vídeo relacionado, de la interpretación de la excitación). En la prehistoria siempre había carencia de hembras, se secuestraban de otras tribus, y en las guerras se les mantenían vivas, para ser llevadas a los poblados de los vencedores. Eso se ha mantenido hasta hace relativamente poco, sobre los siglos quince o dieciséis; o sea, las mujeres eran un "bien" escaso. En algún momento de la prehistoria se "creó" un tipo de humano que se comportaba como el ratón marsupial: trataba de "montar" a toda hembra posible a través no de la fuerza, que era propia del alfa, sino del ingenio. En ese proceso la evolución creó un sistema de retroalimentación: cuanto más se reproducía este tipo de apuesta, más "afinaba" este tipo de humano sus cualidades. Pienso que la bipolaridad está relacionada con esta mutación o cambio. Un área principal en el humano es el área de Brodmann 9, que se encuentra en el prefrontal medial (en el surco que divide los dos hemisferios y hacia el temporal); esto nos dice la Wikipedia:
"El área está involucrada en la memoria a corto plazo, evaluando lo reciente, reemplazando respuestas automáticas, fluidez verbal, detección de errores, atención verbal auditiva, inferir la intención de otros, inferir deducción de imágenes espaciales, razonamiento inductivo, atribuir intención, atención sostenida implicada en contar una serie de estímulos auditivos, y niveles más bajos de consumo de energía en individuos que sufren de trastorno bipolar .
El área que se encuentra en el hemisferio izquierdo es al menos parcialmente responsable de la empatía, modismos, procesamiento de escenas emocionales agradables y desagradables, autocríticas y atención a las emociones negativas.
En el hemisferio derecho, la región participa en atribuir la intención, teoría de la mente, suprimir la tristeza, memoria de trabajo, memoria espacial, reconocimiento, recordar, reconocer las emociones de los demás, planificación, cálculo, procesamiento semántico y perceptual de los olores, religiosidad, y atención a las emociones positivas."
Uno no puede hacer otra cosa que quedarse asombrado ante tantos procesos en una misma región. Pareciera que el ser humano estuviera "condesado" en esa región. Hay que aclarar algo, yo creo en la teoría de la modularidad del cerebro. Por ejemplo, el temporal izquierdo (por lo general) une visión y palabra, por estar unido al occipital que trabaja sobre la visión. Esta zona nombra lo que ve, y un nombre lo asocia a un objeto y a la inversa. Otra cuestión curiosa de esta área o función es que diferencia entre lo natural y lo artificial, ya que si se daña cierta área, el individuo no reconocerá o les sabrá dar nombre, en fotos, a objetos artificiales (pendiente de subir vídeo). En ese aspecto hay que tener en cuenta que hay partes del cerebro que se dedican a ser "rotondas" dentro de esos módulos, de tal manera que su "función" consiste en integrar distintos tipos de información. Se les llama zonas asociativas, casi todo el córtex cerebral es asociativo, cada zona se especializa en asociar procesos de los módulos cercanos. Los módulos están en las regiones más internas. El área de Brodmann es una de esas zonas asociativas, el área 10 por detrás de la 9, que es una desconocida, se cree que le "sirve" como memoria intermedia a sus procesos y "análisis". Si se daña una zona o módulo, o circuito del cerebro, como pueda ser el de la evocación, por ejemplo, dicha información ya no llegará al área de Brodmann 9, no la "procesará", habrá una deficiencia en su "suma total" al evaluar algo. En esta área se integra un todo, a lo que se le pueda llamar un yo, y un hacer, pensar o sentir en el mundo a partir de lo aprendido. En esa medida es como un "creador de algoritmos": si una zona está dañada o alterada creará una variable distinta -o le faltará- en dicho algoritmo, como para dar un resultado final distinto. En definitiva, es el que nos hace sentir, hacer o decir una cosa distinta de otra persona, ante unos mismos hechos o datos. Aquí vemos la dificultad de una inteligencia artificial: todo proceso inferencial está mediado por distintas partes del cerebro, que van a cambiar los números de esa ecuación, como para dar como resultado una acción distinta de un humano a otro. Un ejemplo, que me viene bien para mostrar que la "diferencia" o no identidad -racismos y otros tipos de otredades-, es una "función" más entre otras, y que está asentada en esta zona del cerebro, pues cuando alguien está frente a otro ser humano, el córtex prefrontal medial (MPFC) se activa, cuando no ocurre de esta misma manera cuando se tiene frente a sí a otro humano que se le siente como ajeno o diferente (no humano). Hay que ver tal concepto como el que se pueda extrapolar sobre creer en un Dios. A un ateo no se le activan ciertas regiones ante la palabra Dios o sus Imágenes, frente a otras personas a las que sí. Alguien muy religioso, por ejemplo una monja, siente la presencia de Dios, "proceso" o "función" que no tiene un ateo. Bajo este aspecto hay tres tipos de personas: 1. las que sienten la presencia de un Dios, 2. las que son religiosas por la educación -cultura-, y 3. las ateas. Las segundas tienen ciertos otros módulos del cerebro muy activas: la de la unidad con el grupo, o la de seguir las tradiciones o las ideas paternas, pero realmente no "sienten" a Dios. Con la identidad y la diferencia es igual: se activa más con los familiares, y cuanto más alejado sea una persona de este rango, menos se activará esta región. La gradación podría ser así (no exhaustiva): 1. familiares, 2. de la misma tribu con los mismos fenotipos -etnia, rasgos externos, 3. de la misma cultura o patria -orígenes-, 4, del mismo sexo, 5. de la misma lengua.
Volviendo al artista, si ojeamos de nuevo lo dicho por la Wikipedia, nos dice que el área de Brodmann, en los bipolares, necesita de menos energía (menor consumo). Eso quiere decir que está más activa, en estas personas, que en la media humana, y de forma más permanente. No todo artista es bipolar, pero sí hay una alta correspondencia: "la tendencia a la esquizofrenia o al trastorno bipolar puede ser un elemento subyacente a la creatividad artística", nos recuerda Michael C. Corballis en su libro "la mente recursiva". Yo me referiré a los artistas que los son por tener el área de Brodmann más activa de lo normal. Hay artistas que los son porque lo han vuelto su "labor", o por tradición. Muchas capacidades de esta área hacen que se tenga una mayor fluidez asociativa con lo verbal, auditivo y lo visual, de tal manera que son más tendentes a dar más "brillo" a todos esos procesos; que es lo que se asocia con los escritores, los músicos y los pintores/escultores. Antes de que "existiese" el arte ese "brillo" o activación constante de esta área, daría a esas personas una mayor capacidad de ver o sentir, y por tanto inferir, unas respuestas más rápidas, ingeniosas y locuaces. Quizás el ejemplo más claro sea el papel de Leonardo DiCaprio en la película "Titanic", era artista y a la vez supo sacar ventaja en cada situación durante la crisis del hundimiento del barco. O sea, lo que quiero decir es que el arte fue algo posterior a unas mentes que tenían esa ventaja en el área de Brodmann 9, como para ser más ingeniosos y sagaces, y según mi hipótesis eso era en la dirección de montar a las más hembras posibles durante su época de celo, en primavera. Por eso la bipolaridad: ese desgaste excesivo en una época, para después caer en un periodo recesivo, interpretado como de depresión. En la gráfica que mostré de mis bajadas y subidas, se ve esa tendencia excesiva a partir de la primavera. La primera quincena de julio llega a su límite y después hay una caída repentina, seguramente porque las hembras humanas salían de su celo primaveral o ya estaban embarazadas. A la larga, durante la evolución, ese "brillo" les hacía ser más "despiertos" a sensaciones, y conclusiones, a los que los otros no "llegaban"; lo que les hizo propicios en un primer momento para ser los chamanes, y más tarde los artistas o las mentes divergentes. Soy de los que piensan que tras cada trastorno cerebral -no enfermedades- hay un porqué evolutivo; adaptaciones evolutivas que están inadaptadas en el "lenguaje" -paradigma- actual de la forma de entender al humano en su hacer y sentir (ver concepto de neurodiversidad). En esa misma dirección la depresión tiene sus explicaciones evolutivas, pero en cada caso hay un trasfondo evolutivo distinto; se "activa" por distintos módulos cerebrales y cada módulo que la activa tiene su "propio porqué".
Con el paso del tiempo el artista ya no vinculaba directamente ese estado con la "monta" sexual, tendió a sublimarla, encontrando por el camino que el arte, la creatividad, era un fin en sí mismo: que le procuraba estabilidad, y cierto grado de autosuficiencia y felicidad, con lo que ese proceso le fue llevando hacia lo autopoiético: el de sentirse pleno en sí mismo. "Kant creía que todo ser racional era un fin en sí mismo", nos recuerda Anthony Storr. En esa medida, en el artista o los bipolares, el córtex prefrontal medial se activa menos que con respecto a otras personas al estar frente a otros humanos, que para el caso quiere decir que se vuelven en algo así como un sociópata, sin las cargas excesivamente negativas de dicho aspecto de la personalidad. Sienten empatía, se les activa las neuronas espejo, pero es como si sintiesen que todas las personas les fueran ajenas -diferentes a su identidad, sólo entienden a otro artista, y a veces ni eso-. Resultado: sólo se aman a sí mismos, como declaraba abiertamente Charles Bukowski en este vídeo, y si aman a alguien puede ser de forma muy obsesiva ("sobrevivir a Picasso" como ejemplo), pues "trasladan" hacia esa persona su capacidad obsesiva hacia sus obras, como si dicha persona se tuviese que "acomodar" a los "criterios" de lo que habría de ser una de dichas "obras". ¿Por qué me detengo tanto en todo esto?, porque al ser artista y haberme centrado en los últimos diez años a pensar en lo humano, me da la capacidad a autoanalizar todos mis estados, emociones, sensaciones y actos (nunca me he revelado talentoso en nada, porque lo termino por abandonar y no profundizo como para especializarme, pero sé que tengo "alma" de artista; sólo me importa esa sensación, no los "resultados" en obras o el éxito). Me hago entender para mis allegados y por si algún teórico, que claramente analice el problema desde fuera, puedan valerle de algo todas estas reflexiones. En esta dirección hay diferencia de este escrito con respecto a los "creados" entre mayo y mediados de agosto. Aquellos eran más impulsivos, me veía "obligado" a escribir, a crear -puede que fueran más "delirantes"-; el presente es más reflexivo y frío, fuera de ese impulso limerente y obsesivo hacia la creación. Al igual que les pasa a la mayoría de los bipolares, como al Cézanne retratado en la película mencionada, la frustración lleva a la ira, lo que quiere decir, con respecto a la violencia de género y el incremento en época estival, es que es muy posible que haya bastante bipolar no diagnosticado entre esos hombres. Mis "caídas" a mediados de julio suele ser un quebranto que se desfogan en ira. Rematar diciendo que pienso que la unión del artista con el ordenador le puede "encender" más en su lado maníaco, pero de igual forma puede amortiguarle la caída en la depresión, ya que ese nuevo estado simbiótico de hombre máquina, le hace levantarse cada mañana para volver a conectarse consigo mismo a través de la máquina, mirándose a su nuevo espejo, sintiendo que es autopoiético. Esa es mi apreciación personal.
Con estas conclusiones, y sus explicaciones, la sociabilidad es susceptible de ser analizada de igual forma, por la "modularidad" del cerebro. Una cosa es que yo sea un "animal" social, y que todo habla interno "venga" -tenga su origen- de imaginar hablar con alguien, y otra cosa muy distinta es en lo que ha acabado dicho módulo. Ese proceso es a lo que se le llama autoconciencia: esto es, que la "conciencia de" no tenga a otro objeto distinto que a sí misma. La autoconciencia tiene bastante de las estructuras de lo autopoiético: es autorreferencial, autocreativa, autoreproductora… se puede llegar a tratar de cerrar sobre sí misma; esto es, la rumiación tiene la característica de alejarse de la realidad, exagerando o minimizando -caricaturizando, metaforizando- dicha realidad; imaginando "versiones" del mundo que pueden estar muy alejadas de la realidad. Parece ser que la autoconciencia tiende a ser autopoiética, y este es uno de los peligros de dicha capacidad. De ahí expresiones como "pisa tierra" o "baja de tu mundo", pues una vez que dicho módulo se cierra sobre sí, la realidad parece ya no contar. De una manera u otra parece ser que lo autopoiético es un referente en el cerebro, que sale a relucir una y otra vez de distintas formas, en el individuo y en lo social. Con esto llegamos al momento actual. Lo central en el universo, en los sistemas complejos, es la retroalimentación. La autoconciencia sobre sí, que ya de por sí puede ser un problema, agrava su tendencia, hoy en día, al haberla puesto delante de ordenadores, móviles y Tablet (pantallas, para reducir). Uno mismo como autoconciencia, yo por ejemplo, no ve la pantalla como una otredad, sino como una extensión de la autoconciencia, como una referencialidad externa o espejada de la autoconciencia. En el ordenador (por lo general en la sociedad el móvil) tengo de forma extendida mis estructuras, sobre todo de muchas de las vistas en el área de Brodmann 9, espejadas como para que puedan ser mejor ordenadas, entendidas y estructuradas. Ya somos humanos máquinas, pues las pantallas no son algo externo y ajeno, sino un proceso extendido del cerebro. Así nos lo hace ver el "efecto Google", que viene a decir que el cerebro olvida lo que sabe que es facilmente accesible a través de una búsqueda en Google. Se libera de sobrecargar su propia memoria, optimiza sus recursos dependiendo del ordenador e Internet. Esto conlleva a otro problema: la tendencia hacia el narcisismo, que en realidad si se entiende bien es hacia lo autopoiético. O sea, no es que me "maraville" de mí en tanto que yo, ego, o cuerpo, sino en tanto que me cierro sobre dicha imagen y ya no necesito o quiero otra. O dicho de otra forma: es de nuevo la capacidad propia de la autoconciencia, de no tener otro referente que a sí misma, pero de forma externa. Como en todo entra en juego la retroalimentación, cuanto más miro o proyecto mi Ser hacia la pantalla, cuanto más la personalizo, cuanto más vuelco todos mis modos de ser, más se vuelve esa pantalla en parte intrínseca de mi ser y más se cierra dicha propiedad sobre sí misma. Se vuelve más inmersiva, narcisista, egotista y por lo tanto tendente a lo autopoiético. En esta nueva dimensión, el otro se vuelve aún más otro, ajeno a esa dualidad ya indiscernible de autoconciencia y pantalla. Si esa tendencia ya de por sí un peligro en el artista, hoy con esta nueva posibilidad de las pantallas, se intensifica aún más.
So pena de poder "estropear" lo bien que iba el escrito, voy a hacer unas de mis incursiones a lo "sucio"; saltárselo aquellos que sean más puristas. Si se ha entendido el párrafo anterior, y por si no se ha entendido, veamos cómo actúa estas abstracciones conceptuales con el porno, en esta nueva forma de entender lo autopoiético. La media occidental es tener dos pantallas para el ordenador o uno muy grande. Cuando se ve porno no es para ver un vídeo y de forma lineal en el tiempo: los llevamos a las escenas que más morbo nos provoquen. Pero ahí no acaba la cosa: abrimos varios reproductores de vídeo o instancias del navegador, para ver varias escenas a la vez en distintos momentos cada instancia, distribuyéndolas entre las dos pantallas. ¿Qué está pasando realmente aquí?, que estamos siendo autocreativos, autorreferenciales con respecto a aquellos momentos claves que más nos "encienden". O dicho de otra forma, autopoiéticos con respecto a nuestros deseos, cerrándonos sobre nosotros mismos. En esta nueva dimensión, ¿en qué encaja la libertad del otro al que satisfacer?, en nada, nos puede llenar más esa "construcción" autopoiética de nuestros deseos, que nosotros no llegamos a conocer de forma consciente. Es el deseo (entreverado de instinto) el que construye esa "quimera", de forma autopoiética, para satisfacerse a sí mismo, sin ningún otro referente que a sí mismo y a aquello que le causa morbo y placer. Un concepto que he aprendido hace poco, y que he intercalado en los escritos previos, es el de el "estímulo supranormal" (prefiero este prefijo al de súper-, pues este segundo lleva a equívocos), que viene a decir que el cerebro prefiere lo supranormal, lo exagerado de algo, que lo normal, aunque lo primero no sea natural y no conlleve a la procreación; es algo que está en todo animal complejo. Para que se entienda en un ejemplo: la hembra del escarabajo dorado de Australia, evolutivamente ha cambiado su exterior a un caparazón dorado para llamar más la atención sobre sí a los machos, para llamarlos a la procreación. Pero se da la paradoja que si un macho de escarabajo dorado ve una botella de cerveza marrón bajo el sol, este va hacia la botella, en vez de hacia las hembras, pues la botella brilla más. En ese sentido el porno se ha vuelto en un condicionante supranormal, pues como hemos visto, nosotros "creamos" nuestra propia secuencia en varios visores de vídeos, como para volverlos no ya sólo supra, sino supra-supranormal. Lo ya dicho, ¿cómo el consorte, o la "persona de turno" con la que se tiene sexo, puede igualar eso?, imposible. Cada vez va a haber más disfunción eréctil o problemas de excitación en las mujeres, una vez que se ha llegado a ese nuevo estado. El único remedio: no ver nada de nada de porno, o muy ocasionalmente. Pero el problema, tal como lo he analizado aquí, es mucho más profundo y esencial como para reducirlo a una mera adicción al porno. Volviendo al estímulo supranormal, este hecho me da la razón en muchas de mis líneas argumentales.
El cerebro es esencialista, metaforizante, maneja conceptos a priori o asentados en el cerebro. Lo dorado lo es para el escarabajo de Australia, como para nosotros lo es el morbo, tal como lo he venido definiendo en los escritos anteriores. Tenemos idealizaciones de la maternidad, de la infancia, de todo y cada una de las cuestiones humanas. El deseo tiene su propio lenguaje, indiferente de lo que crea y quiera el prefrontal y la conciencia, que se expresa en los condicionantes de la educación ciudadana. El porno ha "desatado" esas potencialidades o esencias que ya no se pueden volver a encerrar. O sea, que una vez que un individuo "recrea" esa potencialidad sexual ante el ordenador, ya es imposible que no lo tenga como referente, ante situaciones normales de pareja. En este párrafo hemos visto un ejemplo de la autorreferencialidad y lo autocreador, se puede extrapolar a casi cualquier situación social. Lo que queda en claro es que el individuo está tendiendo a lo autopoiético, y que la pantalla es ese referente que hace de retroalimentación como para que eso sea posible. Sólo entendiéndolo así se puede comprender esa adicción a las pantallas, que cada vez nos distancia más del resto de los seres humanos. YouTube se ha vuelto, quizás, en lo más limerente y tendente al estímulo supranormal, que además incide hacia lo autopoiético, pues en esta plataforma uno puede contestar casi todas sus dudas, sin recurrir a personas externas. Para casi toda pregunta que uno pueda hacerse, sobre cualquier tema, hay algún vídeo creado que va a poder "aplacar" la pregunta. Uno puede profundizar todo lo que quiera, hasta que al final lo pueda entender. De nuevo la tendencia hacia lo autopoiético. Recuerdo que al principio de la informática, esta era un punto de reunión, de unión de personas. Alguien compraba un juego, alguien lo pirateaba, y a través del contacto personal, de conocer gente, de estar bien comunicada, podías estar el día de cada novedad. Con Internet eso se acabó. Ahora todos somos simples vehículos de los deseos y los fines de cada individuo, de cada ser tendente a lo autopoiético. Todos somos meros medios, los fines están tan sólo dentro de cada uno.
El cerebro es esencialista, metaforizante, maneja conceptos a priori o asentados en el cerebro. Lo dorado lo es para el escarabajo de Australia, como para nosotros lo es el morbo, tal como lo he venido definiendo en los escritos anteriores. Tenemos idealizaciones de la maternidad, de la infancia, de todo y cada una de las cuestiones humanas. El deseo tiene su propio lenguaje, indiferente de lo que crea y quiera el prefrontal y la conciencia, que se expresa en los condicionantes de la educación ciudadana. El porno ha "desatado" esas potencialidades o esencias que ya no se pueden volver a encerrar. O sea, que una vez que un individuo "recrea" esa potencialidad sexual ante el ordenador, ya es imposible que no lo tenga como referente, ante situaciones normales de pareja. En este párrafo hemos visto un ejemplo de la autorreferencialidad y lo autocreador, se puede extrapolar a casi cualquier situación social. Lo que queda en claro es que el individuo está tendiendo a lo autopoiético, y que la pantalla es ese referente que hace de retroalimentación como para que eso sea posible. Sólo entendiéndolo así se puede comprender esa adicción a las pantallas, que cada vez nos distancia más del resto de los seres humanos. YouTube se ha vuelto, quizás, en lo más limerente y tendente al estímulo supranormal, que además incide hacia lo autopoiético, pues en esta plataforma uno puede contestar casi todas sus dudas, sin recurrir a personas externas. Para casi toda pregunta que uno pueda hacerse, sobre cualquier tema, hay algún vídeo creado que va a poder "aplacar" la pregunta. Uno puede profundizar todo lo que quiera, hasta que al final lo pueda entender. De nuevo la tendencia hacia lo autopoiético. Recuerdo que al principio de la informática, esta era un punto de reunión, de unión de personas. Alguien compraba un juego, alguien lo pirateaba, y a través del contacto personal, de conocer gente, de estar bien comunicada, podías estar el día de cada novedad. Con Internet eso se acabó. Ahora todos somos simples vehículos de los deseos y los fines de cada individuo, de cada ser tendente a lo autopoiético. Todos somos meros medios, los fines están tan sólo dentro de cada uno.
Trato de tocar todos los temas sobre los que he estado pensando estos últimos días, no todos siguen la misma dirección. El siguiente trata de lidiar con la paradoja de los seguidores de los YouTuber. Si digo que se tiende hacia lo autopoiético, ¿cómo encaja con seguir y por ello "depender" de alguien?, estando pendientes de lo que publiquen. Una tara de mi hipótesis es que no encaja con todos los humanos. Al igual que el deísmo se dividía en tres tipologías, las sociabilidad o el individualismo tiene varias tipologías. La situación actual ha vuelto aún más autopoiéticos a los artistas o a los alfa, pero no a los omega (que no son ni alfas, ni betas). La limerencia en los omegas no es la autopoiesis, sino la total vinculación hacia alguien autopoiético, los héroes, los líderes. En otra dimensión, su estímulo supranormal es ese acato y seguimiento del líder, héroe o ente autopoiético, siendo los youtuber esos estímulos supranormales que les "sacia de su sed". Por mucho que le dé vueltas no entiendo esa situación, sera por el ombliguismo de los artistas. Ni entiendo a los seguidores, ni entiendo que los YouTuber quieran seguidores (y que crean que se "merezcan" algo como eso, a no ser que sean unos meros cínicos y realmente sólo les interese el ganar dinero). En el fondo sólo se quiere tener la sensación de pertenencia, de estar "conectado" en lo social, con personas, y ahora ese medio son las redes. ¡Pero está bien, nuevos tiempos nuevos lenguajes y nuevos tipos de ídolos!, todo tiene que ir a la par. Otra cosa sería verlo a través de lo que se llama la erótica del poder o la "fama", las subidas de dopamina, y que una vez que se siente ya no se quiera prescindir de dicha sensación. De cualquier forma nunca he entendido a un líder: que se crea tan "algo" y con ciertas cualidades como para cambiar el mundo. Se le cambia la máscara, pero el mundo, la naturaleza humana, no cambia. Los Youtuber, o cualquier tipo de persona con poder o fama, al final se vuelven en aquello que quieren sus usuarios, seguidores o votantes, es un proceso de retroalimentación, en donde por ensayo y error van entrando por lo que más votan, por lo más comprado o por lo más visionado. Devienen en máscaras de sí mismos, en postureos y en lo políticamente correcto. Por lo que se sabe Bukowski tuvo la oportunidad de "volverse un hombre de bien", de permanecer contratado por el servicio postal, pero renegó y prefirió su vida de siempre de miseria, libertad y fidelidad a sí mismo. Con esto vuelvo a uno de mis postulados. La autoconciencia, la autorrefencialidad, es el sino de nuestra época. ¿Qué quiero decir y qué implica realmente? No esa algo nuevo, viene de siempre y hoy se ha potenciado. El humano no se puede librar de la sensación de que en el cerebro hay una agente. Eso es a lo que llamamos yo, lo que "sentimos" que somos. En realidad es un juego de espejos, que al volverse sobre sí se vuelve en eso que llamamos autoconciencia, que además tiene como timón, como forma de autorreferenciarse, a las palabras, tan pobres y tan poderosas a la vez. Si algo tiene un nombre existe, aunque detrás pueda no haber nada real. La conciencia, así, es ilimitadamente creadora, aunque sólo sea de espejismos, falsas creencias o paranoias. Con todo, aunque esa apreciación de un agente en el cerebro sólo sea un espejismo, Es. De esta forma todo tiene dos realidades posibles: lo que es y lo que creemos o queremos que sea. Que algo no tenga distancia o que la haya. Que lo sepamos tácitamente, o que sepamos que lo sabemos. Para un creyente, así, no puede haber distancia hacia su credo. No tiene que creer creer, dualidad que ya estaría habitada por la posible duda, solamente tiene que creer. Eso es la fe. La conciencia, así, es distancia, es cínica, es duda. Si siento, pongo en duda lo que siento, de esa forma de manera racional, en lo social, por educación, rechazamos lo instintivo. Lo hacemos constantemente: estamos en una web cam y nos excita una chica con pantalón short, y salimos a la calle, vemos una chica así y no la "vemos". La distancia es la conciencia, que pone en entredicho todo su "contenido" y por lo tanto sus propios deseos, instintos o emociones. ¿Realmente es así o es lo que queremos creer?, bajo mi punto de vista es lo que queremos creer. Como ya he hecho ver más de una vez, algo esencial en el cerebro es tratar de creer que se tiene el control. Mientras tengas el control de algo, apartarás al miedo o al pánico, pero como lo pierdas estos te "poseerán" (como ya dijera pánico, viene de dios Pan, ser que nos poseía y nos privaba de la razón, vinculado a lo sexual y el miedo al de ser violadas de las mujeres, concepto que más tarde se tomó como el de posesión demoníaca). Ningún omega se aceptará como omega, o como seguidor, su ego le hará creer que sigue a tal o cual persona por tal o cual "razón", nunca porque sea un mero seguidor omega. Racionalizará, no razonará sobre tal cuestión, al igual que un creyente no puede razonar sobre su fe y su credo (leer filosofía para saber el final de esta "guerra" entre creer y razón, y cómo Dios, por mucho que se haya querido y necesitado a lo largo de la historia del pensamiento, nunca ha logrado ocupar el mismo lugar que la razón).
Para distinguir esa "sutil" distancia de saber y saber que se sabe, hay que tener en cuenta que cualquier paciente o trastorno o enfermedad mental distingue entre los que sí se da ese "insight" y los que no. En un ejemplo claro cualquier alcohólico negará serlo, la cura pasa por reconocerlo, de ahí que la primera frase de presentación en sus reuniones, en las películas americanas, sea: "soy 'tal' y soy alcohólico". Lo mismo para un obsesivo-compulsivo o alguien con síndrome de Diógenes, suelen negar serlo, la cura primero empieza con que reconozcan serlo. En la película "Una mente maravillosa", John Nash tiene que reconocer que tiene problemas mentales. Al saber que lo que ve no es real lo sigue viendo, pero ya no cobra importancia, le dan igual esas presencias a su lado. Esto es, en unos casos y otros, hay que "obligar" a la autoconciencia a que sí ha de saberse "padeciendo" tal o cual "mal" .En este mismo camino se encuentra la discusión moderna sobre la libertad. Se ha descubierto que el cerebro decide por sí sólo y la conciencia (saber que se sabe) tarda unos segundos en pronunciarse en la decisión. Claramente opera en background (de fondo), pero eh ahí que la conciencia tiene esa "decisión" y la puede revocar o confirmar... ¿o de nuevo se sigue el mismo proceso y su consiguiente retardo, y eternamente la autoconciencia va a la zaga?, es una recursión al infinito. De una manera u otra el cerebro en su conjunto cuenta con más "herramientas" y datos que los que pueda tener la autoconciencia, de ahí el dicho de "déjate llevar por tu instinto" o el corazón, y que se repite con aire más místico en la saga de la guerra de las galaxias, con la frase "deja que la fuerza te guíe". Volviendo al autoreconocimiento, en esa misma medida un omega seguidor si quisiese luchar contra ello, primero lo tendría que reconocer, pero eso sería una terapia a lo social/humano que nunca sucederá. Ante la típica pregunta de si alguien se cree "pastor, lobo u oveja", sólo una persona me dijo ser oveja, y puede que creyese ser un lobo que me engañaba. El problema no es tan fácil, para llegar a una "verdad" uno tiene que librarse de todo condicionante, y para ello averiguar qué es o no es un condicionante, como para que esté alterando la autodeterminación, la libre voluntad; cuestión imposible para la mayoría de los tipos de cerebros o vidas. La sociedad así deviene en una "mayoría silenciosa", en el pluralismo ignorante, en una conformidad silenciosa, en el pensamiento grupal; que yerran "sus tiros" y preocupaciones en temas marginales como los derechos de los animales, y demás cuestiones provenientes de la "new age". La mayoría de "oradores" centran el asunto en el individuo, en la autorrealización, en la autosuperación, etc., forma parte del mismo dilema de la actualidad, desviar la atención sobre el problema central, tendiendo hacia lo individual, hacia lo autopoiético, hacia la total autonomía, cuando el verdadero problema es lo social. Hemos dado el tema por zanjado: lo social no está en nuestras manos, y desviamos nuestra atención en nuestro yo y temas que sí creemos poder cambiar; los nuevos voceadores transpiran humo que todo oyente está dispuesto a respirar como su nuevo aire; así nos lo hace ver Baudrillard en su libro: "En la sombra de las mayorías silenciosas, o el final de lo social". Por lo demás da igual que la sociedad "escuche" a líderes o ideólogos, o pensamientos como los aquí escritos: la dirección de ese pensamiento no cambiará hasta que no tengan la barriga vacía desde hace días, hasta que los problemas sean demasiado reales. La masa es estómago, mientras esté lleno nada dirá, al igual que este órgano tan sólo ruge en su vacío; y la masa nunca lo es uno, por los mecanismos de autodefensa de la autoimagen y del cerebro en general que tiene como base su pretendido individualismo y unicidad. Además, la paradoja de la capacidad, que es la autoconciencia, es que lleva implícita la duda, donde cada objeto mental ha de ponerse en duda como para no poder caer en errores. ¿Es el humano capaz de vivir eternamente con la duda de todo?, ¿es sano?, ¿no lleva al cinismo? Esa es la situación en la que nos encontramos hoy en día, si te pones a dudar, ¿en qué creer?, y… ¿tiene sentido creer en algo? La evolución, con las trampas, mala fe y los sesgos mentales, ya ha "resuelto" tal dilema. La propia identidad, el autoconcepto, la autoimagen, se basa en una creencia de nosotros mismos, en la creencia de la potestad de ese agente en el cerebro. Si nos fijamos arriba sobre lo que nos dice la Wikipedia, sobre el área de Brodmann, el autoconcepto está en el lado izquierdo y el concepto de los otros en el derecho: uno nunca es otredad, el otro nunca es mi identidad. El área de Brodmann 9 está vinculada a la precuña, lugar que parece ser el más indicado para que sea eso que llamamos autoconciencia; de alguna forma el área 9 se nombra como negación -juicio evaluativo de los otros-, de lo que no es, y a partir de la información que le proporcione la unión temporoparietal (cercana a la precuña), del que ha de tomar nota la precuña en su conciencia de sí, como para crearse un autoconcepto. La regla evolutiva sería: se puede dudar de todo, pero no de uno mismo. Hemos de creer en ese agente y que es agente es el que "gobierna" el cerebro y que ese agente es un yo, tan real como la nariz que tenemos delante de los ojos, aunque no la veamos. Nos contamos un cuento de lo que somos nosotros mismos, del que no tenemos que dudar, ante el miedo de perder el control, de que el pánico nos posea. Tiene que haber un capitán que lleve el timón. En realidad es otro engaño más que sostiene nuestra cordura, del que es tan imposible deshacerse, como la presencia de un Dios para un creyente.
Cierro. Sólo algunas personas se libran de todas esas trampas: los artistas y los alfa están más cerca de ese proceso; quizás también sean las personas más cínicas y "peligrosas". Los tres cerebros: el reptiliano, el mamífero y el humano, aunque reduccionista, se siguen validando bajo ciertos criterios. El cerebro mamífero es el que más cargado de trampas y sesgos está. Todo lo emocional es dudoso. Dos y dos siempre serán cuatro, pues es un proceso de la corteza cerebral, pero el cómo dividir una tarta redonda en 20 porciones siempre estará sesgado por quién la corte y sus tipos de emociones, y la familiaridad de las personas con las que repartir (el que parte, reparte y se lleva la mejor parte). En soledad, donde no se despliega el cerebro mamífero, pues es sobre todo social, sólo se quedan los lados más radicales: los instintos y lo racional (se ven en mis escritos, por eso lo hago saber: conviviendo desaparece esa dualidad tan extrema y cínica, y no por ello es "falsedad", el concepto de falso es muy curioso tal como lo utiliza la sociedad). Son los dos aspectos más "reales" del cerebro: los instintos conllevan las reglas más básicas de la vida para permanecer vivo, nadie se puede suicidar simplemente dejando de respirar; por otro la razón es aquella que puede estar más cerca de saber de algún tipo de verdad basada en hechos. Lo emotivo crea una lógica borrosa, donde es imposible llegar a verdades universales y crear unidad social, "sirve" para vivir en sociedad; un mecanismo creado para manejar lo que él mismo crea: confusión y caos. Readaptaciones sin límites, infinitas, de unas personas con otras personas para crear un cerebro social, en donde al final el individuo es tan solo una neurona prescindible. Pero esta dualidad, de instinto y razón, crea una situación peligrosa si se tiende hacia lo psicopático. Hannibal Lecter, prototipo psicópata, era tan sólo razón e instintos. Las emociones de los demás eran algo con lo que podía jugar, como si fueran piezas de un lego, sin poner en peligro sus emociones, de las que carecía. Situación que se ve de forma más trivial en la adicción al sexo, o la tendencia a la obesidad para compensar la ansiedad ante la soledad y los posibles rechazos sociales. De una manera u otra es una tendencia que se va generalizando. Como las ciencias nos dicen que dudemos del cerebro, y de lo que creemos saber (Brain Games), la tendencia será la de poner a la conciencia como dudando de todo; y estando en sociedad de lo primero que se duda no es de uno mismo, pues la fe en uno mismo ha de ser lo más "sagrado": en esa dirección se duda de los otros, de sus intenciones, de sus posibles autoengaños. Estamos más preparados para ver los errores de los otros, que los propios, a tenor de salvaguardar nuestra autoimagen, nuestra propia narración, nuestro yo: la legitimidad de nuestro agente en el cerebro. Paso a paso eso nos lleva a cuestionar todo, a ser tan sólo esa autoconciencia que ha de saber que sabe, que se ha de librar todo posible sesgo. Y de seguir ese proceso, entonces eso llevará a la sociedad al completo al dilema del solitario: a ser esos dos lados liminales de uno mismo: sólo instintos y sólo corteza cerebral y razón, el resto será ese otro lado siempre tendente al error de las emociones del cerebro del mamífero -cada vez se duda más, por ejemplo, del enamorado, si uno mismo no lo está-, y los juego sociales que ahora nos parecen tan reales, pero que en definitiva sólo son eso: juegos y máscaras. Habremos matado por siempre al humano.
Para distinguir esa "sutil" distancia de saber y saber que se sabe, hay que tener en cuenta que cualquier paciente o trastorno o enfermedad mental distingue entre los que sí se da ese "insight" y los que no. En un ejemplo claro cualquier alcohólico negará serlo, la cura pasa por reconocerlo, de ahí que la primera frase de presentación en sus reuniones, en las películas americanas, sea: "soy 'tal' y soy alcohólico". Lo mismo para un obsesivo-compulsivo o alguien con síndrome de Diógenes, suelen negar serlo, la cura primero empieza con que reconozcan serlo. En la película "Una mente maravillosa", John Nash tiene que reconocer que tiene problemas mentales. Al saber que lo que ve no es real lo sigue viendo, pero ya no cobra importancia, le dan igual esas presencias a su lado. Esto es, en unos casos y otros, hay que "obligar" a la autoconciencia a que sí ha de saberse "padeciendo" tal o cual "mal" .En este mismo camino se encuentra la discusión moderna sobre la libertad. Se ha descubierto que el cerebro decide por sí sólo y la conciencia (saber que se sabe) tarda unos segundos en pronunciarse en la decisión. Claramente opera en background (de fondo), pero eh ahí que la conciencia tiene esa "decisión" y la puede revocar o confirmar... ¿o de nuevo se sigue el mismo proceso y su consiguiente retardo, y eternamente la autoconciencia va a la zaga?, es una recursión al infinito. De una manera u otra el cerebro en su conjunto cuenta con más "herramientas" y datos que los que pueda tener la autoconciencia, de ahí el dicho de "déjate llevar por tu instinto" o el corazón, y que se repite con aire más místico en la saga de la guerra de las galaxias, con la frase "deja que la fuerza te guíe". Volviendo al autoreconocimiento, en esa misma medida un omega seguidor si quisiese luchar contra ello, primero lo tendría que reconocer, pero eso sería una terapia a lo social/humano que nunca sucederá. Ante la típica pregunta de si alguien se cree "pastor, lobo u oveja", sólo una persona me dijo ser oveja, y puede que creyese ser un lobo que me engañaba. El problema no es tan fácil, para llegar a una "verdad" uno tiene que librarse de todo condicionante, y para ello averiguar qué es o no es un condicionante, como para que esté alterando la autodeterminación, la libre voluntad; cuestión imposible para la mayoría de los tipos de cerebros o vidas. La sociedad así deviene en una "mayoría silenciosa", en el pluralismo ignorante, en una conformidad silenciosa, en el pensamiento grupal; que yerran "sus tiros" y preocupaciones en temas marginales como los derechos de los animales, y demás cuestiones provenientes de la "new age". La mayoría de "oradores" centran el asunto en el individuo, en la autorrealización, en la autosuperación, etc., forma parte del mismo dilema de la actualidad, desviar la atención sobre el problema central, tendiendo hacia lo individual, hacia lo autopoiético, hacia la total autonomía, cuando el verdadero problema es lo social. Hemos dado el tema por zanjado: lo social no está en nuestras manos, y desviamos nuestra atención en nuestro yo y temas que sí creemos poder cambiar; los nuevos voceadores transpiran humo que todo oyente está dispuesto a respirar como su nuevo aire; así nos lo hace ver Baudrillard en su libro: "En la sombra de las mayorías silenciosas, o el final de lo social". Por lo demás da igual que la sociedad "escuche" a líderes o ideólogos, o pensamientos como los aquí escritos: la dirección de ese pensamiento no cambiará hasta que no tengan la barriga vacía desde hace días, hasta que los problemas sean demasiado reales. La masa es estómago, mientras esté lleno nada dirá, al igual que este órgano tan sólo ruge en su vacío; y la masa nunca lo es uno, por los mecanismos de autodefensa de la autoimagen y del cerebro en general que tiene como base su pretendido individualismo y unicidad. Además, la paradoja de la capacidad, que es la autoconciencia, es que lleva implícita la duda, donde cada objeto mental ha de ponerse en duda como para no poder caer en errores. ¿Es el humano capaz de vivir eternamente con la duda de todo?, ¿es sano?, ¿no lleva al cinismo? Esa es la situación en la que nos encontramos hoy en día, si te pones a dudar, ¿en qué creer?, y… ¿tiene sentido creer en algo? La evolución, con las trampas, mala fe y los sesgos mentales, ya ha "resuelto" tal dilema. La propia identidad, el autoconcepto, la autoimagen, se basa en una creencia de nosotros mismos, en la creencia de la potestad de ese agente en el cerebro. Si nos fijamos arriba sobre lo que nos dice la Wikipedia, sobre el área de Brodmann, el autoconcepto está en el lado izquierdo y el concepto de los otros en el derecho: uno nunca es otredad, el otro nunca es mi identidad. El área de Brodmann 9 está vinculada a la precuña, lugar que parece ser el más indicado para que sea eso que llamamos autoconciencia; de alguna forma el área 9 se nombra como negación -juicio evaluativo de los otros-, de lo que no es, y a partir de la información que le proporcione la unión temporoparietal (cercana a la precuña), del que ha de tomar nota la precuña en su conciencia de sí, como para crearse un autoconcepto. La regla evolutiva sería: se puede dudar de todo, pero no de uno mismo. Hemos de creer en ese agente y que es agente es el que "gobierna" el cerebro y que ese agente es un yo, tan real como la nariz que tenemos delante de los ojos, aunque no la veamos. Nos contamos un cuento de lo que somos nosotros mismos, del que no tenemos que dudar, ante el miedo de perder el control, de que el pánico nos posea. Tiene que haber un capitán que lleve el timón. En realidad es otro engaño más que sostiene nuestra cordura, del que es tan imposible deshacerse, como la presencia de un Dios para un creyente.
Cierro. Sólo algunas personas se libran de todas esas trampas: los artistas y los alfa están más cerca de ese proceso; quizás también sean las personas más cínicas y "peligrosas". Los tres cerebros: el reptiliano, el mamífero y el humano, aunque reduccionista, se siguen validando bajo ciertos criterios. El cerebro mamífero es el que más cargado de trampas y sesgos está. Todo lo emocional es dudoso. Dos y dos siempre serán cuatro, pues es un proceso de la corteza cerebral, pero el cómo dividir una tarta redonda en 20 porciones siempre estará sesgado por quién la corte y sus tipos de emociones, y la familiaridad de las personas con las que repartir (el que parte, reparte y se lleva la mejor parte). En soledad, donde no se despliega el cerebro mamífero, pues es sobre todo social, sólo se quedan los lados más radicales: los instintos y lo racional (se ven en mis escritos, por eso lo hago saber: conviviendo desaparece esa dualidad tan extrema y cínica, y no por ello es "falsedad", el concepto de falso es muy curioso tal como lo utiliza la sociedad). Son los dos aspectos más "reales" del cerebro: los instintos conllevan las reglas más básicas de la vida para permanecer vivo, nadie se puede suicidar simplemente dejando de respirar; por otro la razón es aquella que puede estar más cerca de saber de algún tipo de verdad basada en hechos. Lo emotivo crea una lógica borrosa, donde es imposible llegar a verdades universales y crear unidad social, "sirve" para vivir en sociedad; un mecanismo creado para manejar lo que él mismo crea: confusión y caos. Readaptaciones sin límites, infinitas, de unas personas con otras personas para crear un cerebro social, en donde al final el individuo es tan solo una neurona prescindible. Pero esta dualidad, de instinto y razón, crea una situación peligrosa si se tiende hacia lo psicopático. Hannibal Lecter, prototipo psicópata, era tan sólo razón e instintos. Las emociones de los demás eran algo con lo que podía jugar, como si fueran piezas de un lego, sin poner en peligro sus emociones, de las que carecía. Situación que se ve de forma más trivial en la adicción al sexo, o la tendencia a la obesidad para compensar la ansiedad ante la soledad y los posibles rechazos sociales. De una manera u otra es una tendencia que se va generalizando. Como las ciencias nos dicen que dudemos del cerebro, y de lo que creemos saber (Brain Games), la tendencia será la de poner a la conciencia como dudando de todo; y estando en sociedad de lo primero que se duda no es de uno mismo, pues la fe en uno mismo ha de ser lo más "sagrado": en esa dirección se duda de los otros, de sus intenciones, de sus posibles autoengaños. Estamos más preparados para ver los errores de los otros, que los propios, a tenor de salvaguardar nuestra autoimagen, nuestra propia narración, nuestro yo: la legitimidad de nuestro agente en el cerebro. Paso a paso eso nos lleva a cuestionar todo, a ser tan sólo esa autoconciencia que ha de saber que sabe, que se ha de librar todo posible sesgo. Y de seguir ese proceso, entonces eso llevará a la sociedad al completo al dilema del solitario: a ser esos dos lados liminales de uno mismo: sólo instintos y sólo corteza cerebral y razón, el resto será ese otro lado siempre tendente al error de las emociones del cerebro del mamífero -cada vez se duda más, por ejemplo, del enamorado, si uno mismo no lo está-, y los juego sociales que ahora nos parecen tan reales, pero que en definitiva sólo son eso: juegos y máscaras. Habremos matado por siempre al humano.
Después de darle muchas vueltas, desistí de la idea de hacer vídeos y subirlos a YouTube, no es miedo al fracaso ni nada por el estilo, llevo escribiendo casi diez años, sin importarme criterios o el éxito; lo hago por ser artista, por una "necesidad" del "alma"; es más bien por integridad, por no venderme y no caer en ser sistema; fijarse que no me limito a escribir los artículos y los abandono, los estoy mejorando cada día añadiendo mas enlaces, nuevas aclaraciones o datos, y nuevos párrafos, cosa que no se puede hacer en YouTube; por otro lado hago este "trabajo" sabiendo que han accedido a mi escrito apenas una viente o treinta personas, que tampoco quiere decir que lo hayan llegado a leer. En definitiva el narcisismo de los artistas puede parecer negativo, pero ese "mirarse al ombligo" nos vuelve obsesivos con nuestras obras, y no por la opinión de los demás, sino por la propia, la narcisista. Quizás suba uno para mostrar el logo que creé y alguna idea curiosa en su producción. Pensé en otras opciones, hacerlos y subirlos a "www.ok.ru", que es un equivalente ruso a una suma de redes de Google, como YouTube, Google+, pero tampoco me convencía, ya que tratar de reducir ideas a quince minutos me parece demasiado limitado. Cercenas la esencia. También pensé en hacerlos más largos y compartirlos para ser bajados. Pero es demasiado trabajo tal como los tenía planteado hacer. En esa dirección comparto lo prometido del mapa mental creado en el programa "TheBrain", así como el programa para tenerlo en versión completa. Avisar que el "patch" sólo sirve para esa versión y no hay que dejar que se actualice.
El mapa compartido tiene muchas finalidades. En mi ejemplo me sirve para poder poner los enlaces más rápidos a mis escritos, pues están casi todos ahí. Sirve para investigar y desarrollar temas. Tal como va, tiene tres temas a desarrollar, que son etiquetados (Tag) por aquello a investigar o desarrollar. Tres de esos temas están enlazados en la cabecera, el que está más desarrollado era el que va sobre la identidad. Si se ve su nota se ve su posible desarrollo, lo he dejado para dar ideas. Viendo esa posibilidades se puede entender que sirve de base para crear escritos y vídeos, para YouTube, por ejemplo.
Las ventajas de este programa es que cuando he ido añadiendo entradas las he ido asociando con otras que estuvieran relacionadas. Es muy posible que sea así como lo haga el cerebro. Lo he vinculado todo en enlaces laterales, no como hijos y padres, porque buscar la correspondencia hijo padre me resultaba más complicado. Casi todos los enlaces son a la Wikipedia inglesa, traducidos al español (ahora mismo me parece más interesante esta forma de leer que los libros, que suelen meter mucha "paja"; además, con los enlaces lees lo que necesitas para desarrollar un tema). Enlazar con otras web es arriesgado, porque o desaparecen o borran esas páginas; ya me ha pasado en otros casos. Los tipos de enlaces lo puede hacer cada uno a su gusto y criterio. Igualmente buscar más vínculos. Esos procesos, de entrelazarlos, ha sido dependiendo del cansancio, al estar más cansado me era más complicado buscar relaciones. Este mapa va sobre la superveniencia, es el tronco principal, aunque ahora parece estar perdido (son las entradas de texto en rojo), pero abarca temas de filosofía, psicología y sociología. En general sobre el hombre y la sociedad. Más adelante lo vincularé al que tengo de hace años sobre el cerebro, y otros dos que tengo que hacer sobre los sesgos mentales y los sistemas complejos.
Lo iré ampliando, pero lo puede hacer cada uno. Lo peor es que cada cual lo puede ampliar y yo compartiré mi "versión". Mantener dos copias con distintos nombres. Instalar el programa, no lo abráis y aplicar el patch, después abrir y para implementar mi desarrollo, entrar ir a "File", e "Import" y escoger "Brain Archive (brz)". Descargar. Descargar mapa mental sobre el cerebro. Están vinculados a través de la entrada" cerebro" del mapa de la Supervenciencia.
Otro tema es que el libro "La imposibilidad de la razón", hospedado gratuitamente en Hostinger, desaparecerá, ya que dicha empresa va a dejar de dar hospedaje gratuito. He buscado otras, pero ahora priman las estrategias tramposas, te dan hospedaje pero no permiten Joomla, que es el gestor de contenido con el que está hecha tal página; dejan Joomla pero no te dejan subir una base de datos... trampeo... En fin, no voy a enumerar todas las tonterías con las que me he encontrado. De momento dejo "caer" la página hasta decidir qué hacer (subir artículo por articulo de nuevo es de locos, que es la única opción que me queda). Los capítulos que estén vinculados los trataré de subir aquí. Me he acogido a algo gratuito, porque mi libro es gratuito, si ganase de alguna forma dinero pagaría un hosting (hospedaje).
Otro tema es que el libro "La imposibilidad de la razón", hospedado gratuitamente en Hostinger, desaparecerá, ya que dicha empresa va a dejar de dar hospedaje gratuito. He buscado otras, pero ahora priman las estrategias tramposas, te dan hospedaje pero no permiten Joomla, que es el gestor de contenido con el que está hecha tal página; dejan Joomla pero no te dejan subir una base de datos... trampeo... En fin, no voy a enumerar todas las tonterías con las que me he encontrado. De momento dejo "caer" la página hasta decidir qué hacer (subir artículo por articulo de nuevo es de locos, que es la única opción que me queda). Los capítulos que estén vinculados los trataré de subir aquí. Me he acogido a algo gratuito, porque mi libro es gratuito, si ganase de alguna forma dinero pagaría un hosting (hospedaje).
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