Lo que Es y lo que (a)Parece XXXV – ¿Qué es Nihilismo?
"En sus peores momentos, la vida humana
no es algo trágico, sino carente de significado.
El alma está rota, pero la vida prosigue.
Cuando la voluntad falla, cae la máscara de la tragedia.
Sólo queda el sufrimiento." John N. Gray
no es algo trágico, sino carente de significado.
El alma está rota, pero la vida prosigue.
Cuando la voluntad falla, cae la máscara de la tragedia.
Sólo queda el sufrimiento." John N. Gray
En definitiva, que una especie social "sujeta" la individualidad" a unas normas que son las más comunes. Pero en lo humano ¿cuál es la naturaleza y cuál lo social? Somos una especie que de repente perdió el "rumbo", el ancla si se quiere, su eje central sobre el que tenía que rotar bajo el "peso" de una "sujeción". Cada momento, época, nación y cultura "crea" o dicta unas generalidades de lo que ha de ser el humano, tanto a su nivel conceptual de una posible naturaleza, como de una forma en que las normas sociales le "sujetan". Pero esa rotura con el "pivote", con su eje, va en dos direcciones: si lo es en lo social, de igual forma lo es en lo individual. Una primera división humana podría ser aquella en la cual un humano tiene como "pivote" lo social o su individualidad. El primero está más "sujeto" (no siento sujeto ¡atención al doble sentido!). Mientras que el segundo no lo está. Un sujeto así, se suele decir, está desnortado, ha perdido sus coordenadas. Pero ese sujeto de repente se da cuenta que "todo el universo conspira" en su contra (retruque cínico a Coelho). Si todo es reducible a esa letanía de la "música de las esferas", léase belleza, que se puede expresar a través del arte como tal, y él es ese ente concreto o libertad (que una y otra cosa es la misma) entonces tiene dos caminos: 1. "leer" o interpretar que su camino es seguir esa "esfericidad" del universo, que le dicta consecuentemente "lo bello", luego la verdad, luego el bien; pero que por una macabra lógica se encuentra que la única forma de ser libre es 2. llevando la contraria a ese designio, encontrándose que para que un individuo haga valer (dar valor en el mundo) su individualidad -que es reducida a su libertad-, es negando, haciendo oídos sordos a la "música de las esferas". Nos encontramos, entonces, que el individuo es en tanto que rebeldía, en tanto que negación.
Hasta ahí una lectura simple que se podría hacer desde la "música de las esferas", llamémosle racionalidad u orden, echando la culpa a estos individuos discordantes de todos los males del mundo. Hay una segunda lectura. La ciencia nos dice que hubo un breve instante, inmediatamente después del big bang, en donde una armonía de quietud, de "perfección" reinaba en ese universo primigenio. Pero seguidamente un pequeño desequilibrio -implícito- mandó todo al traste, de tal manera que las partículas empezaron a agruparse formando el primer átomo, el hidrógeno y a partir de la agrupación de estos se crearon las primeras estrellas. Siento la brevedad y las licencias que me pueda haber tomado, pero lo que quiero decir, lo que nos dice la ciencia (verdad), es que el "caos" o la falta de orden (desorden) es la que "realmente" creó el universo tal cual lo conocemos. Desde ese primer momento todo tiende al caos (segundo principio de la termodinámica), todo tiende a disgregarse, a separarse y por ello a que las fuerzas "agregadoras" las fuerzas físicas o interacciones fundamentales (fuerzas nucleares, electromagnéticas, débiles -interacciones de decaimiento- y de la gravedad) vayan perdiendo "nitidez" o fuerza. El final del universo serán las grandes distancias, donde estas fuerzas ya no serán tales.
El caos ha creado un "momento" en el que es posible todos los "momentos" que conocemos -entre ellos la vida-, y en donde aún podemos oír la "música de las esferas", que nos son otra cosa que esas cuatro fuerzas mientras aún son "fuerzas", pero constreñidas al segundo principio de la termodinámica (entropía). La vida es un "momento" en el cual ciertas propiedades de ciertos elementos, sobre todo del carbono, "mantienen" estructurado o "sujetado" el caos y sólo por ciertos años, pues todos sabemos qué es la vejez y la muerte. Pero en un universo y mundo siempre cambiante una sola apuesta de vida sería demasiado débil, demasiado proclive y contra la propia idea de todo como cambiante. La vida cambia para adaptarse a los cambios (para ir en su corriente), vida y cambio es una tautología. La vida (evolución, adaptación, cambio) "llega" así a los cerebros complejos, aquellos que son más capaces de "leer" los cambios repentinos, como para adaptarse más rápidamente. Uno de esos cambios fue el ser humano. Si de lo que se trataba era lo de "leer" los cambios, entra en juego la "lectura", la comunicación entre un cerebro y lo que le "dice" (conocer) el medio. El humano siendo social, llegó a un lenguaje comunicativo entre la propia especie (lo tiene de forma rudimentaria una gran mayoría de animales complejos), pues le fue una ventaja poder comunicar a otros ciertas "lecturas" que sólo uno podía haber visto o experimentado como para comunicársela a los otros. Para que tal lenguaje fuera posible se crearon normas sobre a qué se referían al comunicar algo. En definitiva, que había que poner nombre a todo y que todos estuviesen de acuerdo en cómo llamar a "eso". Un primer problema que surge en todo esto es qué es lo humano. Dado que la premisa de la identidad, de la definición de un ente, es la de igualdad e igualdad es tener unos mismos fines. Los fines de otro grupo humano (al principio basado en lo consanguíneo) y bajo las reglas naturales de la territorialidad, no eran los mismos que los de mi mismo grupo, luego era otredad o no identidad. En Salamanca para ir a Zamora o a Valladolid se parte de un mismo punto, ahora una glorieta. De igual forma hemos construido lo humano bajo aquel primer punto: el de identidad cultural, el de territorialidad, para terminar en destinos muy distantes. Por este punto hemos heredado lo que somos ahora. Uno asume su propia identidad a partir de su propio lenguaje, su propia cultura y sus propios límites o fronteras.
Si "realmente" escuchásemos la "música de las esferas", al orden, a la razón en definitiva, no existirían lenguajes, no existirían culturas, no existirían fronteras. ¿O no? ¿qué pasaría si no existiesen fronteras? ¿No se irían la mayoría de las personas a los lugares más "benéficos", con mejor temperatura, más productivos, con más oportunidades? ¿No colapsaría, en fin, este sistema en un caos? O bien tendríamos que apostar por un sistema que controlase todas estas nuevas posibilidades o bien dejar las fronteras tal como están. Si fuera así, quién estaría llamado a ir a esos lugares y dado que sólo podría ser un número limitado de personas. Bajo qué reglas, las democráticas, las de sorteos. ¿Y si por azar va a una ciudad próspera un número muy elevado de personas de "moral dudosa", ¿la corrompería o cambiaría a esos ciudadanos a ser más morales? ¿Aceptarían de buena gana los ciudadanos a extraños de otras culturas y lenguajes?, ¿Habría que aniquilar el concepto de cultura y lenguaje, y unificarlos? Demasiadas variables, demasiada complejidad, demasiada entropía. Ningún cerebro humano es capaz de manejar y "saber" al 100% cómo pueda ser ese nuevo estado de cosas a través de la pura razón.
Cada país tiene su cultura que es una forma de "leer" el mundo. A veces parece caprichoso, pero la mayoría de la veces es algo más telúrico (subterráneo, profundo, nuclear). Los países latinos (en Europa) los son por tener en común varias cosas: el clima, el contacto con el mediterráneo (el internet de la antigüedad), una misma latitud que les "proporciona" una misma forma de entender cómo son las estaciones. Al Imperio Romano le "interesaban" sobre todo esas regiones (de esa latitud), pues comprendían mejor el cómo sacar provecho de ellas a nivel de agricultura y ganadería. Ese aparente "accidente" dio como proceso que casi todos los países latinos compartan una misma "ramificación" de una lengua: el latín. O sea, que hay cierto "orden" es ese caos. Lo que quiero decir es que la historia es a la vez un remover las aguas (enturbiarlas), pero de igual forma a que al final estas vuelvan a la tranquilidad, a la claridad. Hoy la Europa occidental parece más calmada que nunca. Ha logrado "entender" que son más las cosas que les unen que les separan. Han logrado "leer" una unidad o única identidad. Con esto no quiero decir y apuesto a que la historia pondrá a cada cosa en su sitio, en un orden. A que la música de las esferas al final será la que se impondrá. Ahí tenemos el caso del Brexit en Europa, o de Cataluña en España. Es fácil pensar que en tiempos de paz siempre reinará la paz, pero recordemos que lo que prima es la entropía. ¿Qué factores entrópicos son los que perturban al humano (su paz)?: la escasez. La territorialidad no está en juego mientras que cada grupo permanezca en su lugar. Se pone en juego cuando en una región se da escasez de recursos, por la cual haya que llegarse hasta otra región. En fin, y para acortar, lo que entra en juego es el nivel de justicia. Si yo me muero de hambre, mientras tú vives en la abundancia, no te tendré como un igual, sino como alguien que acapara recursos de forma innecesaria. Eres, por lo tanto, otredad en la medida que tú no me consideras un igual, que no pueda comer de tu comida en abundancia. Pero, ¿a cuántos territorios puede uno permitir dejar entrar en el suyo como para que al final no pasen ellos mismos por la escasez?
¿Qué es el humano? Un ser que ha interiorizado que no puede haber igualdad. En la medida que es muy posible que esa igualdad sea la de morir todos de hambre o ante la escasez. Ha interiorizado, de igual forma, que siempre ha habido saqueadores. La agricultura y ganadería se dio en una latitud del planeta que era propicia para ello, requería de mucho trabajo y sacrificio. Las tribus del norte (de Eurasia), en muchos casos en periodos de cambios climáticos y por lo tanto de penurias, se llegaban (invasiones bárbaras) hasta los imperios y los reinos de dicha latitud próspera para llevarse el "sudor de su frente". Lo telúrico de estas regiones más al norte (en aquella época) eran las del saqueo y las del trabajo más duro y con más esfuerzo (más voluntarioso). Eso ha llevado a "mentalidades" más de trabajo y en donde ha de poder el rigor de la voluntad, como la alemana, y han mantenido siempre bajo sospecha a otras como a la rusa, descendientes de los vikingos, más saqueadoras o "buscavidas". Puede que mi análisis parezca reduccionista, e incluso racista, pero lo hago en pos de la brevedad.

Qué tenemos hasta ahora. Que siempre hay cierto peligro ante el hecho de que un grupo o país se "relaje" sobre su concepto de cultura y territorialidad. Que hay ciertas épocas de escasez en donde se da un flujo de movimiento de personas en busca de oportunidades o escapar de la escasez. En la antigüedad se recurría al saqueo, hoy a la emigración. Todo país ha de estar midiendo en qué medida se puede caer en una pérdida de identidad (la cultura de tus padres, de tus ancestros), y si va mantener el equilibrio y no caer en la escasez y la injusticia en su territorio. ¿La pérdida de identidad es realmente un "peligro"? Si Europa va siendo cada vez más agnóstica o atea y a la vez el flujo de musulmanes es cada vez mayor, teniendo en cuenta que esta religión es menos laica, a la larga, dentro de cien años o más la religión mayoritaria de Europa podría ser la musulmana. ¿Le interesa al europeo actual ser minoritario o querer eso para sus hijos?, ¿le interesa al norteamericano inglés serlo con respecto a los latinoamericanos y el castellano? Toda minoría en un país es la que corre el peligro de ser absorbida e incluso de ser llevada a su genocidio. Nos lo recuerda una y otra vez la historia, esta está llena de ejemplo de genocidios. Europa ha luchado por la laicidad, ¿porqué querría poner tal idea en peligro?, por esto "no acepta" de buena gana el burka. En definitiva, es imposible llegar a la pura racionalidad de lo humano, en tanto que hay que pasar por una pérdida de identidad y la tranquilidad que te pueda dar la territorialidad que mantienes hasta ese momento. No hay espacio para la música de las esferas, para la racionalidad. Mantenemos la "irracionalidad" porque en ello les va la vida a aquellos que en un momento dado tiene cierta ventaja o prosperidad. Les interesa mantener su statu quo.
Hay una segunda lectura en todo esto. ¿En qué queda la individualidad?, tan sólo he hablado de cultura, país: de una identidad que nos viene dada por accidente, por dónde se nace. En otros escritos he hablado de las qualias. Por más que me parezca a mis hermanos no soy igual que ninguno de ellos. Hay la misma igualdad genética de padres a hijos que entre hermanos, pero bajo reglas no medidas y al parecer cuantificables, por cierto rasgo o carácter, nos parecemos más sólo a cierto hermano o uno de los padres. Es más, por azar mis genes pueden ser más iguales a algún otro del planeta que incluso a los de mi padre o madre. Aunque en teoría genéticamente tenga el 50% de los genes de los padres y sólo un 25% de uno de los abuelos, de forma no medible me puedo parecer más a uno de los abuelos que a uno de mis padres (algunos rasgos se saltan generaciones). Pero se da otro factor a añadir al caos y este es lo cultural y la multiplicidad de las "lenguas" (informática, amantes de comic, ideológicas, religiosas, veganos, etc.). O sea que independientemente que cada país tenga su propia identidad, hay identidades cruzadas entre todas las culturas. Como resultado de esto cada humano es un "mutante" de lo que es el ser humano. Cada humano "interpreta" en sí lo que ha de ser el ser humano. Cada humano "quiere", en lo más profundo de su alma, de su ser, que el resto de humanos sean iguales a él. ¿Está tras de esto la teoría del gen egoísta?, posiblemente. He deducido a lo largo de los escritos que el cerebro crea estructuras de comportamiento y de forma de ver el mundo, que es a lo que hoy llamamos conceptos (extensible a meme). Esto no solo en lo humano, sino en toda la vida. Conceptos como los de parásito, camuflaje o belleza son conceptos concurrentes, que se dan en distintas especies divergentes, entre mamíferos y reptiles, entre una araña y un pájaro. En los comportamientos humanos también se dan dichos conceptos que parecen tener su "propio interés" para sobrevivir, para propagarse. Una persona humilde quisiera que toda otra persona fuera humilde, la actual legitimidad del capitalismo es un concepto o se puede reducir a una apuesta genética en donde hay que luchar por ser el mejor. Ciertas personas nacen sin este "gen", sin que este predomine. Yo nunca he querido ser el mejor en nada, no en la medida que eso significase ganar. Siempre he huido de la competición, porque no quiero que haya legitimidad en el perder y ganar. Este concepto es bastante general: parecen querer, esta tipología, un mundo de igualdad, no jerárquico. De nuevo vuelvo a lo telúrico. Nos viene del concepto de macho alfa y no alfas. Si bien a lo largo de la historia se dio un tipo de concepto de "conciliador", alguien que tiene la capacidad de mandar, pero la "usa" para luchar por la igualdad (¿Jesucristo, Buda, Gandhi, Mandela?). ¿Qué se deducen de estas ideas? Que al parecer la evolución, siendo el humano social, busca un equilibrio en las reglas hacia ese fin mayor. No nacemos al azar, y tampoco por los genes de los padres, pues de ser así todo hijo nacido de un alfa nacería con muchas probabilidades de ser alfa. De ser así los hermanos lucharían entre sí hasta sólo quedar uno: mala apuesta evolutiva. La evolución parece llevar las reglas de cuantos alfas tienen que haber, cuantos no alfas y cuantos conciliadores: parece buscar un equilibrio en el grupo, en lo social, ignora al individuo.
Ahora ya tengo perfilado todo el panorama sobre la condición humana. Hay reglas implícitas en lo social que parecen imposibles de ser vueltas a pura racionalidad, a la musicalidad de las esferas. La justicia mundial nunca se dará. ¿Europa es un ejemplo de a lo que se puede llegar o sólo es un espejismo de equilibrio temporal? A esta facticidad en la que me veo atrapado como individuo en los social, he de añadir lo fáctico de mi propia naturaleza individual. Cuando soy consciente de estos dos factores me veo "constreñido" en un mundo con reglas en las que yo (razón) no tengo por qué coincidir para nada. ¡Claro que es posible la felicidad! Más cuanto más coincida mi propia apuesta individual (conceptual-genética) al país y cultura con la que he nacido y siempre y cuando se dé la abundancia. Si nazco en la Norteamérica cristiana, con unos padres ricos y con un buen porte, agraciado físicamente, todo va a ser un "camino de rosas". Coincido con la religión, el lenguaje y la mentalidad mayoritaria, vivo en la abundancia y bajo los "genes capitalistas", que ya justifican mi posición de vencedor. Pero, ¿qué pasa con ese ser que ni siquiera será consciente de su condición, y ni siquiera de si tendría o no capacidad de luchar, pues muere de hambre a los pocos meses en un país tercermundista?
Entendiendo bien lo que he querido decir hasta ahora, en donde la vida es lucha, es caos, ¿cómo ser consciente de esta condición humana y ser feliz? O una de dos: o sólo piensas en ti mismo y dejas de "cargar con el mundo a tus hombros" para ser mínimamente feliz (como te aconsejaría la familia, los amigos o un psicólogo) o eres los suficientemente valiente o loco como para cargar con estas "verdades" y como para odiar al ser humano y su condición en el universo. Descubrimos, así, la verdadera esencia del nihilismo. No es que no crea en el bien y el mal, cosa que le acercaría más a la sicopatía que a una convicción. Es que sabe que no hay nada dictado desde el cielo, desde el orden, o desde la música de las esferas. Sabe, en definitiva, que el hombre va "mudando" su moral según el tiempo que le haya tocado vivir (recordad que el humano quería estar presente en ejecuciones y circos Romanos). Sabe además que no hay progreso, que tal concepto carece de sentido: tienen menos trastornos mentales los cazadores-recolectores que el ciudadano de los países ricos; hoy más que nunca se nos está yendo de las manos toda nuestra tecnología: estamos llenando de sustancias el medio que nos provocan cánceres y otros males. Habrá habido multitud de humanos que habrán vivido felices en una sociedad que durante toda su vida nunca entró en ninguna crisis o escasez, pero la regla general humana, de ser consciente de toda la historia humana, es la de ser puramente caos y agentes de destrucción. Hoy te doy la mano (pacto entre personas, grupos, entre naciones), mañana quizás te mate. Siempre han existido (y siempre existirán) las jerarquías, pues el parámetro de la evolución es poner antes las reglas del grupo que a las individuales. Se nace alfa o beta o conciliador o ninguna de estas y por lo tanto sólo masa informe (extraño y a estudiar que tal palabra quiera decir a la vez sin forma y descripción, comunicación), y uno se "aguanta" con ella, por mucho que la sociedad actual se empeñe en que has de luchar… luchar para qué, ¿para ser un sociópata, para "colaborar" en crear más caos e inhumanidad en el panorama actual?
Se es un nihilista "consecuente" (realismo depresivo) cuando se comprende que no es una cuestión de si el nivel sobre uno mismo de justicia está equilibrado, eso es casi por puro azar. Se es nihilista porque se sabe que nunca se podrá llegar a una justicia planetaria, a una justicia de persona por persona. Se es nihilista, en fin, porque la evolución en lo humano ha validado igualmente las "apuestas tramposas", las parasitarias, las mentirosas, las camufladas, las usurpadoras, las asesinas… Se es nihilista porque es imposible amar a todo lo humano. Todo amor no ama más que a su igual, a su identidad, pues de otra forma habría que amar a Hitler o a tu posible vecino psicópata, o al asesino, o al violador y al pederasta. Ni siquiera se puede amar a esa masa indiferenciada que se deja conducir con la promesa de escuchar la "música de las esferas", aquí y allá en forma de arte o cualquier momento de felicidad. La igualdad es imposible en un mundo de bellos y feos, de inteligentes y tontos, de fuertes y de débiles, de gordos y esbeltos. En definitiva de diferencias. Las jerarquías se dan en todos los ámbitos. El aire de superioridad, de sentirse por encima de la media, es un sesgo comprobado en el cerebro humano, otra cuestión es que sea real o tan sólo un espejismo. El elitismo es la norma, no la excepción, es un sucedáneo de las jerarquías.
Cuando me levanto cada mañana tomo conciencia de mi espacio, del momento que me ha tocado vivir, a través de pequeños rastros, de una conversación, de una vivencia, de algo visto en los medios, del día anterior. En el cerebro todo está encadenado de forma sucesiva, tiras de un hilo y se desmadeja todo el "jersey": el peso del mundo cae sobre esta pequeña conciencia. Sé que estoy en algún plano de injusticia sobre mí y sobre el que ni siquiera quiero luchar, pues supone entrar a luchar con las armas del sistema (de la sociedad). A la vez sé (tomo conciencia) que no soy justo, pero de igual forma sé que todos son batallas imposibles, pues median de nuevos las armas y los valores de este momento de la historia, cuyas mentalidades no puedo comprender, ni me pueden comprender. La incomprensión es la moneda de cambio del caos, de la complejidad a la que va el ser humano. ¿Es o no es un error tener ese sentimiento de inmensa soledad de no poder solucionar nada y tener que atenerse a las reglas de ese medio camino entre la música de las esferas y el caos?, ¿es o no es un error el ser conciencia de todas estas reglas de la condición humana y la evolución?, jugando al azar sus juegos macabros donde la individualidad no cuenta, pero de la que has de tener una conciencia de que no cuentas.
- ¡Ah, yo hago todo lo que está en mi medio para contar, para hacer el bien!
- Ah, lo siento no has entendido mi mensaje. No eres de mis iguales. Pero me alegro que tengas la capacidad de ser feliz auto engañándote o de no saber lo suficiente de la historia humana y de lo que nos dicen las ciencias.
- ¿Te crees superior a mí?
- ¿Te crees inferior a mí?
..y así sigue y sigue la conversación condenada a repetirse en los mismos tramos, en la mismas taras y en las mismas falacias e incongruencias. La comunicación (racionalidad) no existe, pues una cosa es entender y otra muy distinta comprender. Como somos qualias, seres sintientes, sólo hay comprensión desde lo igual. Sólo la mujer que ha pasado por un parto comprende a otra que lo ha pasado, y todas esas pequeñas "verdades" que se nos dicen desde la postmodernidad, desde su inevitable nihilismo. Advertir que un nihilista no tiene "culpa" de cómo es(tá) el mundo, al igual que alguien que no crea en el cambio climático no lo es de este, pues los que no creen están en minoría y ni siquiera tienen el poder…, ¡exceptuando en la actualidad Donald Trump, que paradojas humanas siempre existirán!
Termino diciendo, como contestación a "Heyzer: Nihilistic", que es inútil prefijar o determinar qué es nihilismo, no existe como tal en la naturaleza, sino tan sólo en tanto que concepto que se alimenta de la "opinión" de las personas, y que se adapta y cambia a lo largo del tiempo. Cada cual lo definirá desde su posición, desde su qualia, desde su sentir. La presente tan sólo es mi forma de sentirla: personal, alimentada a partir de otros pensadores; que por lo demás puede o no coincidir con el de otras personas.
(1) He puesto el vídeo de YouTube como oculto. Soy una persona que evita la muchedumbre, ¿por qué querría quererla en una red social? Los vídeos los pongo como ejemplos ilustrativo (no científico), no busco crecer en YouTube, ni seguidores, ni nada por el estilo. Por lo demás cada vez se da más el "trolleo". Si uno huye de la sociedad es por la irracionalidad. Hoy en día donde se da sobre todo más esa irracionalidad es en las redes sociales. Persona por persona no hay irracionalidad (o pocas veces), pero la cacofonía total de todas las individualidades sí son irracionalidad, lo voy llamar "síndrome de la cajera del supermercado" ;), atender a 10 personas no está mal, pero ha diez mil el cerebro ya no puede más, puede explotar en cualquier momento. Por lo demás YouTube está mal construido. Se abren hilos y contestas a personas y la gente no los lee y vuelven a replicarte con las mismas rutinas e ideas preconcebidas y clichés.
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